Capítulo 12.
Taehyung despertó sintiéndose desorientado, además del malestar que recorría su cuerpo y el cansancio que no lo dejaba abrir los ojos por completo. Sentía que había dormido todo un día entero, su estómago vacío comenzaba a tener un leve malestar junto las náuseas que sentía, ¿Qué se suponía que era?
La ventana se encontraba tapada por las cortinas obscuras, haciéndole aún más difícil adivinar siquiera si era temprano o tarde. Con un quejido, se dispuso a levantarse, ignorando el dolor que pesaba sobre sus hombros y se dirigió hacia el baño, posiblemente tomando una ducha lograría recuperarse. Cerró la puerta detrás de él y dejó escapar un suspiro al observar la bañera de mármol impecable, su refugio perfecto después de un largo día. Encendió las luces tenues, dejando que la calidez del ambiente lo envolviera.
Se acercó a la llave del agua y la giró, permitiendo que un chorro tibio comenzara a llenar la bañera. Tocó el agua con la punta de los dedos para asegurarse de que la temperatura fuera perfecta, no demasiado caliente para incomodarlo, pero lo suficientemente cálida para aliviar sus músculos tensos. Una vez satisfecho, dejó que el agua siguiera corriendo mientras preparaba los pequeños detalles que hacían del baño un ritual especial.
Abrió el armario bajo el lavabo y sacó una botella de sales minerales aromáticas. Vertió una generosa cantidad en el agua, viendo cómo los cristales se disolvían lentamente, liberando un delicado aroma a lavanda y bergamota que comenzó a llenar el aire. Luego añadió unas gotas de aceite esencial, un toque de eucalipto para revitalizar y un poco de manzanilla para calmar.
Para completar la atmósfera, encendió un par de velas pequeñas y las colocó estratégicamente alrededor de la bañera. La luz de las velas parpadeaba suavemente, proyectando sombras cálidas en las paredes del baño. Por último, tomó un par de pétalos de rosa seca que tenía guardados en un frasco de vidrio y los esparció sobre el agua, creando un toque de elegancia que siempre le hacía sonreír.
Con la bañera lista, apagó el grifo y se detuvo un momento a admirar su trabajo. El vapor comenzaba a elevarse, envolviendo la habitación en una nube reconfortante. Se despojó lentamente de su ropa, dejando que cada prenda cayera al suelo sin prisa. Finalmente, sumergió un pie en el agua, seguido por el otro, dejando escapar un suspiro al sentir el calor que lo envolvía.
Taehyung se dejó hundir hasta que el agua cubrió su torso, apoyando la cabeza en el borde acolchado de la bañera. Cerró los ojos y permitió que los aromas y el calor hicieran su magia, aliviando cada músculo tenso. Su mente, siempre ocupada, finalmente comenzó a aquietarse, regalándole un momento de paz que tanto anhelaba.
Se sentía desconectado con los últimos sucesos de su vida, tratando de replantearse en dónde se encontraba y qué era lo que estaba haciendo. El doncel trataba día con día por equilibrar su vida, pero las palabras que Daehyun le había susurrado antes de dormir lo habían quebrado por completo, haciéndole interrogar qué era lo que estaba haciendo mal, si para él siempre pensó que estaba todo perfectamente acomodado.
La primera lágrima rodó sobre su mejilla y negó, era imposible que se pusiera a llorar cuando aún tenía que salir y hacerle frente a los pendientes que había postergado, también debía de comprobar que Daehyun estuviera mejor y volver a reorganizar su agenda de la semana. Tenía un viaje próximo para cerrar una nueva alianza con un par de americanos que estaban dispuestos a ofrecer sus fronteras siempre y cuando también tuvieran la oportunidad de ingresar a su territorio, sus rutas eran las mejores y podría permitirse reconsiderarlo si eso significaba mayores ingresos de los que ya obtenía. Tener que organizar nuevos esquemas de seguridad para su salida ya le estaba provocando un dolor de cabeza, pero todo ello se esfumó cuando escuchó ruido en su habitación.
