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Capitulo 18: Al final de la niebla.

-¡Hermanito!

Lucy y Luna corrieron hacia mí, rápidamente la mayor tomo ventaja llegando primero hacia mí, me encontraba aun débil y apenas sin fuerzas, logrando atraparla cuando mi querida amiga de la infancia se lanzó contra mí, abrazando con fuerza casi derribándome.

-Luna cuidado, me caeré.

Hable sonriendo y respondiendo su abrazo, Luna únicamente oculto su rostro en mi pecho mientras sus lágrimas se resbalaban.

-Qué bueno que estas bien, fue muy difícil no tenerte.

Respondió Luna abrazándome con enorme fuerza, en ese momento me percate de mis compañeros, desde Lucy, quien se unía abrazándome y enterrando su cabeza en mi costado, Luna a su lado abrazándome con todo su cariño, incluidos Mateo y Josef, todos tenían manchas de sangre en su ropa mezcladas con ceniza.

-Chicos... ¿qué paso mientras no estaba?

Pregunte de manera seria mientras levantaba la mirada, viendo como incluso Coco estaba herido.

-Para no hacerte largo el cuento... te diré que enfrentamos a un dragón esqueleto, apenas y pudimos derrotarlo.

Esta respuesta llego por parte de Mateo quien hablo con firmeza, pero pensando cada palabra.

Ante aquella respuesta baje la mirada, únicamente suspire aliviado. Sabía lo difícil que era enfrentarse a un dragón, tampoco tenía la experiencia de enfrentarme a ese tipo de monstruos pues era raro que atacaran las aldeas, cuando ocurrían esos casos siempre eran resueltos por caballeros experimentados y no simples estudiantes como nosotros lo éramos hasta hace poco, ni siquiera había podido hacer algo contra el rey dragón, aunque estuviera de nuestro lado.

-Un dragón es un oponente difícil de enfrentar y casi imposible de escapar, debió ser un dragón pequeño... de ser uno grande no hubieran sobrevivido, pero sigue siendo una gran hazaña.

Dije un poco aliviado acariciando el pelo de Lucy y el de Luna.

-Bueno, parecía un salta nubes de buen tamaño... era muy fuerte y muy resistente para ser un no muerto.

-Tal vez en vida fue una montura, aunque los dragones tengan huesos huecos, estos son fuertes y flexibles, incluso para los caballeros más experimentados le es difícil derrotarlos, peor si consideramos que era un no muerto, estos casi no reciben el daño físico.

Inmediatamente interrumpí a Josef mientras aun miraba hacia el suelo pensando un poco, sin embargo sonreí, pues parecía que habían pasado por un momento muy difícil, estaba casi seguro que yo había pasado más problemas sin ellos, extrañaba a cada uno durante las horas que estuvimos separados.

-Lo hicieron bien, realmente me alegra verlos a los 4 sanos y salvos, pero ahora debemos seguir nuestro camino, ya no debemos estar lejos.

Comente orgulloso de ellos, dándole unas palmadas a Luna y a Lucy.

-Bueno, en eso tienes razón, bien Rohei deberías dejar a las chicas o tanto te gusta que te abracen.

Respondió Mateo volviendo a asumir su personalidad sarcástica, ante ello intente separarme pero luna solo apretó su agarre.

-No puedo.

Hable respondiendo de forma fluida y sin mentir, intente separar a Luna, Lucy si se distancio aunque mostrando una cara de disgusto, pero la fuerza de nuestra maga blanca estaba muy por arriba de mi cuerpo cansado.

-Luna, debemos movernos, hay algo muy importante que debo contarles.

Hable intentando persuadirla pero eso no daba ningún resultado, tras unos instantes de intentar convencerla ella terminó bufando, para luego saltar sobre mi aferrándose con fuerza obligándome a cargarla, labor para la que mi fuerza apenas daba.

-¡Luna! ¡No lo hagas! ¡Estoy muy débil para esto!

Exclame intentando mantenerme firme, Lucy al notar lo que ocurría intento ayudarme, acabando por tomar el cabello de Luna jalándolo con fuerza.

-¡DUELE! ¡DEJA DE TIRAR LUCY!

