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Capitulo 17: El camino de Lucy.

Había pasado una hora desde que habíamos derrotado al dragón esqueleto, encontrándonos ahora recuperando energía, Luna se estaba más débil, habiéndose quedado sin magia prefirió dormir un rato mientras Josef, Mateo y yo nos encargábamos de reparar la carreta, con Coco vigilando esperando a recibir cualquier orden.

El daño causado por el monstruo había sido alto, dañando algunos barriles y cajas de suministros, así como muchas tablas.

–Es todo lo que podemos hacer ahora, cualquiera pudo haber hecho un mejor trabajo que nosotros asi que al menos espero que resista hasta salir de este bosque.

Comento Josef tras haber clavado el último clavo.

–Si tú lo dices... Lucy, trae a ese pollo y sujétalo al carro, Josef y yo subiremos las cosas.

Asentí ante las ordenes de Mateo cambiando hacia Coco para colocarle las riendas aceptándolas casi al instante, luego lo guie para colocarlo entre las varas, las cuales eran pesadas y resistentes, costándome mucho levantarlas para asegurar nuevamente a Coco aunque me facilitaba mucho el hecho de que se sujetara con ganchos.

Al terminar solté un suspiro sonriendo, Coco dio unas miradas a mi trabajo antes de sacudir su plumaje y mirar hacia el frente concentrado.

–Listo, ¡termine!

Exclamé levantando mis manos para hacerme notar ante mis compañeros.

–Despierta a Luna ya casi terminamos.

Hablo Josef mientras levantaba un barril y se lo pasaba a Mateo, quien lo cargo con mucho esfuerzo, obedecí rápidamente corriendo hacia Luna quien estaba durmiendo sobre su mochila junto al tronco de un gran árbol, al acercarme rápidamente comencé a tocar sus mejillas con mi dedo índice picándola una y otra vez hasta que se despertó.

–Lucy... ¿ya está todo listo?

Pregunto Luna bostezando y estirándose antes de mirarme detenidamente.

–Si, vamos hay que partir rápido, podrían aparecer más monstruos pronto.

Hable advirtiéndole ayudándole a levantarse.

–Espera Lucy... ¿dime te encuentras bien?

Me detuvo sosteniéndome de los hombros mientras me limpiaba con un pañuelo.

–Estoy bien, aunque bastante cansada y con muchos golpes... me hubiera gustado ayudarles más.

Luna negó con su cabeza antes de mostrarme una sonrisa.

–No te fuerces ya has demostrado que podemos confiar en ti, vamos, hay que continuar.

Sonreí corriendo hacia la carreta, subiendo sobre el asiento del frente.

–Todavía tienes mucha energía Lucy, y eso que deberías estar sin magia.

Comento Mateo sentándose y estirándose por completo.

–Déjala, es una niña muy activa no como tu Mateo que seguramente te la pasas durmiendo todo el día.

Le respondió Luna llegando tras de mi sentándose a mi lado provocando que Mateo bufara.

–Dejando eso de lado, ¿Lucy segura que estas bien? También tienes muchos golpes.

Hablo Josef con una gran preocupación, era cierta tenia algunos moretones y raspones, pero nada que no hubiera sufrido antes mientras jugaba, aunque no todos al mismo tiempo.

–Sí, pero, por ahora no es momento de descansar debemos encontrar a mi hermanito.

Respondí al instante tomando las riendas provocando que Coco empezara a avanzar al instante, con todo el grupo en mal estado debía esforzarme más que nunca, al menos hasta que mi hermanito regresara con nosotros, mientras no podría ni siquiera dormir.

El bosque moribundo dio paso a una aparente planicie completamente desierta, donde el movimiento de la carreta se suavizo un poco, mientras el viento comenzaba a aumentar a medida que entrábamos al interior de una tormenta, la ceniza comenzaba a volar creando grandes nubes de polvo.

–¿Así será una tormenta de arena?

Me pregunte mientras intentaba cubrir mi cara con el escudo de madera.

–Estén atentos a cualquier criatura.

Comento Mateo casi gritando manteniéndose de espalda al viento. Coco por su parte seguía avanzando sin detenerse, aunque tuviera que correr con los ojos cerrados.