Observó con cierta duda la puerta del baño, tratando de enfocarse en los sonidos provenientes desde el otro lado. Cuando la voz de Jungkook se hizo presente, frunció la frente al tiempo que Daehyun le llamaba, pareciendo entusiasmado con algo en particular.
—¡Papi! ¿En dónde estás?
—Probablemente se encuentre en el baño, Daehyun. Deberíamos de salir de aquí y esperarlo en la cocina.—Sugirió el pelirrojo, guiando al pequeño fuera de la habitación.
—Quiero desayunar con él.
—Lo harás, solo tenemos que esperar unos momentos mientras tu papá sale, ¿Entendido?
Taehyung dejó de escuchar las voces, sin embargo, le llamó la atención volver a escuchar un par de pasos hasta que alguien tocó la puerta del baño, desconcertándolo ante tal intrusión a su espacio.
—¿Taehyung?—Preguntó con un tono suave, casi como si temiera interrumpir algo importante.
No obtuvo respuesta, así que empujó la puerta con cuidado. Sus ojos tardaron un momento en adaptarse al vapor que llenaba el espacio, pero pronto lo encontró. Taehyung estaba ahí, inmerso en el agua, con mechones húmedos pegados a su frente y una expresión de tranquilidad que rara vez podía ver en él. Jungkook tragó saliva al sentir cómo el corazón le daba un vuelco.
—No era mi intención interrumpirte, solo quería comprobar que estuvieras bien.—Comentó, intentando desviar la mirada, aunque algo en él se negaba a apartar los ojos del doncel.
—Me estoy recuperando, aún me siento desorientado.—Confesó, aclarando su garganta.—¿Cómo se encuentra Daehyun? Lo escuché en mi habitación.
—Está mejor, la fiebre ya no volvió y ahora está más entusiasmado que ayer, entró buscándote porque quiere desayunar junto contigo.—Sonrió, dando un paso hacia adelante.—¿Realmente estás mejor? Ayer en la noche ya no parecías estar bien.
—Lo estoy, solamente fue la falta de sueño.—Se excusó, desviando la mirada.
Un silencio incómodo se instaló en la habitación, sin ninguno de los dos diciendo nada y sin que sus miradas se encontraran. Jungkook pensó que era su momento de salir, pero Taehyung volvió a hablar, dejándolo estancado sobre su lugar.
—Gracias por cubrirme el día de ayer en la reunión. Sé que puede ser difícil convencerlos, conozco a mi propia gente, así que agradezco que hayas podido lidiar con ellos.—Carraspeó, levantando su mirada para conectarla con la del pelirrojo.—Suelo planear todo detalle a detalle, me gusta ser meticuloso y tener todo en orden, pero cuando Daehyun se encuentra en ese estado... Todo parece derrumbarse y solo deseo que esté bien. Antes de que llegaras, tenía que postergar las reuniones, y cuando eran temas más delicados, tenía que dejarlo a cargo de su niñera a pesar de sus súplicas, a pesar de que ello lo hiciera enojarse conmigo por unas cuantas horas, pero podía lidiar con ello porque solo nos tenemos él y yo. Pensé que estaba siguiendo un buen ritmo, aún con aspectos por mejorar pero que con el tiempo lo haría, pero ayer que pude quedarme con él todo el día y me dijo cómo se sentía... Yo me sentí como el peor padre del mundo.
Jungkook escuchó atentamente, acercándose con pasos sigilosos hasta quedar a un costado de la bañera y tomar asiento en un pequeño banco que se encontraba en la esquina.—¿Qué fue lo que dijo?
