13.-No seas como el.
Tomé a William del hombro y lo llevé al segundo piso. Abrí cada una de las puertas, y me encontré muchas escenas que no fueron agradables de ver. Finalmente encontré una que estuviera vacía y entre con él.
— Cálmate— dijo el sentándose en la cama.
— ¿¡Cómo es posible que lo haga!?— grité furioso cerrando con un de golpe la puerta— Es una perra como todas las demás
— Ella...
— ¿¡Cómo puede hacerme esto!? — lo interrumpí
— Ella no sabe lo que tu sientes Sam— la voz de Will sonaba tranquila—ni siquiera tu sabes lo que sientes por ella.
— Tampoco le importaría — me senté junto a el
Puse mis manos en la cabeza y me apoye en mis piernas. William solo me daba palmadas en la espalda.
— Odio esta sensación de mierda.
— Lo sé
William se recostó en el mismo lugar en el que estaba sentado y suspiro.
— Pero esa sensación es la que te hace sentir vivo, ¿Sabes?
— ¿Qué sentido tiene eso?
— Con otras chicas no sentías esto— dijo mirando el techo— con otras chicas no sentías nada
— Preferiría no sentir nada
— No es algo que puedas decidir— cerró los ojos.
— Puedo decidir cuando olvidarme de ella— me levanté de la cama.
— No lo vas a lograr , pero lo puedes intentar— se dio vuelta dándome la espalda.
— ¿Te quedaras aquí? — me acerque a la puerta.
— Si— sonó su voz soñolienta.
— Dejaré cerrado la puerta para que no te molesten— me retiré sin hacer mucho ruido — después vendré a acostarme contigo
Ni siquiera me dio una respuesta, así que simplemente cerré la puerta desde el otro lado.
Yo predije que Alma seria como cualquier otra perra, pero no quería que llegara ese día. ¿Por qué ahora?
Bajé las escaleras y aunque no quería, mire hacia los sillones donde Alma seguía sentada. Julián ya no estaba junto a ella, pero parece que ha seguido bebiendo ya que apenas puede estar sentada en el sillón.
Si ella quiere jugar ese juego, yo también puedo.
Caminé hacia el patio nuevamente y me encontré de nuevo con la chica pelirroja. Esperé que me mirara, y cuando lo hizo le hice un pequeño gesto con la mano.
—Si viniste — se acercó a mí, ahora con su cabello mojado.
—Si, siento hacerte esperar. Pero mi amigo estaba un poco... Ya sabes
—Si, entiendo — rió — ¿Quieres algo para beber?
—Si— respondí rápidamente — algo fuerte, por favor.
Ella me miró sonriendo y tocó mi cara suavemente antes de irse a buscar un trago. Saque un cigarrillo tratando de sacarme de mente la escena de Alma con Julián, pensando que debería hacer ahora.
¿No hablarle nunca más? ¿Odiarla aún más? ¿Decirle todo?
—Aquí tienes — me pasó un vaso con un líquido transparente.
Ni siquiera pregunte qué era y tomé un trago grande.
—¡Espera!
Sentían cómo mi garganta quemaba y tragué apenas
—¿Qué es esto?— tosí disimuladamente
—Vodka.
—¿¡Puro!?
—Si— rió — Tu dijiste algo fuerte.
—Gracias... — reí sin ánimos mientras comencé a tomar más despacio.
—¿Te llamas Sam, verdad?
—Si, discúlpame — comencé a entrar en mi papel— Me llamo Sam, y tu ¿Como te llamas?
—Emma
—Muchas gracias Emma— sonreí — ¿Como te lo podría pagar?
—No lo sé — me sonrió coqueta y se acercó a mi — Quizás podrías nadar un rato conmigo.
—No traje más ropa para cambiarme
— No creo que sea un problema, si quieres después subimos para que se seque tu ropa— me guiño
—Si eso es lo que quieres... — reí mientras tome lo que quedaba de mi vaso.
