Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8

Lillianne pensó un rato, pero luego estiró su brazo y agarró la mano de Erns, levantando también a Rosemary. Los levantó con tanta facilidad, como si de una pluma se tratase. Los colocó a ambos en el suelo, pero no preguntó algo como "¿Estás bien?" o "¿Te lastimaste?" Rosemary se limpió las lágrimas con su brazo, mientras se aferraba fuertemente a su osito de peluche.

—¿Ven lo que les decía? Lili no es del todo mala.

—No te confundas, Lucas. La vida de Rosemary y la mía no le importan en lo más mínimo. Si moríamos, nuestros amos también lo harían. Por eso nos salvó.

«Estás en lo correcto.»

En la relación entre un vampiro y su cáliz, si el humano muere, el vampiro también y viceversa. En todo caso, solo cuando el humano muere de vejez, es cuando el vampiro queda libre. Muchas personas podrían ver esta relación como una especie de "prisión" para ambas partes, sin embargo, no tiene por qué ser algo desagradable. Depende de cómo se nutra dicha relación, puede tornarse de una forma bastante linda y especial.

—Sin embargo...

Luego de que Erns soltara esas palabras, él y Rosemary hicieron una pequeña reverencia.

—Gracias por salvar a nuestros amos.

—Gra...cias...

Erns y la pequeña Rosemary mostraron su gratitud, aunque no hará falta mencionar que Erns odiaba inclinar su cabeza ante la demonio.

«Por alguna razón, parece como si me estuvieras maldiciendo en tu mente.»

—No necesito vuestra gratitud, cálices. Los que deberían agradecerme son sus amos, no ustedes.

Erns apretó los dientes de ira y Rosemary agachó un poco la cabeza.

—Incluso cuando alguien se inclina y te agradece... No sabes cuánto te odio.

Erns salió corriendo junto con Rosemary, para protegerla de ese demonio en cuerpo y alma.

«¿Acaso crees que me importa?»

—Tú también, humano. Ve a despedirte de los invitados.

—Oye, Lili...

«¿Mmm?»

—¿Qué quieres, humano?

—¿Por qué no te importaba la vida de ellos?

Lucas estaba cabizbajo y con sus manos apretaba su ropa.

—Porque no hay razón para que me importen. Cambiando de tema, ¿por qué los cálices terminaron en esa situación tan lamentable?

—Ah, eso...

Aproximadamente unos 10 minutos antes de que ocurriera el incidente, los tres humanos se encontraban en el cuarto de Lucas jugando cerca del balcón.

—La pasé muy bien. Gracias...

Rosemary se veía muy feliz. La sonrisa que mostró cuando agradecía era hermosa.

—Me alegro, Rose.

Al parecer ya se habían decidido los apodos. Mientras que Lucas la llamaba "Rose", Erns la llamaba "Mary". Es algo tierno.

—¿Erns, pasa algo? Estás callado.

—Oh, no es nada, Mary. ¿Puedes alejarte un poco por un momento? Hay algo que quiero preguntarle a Lucas.

—Está bien. Iré al balcón a jugar con Luke.

Ah, por cierto, Luke es el nombre del osito de Rosemary.

—De acuerdo, ten cuidado.

—Si.

Erns miró a Lucas en silencio. Había algo que se preguntaba. Lucas estaba confuso. No entendía el por qué de tanto misterio por parte del joven cáliz. Sin embargo, Erns habló.

—Tu... al parecer le has tomado cariño a la demonio.

—¿Eh? Ah, bueno, ella me salvó.

—¡Esa no es razón suficiente!

Erns estaba alterado, cosa que Lucas notó. En realidad, en la cabeza de aquél niño de cinco años, había algo que no dejaba de preguntarse: "¿Por qué Erns odia a Lili?" Sin embargo no dijo nada. No sabía si debía preguntar.

—Lucas, has visto la actitud cruel de la demonio. Se refleja en sus palabras y en la forma que te trata. Si te apegas mucho a ella, te abandonará o te matará.

—Eso no pasará.

