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Capítulo 14

Ha pasado un mes desde que cambiaron de mansión. Lucas se ha acostumbrado bien y Ray comenzó a usar bozal. Dado que la mansión está completamente expuesta al Sol, Abigail solo puede ir de vez en cuando por la noche. Lucas tuvo que invertir su horario de sueño. Para poder tomar las clases de sus maestros comenzó a dormir de día y a estar despierto por la noche. Obviamente deja un espacio de tiempo para tomar sol.

Actualmente es de noche. Lucas está practicando el manejo de la espada con su profesor. Ha mejorado un poco, aunque aún no puede usar una espada de verdad, solo una de madera. Lillianne se encontraba en su estudio. La puerta de la habitación se abrió, dando paso a Gallian.

—Lillianne.

—¿Terminaste de empacar, Gallian?

—Si. Todo está listo.

Es verdad. Gallian se va mañana en la noche. No se sabe cuánto tiempo estará fuera, pero no debe ser mucho. Tal vez unos años.

«Me pregunto a quién traerá.»

—Antes de irme, ten.

—¿Mmm? ¿Qué es esto?

—Es una carta del archiduque.

«¿Que?»

Lillianne abrió la carta apresuradamente y la leyó. El Archiduque se ofrecía a ayudar en la reconstrucción de la mansión principal de los Soleil. Sin embargo, había algo raro. Un mensaje oculto muy sutilmente. Cualquiera lo pasaría por alto, y el que se diera cuenta pensaría que era una simple coincidencia.

—"Es tu culpa"

Lillianne dijo esas palabras casi en un susurro, pero fue suficiente para que Gallian las escuchara. Él no se sorprendió, así que ya lo sabía. En la carta, la primera letra de cada línea formaban la frase "Es tu culpa".

—¿Qué opinas, Lillianne?

—Obviamente lo rechazaremos. El príncipe heredero ya se encarga de la reconstrucción. Más importante, Gallian, el Sol pronto saldrá. Deberías irte a dormir.

—Ahora voy. Cuida del Ducado en mi ausencia.

«Siempre dice lo mismo.»

—Por supuesto.

Las horas pasaron y llegó el día en el que Gallian debía irse. Lillianne, Lucas y Midna no eran los únicos presentes. También se encontraban Edwin, Abigail, Erns, Rosemary e incluso Elliot.

—¿Por qué hay tantas personas? No es la primera vez que me voy y esta vez el tiempo será menos.

Lucas estaba llorando. En realidad, para los demonios y vampiros, unos años o incluso 100 años no son nada. Sin embargo, no es así para los humanos. De hecho, si Gallian hiciera su viaje habitual de 100 años, Lucas, Erns y Rosemary no lo volverían a ver.

Gallian le pasó la mano por el pelo a Lucas y lo cargó.

—No llores. Cuida de Lillianne en mi ausencia.

—Gallian, es absurdo pedirle a un humano de 6 años que cuide a una demonio de 2500 años.

—Tu también, Lillianne. Cuida de Lucas. Ten.

Gallian se refería a Lucas. Le estaba diciendo a Lillianne que lo cargara. La única vez que Lillianne cargó al humano fue durante el incendio, por eso estaba algo vacilante, pero al final extendió la mano.

Lillianne cargó a Lucas y Gallian abrazó a todos los que se encontraban presentes, incluso a Midna. Ella le devolvió el abrazo y no mostró desagrado. Hay que recordar que fue Gallian el que asesinó a los padres de Midna.

Gallian se montó en el carruaje y se despidió una vez más. A medida que transcurría el tiempo, la figura del carruaje se hizo gradualmente más pequeña hasta que desapareció.
Pasaron dos semanas. Lucas se ha estado esforzando mucho en sus lecciones de espada. Cuando terminó sus lecciones fue a ver a Lillianne quién se encontraba sentada en un sillón de la biblioteca. La luz de la Luna entraba por los vitrales, embelleciendo la antigua biblioteca.

—¡Lili, he mejorado!

«¿Eh?»

—¿De qué hablas ahora, humano?

Luego del incendio, Lillianne no volvió a llamar a Lucas por su nombre, pero eso a él no le molestó. Él estaba feliz con haberlo escuchado solo una vez.

El niño se acercó corriendo y luego se paró junto a ella.

—¡El profesor dijo que he mejorado con la espada! ¡Y me felicitó!

—Ya veo. Bien por ti.

—¡Si!

Lillianne giró su cabeza de regresó al libro que leía.

—¿Necesitas algo más?

—¡Te protegeré!

Lillianne casi se atragantó con sus propias palabras.

«¿Qué?»

—Si es por lo que dijo Gallian, no debes preocuparte por eso. Puedo cuidarme sola.

—¡No es sólo por lo de Gallian!

El humano bajo la cabeza y luego la volvió a alzar. Sus hermosos ojos amarillos brillaban de determinación. No había ningún rastro de duda.

—¡Te protegeré!

—Si tu lo dices.

—¡Hablo en serio! Entrenaré y me haré fuerte. ¡Me convertiré en espada!

"Espada" no es solo aquella arma afilada. "Espada" es el nombre que reciben aquellas personas que son hábiles con el arma.

«Ya veo. Así que él quiere convertirse en espada.»

—¡Me convertiré en tu espada!

«En "mi" espada. Mmm...»

—No lo necesito. Por mucho que entrenes sigues siendo un humano y yo un demonio. Es inútil.

Lucas hizo un puchero, pero no parecía rendirse.

—¡Te protegeré! ¡Es una promesa!

El tiempo sigue corriendo. Ya pasaron dos meses desde que Gallian se fue. La reconstrucción de la mansión Soleil avanza bastante rápido. Tal vez en uno o dos meses más esté lista.