Comencé a sacarme la camisa, pero al pasarla por encima de mi cabeza me di cuenta que el vaso me paso mas de la cuenta y ya estaba mareado.
Emma me miró fascinada de cómo me estaba desvistiendo como premio, así que sentí la necesidad de seguir a pesar de que apenas me podía mantener en pie.
Luego de quedar solo en ropa interior, me lance a la piscina con ella. El agua estaba helada, pero me refrescó la mente de todo lo que había pasado en ese momento. Emma se acercó nadando a mi y se afirmó de mis hombros.
—¿Estas bien? — me miró preocupada
Miles de imagen de que había sido una de las peores noches de mi vida hasta el momento pasaron por mi cabeza, pero en mi papel solo pude decir una cosa.
—Si— la agarré en el agua y ligera como una pluma la levante para que pusiera sus piernas en mi cadera.
Ella río y me abrazo sin problemas. Quedamos tan cerca que sin siquiera pensarlo un momento la bese casi desesperadamente. Como si quisiera olvidar lo que acababa de pasar rápido, sin dejar tiempo para que la escena se repitiera en mi cabeza una vez más.
Emma respondió al mismo ritmo desesperado, como si hubiera estado esperando aquel beso desde hace mucho. Y a pesar de que la presione contra mi cuerpo, no pareció molestarle.
¿Solo Alma no quiere besarme?
Alguien que estaba sentado en la orilla de la piscina nos tiró agua con el pie, arruinando el momento.
—Consíganse una habitación — dijo un chico de cabello oscuro.
—¿Quieres secar mi ropa? — le sonreí a Emma quien me miraba de manera pícara.
—Vamos — soltó su agarre de mi cintura y nadó hacia la orilla saliendo con gracia.
Cuando salí de la piscina agarre mi ropa y comencé a caminar agarrando la mano de Emma hacia dentro. Nuevamente tenía una falsa salvación en la mano, mi mente lo sabia pero mi cuerpo lo necesitaba.
Cuando llegué a la escalera nuevamente mi cuerpo actuó solo mirando hacia donde estaba Alma, pero ya no estaba.
Comencé a subir con un dolor en el pecho, pensando en que en alguna habitación que abriré estará ella con Julián haciendo más que dándose solo un beso.
No se que haría si viera eso.
—Vamos a la última habitación, en esa nunca hay nadie— sonó la voz de Emma tras de mi.
—Esta bien— respondí como robot mientras caminaba por el pasillo, con el corazón latiendo a mil.
Al llegar abrí la puerta sin tocar, esperando encontrarme algo, pero estaba vacía. Solo había una cama individual y un par de muebles como si fuera una habitacion de invitados.
Mi cabeza daba vueltas, me sentía aún drogado,así que me senté en la cama mientras Emma cerraba la puerta.
Ella se acercó a mí y se sentó en mis piernas mientras me besaba el cuello, y aunque lo hacía muy bien no sentía nada.
—¿Estas bien?— Emma detuvo sus besos para mirarme a la cara.
La mire a los ojos apenas, estaba mal, pero de que valía decírselo a ella.
Toque su cabello naranjo aún mojado, y quite algunos cabellos rebeldes que estaban en su rostro dejándolos detrás de su oreja. La bese un poco más lento ahora, y ella correspondió mi beso sin reclamar de que no le di una respuesta.
Emma se fue quitando la ropa, pero no me di cuenta cuando lo hacía, parecía que cada vez que parpadeaba perdía un poco de memoria.
Cuando abrí los ojos nuevamente estábamos haciendo más que solo besarnos, y aunque lo estaba disfrutando la imagen de Alma apareció de nuevo en mi cabeza.
¿Esto estará haciendo Alma?
Miré el cuerpo desnudo de Emma moverse encima mío, mientras pensaba en Alma.
Perdí dos apuestas el día de hoy.
Cuando volví a abrir los ojos, Emma había acabado. Luego de parpadear de nuevo estábamos acostados y ella me estaba abrazando, por lo cual era la señal de irme de allí.
