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Capítulo 10

—Haa... Haaa... Haa...

Lucas entrenaba con su nuevo maestro de espada luego del almuerzo. Al parecer lo estaba pasando mal. Después de todo tiene solo 5 años. Sus brazos y piernas estaban llenas de raspones. Lillianne miraba el entrenamiento de Lucas desde el segundo piso de la mansión.

«Ese maestro no ha cambiado nada. Sigue siendo igual de estricto.»

En realidad, todos los maestros que Lillianne le ha puesto a Lucas fueron en su tiempo los profesores de ella. Fray solo estuvo como profesor de la demonio en los últimos 200 años de enseñanza, ya que el anterior profesor fue asesinado por un cazador de vampiros. El caballero que enseña el uso de la espada es alguien increíblemente estricto, Fray es un interesado sin corazón y el mayordomo que enseña la servidumbre es una persona con el alma vacía, casi como una marioneta. A pesar de sus diferentes personalidades, todos son personas de confianza que le han jurado lealtad muchas veces a la familia Soleil. Podemos confiar en que ellos guardarán el secreto de la existencia de Lucas. Y en todo caso está el plan B: "Lucas es el esclavo de Gallian"

En la noche, Gallian estaba muy alegre y felicitó a Lillianne al igual que lo hizo Abigail. No le dieron regalos ni hicieron una celebraron a lo grande ya que los vampiros y demonios no tienen esa costumbre. Por esa razón se realizó una cena normal. Erns y Rosemary no fueron y todos sabemos el por qué. Erns dijo: "No tengo por qué felicitar a esa demonio. No ha hecho nada para recibir una buena acción de nosotros" Abigail tampoco lo regaño o intentó hacer que cambiara de idea, por lo que es obvio pensar que Erns tiene razón.

—Humano, falta una hora.

Habían pasado tres semanas desde el cumpleaños de Lillianne y todo había regresado a la rutina habitual. Ahora mismo, Lillianne había llevado a Lucas a tomar el Sol como siempre. Faltaba una hora para regresar a la mansión. A lo lejos se divisaron unos niños del pueblo más cercano. En realidad, no era la primera vez que aparecían. Hace dos semanas, ellos y Lucas se encontraron en este mismo lugar y se han estado reuniendo más o menos a esta hora. Cuando esos humanos venían, Lillianne se escondía.

Los días seguieron pasando y llegó el quinto día del mes siguiente. Lillianne y el humano habían salido otra vez para que Lucas tomara el Sol.

—Lili, dentro de tres días es mi cumpleaños.

—Ya veo.

Ambos se encontraban en el carruaje de regreso a la mansión Soleil cuando Lucas le habló a la demonio. Era verdad. Tres días antes del cumpleaños de Rosemary, Lucas había mencionado que su cumpleaños era al mes siguiente que el de Lillianne.

—¿Me regalarás algo?

«¿Un regalo?»

—Parece como si esperaras algo de mi.

Lucas sonrió. Lillianne había acertado.

—¿Me felicitarás?

Lillianne no respondió a la pregunta, más bien cambió el tema.

—Hemos llegado a la mansión.

Lillianne no asistió a la cena. Varias cartas habían llegado. "La joyería número tres de los Soleil, ubicada en la región Sur del imperio ha sido incendiada. No hubo sobrevivientes" "La joyería número dieciocho de los Soleil, ubicada en la región Este del imperio ha sido saboteada. Todos los empleados han sido asesinados" "El Conde Roshan ha sido asaltado luego de haber realizado una compra en la joyería número veinticinco de los Soleil, ubicada en la capital del imperio. Le han cercenando el brazo izquierdo y los asaltantes se han llevado las joyas compradas."

«El Archiduque ha empezado a moverse.»

"A partir de ahora, lo que pase será vuestra culpa" fueron las palabras que dijo el Archiduque a los Soleil en la fiesta debut de su nieta

—Señora, ¿cuáles son sus órdenes?