—¡Lucas, atrápala!

—¡Si!

Lucas a salido a tomar el Sol. También se encontró con los amigos que hizo. Contando a Lucas, cuatro niños jugaban felizmente con una pelota.

—Ah, Lucas, se me olvidaba.

Una de las niñas lo miró. Su nombre era Ami.

—Dijiste que eras huérfano, ¿no? Mi mamá siempre quiso otro hijo y yo siempre quise un hermano, pero ella ahora no puede. ¡Así que hablamos y me dijo que te acogería!

—¿Eh...?

«Si ella hiciera eso y Lucas se fuera, el ya no estaría en peligro.»

Lillianne se levantó y dio media vuelta.

—¿Eh? ¡Lili espera!

Lucas sujetó a Lillianne de la mano.

—¿Por qué te vas? ¿Me vas a dejar?

—Humano, piénsalo. El mundo de los vampiros y demonios es peligroso. Con los humanos estarás más seguro que conmigo.

Lillianne quitó su mano.

—¡Yo no quiero...!

—¿Lucas?

Ami junto a los otros niños se acercaron a la cueva.

—¿Qué estás...?

Los niños vieron a Lillianne.

—¡¡¡¡AAAAAHHHH!!!!

—¡¡¡Es un demonio!!!

—¡¡¡¡AYUDAAAA!!!

«Haaa...»

Lillianne suspiró y se dió media vuelta mientras los niños entraban en pánico y corrían.

—¡Lili, espe...!

—¡Lucas, no!

A diferencia de los otros niños cobardes, Ami regresó a la cueva y tomó la mano de Lucas.

—¡Ami!

—¡Lucas, es un demonio! ¡Debemos correr!

—¡No! ¡Lili es buena!

—¿¿Lili?? ¿Eres su esclavo o te lavó el cerebro? ¡Debes escapar ahora o te matará! ¡¡Vamos!!

—¡No! ¡Lili no es así!

—¡¡Lucas!!

Pero ya era tarde. Lillianne se había montado en el carruaje y este comenzaba a alejarse.

«Ahora el humano estará más seguro. Todo ha salido bien. También tiene consigo a Zero, así que eso lo protegerá de los vampiros y demonios.»

Lillianne estaba absorta en sus pensamientos, cuando un débil sonido le llamó la atención. Era tan débil como un susurro, lo cual era raro.

—¡Li... li! ¡Es...ra! ¡Espér...me!

—Chófer, deténgase un momento.

Lillianne salió del carruaje y lo vio. A una distancia enorme, se encontraba Lucas. Estaba corriendo y gritando.

«Para que el grito de un niño se escuche a esta distancia... Debe estar gritando tan fuertemente que su garganta debe arder mucho. Su voz se oye inestable y algo ronca.»

Lillianne dio un paso al frente y en un segundo apareció delante de Lucas. Su cara estaba llorosa, sus rodillas magulladas y su voz ronca.

—¿Qué haces así, humano?

—Es tu... culpa. Tu... me... dejaste...

—Así estarás más seguro. Se inteligente y regresa.

Cuando Lillianne iba a dar media vuelta, Lucas gritó.

—¡NO! ¡¡QUIERO QUEDARME CON LILI!!

Su garganta estaba lastimada, pero aún seguía gritando. Lucas tosió y gimió de dolor. Su garganta quemaba.

—Ah... Li... li...

Lillianne hizo una mueca y se dio media vuelta.

—Li... li... Espé... rame... Por... favor...

Lucas tropezó y calló.

—Ugh...

El niño lloraba. Su energía se había agotado. Tenía que ponerse de pie. Tenía que hacerlo, sino Lillianne se iría. Lo abandonaría. No quería ser abandonado. Sin embargo, Lillianne se dio la vuelta y lo miró.

—¿Qué haces allí, humano?

—¿Eh?

—¿No dijiste que querías quedarte conmigo? Comencé a caminar hacia el carruaje pensando que vendrías conmigo, pero luego te caíste.

¿No se giró para abandonarlo, sino para que fuera con ella?

—Regresemos a casa, Lucas.

Lo llamó por su nombre... Lucas sonrió.

—¡Si!

Para los vampiros y demonios, el tiempo no avanza. Estar congelado en el tiempo... Ver cómo los años pasan y nada cambia... es triste. Muchos ya se han acostumbrado, otros solo quieren morir. Lillianne pertenece al primer grupo, sin embargo hay algo raro. Todo está cambiando. Por primera vez en mucho tiempo, las manecillas del reloj han comenzado a moverse. Con cada segundo que pasa, el tiempo que se había detenido ahora está avanzando. Cada minuto hay algo nuevo. Muchos momentos y primeras experiencias se están volviendo preciadas para ella. ¿Cuándo fue la última vez que sintió el tiempo correr? Ah... fue cuando Gallian la acogió hace 2400 años. Al igual que en ese entonces, ahora todo se mueve. Una ves más, el tiempo que parecía haberse detenido está corriendo.

—Midna, ¿y el humano?

—Está practicando la espada.

—Dile que venga. Si piensa escapar del desastre que hizo está muy equivocado.

—Entendido.

Midna salió y en unos quince minutos alguien tocó la puerta.

—Lili, soy yo. ¿Me llamaste?

Aquella voz gruesa se escuchó desde el otro lado de la puerta.

—Si, te llamé. Pasa, humano.

La puerta se abrió y un joven alto y guapo entró en la habitación.

—Soy inocente, Lili.

Lillianne puso los ojos en blanco.

—Ni tu mismo crees eso. Siéntate.

                   Capítulo 14/Fin

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