Sin pensar saque su brazo de mi pecho y me senté en la cama para comenzar a vestirme, me tomé mi tiempo para escapar de ella, parecía que no me importaba lo que ella dijera.
Emma me miraba aún acostada en la cama, como si estuviera esperando algo de mi, quizás pensó que debíamos quedarnos así abrazados durante toda la noche, quizás pensó que después debía besarle y decirle que esto es lo que desee toda la noche, quizás quería irse junto a mi en la mañana.
—Gracias por el trago Emma— caminé hacia la puerta sin mirarla.
— ¿No te quedaras un rato más? —se sentó en la cama rápidamente.
—No— abrí la puerta, atravesé el marco y la cerré tras de mi sin decir nada mas.
Quizás si me merezco lo que me esta pasando después de todo.
Camine por el pasillo discutiendo conmigo mismo sobre Alma otra vez. Después de todo las chicas salvaciones no han servido de nada, porque aún con ellas encima sigo pensando en Alma.
Baje la escalera mirando de nuevo hacia los sillones, pero a esta hora de la noche solo habían chicos besándose y Alma no estaba entre ellos.
Fui a buscar más vodka a la cocina para seguir ahogando mis peleas internas, pero solo conseguí una botella de vino como la que tenía Will. La abrí y bebí mientras caminaba hacia el patio, más ebrio de lo que estaba junto a Emma. Mire el verde césped y me tendí.
¿Por qué tenia que ser ella? Quizás con otra chica me hubiera ido mejor
El alcohol comenzó su efecto aumentando el que ya tenía anteriormente, y aunque estuviera estático, parecía que todo daba vueltas a mi al rededor.
¿Cómo es posible que me guste ella?
— ¿Qué estas pensando? — la cara de Alma se asomo a mí alborotada vista.
Mi corazón comenzó a latir nuevamente con velocidad.
—¿Qué haces aquí?— Voltee la cara para no verla.
—Te vi caminar hacia acá y quise venir— se recostó a mi lado en el césped.
—No debiste venir.
—¿Me odias? — ella volteo su rostro para mirarme.
—Si— dije mirándola a los ojos.
—Yo también te odio — rió como si estuviéramos jugando.
— No es algo de lo que debas reírte.
—¿Por qué? — se dio vuelta y puso su brazo sobre mi.
¿Por qué me haces esto?
—Porque estoy siendo sincero.
—Yo también — sonrió dejando ver sus perfectos dientes —¿Sabes de alguna habitación desocupada por aquí?
Mi pecho dolió de repente pensando en las posibilidades de porque lo está preguntando.
—Necesito recostarme para descansar un momento — cerro los ojos aún con su sonrisa — me siento un poco mal.
Esa respuesta hizo que le llegara oxígeno a mis pulmones de nuevo.
—En el segundo piso hay habitaciones disponibles— miré hacia el cielo — en una esta Will durmiendo, si quieres lo sacas y duermes tu.
¿Por qué estoy siendo bueno con ella después de todo esto?
—¿Me acompañas? — su mano bajo para entrelazarla con la mía, haciendo que la llama de mi interior se descontrolara de nuevo — necesito tu ayuda en esto.
—Está bien — respondí sin mirarla a los ojos y me levante del suelo con toda la fuerza que tenía para no quedar en ridículo ante ella.
Alma se levantó también con algo de dificultad. Agarro mi brazo para estabilizarse y no lo soltó cuando comenzamos a caminar hacia la casa. Subí la escalera junto a ella y toque la puerta de la habitación de Will con energía.
—¡Abre la maldita puerta! — grite cansado
Will abrió la puerta con la peor cara que le he visto. Me miró como si la luz le molestara y luego miro a Alma.
—Hola— sonrió — yo... ya me iba.
—¿Te vas de la fiesta? —Alma sonó sorprendía
—No, de la habitación — rió— volveré a la fiesta un rato, aun me queda energía — salió de la puerta dándonos el pase a nosotros.