Como si tratara de reunir valor, Taehyung tragó en seco antes de hablar.—A él le gusta que estés aquí con nosotros, porque eso significa que puedo pasar más tiempo con él. No sé si puedas comprenderlo, pero todo ello significa para mí que no he podido darle toda la atención que merece como yo lo imaginaba, porque creía tenerlo todo equilibrado y ahora todo parece derrumbarse. No suelo perder el control, pero cuando sucede... Ni siquiera podría describirlo de manera apropiada, pero siento que no solo fallé conmigo mismo, sino también a la única persona que depende de mí y que debería de hacer lo posible para que esté bien.
El pelirrojo guardó silencio, incapaz de saber qué decir. ¿Debía de consolarlo, decirle palabras de aliento o abrazarlo? Nada de ello se le daba bien, jamás tuvo que pasar por alguna situación similar porque las evitaba a toda costa, sin mencionar que ninguna persona había removido una pizca de sus emociones con solo escucharlos, pero lo que Taehyung decía parecía penetrar en su mente y hacer estragos en su interior, como si pudiera comprender todo lo que decía. No podía mentirse, claramente no podía comprenderlo porque jamás tuvo ninguna experiencia parecida o haber escuchado algo similar, sin embargo sintió la necesidad de decirle que estaría bien, como si aquello pudiera arreglarlo todo.
—Daehyun está feliz por tenerte aquí, Jungkook. Jamás imaginé que algo como ello sucedería, pero si a mi hijo le agradas, siento que no todo está perdido. No debería de dejarte a cargo de todo, pero debo de reconocer que me has ayudado a poder enfocarme más en él de lo que he hecho en este último tiempo, pero aún quiero equilibrar mi vida y obtener las dos partes de mi vida en la misma proporción.—Soltando un suspiro, cerró los ojos.—Ni siquiera deberías de escuchar nada de esto, puedo decir que no te interesa y no debería de traerte mis problemas personales, solo que decirlo en voz alta hace que tenga una nueva perspectiva.
Levantándose de su lugar, Jungkook mantuvo su mirada al frente, manteniendo su distancia.—Deberías de salir antes de que el agua se enfríe, además de que Daehyun está aguardando por ti en la cocina, no creo que siga esperando por mucho tiempo.—Dicho eso, se dirigió hacia la salida del baño, necesitando poner la mayor distancia que fuera posible entre ellos.
A pesar de sentir aquella necesidad de distanciamiento, una parte interna lo detuvo cuando tomó la manija de la puerta, sin dejarlo salir del lugar. No parecía correcto irse sin decir algo más, Taehyung le confió una de las partes más vulnerables de su vida, no podía simplemente ignorar toda aquella información y fingir que no había escuchado nada, por lo que decidió hablar antes de siquiera pensarlo dos veces.
—No eres un mal padre, Taehyung. Inclusive considero que serías el padre que todos hubiéramos querido tener al haber nacido bajo el mando de este mundo, porque proteges a tu hijo de todas las amenazas que nos rodean y aún sigue siendo un misterio para todo aquel que no viva en esta residencia. Sin embargo, nadie es perfecto y hay cosas de las cuales no está en nuestro poder tenerlas bajo control o, como mencionaste, pensar que todo está equilibrado mientras que una parte se está balanceando más sin que te des cuenta, pero eso no te impide que puedes mejorar y seguir aprendiendo en el proceso.—Girándose para brindarle una última mirada, reflejó un brillo diferente en sus ojos.—Si puedo ayudarte, lo haré. No soy tu enemigo, Taehyung, si estoy aquí es por la alianza que tenemos y preferiré mantenerme al margen si eso hace que tengamos una tregua, pero si necesitas ayuda y está en mi disposición apoyarte, me gustaría que recurrieras a mí. Para Daehyun y para ti.
Sin decir más, y sin esperar alguna respuesta, salió del baño tan pronto como expulsó la última palabra de entre sus labios, dejando a Taehyung sin palabras. Si creía que estaba comenzando a conocer a Jungkook, el mismo pelirrojo le mostraba que aún no lo conocía en absoluto.
Y eso ciertamente le intrigada a más no poder.
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