–No respiren la ceniza el polvo puede enfermarlos.

Agrego Josef repartiéndonos pañuelos los cuales nos colocamos al instante, sin embargo seguía siendo algo peligroso pues apenas podíamos abrir los ojos, haciendo muy difícil el detectar a los monstruos, aunque con este clima dudaba que alguno apareciera.

–Luna será mejor detenernos y ocultarnos en la carreta, el viento parece estar aumentando.

Advirtió Mateo con una voz preocupada esto mientras Coco se detenía echándose sobre el suelo y ocultando su cabeza bajo sus alas.

–Es lo mejor, dejaremos que pase.

Respondió resignando, nos pasamos a la parte trasera de la carreta donde Josef y Luna sacaron una lona de una de las cajas comenzando a extenderla sobre nosotros, intentando que el viento no se la llevara.

–¿Dónde están las cuerdas?

Grito Luna sosteniendo la lona en una equina buscando donde colocarla.

–Usa los ganchos en las esquinas.

Respondió Josef luchando contra el viento.

–Lucy ayúdame.

Comento Mateo comenzando a levantar una vara que se extendía por el ancho de la carreta alzándose sobre dos pilares a poco más de un metro de alto sobre las paredes de madera, el cual rápidamente aseguramos con unos pasadores para que no se moviera, tras ello Luna y Josef aseguraron los otros dos extremos de la lona, resultando en una tienda de lona improvisada, regresando casi de inmediato al interior donde estábamos a salvo de la ceniza.

–Bien, creo que por ahora podemos relajarnos.

Comento Josef sacudiendo la ceniza de su pelo, algo que nos cubría a todos.

–Acomoden las cajas y barriles en las puntas, así tendremos más espacio en el centro.

Hablo Luna en tono militar comenzando a mover algunas cajas y mochilas hacia el frente.

–No quieres tocar la sucia ropa de Mateo.

–Ja, si fuera Rohei seguramente buscaría cualquier excusa para estar lo más cerca de él.

Comentaron Josef y Mateo uno detrás del otro moviendo el equipaje hacia atrás.

–Claro que lo haría cuando ya estuviéramos más cómodos.

Hablo Luna sin nada que ocultar mientras yo me sentaba con las piernas cruzadas apoyándome contra un barril y una caja apilada.

–Pero deberíamos dejar las bromas, y recuperar algo de energía.

Luna busco entre las cajas sacando las raciones de comida y una cantimplora de agua.

–[Purificar]

Lanzo Luna aquel hechizo al agua antes de pasármelo a mí y sentarse a mi lado, tomé del agua sabiendo fresca y sin ningún sabor extraño.

–Quisiera saber más hechizos.

Dije pasando la cantimplora a Mateo y a Josef quienes estaban sentados frente a nosotras.

–Entonces debes aprender más.

Comento Mateo, levantando su dedo índice.

–Claro que sí, pero igual mi maestra me dijo que debo perfeccionar los hechizos que ya tengo.

Respondí ante las palabras de Mateo mientras Luna repartía la comida, la cual consistía en un puré anteriormente preparado y guardado en un recipiente de piel, y algunas tiras de carne ahumada.

–Es una buena maestra, pero no olvides ampliar tu repertorio Lucy.

Comento Luna ante mi respuesta, hablando con una sonrisa tierna.

–Inevitablemente serás una maga y una guerrera, tal vez una maga roja valquiria.

Josef dio su opinión mientras comía con las manos usando la carne ahumada como cuchara.

–Aunque... saben yo quisiera ser una invocadora y una valquiria.

Dije tomando una cuchara de madera y mirando hacia el plato de comida con una leve sonrisa, si quería ser una maga, pero las invocadoras también manejaban la magia, solo que ellos se especializaban en los pactos con espíritus poderosos, los cuales les ayudaban en el combate, habían muchos héroes con ese trabajo pudiendo incluso dominar dragones ancestrales.

–Invocador... mejor ve cambiándolo por domador, los invocadores se extinguieron durante la guerra de los 100 años, cuando Runus destruyo la última escuela de invocadores perdiéndose esa profesión para siempre.