Alma entró sin más preguntas y yo mire a Will frunciendo el ceño.
—Ten cuidado con lo que haces allá abajo— soné como si estuviera reprendiendo a un niño con un semi-acento de borracho.
—Y tu déjate llevar acá arriba — rió Will arreglándose el cabello— nos vemos en un rato — me guiño un ojo alejándose por el pasillo.
Entre a la habitación y cerré la puerta tras de mi con delicadeza haciendo que quedara en completa oscuridad a excepción de la luz de luna que entraba por la ventana. El alcohol hacía que fuera más cuidadoso con los que decía, ya que si hablaba sin pensar soltaba todo. Al darme vuelta vi a Alma acostaba bajo las sábanas, como si fuera su casa.
—Ven — le dio golpesitos a la cama invitándome a acostarme al lado suyo.
Y con ese momento mi mente cayó en la realidad. Alma me estaba invitando a acostarme con ella, en una habitación los dos solos. Mi corazón comenzó a latir fuerte, casi pudiéndose oír a lo lejos, y mi sudor ya no se podía controlar. A pesar de eso el alcohol me dio la fuerza que necesitaba para caminar a la cama sin parecer que estuviera sintiendo esas cosas.
— Recuéstate conmigo un momento— escuché su voz casi como un susurro.
—No creo que sea buena idea — tragué saliva incómodo
—¿Te incomoda?
—Mira, hagamos esto — me recosté junto a ella encima de las sábanas, haciendo que nuestras pieles no se tocarán.
—De verdad me odias...
—Lo decía en serio — sonreí — pero eso no tiene que ver con esto.
—Ni siquiera quieres acostarte conmigo en la misma cama — sonó triste
—Si lo hago ¿Estarás feliz?
—Si
Me levante de la cama y con el corazón en la garganta abrí las sábanas y me acosté bajo de ellas. El cuerpo de Alma estaba a mi lado, y se acercó a mí sin pensar en alguna consecuencia.
—Estas muy... cerca.
—¿Te molesta?
—No... — tragué saliva nervioso, pensando en que debía callarme para no hablar demás.
Hubo un pequeño silencio mientras estábamos acostados, por un momento pensé que Alma se había quedado dormida, pero hablo casi en un susurro.
—Pensé que querías estar así...
—¿Por qué pens...
—Cuando estábamos bailando, intentaste besarme.
No supe como responder eso
—Si... — Me traté de alejar de ella disimuladamente— Siento haber hecho eso.
—Entonces si querías besarme
Suspiré debido a que me tenía acorralado con sus preguntas.
—Si.
—¿Por qué? — apoyo su cabeza en mi hombro mientras miraba el techo.
A pesar de que estábamos con las luces apagadas y apenas podía ver su cara, sabía que me esos ojos me estaban mirando, buscando nuevamente una respuesta sincera.
—No lo sé...
— Tu... ¿Sientes algo por mi? — dijo en un tono de borracha.
Díselo ya tonto, ¿Qué mas puedes perder?
—Yo creo sentir cosas por ti...— susurro.
¿Qué?
Voltee mi cara para ver si me estaba hablando a mi, y vi un poco de sus verdes ojos con la luz que provenían de afuera.
—¿Qué?
—Yo también quería besarte — rió — pero creo que estaba equivocada, tu de verdad me odias.
—Realmente estás muy borracha— dije atónito.
—Imagine que pensabas cosas de mi, como algo más que una amiga.
— Basta ya — hable mas fuerte de lo que quise — no juegues con eso.
—Ni siquiera te quieres acostar conmigo en la misma cama— siguio hablando como si no me escuchara.
—Es por otro motivo— soné dudoso
—¿Tienes novia?
—¿Qué? — la mire extrañado y reí — No, es sólo que...
— Vamos, soy tu amiga, si tienes novia me lo puedes decir — rió y acerco su cuerpo un poco más a mi.
—No tengo novia — reí — no sirvo para ese tipo de cosas.