Grito Luna con un agudo chillido aferrándose a mí con una fuerza aplastante, haciendo que poco a poco perdiera equilibrio avanzando hacia atrás.

-...Debes bajar... Luna... no aguanto...

Hable intentando obtener algo de aire.

-¡Lucy detente!

-¡Luna detente!

-¡Waaaah!

En ese momento tropecé con una roca cayendo de espaldas, levantando una nube de polvo, Luna se mantuvo aferrada a mí, pero Lucy fue superada por el peso de ambos perdiendo el equilibrio y cayendo sobre Luna.

-Auch... eso debió doler.

-Pobre Luna, al menos Rohei no tiene su armadura o su escudo consigo ahora.

Hablaron Josef y Mateo casi burlándose de la situación sin parecer querer ayudar en algo, simplemente miraron como la situación empezaba, se desarrollaba y terminaba, los demás tampoco hicieron algo para ayudarnos.

-Vaya... parece que mi hermanito y Luna no podrán continuar por un momento.

Añadió Lucy mientras soltaba un suspiro, Luna parecía no poder levantarse, sus ojos giraban y su cara se mostraba roja como un tomate, pareciendo estar inconsciente aunque no dejaba de abrazarme, era un misterio lo que pasaba por su cabeza, yo simplemente miraba hacia el cielo, intentando pensar en otra cosa que no fuera el dolor de mi cuerpo.

-Hmph, veo gratamente que tu linaje estará a salvo.

Comento Max esbozando una sonrisa traviesa mientras se hincaba y miraba hacia Luna y Lucy, la culpable de esta situación rápidamente levanto su mirada observando detenidamente a Max, para luego proceder a levantarse sacudiendo el polvo de su cuerpo.

-Roe, ¿se puede saber quiénes son estas personas? ¿Y por qué este joven es muy parecido a ti tanto física como mágicamente?

Preguntó Luna recomponiéndose y hablando de la forma más elegante posible.

-Tranquila Luna, aquí nadie te juzgara por abrazar a tu mejor amigo.

Comento Mateo llegando a escena junto a Josef seguidos por un Coco cojeando, quien tiraba del carro de madera el cual una parte de este se estaba incendiando levemente siendo apagado rápidamente por Josef, inmediatamente me levante junto a Lucy.

-¡Chicos, que bueno verlos a todos en una pieza!

Grito Grinmore extendiendo sus cadenas para atrapar a los cuatro en un abrazo.

-Gracias Grinmore, tambien te extrañamos.

Respondió Lucy dándole unas palmaditas a su cubierta.

-Concuerdo con lo que dijo Grinmore, me alegra mucho verlos nuevamente amigos... me preocupe mucho por ustedes ya que este es un lugar extremadamente peligroso.

Dije soltando un suspiro pesado, sintiendo que mi cuerpo aun me dolía por el enfrentamiento de Tártaro, pero ellos tambien parecían haber pasado por mucho más.

-Los presentare antes de continuar hablando, Max, ellos son mis compañeros de viaje, Lucy es mi hermana menor, la albina es mi mejor amiga Luna Unitri, el mago delgado y alto es Mateo Carcaus, y el alquimista de lentes se llama Josef Gibraltar.

Primero presente a mis compañeros quienes respondieron con un saludo mientras Grinmore los soltaba.

-Y bueno nosotros somos habitantes del bosque de las almas, mi nombre es Max Castelar y este es mi compañero cazador, Enrían Find.

Max se presentó haciendo una reverencia al igual que Enrían causando rostros de sorpresa en mis compañeros.

-Tambien es un Castelar, como lo escucharon así como un usuario de Blood Warrior y bastante poderoso.

Añadí cruzando mis brazos y respondiendo a la duda de mis compañeros.

-¿Pero cómo? Roe, se bien que tu familia cayó en desgracia hace 50 años y no fue hasta que tu padre se casó con tu madre que su apellido volvió a ser reconocido.

Hablo Luna, con bastante duda en su voz pareciendo apenas creerme.

-Eso se puede responder, creo que todos deben saber esto.