Hablo Mateo negando con su cabeza, haciendo que yo suspirara con tristeza, empuñando mis manos, era una muy mala noticia, aunque, por otra parte recordaba las historias al respecto de esa profesión eran algo antiguas según mi hermanito, igual las palabras de Mateo me hicieron levantar una ceja.

–¿Cómo se obtiene una profesión? Aun no nos lo explican en la escuela.

Pregunte mientras daba un bocado a un trozo de carne seca, aunque estaba bastante duro y salado, sintiéndose difícil de masticar.

–Las profesiones, cuando cumples 15 o un poco antes te la entregan en forma de pergamino, para algunas necesitas una bendición, como lo es el caso del mago blanco y el escudero, una vez obtenida, el escrito del pergamino se grabara en tu cuerpo oculto para siempre con magia, generalmente se lee en el brazo derecho, pero si se pierde puede usarse el izquierdo o la espada, para que te acepten como domadora necesitas haber hecho un contrato con 3 monstruos diferentes de los cuales solo uno puede ser una montura.

Me explico Luna comenzado a comer, mientras yo lo hacía con algo de dificultad, aunque me ponía triste no poder tomar el trabajo de invocadora, tampoco me negaba a ser una domadora.

–Sin embargo tener dos trabajos así sería complicado, para ser valquiria en Paradise necesitas ir al supremo colegio de caballería, pero si quieres ser una domadora tendrías que ir a la academia de Paradise.

Infle mis mejillas ante la explicación de Mateo, pues no quería ir a dos escuelas.

–Tendrás que elegir la principal y la otra seria secundaria.

Agrego Luna sonriendo un poco, pero igualmente involucraba dedicarse a dos trabajos, sin embargo quería ser una valquiria para ser como mi hermanito, así que no dejaría eso de lado.

–Seré una valquiria y una domadora, pero siento que me estoy metiendo en mucho trabajo antes de siquiera empezar.

Suspire apoyándome contra el barril detrás de mí.

–Es lo malo de los talentosos, Luna es la única de nosotros con dos profesiones, así que sería un buen punto de comparación.

Señalo Josef en un tono algo juguetón habiendo terminado de comer.

–...Si, además como por ahora no está Roe, creo que tengo el deber de enseñarte unas cosas o dos.

Hablo Luna tras terminar de comer dejando el plato a un lado, buscando entre sus cosas sacando un diario junto con una lámpara, la cual en su interior contenía una piedra que se encendió emitiendo una luz blanca tan pronto Luna coloco su mano sobre el cristal.

–Acércate Lucy, te enseñare algo.

Asentí acercándome a Luna dejando el plato en el suelo de la carreta, mirando hacia el diario, el cual contenía un hechizo.

–Polvo de estrellas, es un hechizo de ataque que estudie, pero nunca quise dominar, antes porque no quería usar magia ofensiva y ahora porque carece de poder, pero pienso que es perfecto para ti.

La página podía notar escrito la frase "Polvo de estrellas", junto con un dibujo de estrellas saliendo de una varita sostenida por un mago.

–Las estrellas son la luz que dispersa la oscuridad en la noche, objetos de un brillo blanco puro, su canto no es complicado, lo complicado es lograr darle forma al hechizo.

Comento Luna desenfundando su varita y entregándomela.

–Intenta practicar la magia, canaliza primero la idea del hechizo por la varita, intenta darle una forma.

Asentí cerrado mis ojos siguiendo las instrucciones de Luna, comenzando a concentrarme en la varita, entregándole un poco de mi poder mágico, intentando primero reunirlo por un par de segundos, por fortuna al saber cómo usar cura sabia como controlar el elemento luz dentro de mí, logrando rápidamente hacer que la varita brillara con luz propia.

El siguiente paso era intentar saber cómo darle forma al hechizo para qué este pudiera atacar, sin embargo, en ese momento no pude imaginar nada relacionado al polvo de estrellas.

¿Qué podría ser?

¿Estrellas pequeñitas como polvo?

Y si eran pequeñas como el polvo ¿Cómo podían dañar, acaso solo provocando estornudos?