—Que tengas una mala experiencia no quiere decir que no sirvas para algo — se sentó en la cama como si lo que hubiera dicho la hubiera ofendido.
Mire su cabello a través de la luz de la luna, me imagine su rostro enfadado y reí mientras acaricie su cabello con mi corazón latiendo a mil.
— Quiero que seas sincero conmigo.
— Lo estoy siendo.
Ella me miró, se dio vuelta decidida, levantó una pierna y puso su cuerpo encima de mi en una posición un poco sugerente.
—Alma espera...
El solo contacto de su pierna con la mía hizo que las cosas se pudieran mas incómodas allá abajo. Pero a ella poco parecía importarle, o más bien sentirlo.
— Pero sincero de verdad — me miró a los ojos mientras ponía sus brazos alrededor de mi.
Mi corazón paso de tener taquicardia a no latir.
—Por favor, espera — tomé sus brazos y los alejé de mi.
Con ninguna chica había hecho eso en mi vida, pero solo con hacer eso Alma provocó que casi me diera un infarto.
Alma no pareció poner resistencia cuando saque sus brazos de mi.
—Lo siento — pareció sentir vergüenza de sí misma y quiso salir de la posición en que estábamos.
— ¡Espera! — toqué su pierna para que no se quitara — Solo espera un momento ¿si?
Puse mis manos en mi rostro frustrado, estaba tan nervioso que mi corazón apenas latía pero no quería que ella se quitara pensando que la estoy rechazando.
Esto es tan complicado
— ¿En qué quieres que te sea sincero? — dije mirando al techo porque mi rostro está caliente.
—Creo que ya lo respondiste
—¿A que te refieres?
— No sientes nada por mi.
—No he dicho eso...
— Me hiciste parecer una estúpida — rió en un tono de tristeza
—¿De que hablas?
— Eres igual que Andree ¿Verdad?
—¿Andree?— soné confundido
— Maldito mentiroso
— ¿Estas hablando de mi o de Andree? — Soné más confundido que antes
—Los dos son iguales.
— Espera un momento — cerré los ojos desesperado — Es demasiada información, no estoy...
— No entiendo porque te acostaste con ella — Sonaba como si estuviera apuntó de ponerse a llorar
— ¡Hey! — me senté con ella aún encima — ¿Que pasa? — Agarre su rostro con delicadeza como si quisiera tratar de protegerla y evitar que llorara.
— Por favor — cerro los ojos como si no me estuviera suplicando a mi, si no que a una fuerza mayor — Por favor no seas como el.
Me abrazo delicadamente y puso su cabeza en mi pecho. No quería que lo hiciera porque sentiría lo que provoca en mi, pero creo que lo necesitaba.
—¿Estas mejor?— me incorpore en el abrazo acariciando su cabeza.
—Tu corazón suena muy fuerte — dijo aún apoyada en mi pecho.
— Si... — trate de no sonar estúpido.
—¿Sientes algo por mi? — saco su cabeza de mi pecho y me miró directo a los ojos mientras aún me abrazaba.
Pensé en todo lo que paso hoy, en el beso de Julián con Alma, en mi con Emma, en que Victoria me ayudó a darme cuenta que si sentía cosas por ella, y en la apuesta que hice con Julián.
Yo también soy un maldito mentiroso.
Me quedé en silencio pensando en que si era correcto decirlo.
— El silencio también es una respuesta — dijo tratando de alejarse de mi.
La miré un momento, analice la situación y la posición en que estábamos, escuche mis latidos alterados y tenia una respuesta. Tomé su rostro entre mis manos y me acerque a ella esta vez sin duda y la bese delicadamente con miedo al rechazo. Pero no hubo rechazo si no que Alma me correspondió y me beso provocando algo en mi cuerpo que ninguna chica a logrado antes. Todo el ruido de afuera pareció desaparecer para solo dejarnos en un ambiente de silencio e intimidad donde mi estado parecio estabilizarse y la ternura del beso de Alma hizo que la llama de mi pecho por fin se calmara y comenzara a expandirse por todos lados junto a un escalofrió.