Entonces, Grinmore comenzó a contar detalladamente lo que a nosotros nos había dicho, esto mientras yo curaba a Coco, subiendo todos de regreso a la carreta y comenzando a avanzar a paso lento mientras la historia continuaba, haciendo que todos escucharan en silencio, pues ninguna duda seria respondida hasta que la historia terminara de ser narrada.

-Desde entonces los Castelar han estado en este bosque, sin embargo, el demonio Caos siempre ha estado intentando buscarlos y consumirlos.

Termino de narrar Grinmore habiendo pasado un rato en el camino.

-Eso fue aterrador, entonces por eso me escogiste ¿Por qué sentiste a mi hermanito?

Pregunto Lucy mirando a Grinmore quien asintió levemente, para luego soltar un suspiro.

-Entonces este lugar es producto de una maldición... que fue lanzada por un demonio.

Analizo Mateo cruzando levemente sus brazos, pareciendo sentir un escalofrío recorrer su espalda.

-No puedo creer que llegaran a tanto por querer eliminar a tu familia Roe, sacrifico todo su ejército y a sí mismo para traer un demonio ¿cómo pueden hacer algo así?

Hablo Luna indignada, mostrándose preocupada.

-Sin embargo, me parece más interesante lo que paso contigo Rohei, si la maldición eliminaba las estadísticas de los Castelar y bloqueaba su magia, ¿por qué tú sigues teniendo tus estadísticas?

Negué con mi cabeza ante las palabras de Josef ya que no tenía ninguna respuesta al respecto no entendía por qué había pasado eso.

-¡Lo tengo! ¿Y si mi hermanito no perdió sus estadísticas por su magia ultra poderosa?

Comento Lucy con sus ojos brillando y mirándome, aunque no entendía a que se refería exactamente.

-Fire Soul, la magia que quema las impurezas del corazón, puede que sea una razón, es probable que te protegiera en parte de esa maldición.

Aclaro Luna con una sonrisa pensando levemente y asintiendo para luego giñarme el ojo.

-Creo que tiene sentido es una magia realmente poderosa, pero yo diría que sería mejor que no regresemos a este lugar.

Añadió Grinmore apoyándose contra un barril como si se sentara relajándose.

-Pero esta cosa... ha crecido demasiado, tal vez ustedes no lo entiendan pero el boque de las almas esta siendo consumido lentamente por esta maldición, todas las aldeas que aquí habitan temen y ven con miedo como los monstruos esqueleto son cada vez más comunes, como los campos se secan y las presas son menos comunes.

Hablo Enrían exclamando con algo de dolor y tristeza, sus palabras llamaron mi atención preguntándome:

-¿Qué hacían en ese lugar exactamente? Si son cazadores dudo que vinieran aquí a cazar.

Pregunte mirando hacia Max, quien apretó sus manos con fuerza antes de soltar un suspiro pesado.

-Si vinimos a cazar, pero no de la forma que creen, éramos en realidad un grupo de 5, estábamos cazando en el bosque.

Comenzó a contar respondiéndome de una forma seria mientras todos escuchábamos atentamente.

-Como dijo Enrían ahora el valle de la muerte ha consumido gran parte del bosque, así que cada vez es más difícil conseguir comida, las cacerías tardan días incluso varias semanas, dependemos de ellas y de los cultivos para sobrevivir.

Los recursos escaseaban, incluso me percate que no habíamos visto muchos animales de presa antes de llegar a este valle, los hellhounds que habíamos visto antes ahora parecían mas delgados que los que habitaban fuera del bosque.

-Eso ha separado a las cuatro aldeas, sin embargo, el mayor problema ha sido entre Wastow y Hidoot, estamos en una guerra entre ambas aldeas, compitiendo por los recursos sin embargo, Wastow ha sido más agresiva, tomando siempre prisioneros los cuales nunca volvemos a ver.

Sus palabras me hicieron tragar saliva pues la situación me hacía pensar en cosas horribles.

-Podrían ser caníbales.

Hablo Mateo con frialdad, dejando que todo se quedara en silencio por un par de segundos hasta que Max negó con su cabeza.

-No, no lo son, si lo fueran se llevarían los cadáveres, pero nunca lo hacen.