—Luces muy seguro. Ella es un demonio. ¡Un demonio! Confiar en una criatura así está mal ¿Porqué te sigues apegando?

—Eso es porque... ¿Eh?

La vista de Lucas se dirigió hacia arriba y vio como un grupo de murciélagos se dirigía a Rosemary.

—¡Rose, ten cuidado!

—¡Mary!

Rosemary perdió el equilibrio y traspasó la barandilla. Erns agarró su mano, pero no tenía suficiente fuerza como para subirla otra vez al balcón.

—¡¡Lucas, busca ayuda!!

—¡Si!

Y fue entonces cuando fue a buscar a Lillianne para que los salvara. Ahora, volviendo al presente.

—Cambiando de tema, ¿por qué los cálices terminaron en esa situación tan lamentable?

—Ah, eso...

Lucas pensó por un momento, pero luego habló.

—Es un secreto.

—Como sea. Mira, llegamos a la recepción. Despídete de los invitados.

—¡Si, Lili!

«Otra vez ese desagradable apodo. Ya no sé qué hacer para callarlo.»

Ya en la recepción, Lucas se despidió de los invitados. La conversación que tuvieron los humanos y el hecho de que los cálices casi mueren se mantendrá como un secreto, y no solo eso. Abigail prometió que volvería a traer a los cálices para que jugaran con Lucas. Inesperadamente todo tuvo un final feliz, por suerte. Luego de la fiesta de cumpleaños, como se había acordado, Midna fue al pueblo humano y regresó el día siguiente con algo bastante interesante.

—¿Lo trajiste, Midna?

—Si. Robé este amuleto de la casa de los Van Helsing.

«Los mejores cazadores de monstruos que han existido. Entonces este amuleto es de calidad.»

—Humano, acércate. Tu también, Gallian.

Midna le puso el colgante a Lucas. Era un hermoso amuleto con una cadena plateada y un rubí tan rojo como la sangre.

—¿Eh? La esencia de Lucas desapareció.

—No desapareció, Gallian. El amuleto la está ocultando. Buen trabajo, Midna. El plan funcionó.

—Sus palabras me honran, mi señora.

Lucas era el único que no seguía la conversación, por lo que tuvieron que explicarle. Ese amuleto era llamado "Zero" y su función era ocultar la esencia humana de quien lo usa. Antiguamente lo usaban para infiltrarse en el reino vampírico y así matar a los vampiros, pero con el tiempo este amuleto fue desapareciendo por alguna razón desconocida. Son muy pocos los que aún existen, y por suerte, Midna se las arregló para conseguir uno. Mientras que Lucas tuviera ese colgante puesto, nadie podrá reconocerlo por su esencia. De esta forma, las reuniones y eventos que se realicen en la mansión Soleil podrán llevarse acabo sin que Lucas sea descubierto.
Lillianne volvió a invitar a un noble comprador a la mansión, además de la reunión de los círculos sociales, y por suerte no hubieron más contratiempos desafortunados. Los días pasaron, las salidas de Lucas y Lillianne a tomar el sol continuaron, y en un abrir y cerrar de ojos pasaron dos semanas.

—Midna, alista el carruaje. Abigail, Edwin, Gallian, vamos.

Eran las 9:00 pm, el momento de asistir a la fiesta debut de la nieta del Archiduque. Lucas se había quedado en la mansión Soleil junto con Erns y Rosemary, mientras eran cuidados por Midna. Los Solder decidieron acompañar en el carruaje a los Soleil.

—Chofer, tome la ruta más corta.

—Como ordene, mi señora.

El viaje fue algo tenso. Una media hora después llegaron al lugar del debut. La mansión del archiduque era bastante grande. Bueno, era de esperarse del hermano del actual emperador.

—¿Ya habrá superado el no haber sido elegido emperador? De todas formas, todo está repleto. ¿A cuántas personas a manipulado el Archiduque para ganarse la superficial lealtad de ellos? Más importante...)

—Edwin, Gallian, tengan cuidado. Ustedes me ayudaron cuando la familia Soleil estuvo al borde de ser destruida, así que corren riesgo.