Abrí mis ojos mirando la varita viendo como esta producía pequeñas estrellas las cuales caían al suelo como si fuera nieve, sonreí comenzando a agitarla haciendo que las estrellas se dispersaran en pequeños brillos.

–Eso parece más un truco para las fiestas.

Hablo Mateo atrapando una con su mano la cual no le hizo daño alguno.

–Yo pienso que es una buena base.

Agrego Luna sonriendo y dándome unas palmadas en la cabeza sin embargo yo continuaba mirando las estrellas caer, intentando pensar en cómo hacerlas más grandes o como estas podrían hacer daño.

Comencé a cortar la conexión de mi magia con la varita desapareciendo las estrellas poco a poco, antes de que siquiera terminara Luna me arrebato su varita de mis manos, rápidamente escuchamos el graznido de Coco gritando de dolor.

–¡En guardia!

Exclamo Luna, justo en ese momento varios cortes se abrieron en la lona que nos cubría, provocando que esta se partirá cayendo y dejándonos descubiertos, nuestros atacantes habían sido unos monstruos, tres de ellos eran esqueletos portando corazas sencillas y espadas oxidadas, los otros eran un grupo de 4 entes flotantes, los cuales parecían ser esferas negras flotando por lo alto, tres estaban rodeadas por viento el cual giraba a su alrededor, mientras la última se encontraba ardiendo en fuego.

–¡Son no muertos, tomen sus armas!

Advirtió Mateo levantando su maza, disparando una llamarada contra uno de los esqueletos sin embargo, el ser de fuego se interpuso absorbiendo aquel hechizo antes de dispararlo en forma de llamarada regresándole el hechizo a Mateo, quien dio un salto para esquivarlo.

–¡Maldito! [¡Hielo!]

Exclamo Mateo nuevamente disparando una serie de picos de hielo contra el monstruo de fuego pero este esquivo rápidamente elevándose.

–Mateo no te distraigas.

Josef desenfundo su espada deteniendo a uno de los esqueletos, empujándolo hacia atrás.

–Gracias, ¡Luna haz algo!

–Ya lo sé, Lucy los no muertos son vulnerables a la luz, intenta usar el hechizo polvo de estrellas para apoyarnos.

Me explico Luna al instante mientras desenfundaba su espada dando un salto para interceptar el ataque otro esqueleto.

Sin embargo yo me puede paralizada, no sabía cómo ejecutar el hechizo, si ni siquiera sabia como darle forma.

Simplemente desenfunde mi daga y empuñe mi escudo intentando saber que podía hacer al respecto, ¿como podría usar mi magia?, mire hacia arriba viendo a esos espectros moverse rápidamente.

Entonces pude notar como varias estacas de hielo volaban hacia el cielo impactando contra un espectro de viento, pero en vez de dañarlo, el monstruo atrapó el hechizo entre sus corrientes de aire haciéndolo girar y regresando el ataque hacia Mateo y Josef, quienes esquivaron siendo un esqueleto el que recibió el impacto del hechizo, sin hacerle efecto alguno.

Luna por otra parte luchaba contra el segundo esqueleto quien le atacaba sin darle respiro para concentrarse en su magia, el tercer esqueleto permanecía alejado observando la situación, solo con notar que este portaba una armadura completa podía ver que era más poderoso que los otros dos.

Gire hacia atrás mirando a Coco, quien se había despertado encontrándose con algunas heridas, pero de pie vigilando al rededor, notando que la tormenta había aminorado.

–Seguramente serás de más ayuda que yo... [Te rezo a ti dios de lo alto].

Comencé a cantar apuntando el hechizo de curación hacia Coco, sin embargo uno de los espectros de viento sintió mi magia, avanzando contra mí rápidamente atacándome con una embestida, golpeándome con fuerza, casi derribándome de ese golpe.

–[Concédeme el primer milagro]

Pronuncie empuñando mi escudo, colocándome firme y sujetando mi daga con toda mi fuerza, mire hacia el monstruo volando sobre la carreta, inconscientemente comencé a depositar mi magia en mi daga, haciéndola brillar con un destello plateado. Rápidamente el monstruo ataco disparando flechas de viento, las cuales impactaron contra mí escudo, las cuales me empujaron con fuerza hacia atrás, pero sin dañarme, pues el escudo había resistido, apreté mis dientes manteniéndome firme.