—Avisa a la Orden de Caballeros bajo el mando de los Soleil. Que la quinta y la sexta división se dividan en tres grupos y se dirijan a las joyerías involucradas en los incidentes. Los comandantes estarán en las dos joyerías más afectadas. Mañana a primera hora saldré e inspeccionaré el lugar personalmente. Probablemente no regrese hasta la noche, así que dile al chef que haga varias meriendas para mañana.

—Entendido.

Era una situación urgente. Lillianne debía ir ya que es la Duquesa, pero también significa que estaría ausente en el cumpleaños de Lucas.

—Midna, un momento.

—¿Necesita algo más?

—Tráeme mis materiales de costura.

—Entendido.

A la mañana siguiente, como era de esperarse, Lillianne dejó el Ducado para dirigirse a las joyerías. Primero fue para la que había sido incendiada. Muchas decoraciones habían sido reducidas a cenizas. Las joyas habían sido robadas.

—Comandante de la quinta división, preséntese.

Un hombre de unos treinta años se acercó y se arrodilló ante la demonio, poniendo su mano en su pecho.

—Saludos a Su Alteza la Duquesa Lillianne Soleil, Luna del Imperio.

—Informe.

—No han habido avistamientos de algún movimiento sospechoso. No hay testigos ni sobrevientes. Actualmente no tenemos nada con lo que comenzar una investigación.

«¿Los silenciaron? No, el Archiduque no recurriría a algo tan poco confiable como eso.»

—El registro de ventas también debe haberse quemado.

—Si.

—¿Dices que no hubo ningún sobreviviente?

—Si.

«Algo falta. No es posible que hicieran todo sin tener ningún testigo.»

Lillianne se dirigió a la puerta de la joyería en ruinas.

—Su Alteza, es peligroso. Iré en su lugar.

—Retrocede.

—Al menos lleve a un caballero con ust...

—Dije que retrocedas.

Lillianne había cortado las palabras del comandante, obligándolo a callarse y retroceder.

—Si. Me disculpo, Su Alteza. Cometí un desliz.

Lillianne, sin mirar atrás, entró en lo que antes fue una lujosa joyería. Todo el esplendor del lugar había desaparecido. El suelo estaba lleno de cadáveres carsinados. La gran mayoría eran de los empleados, sin embargo, también se encontraba una pareja de nobles. Lillianne pareció darse cuenta de algo. Solo por si acaso, volvió a observar a los muertos.

«Faltan cadáveres.»

No requirió mucho esfuerzo para darse cuenta de lo que había pasado. Generalmente, hay cinco caballeros encargados de vigilar cada joyería dirigida por los Soleil. El incendio fue provocado desde adentro, así que solo pudo haber sido o los caballeros o los empleados. Faltan los cadáveres de cinco empleados y el de un caballero. Eran espías. Uno de ellos debe haber iniciado el fuego y los otros se habrán llevado las joyas. Para que nadie los viera, deben haber escapado por la salida subterránea de la tienda.
Con la otra joyería fue igual. Sin sospechosos, sin testigos, sin sobrevivientes, pero faltaban cadáveres.

«Los ingresos de los Soleil disminuirán.»

Lillianne fue a la mansión del Conde Roshan, pero él... eh... era un poco...

—¡Duquesa Soleil, sus otras joyerías fueron atacadas al mismo tiempo! ¡Lo que significa que usted es el objetivo! ¡Y yo fui atacado en su lugar!

Lillianne hizo una pequeña reverencia mientras pedía perdón.

—¡Una disculpa no lo arreglará! ¿Cómo planea recuperar mi brazo con una disculpa?

—Lamentablenebte no hay nada que pueda hacer.

—Maldita... ¡Solo eres una forastera! ¡Una vagabunda pobre que fue recogida por suerte! ¡Y te crees la gran cosa cuando solo eres una demonio intrusa en un imperio de vampiros! ¡¡Tienes que pagarme!! ¡¡Tienes que hacerlo!! ¡No me importa si es con tu cuerpo o con tu dinero!