Fue un beso delicado, pero parecía que la costumbre de los años y el alcohol que tenia en la sangre , hacía que con un beso mi cuerpo pidiera más. Saqué mis manos de su rostro sin despegar mi boca de la de ella.Primero saque sus cabellos de su rostro, para luego tocar sus hombros delicadamente y trazar su cuerpo con mis dedos hasta llegar a su cintura. Ella parecio tensarse un momento pero cuando la bese un poco mas profundo , su cuerpo se relajo nuevamente.
Deje de besarle un momento para tomar aire, y con la fugaz luz que entraba por la ventana pude ver como se dibujo una pequeña sonrisa de Alma mientras aun mantenía los ojos cerrados.
He visto muchas sonrisas avergonzadas en mi vida, de muchas mujeres en la misma situación, pero puedo decir que esta es la mas perfecta y atesorable que he tenido el agrado de provocar.
Mi estomago reacciono de una manera extraña a esa imagen, latía al mismo ritmo que mi corazón. La desesperación de ver esa sonrisa hizo que la besara de nuevo, pero esta vez menos delicado que la primera vez, haciendo que ella lanzara un pequeño sonido y pusiera sus manos en mi cabello. Pareciera ser que quisiera lo mismo que yo, pero tenia miedo de que me rechazara otra vez.
Solté su boca para comenzar a besar delicadamente su cuello, y mis manos empezaron a subir por su cintura quedando debajo de su blusa, para luego quitársela como algo muy ligero. Ella se cubrió el pecho con las brazos inmediatamente , como si estar en sujetador frente a mi fuera algo malo.
—¿Por qué haces eso? — reí mientras besaba su cuello para después llegar a su hombro
—Esto es vergonzoso.
—Ven — di una pequeña maniobra bastante aprendida, y Alma quedó debajo de mi esta vez — Así no tendrás que cubrirte.
Bese su mejilla para luego quitarme la camiseta mientras ella sonría, y el silencio hizo que pudiera escuchar mis propios latidos otra vez.
<< Yo no tengo nada que ver con ella>>
Me llegó un pequeño recuerdo de mi conversación con Julián, y ese apretón de manos sellando una apuesta que nunca debí hacer.
Me detuve y cerré los ojos con fuerza.
Esto no está bien.
—¿Sucede algo? — Alma me miró a los ojos, pero esta vez si pude ver ese verde penetrante por una respuesta.
—No puedo hacer esto— habló el alcohol por mi esta vez.
—A que te...
— Lo siento... — la interrumpí — no puedo.
Ella me miró de una forma extraña para luego mirarme fríamente otra vez. A pesar de estar cubierta por mi, puso sus brazos alrededor de su pecho.
—Entiendo.
Me aparté de ella dudoso de si estaba haciendo lo correcto.
Alma salió de mi lado, se levantó de la cama a buscar su blusa.Cuando la encontró se la puso y se recostó al otro lado de la cama, dándome la espalda.
—Alma... — dije apenas
— Olvídalo.
—Lo siento.
Ella se quedó en silencio, y yo me levante de la cama para colocarme la camiseta otra vez.
—¿Quieres que me vaya?
—Me da igual lo que hagas Sam.
Me recosté a su lado otra vez, arrepentido de haberla rechazado. Aún tenía el corazón alterado, pero ahora con un fuerte dolor de pecho.
—¿Alma?
Ella no respondió, y cuando me acerque a verla estaba profundamente dormida. La rapidez con la que durmió me hizo pensar que quizás no se acuerde de esto mañana.
Pero si quiero que se acuerde de que dijo que sentía cosas por mí.
Me recosté a su lado y la abrace levemente.
Si soy como Andree, soy un maldito mentiroso.
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Doble capítulo hoy para que no me odien tanto <3
¿Tienen preparadas sus preguntas? En el próximo capitulo, se van a tomar todas las preguntas y se responderán en el siguiente <3
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