Entonces, el espectro de viento se lanzó en mi contra, pretendiendo intentar derribarme, sostuve mi escudo con fuerza, haciendo mi cuerpo hacia adelante, separando mis piernas, con la derecha hacia atrás y con la izquierda hacia adelante, imitando a mi hermanito, recibiendo el golpe con mi escudo nuevamente, mi cuerpo se estremeció. Apreté mis dientes lanzando una estocada contra el espectro pronunciado:

–[¡Cura!]

Con todas mis fuerzas libere el hechizo sobre el monstruo, mientras solo la punta de mi daga impactaba contra su núcleo negro, el viento se detuvo dejando solo la esfera, la cual pronto comenzó a hincharse, deformándose haciéndose cada vez más grande, hasta que exploto en un torrente de viento.

El silencio inundo el lugar, mientras intentaba analizar lo que había pasado, ¿era algo fortuito?, lo había hecho por puro instinto sin saber que podía esperar. Pero el hechizo había funcionado perfectamente contra el monstruo, después de todo era de elemento luz.

Sin embargo aquello llamo la atención del esqueleto caballero quien comenzó a moverse a nuestra dirección.

–¡Luna!

–¡Ya se! ¡Lucy vuelve a hacer lo que hiciste, rápido!

Exclamo Luna ante lo cual asentí, estirando mi mano izquierda hacia nuestra maga, pero centrándome en el esqueleto iniciando el canto rápidamente, consciente de que solo podía usar tres hechizos en este momento sabía que debía usarlos correctamente no podía fallar.

–[Cura]

Pronuncie cubriendo al esqueleto de un brillo plateado paralizándolo, ante lo cual Luna rápidamente extendió su varita.

–[¡Starlight!]

Exclamo creando la esfera de luz en su pecho, la cual detono en una explosión, dejando únicamente la armadura del monstruo caer al suelo.

–Ahora sé que esto funciona, [Te rezo a ti dios de lo alto, concédeme el primer milagro] ¡Cura!

Luna agito su varita mientras cantaba el hechizo, el cual al activarse hizo brillar a los 3 espectros restantes haciéndolo desaparecer casi en un instante.

–Ahora Mateo.

–Ya te escuche anciana [¡Ardan llamas del inframundo!] ¡Fuego!

Esta vez la llamarada no fue bloqueada eliminando al segundo esqueleto, sin embargo aun quedaba uno, el cual rápidamente había cortado la distancia, causando que Luna mostrara una mueca.

–Ya verás [¡Starlight!]

Exclamo liberando una esfera de luz contra el monstruo, el cual esquivo rápidamente antes de correr nuevamente, ataco apuntando su lanza hacia Luna estando demasiado cerca como para que ella pudiera pronunciar otra palabra.

–¡Luna!

Gritamos, sin embargo, la lanza no logro tocar a Luna, quedándose a centímetros de su pecho, sus brazos, piernas y cadera estaban siendo sostenidas por cadenas de luz frenándolo por completo, impidiendo que este avanzara.

–[Fuego]

Quemado hasta la muerte, el esqueleto se derrumbó vuelto en una pila de huesos junto con su lanza oxidada, el hechizo no fue lanzado por Mateo, si no por alguien con una magia más gentil, la reconocí en un instante, al igual que Luna, salte de la carreta corriendo junto a Luna, siguiendo las cadenas que se retraían, no nos importó lo golpeado o herido que estuviera, nos lanzamos sobre mi hermanito mientras lo abrazábamos.

Después de todo, lo habíamos extrañado demasiado y nos alegramos verlo nuevamente.

Capitulo 17 publicando espero que les haya gustado, igual fue algo corto, pero para mí tuvo un tamaño adecuado, después de algunos capítulos los personajes se reencuentran. El segundo tercio de la historia está por terminar.

Sin más que decir me despido, que las gemas guíen su camino.

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