-Podrían serlo, recuerda que los cadáveres pueden revivir si un espíritu se mete en ellos acelerando su proceso de putrefacción.

Discutieron Max y Enrían respectivamente, dando sus puntos de vista.

-El señor Urano lo ha dejado en claro, nunca han comido a otras personas... pero no sabe que pasan con los que capturan, además sabemos que quemando el cuerpo un poco evita que regrese como monstruo.

Aclaro de forma tajante, para luego disculparse y volver al tema.

-Durante la última cacería, fuimos emboscados por un grupo de cazadores de Wastow, fue una batalla cruel donde en uno de nuestros compañeros murió, Blenar, y otro más fue secuestrado, su nombre era Dropa era de la edad de Enrían, junto a Robín intentamos rescatarlo siguiendo a esos tipos hacia el valle de la muerte, pero perdiéndolos en el laberinto, lugar donde seriamos emboscados por dos Belmodar... uno de ellos matando a Robín y llevándolo hacia su nido, aunque logre derrotar al segundo.

Hablo Max empuñando sus manos con enojo y mostrando una gran frustración antes de suspirar.

-Y cuando lo siguieron fue que me encontraron a Grinmore y a mí, el resto es historia.

Termine contar la historia a lo cual Max simplemente asintió.

-Ellos eran mi responsabilidad, estaba a cargo de esta cacería, pero... no esperaba que saliera tan mal.

Solté un suspiro sintiéndome culpable pues no traíamos nada para ellos, y no podíamos compartir lo que ya teníamos pues aún nos quedaba un viaje por delante.

-No tienes que ser tan duro contigo Max, hiciste lo que pudiste por salvarlos.

Comento Luna hablando un poco hacia Max y otro hacia mí tomándome de la mano.

-Si... ahora lo importante es regresar a la aldea, todos deben estar muy preocupados, además tenemos muchas cosas de que hablar ahí, ya me ocupare de mis regaños más tarde.

Asentí, escuchando las palabras de Max las cuales eran serias poco habituales en sí mismo.

-Pero no me podre quedar mucho tiempo, estamos con los días en contra, tampoco quisiera aprovecharme ahora que están en una mala situación.

Solté un suspiro, dándole esa respuesta Max, sin embargo antes de que este pudiera responderme sentí un escalofrió recorrer mi espalda, esto mientras nuestro entorno comenzaba a oscurecerse rápidamente.

-Maldición, perdí completamente el sentido del tiempo, Rohei, ¡no hay forma de avanzar más rápido! ¡No podemos estar en este lugar en la noche!

Hablo Max desesperado, ante lo cual rápidamente asentí ordenándole a Coco reducir su velocidad saltando de la carreta para luego montarlo inmediatamente.

-Max, mira un marcador, estamos cerca.

Exclamo Enrían señalando hacia una roca tallada asomándose entre la niebla a lo lejos, la cual apuntaba hacia el frente, tome las riendas de Coco ordenándole comenzar a correr.

-¡No perdamos tiempo, lleguemos antes del anochecer! [¡Fury!]

Grite envolviéndome a mí y a Coco en un aura carmesí otorgándole más fuerza y velocidad a mi faisán, rápidamente comenzó a correr alcanzando la piedra en unos segundos, acelerando sin detenerse, la velocidad de Coco potenciada por mi nuevo nivel, hicieron que la carreta se tambaleara bruscamente, me aferre a las riendas mientras la oscuridad se cernía sobre nosotros, avanzando hacia la dirección que me había mostrado la brújula por última vez, entonces a lo lejos pude ver un fuego, mientras escuchaba el sonido de una campana sonar, aquella luz se levantaba sobre el horizonte como si fuera una estrella, poco a poco ese fuego se fue haciendo más nítido y más grande y mientras el sonido aumentaba, hasta que surgió entre la niebla como un enorme fuego ardiendo sobre una torre de madera.

Entonces el horizonte se aclaró revelando una aldea rodeada por muros de madera, el suelo de ceniza fue remplazado por un pasto verde, en el cual poco a poco nos fuimos deteniendo.