—Es verdad, ten cuidado hermano. Usted también, marquesa Solder.

Abigail y Edwin asistieron. En realidad, esa era la primera reunión con el Archiduque después del incidente de hace unos 100 años. Fue en aquel tiempo cuando infiltraron espías en la mansión, la familia Soleil cayó y para volver a levantarla, Lillianne se comprometió con el príncipe heredero.

«¿Cuál será su próximo movimiento? Tal vez... Oh, están entrando.»

Desde las altas escaleras se divisaron dos figuras. Primero el archiduque, Richard Alfierce, un vampiro elegante de 6000 años con una insaciable sed de riqueza.

Detrás de él entró Rosalía Alfierce, su nieta y prometida del Conde Ekhart. Una vampiresa mimada y egoísta con un orgullo más grande que la cueva que protege al imperio del Sol.

«Sin embargo, ella...»

«¿Qué pasa con ella? ¿En serio tiene 1400 años? Parece más vieja. Además, su vestido es muy raro. ¿A qué diseñador acudió?»

El archiduque alzó la mano para hablarle a todos los invitados.

—Gracias a todos por asistir a la fiesta debut de mi nieta. Es un verdadero honor tenerlos aquí está noche. En breve comenzará el primer baile, así que disfruten y diviértanse.

El archiduque bajó por la escalera izquierda. Rosalía y su prometido que apareció después bajaron por la escalera derecha. El primer baile iba a comenzar. Edwin y Abigail bailaron juntos, Lillianne bailó con Gallian y Rosalía con su prometido. La fiesta parecía ir bien.

—¿Está disfrutando de la fiesta, señor Soleil? Usted también Duquesa Soleil, Luna del Imperio.

«Esa voz... Ah...»

—Es un honor volver a verlo, Archiduque Alfierce.

Lillianne y Gallian hablaron al mismo tiempo y con precaución. El Archiduque es ese tipo de persona impredecible. Si no tienes cuidado, te puede atacar por donde más te duela.

—Duquesa, parece que logró recuperarse del incidente. No me molestaré en dar excusas sobre mis actos. Al parecer acogió a una persona muy capaz, señor Soleil. Es increíble, pero...

El Archiduque puso ambos manos en los hombros de Gallian y Lillianne, separando a los Soleil para poder pasar.

—No deberían bajar la guardia. Las desgracias vienen por donde menos las esperas, por eso no deberían relajarse tanto. A partir de ahora, lo que pase será vuestra culpa.

Estas palabras por parte del Archiduque pusieron en alerta a los Soleil, y solo media hora después notaron de lo que hablaba. Un olor a sangre comenzaba a esparcirse por el salón. Lillianne se dirigió a donde provenía ese olor. En una esquina de la habitación, detrás de una cortina, se encontraba el cuerpo sin vida de Rubí Garnett, una de las clientes regulares de Lillianne. Esa zona del suelo estaba manchada de una sangre mucho más roja que los mismos rubíes, los misma joya que Rubi tanto amaba.

Su pecho había sido perforado incontables veces por una estaca de madera.

«Hay algo junto a la estaca.»

Lillianne sacó la estaca y desamarró el cordel que unía al arma con una nota de un papel muy fino. Sin embargo, lo más perturbador era el contenido de la nota.

«"Es tu culpa" es lo que dice. Además, esto... Oh... El papel se acaba de desmoronar. Supongo que era demasiado delgado.»

—¡Lillianne!

La voz de Abigail saca a Lillianne de sus pensamientos. La demonio se voltea y comprende el por qué la vampiresa la llamaba. Había una multitud alrededor de la escena del crímen, y no habrá falta mencionar de lo que hablaban. En realidad no hay nada que explicar. Lillianne arrodillada junto a la víctima, con una estaca con sangre en una mano. "Ella la asesinó" es lo único de lo que se hablaba en ese momento, y no puede hacer nada para evitarlo. Lillianne dejó la daga en el suelo y suspiró.

«Ah... He sido incriminada.»

                     Capítulo 8/Fin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro