6.- Solo 3 reglas
<<Lo que tuve que hacer Sam>>
— ¿Qué querías probar?— la miré enfurecido
—Que las cosas son mejores así
— ¿Las cosas son mejores rompiéndole el corazón a Victoria?
— ¿Qué?— Me miró confundida
— ¿No pensaste en Victoria cuando lo hiciste?
—Lo hice por Victoria— dijo levantándose enojada
— ¡Lo hiciste por ti!
—A ver Sam— me miró confundida— ¿Qué demonios crees que hice?
—Tu sabes lo que hiciste
—Si lo supiera no te estaría preguntando imbécil
—Te acostaste con Willam — respondí con enojo
— ¿¡Qué!?—me gritó, y luego comenzó a reír
— ¿Qué es lo gracioso Alma? ¿Acaso no piensas en las consecuencias de esto?
—Realmente—apenas podía hablar entre sus carcajadas—eres estúpido—siguió riendo
—¿Y te ríes de mi?
—¿Por qué me acostaría con William?— comenzó a calmarse
—Porque eres mujer, y te gusta William—la miré enojado
— ¿Estas tratando de decir que todas las mujeres son así? ¿Qué nos gusta una persona y nos acostamos con ellas sin medir las consecuencias?
—Si—respondí seguro— tu no eres la excepción
—Estas tratando de decir, que todas las mujeres son como tú — me miró de forma burlona
—Yo no soy así—mentí otra vez
—Posiblemente eres peor que la peor mujer que haya conocido — rió
—Lo mismo digo de ti
—Y aun así me deseas en el fondo de tu corazón— me sonrió mostrando sus perfectos dientes de forma coqueta.
—¿Quién podría desear a una mujer como tu?—puse cara de asco de solo pensarlo.
—William lo hace, o eso creo
—¿Porqué lo dices?
—Porque trató de tirarse encima de mi desde que entramos a la casa
Ese bastardo tramposo
De alguna forma pensar en William besando y tocando a Alma no fue una imagen placentera, ni siquiera era una imagen que me hiciera sentir neutral, por alguna razon me hacía sentir furioso.
—Solo lo trata de hacer porque eres una vulgar apuesta— casi lo grité con la furia contenida.
En la vida de alguien como nosotros, que jugamos con las mujeres y vivimos de actuar como los grandes galanes, solo tenemos 3 grandes reglas que hay que seguir :
1. -No enamorarse de la apuesta
2.-No revelar que es una apuesta
3.-No hablarle mal del oponente a la apuesta (Jugar sucio)
Acabo de romper una valiosa regla, y William va a matarme.
—¿Qué?— dijo ella poniéndose seria
—Solo jugamos contigo— seguía hablando inconscientemente, arruinando más la conversación.
Debería dejar de hablar.
—¿Osea que solo aparentaste ser mi amigo por una apuesta?
—¿Quién querría ser tu amigo de todos modos?— miré para otro lado cruzando los brazos.
Ella comenzó acercarse a mi
—¿Conoces la historia del Principito?
—No—dije volviendo a mirarla
Ella se puso tan cerca de mi que casi podíamos tocar narices, si me movía un centímetro más de seguro podría besarle. Se movió un poco y el olor a su perfume impregnó mi nariz, era un olor cítrico, estoy seguro que era limón o naranja.
—Realmente eres un ignorante—sonrió, con esa maldita sonrisa con la que hace que me distraiga de lo que estamos hablando. Me mantuve callado mientras miraba su boca, estoy seguro que si solo me muevo un centímetro
¿Pero en qué demonios estoy pensando en este momento?
—Es un libro que te enseñaría muchas cosas
—¿Qué me podría enseñar?— miré sus ojos y me estaban analizando
—Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó
De alguna forma me sentía intimidado por aquella mirada, más que antes, quizás la distancia también afecta. Sus ojos demostraban un enojo que estoy seguro que solo ella podía manifestar.
—¿Qué estas tratando de decir? — pregunte confundido tanto por lo que habla por sus distracciones físicas.
—Deja de pensar en las mujeres como un enemigo—dijo acercándose un milímetro más— deja de pensar que yo soy el enemigo debido a que solo una chica te lastimó
—¿Qué sabes tu de mi historia para decir eso?—traté de imitar su mirada fulminante sin éxito.
—Puedo decir que la mía es peor, que podría temer y odiar mucho más a los hombres de lo que tu odias a las mujeres. Pero de todos modos creí ciegamente en que tu eras diferente a lo que aparentabas.
¿Qué trata de decir con eso?
Ella se alejó de mi caminando hacia la puerta
—Eres un verdadero imbécil—su tomo sonó como si estuviera realmente dolida.
—Y tu eres una estúpida de mierda que se mete en los asuntos de los demás
Se acercó enérgicamente a mi a la misma distancia de hace unos segundos, pero esta vez, su cara parecía estar inclusive roja de lo furiosa que la pusieron mis palabras
—¿Quieres proteger a Victoria de la mierda de tu amigo?— casi gritó furiosa— deja de aceptar sus apuestas por otras chicas y dile que vaya por ella como le dije yo hace un momento cuando tu creías que me estaba acostando con el
—Él no necesita ayuda en...
—Él solo sigue tu ejemplo, imbécil— se alejó unos metros de mi — ¿Acaso tiene una razón para haberse convertido en lo que eres tú?
Pensé unos minutos sobre aquella frase y me pregunté a mi mismo ¿William tiene razones para haberse convertido en lo que es? y la única respuesta que tenia era un no. Eramos amigos desde antes de que pasara lo de Ayleen, pero Will nunca tuvo verdaderas razones por las cuales comenzar, el solo siguió mis pasos y planes que yo proponía para jugar con las nuevas chicas de la academia, y nunca se opuso a eso.
—Primero mira tus acciones antes de recriminarme algo que ni siquiera hice
—Tenias motivos para hacerlo— Se me acababan los argumentos para debatir, todo era tan confuso.
—Te expliqué todo Sam y aún así tu pequeña cabeza no logra entenderlo— hizo unos gestos con sus manos refiriéndose a que no tenía cerebro
—¿Por qué debería creerte?—me salió una mueca de asco involuntariamente
—Porque confié en ti animal — se cruzó de brazos como si estuviera cansada —Y creo que me equivoqué de nuevo — suspiró — si crees que soy estúpida, lo soy, pero solamente por haber confiado en ti.
Después de darme la última mirada , abrió la puerta de la habitación para desaparecer. Las palabras que dijo Alma causaron una batalla interna en mi, por una parte estaba el bien diciéndome que no confiara porque era una mujer, es igual a toda las demás y en algún momento lo va a demostrar, por otra estaba el mal aclarándome que ella parecía ser sincera conmigo al diciendo que confió en mi, que ella parece buena y diferente como Victoria y que debía confiar en ella.
¿Qué trata de decir con que confió en mi?¿Y yo por qué demonios no podía cerrar mi bocota antes de decir todas esas estupideces?
Me quedé pensando un rato sobre todo lo que acababa de suceder y me di cuenta finalmente en qué soy un idiota. Salí apresuradamente a ver si Alma seguía en la casa, pero no la encontré hasta que salí a la fogata. Estaba sola y sentada junto al fuego, moviendo con una pequeña vara.
Pocas veces trato de hablar con una persona a la cual ofendí recientemente, así que me acerque algo temeroso a donde estaba ella.
—Creo que funcionó — habló sin mirarme
—Alma...—dije tratando de buscar palabras para disculparme
¿En serio estoy buscando palabras para disculparme con una chica que no sea Victoria?
—No digas nada
—Yo realmente...
—Si vas a decir lo siento, no lo digas— me miró seria.
—Realmente es agradable ser tu amigo—sonreí nervioso
¿Nervioso?¿Yo?¿Por la respuesta de una chica? Y por la respuesta de ESTA chica
Ella me quedó mirando un rato seriamente, pero creo que al verme con esa sonrisa patética le salió una pequeña carcajada.
—Realmente eres un estúpido
—Lo sé — admití mientras me sentaba a su lado y miraba como atizaba el fuego— ¿ Crees que Victoria está realizando su sueño?— traté de hacer la conversación más amena después de las basura que dije hace un rato.
— Los dos lo están cumpliendo — miró el fuego con una sonrisa tierna, quizás hasta casi esperanzada.
La quedé mirando un momento, quería analizarla, quería saber más de ella por alguna razón. El contraste de luz con el fuego y la noche parecían caerle perfecto, sus ojos brillaban con la misma intensidad de las estrellas que nos estaban iluminando, Alma era hermosa, quizás la chica más hermosa que he visto en mi vida y definitivamente tengo que dejar de negarlo. La conozco hace poco tiempo pero ha logrado lo que ninguna chica que estuvo en mi lista haya logrado: hacer que me interese en ella y que realmente me agrade.
Quizás me agrada demasiado
Ella me miró de una forma cálida, y vi las estrellas reflejadas en su mirada.
— ¿Qué?—soltó una pequeña risa
Al verla de esa forma sentí una pequeña punzada en el corazón, algo que no había sentido desde... Desde Ayleen.
Mierda.
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Chicas y chicos, he tenido problemas personales y estoy bastante ocupada!, por eso no pude publicar ayer. Pero reemplazare el martes por el jueves, por lo cual mañana habrá capitulo!
Para que me perdonen, les dejo una foto de Sam );
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