No estábamos solos, en la torre donde se alzaba el fuego, había alguien tocando una campana, eso mientras varios hombres y mujeres salían sobre la muralla con arcos, listos para apuntarnos.

Entonces volví a sentirlo. Blood Warrior se activó regresando a mí, obligándome a saltar a un lado mientras un corte de viento cortaba las lazas que conectaban a Coco con el carro, sujete mi escudo con fuerza, mientras con mi mano derecha cargaba el hechizo fuego.

Sin embargo no veía a nuestro atacante.

-¡Atrás de ti!

Grito Luna, haciendo que yo saltara nuevamente hacia un lado girando para disparar la llamarada, el hechizo fue divido en dos, revelando a una persona, no era humano exactamente, sin embargo su cara y su pelo me parecían aún más familiar que la de Max, no era la cara de un desconocido si no de alguien que había visto durante la mayor parte de mi vida, pero tampoco podría ser el, después de todo estaba seguro que mi padre no tenía esas orejas tan largas.

-¡Urano no lo hagas el tambien es un Castelar!

Exclamo Max, distrayéndome por unos segundos, permitiéndole a aquel hombre cortar la distancia, golpeando mi estómago con el pomo de su espalda, lanzándome con una fuerza explosiva contra la muralla, lo último que recuerdo fue escuchar crujir de mis huesos contra aquel muro.

***

Aquella era una noche estrellada donde podía apreciarse todas las estrellas de la época, eran tantas que deslumbraban los ojos castaños de una joven, aquella no estaba en el bosque, si no en un desierto, donde enormes dunas de arena rodeaban el paisaje hasta donde la vista alcanzaba. Aquella chica portaba una lanza desgastada, mientras se encontraba sobre un barco volador derribado y medio enterrado en la arena.

-Ellos no vendrán...

Escucho la joven, esas palabras provenían de un hombre de apariencia mayor, pero de cuerpo fornido, este poseía una espada colgando de su cintura, su cuerpo estaba cubierto por ropas para el desierto de color blanco, mientras que su pecho estaba protegido por una coraza color cobre con decoraciones doradas.

-No se arriesgaran a volver, no esta noche.

Continuo el hombre mientras aquella chica miraba hacia el cielo.

-No es eso lo que me preocupa.

Respondió la chica mientras se aferraba a su lanza.

-En este desierto hay muchos monstruos, por eso debo montar guardia.

Dijo mientras continuaba observando el cielo sin desviar la mirada.

-Ya veo, es la primera vez que vez tantas estrellas.

Respondió el hombre mientras se colocaba junto a ella observando el cielo. En ese momento la chica tomo su lanza con ambas manos colocándose en posición de ataque, para después dar un gran salto empuñando su lanza con fuerza, aterrizado con la punta del arma apuntando hacia la arena enterrándola profundamente, al hacerlo un chorro verde salió del suelo manchando el rostro de la chica.

La duna se deformo para después temblar haciendo que la arena comenzara a revolverse, entonces un gigantesco gusano salió de la montículo lanzando chorros de polvo por doquier arrestando a la chica, quien se aferró fuertemente a su lanza enterrada en el lomo de la criatura, mientras intentaba clavarla más profundamente. Su rostro se deformo mostrando sus dientes, arqueando sus cejas y arrugando su nariz mostrando una gran ira, el gusano se sacudía abriendo su enorme boca llena de dientes intentando liberarse de su atacante.

Al ver esto el hombre suspiro saltando desde el barco cayendo el suelo, al tocar el suelo coloco sus manos sobre la arena, entonces levanto la mirada observando a la chica aferrarse con todas sus fuerzas a la lanza.

-No te precipites, [Espadas del desierto].

Susurro, en ese momento unas espinas salieron de las dunas clavándose en el gusano atravesándolo múltiples veces. Salpicando la sangre verde del monstruo sobre la arena e inmovilizándolo. Al ver esto la chica soltó su lanza cayendo a la suave arena, su rostro y su cuerpo estaban bastante heridos, llenos de golpes y sangrando levemente.

El hombre suspiro levantándose, al instante en que su mano dejo de tocar la arena, las espinas se desintegraron regresando a ser parte del desierto mientras el monstruo sin vida caía sobre las dunas. Él se acercó a la chica mirándola desde arriba.