El Conde Roshan fue imprudente y arrogante. Levantó la mano para pegarle a Lillianne, pero ella le sujetó la muñeca y detuvo el golpe.

—Conoce tu lugar, vampiro.

La demonio llamó al conde por su naturaleza, no por su título. Apretó aún más su mano y sus uñas se clavaron en la muñeca del vampiro.

—¡Duele! ¡Suéltame! ¡Me haces daño!

—¿Y eso debería importarme? Me acabas de hablar arrogantemente e incluso intentaste pegarme. Soy la prometida del Príncipe Heredero y la Luna del Imperio. Intentaste atacarme a mi, la futura emperatriz.

—¡Due... Duele! ¡¡Suéltame!!

—Solo eres un miserable conde.

Lillianne no retrocedió, sino que apretó el agarre.

—Si me hubieras pegado, posiblemente hubieras perdido la vida.

—¡¡Duele!! ¡Lo siento! ¡¡Lo siento!!

—Pero seré piadosa.

Lillianne apretó aún más el agarré y giró su mano. Se escuchó un sonido desgarrador. La demonio, sin esfuerzo y sin vacilación, le arrancó la mano al arrogante vampiro. El hombre calló al suelo del dolor.

—¡¡¡Arg!!! Cómo... ¡¡Cómo te atreves!!

La demonio tiro la mano al piso y se dio la vuelta.

—Estoy avergonzada de que escoria como tú compre en mis joyerías.

Sin mirar atrás, Lillianne se fue de la mansión del conde, dejando al pobre vampiro agonizando de dolor. Técnicamente si fue piadosa. No le conviene que se arme un revuelo por asesinar a un cliente, por eso no lo mató. Al final, Lillianne regresó a la mansión Soleil con las manos vacías. El Conde Roshan tampoco fue de ayuda. No halló nada para descubrir la identidad de las marionetas vivas del Archiduque, quién desde un lugar seguro y sin manchas, movía ágilmente los hilos de la historia. Si Lillianne no tenía cuidado, todo se rompería. Cuando eso pasara, la desgracia sería inminente.

Ya era de noche cuando Lillianne regresó a su mansión.

—¿Encontraste algo?

—Nada.

Abigail lucía preocupada. Ella y los cálices se habían quedado en la mansión Soleil para cuidar a Lucas y celebrar su cumpleaños con él. Según la vampiresa, Lucas había estado algo desanimado. Aunque ahora, los tres humanos estaban durmiendo.

—En verdad no entiendo nada. No comprendo el por qué se pega a mi como un chicle.

—Tú fuiste la que lo salvó. Él también perdió a su madre. Él solo se aferra a la única persona que le queda.

—Yo no soy su madre.

—Él lo sabe. No te ve como una madre, pero si te tiene cariño.

«¿Cariño? Otro repugnante sentimiento humano.»

—Suficiente, Abigail. ¿Y Gallian?

—Él y yo nos arriesgamos a estar despiertos de día y jugamos mucho en la habitación sin ventanas. Sin embargo, el terminó cansado y se durmió junto a los cálices.

—¿En serio ustedes son vampiros? Algún día el Sol los convertirá en cenizas y todo por sus imprudencias.

Abigail sonrió, pero se veía cansada.

—Como sea, puedes retirarte, Abigail. Descansa en la habitación de invitados y mañana regresa a la mansión Solder.

—Si. Ah, Lillianne.

—¿Mmm?

—Deberías decirle algo a Lucas. Faltan dos horas para que su cumpleaños termine.

—Él ya está dormido. No hay necesidad de eso. Además, es solo un cumpleaños. Se puede celebrar otro el próximo año.

Lillianne dijo eso, pero cuando regresó a su habitación se quedó mirando el dibujo que Lucas le había regalado. 

                    Capítulo 10/Fin

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