-Eres demasiado débil como para enfrentarte a esos monstruos, es mejor que vayas a dormir como tus compañeras, ya sé que no estás aquí para ver las estrellas.

-Eso lo se... pero quiero ganar experiencia.

Respondió la chica mientras se levantaba adolorida y caminaba hacia su lanza.

-Deberías descansar ahora, solo te mataras.

Sin embargo la chica no obedeció, tomo la lanza y con todas sus fuerzas la saco de la bestia sin vida para después continuar caminando apoyándose de su arma.

- ¿Por qué quieres hacerlo?

Al escuchar esa pregunta la chica se detuvo.

-Venganza, por mis compañeros, por secuestrarme... por eso quiero fortalecerme, para poder luchar contra ellos y vencerlos la próxima vez, cuando antes no pude hacerlo.

Ante aquellas palabras el hombre arqueo sus cejas para después suspirar.

-Mejor regresa a dormir, muerta no servirás de nada.

Hablo el hombre mientras se acercaba a la chica desenfundando su espada para después noquearla de un golpe con el pomo del arma, sin embargo no dejo que ella callera al suelo, al instante la cargó hasta el interior del barco volador derribado. Recostándola junto a otras chicas que yacían dormidas. Al mirarlas podía notarse que había más de 20 chicas, pero tambien que faltaban varias.

Rápidamente comenzó a buscarlas preocupado porque alguna se hubiera alejado mucho, sin embargo las que faltaban aún seguían cerca, estas se encontraban aun frente a la fogata en la que habían cenado hace unas horas.

-Vamos, no puedes estar tan loca, ¿quién vendría por nosotras?

Pregunto una de las chicas llamando la atención del hombre, quien decidió escuchar.

-No miento, tampoco estoy loca, sé que él vendrá, le llevara tiempo... pero es de los que nunca se rinden es fuerte y muy hábil.

Respondió otra chica hablando con seguridad inflando levemente su pecho.

-Deja de decir eso, tal vez tu novio ya está muerto, esos asesinos mataron a todos.

-¡Él no está muerto! ¡Era muy fuerte el más fuerte de su clase!

Exclamo levantando su voz la cual poco a poco se iba quebrando al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaban a escurrirse, pero en ese momento, una tercera chica se levantó.

-Yo te creo, tambien tengo alguien especial, sé que es muy testarudo y paso por mucho, estoy segura que sigue vivió, después de todo no es de los que se rinden, sé que el tambien vendrá aunque no quiero que lo haga y se ponga en peligro de nuevo, no soporto verlo herido, pero prometió a mi padre protegerme.

Hablo aquella chica con palabras dulces y tímidas, mientras tenía sus manos sobre su pecho apretando algo entre sus manos.

-Qué suerte tienen ustedes, tienen novios fuertes y dispuestos a protegerlos, el mío murió intentando interponerse solo era un panadero... pero era feliz con el...

Una chica se tragó sus lágrimas mientras contenía su tristeza.

-Aunque él aun no es mi novio, pero me gustaría que algún día lo fuera, después de todo, él es mi caballero de brillante armadura.

Dijo la chica tímida mientras sonreía y se sonrojaba recordando a quien amaba.

En ese momento un soldado llego a donde el hombre.

-Señor, nuestro barco volador estará listo pronto, ¿despertamos a las chicas para partir a Dimizya?

Pregunto el soldado arrodillándose frente al hombre.

-No, por ahora descansen y monten guardia, estamos en un lugar muy peligroso. Mañana partiremos a primera hora.

Ordeno mirando a las chicas llorar y consolarse, sintiendo como su duro corazón se ablandaba, suspiro mirando hacia el cielo.

-Guardianes, permítanle a estas chicas regresar pronto a sus hogares.

Rezo hacia las estrellas.

Nuevo capitulo terminado, jaja ya se me hace costumbre publicarlo el jueves pero estoy seguro que el siguente capitulo será en navidad, jaja si me pongo manos a la obra puede que publique dos, así que esperen atento mi publicación.

Sin más que decir, me despido, que las gemas guíen su camino y felices fiestas a todos.

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