Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 07.

La noche se cernía como un manto oscuro sobre la ciudad, iluminada solo por el resplandor de las luces neón y el intermitente parpadeo de las farolas. Jungkook estaba sentado en un sillón de cuero desgastado en el despacho de uno de sus contactos, con la mirada fija en los documentos que acababa de recibir. Los negocios no esperaban, y esa noche era una de ajustes pendientes.

—¿Esto es todo?—Preguntó con un tono glacial, levantando los ojos hacia el hombre que estaba frente a él.

—Sí, capo Jeon. Todo está en orden.—El hombre tragó saliva visiblemente nervioso, sus manos temblaban ligeramente mientras pasaban un fajo de billetes hacia la mesa.

Jungkook tomó el dinero con calma, revisándolo meticulosamente antes de asentir.

—Bien. Asegúrate de que no haya errores la próxima vez. No soy particularmente paciente con este tipo de errores.

—Entendido, señor. No volverá a suceder.

El pelirrojo se levantó con un movimiento fluido, deslizando su chaqueta negra sobre los hombros. Cada gesto suyo destilaba una frialdad que intimidaba, una sombra de su vida que nunca había compartido con nadie completamente. Mientras salía del edificio, encendió un cigarrillo, dejando que el humo formara espirales que se desvanecían en el aire nocturno.

Cuando uno de sus hombres se acercó, arqueó una ceja en su dirección.—¿Está todo listo?

—Sí, señor. Solo estamos esperando su orden.—Bajando la mirada, el hombre esperó a su costado. 

Jungkook dio la última calada al cigarro antes de dejarlo caer al suelo y pisarlo, exhalando con una sonrisa sobre su rostro.—Encárguense de la bodega de Choi, que todo el dinero que esté resguardado arda en llamas. Si cree que puede venir a pedir una disculpa insignificante y no pagar por sus actos, entonces debo de demostrarle que está equivocado. 

El hombre dió aviso a la orden para ser ejecutada, caminando apresurado hasta el automóvil que esperaba al capo al otro lado de la avenida. Abriendo la puerta para él, Jungkook tomó lugar en el asiento trasero antes de sacar su celular, observando de reojo como el auto comenzaba a moverse del lugar y fue cuestión de segundos antes de que una llamada de Choi se hiciera presente. 

Apagando el celular, recargó la cabeza contra el respaldo, observando la ciudad siendo recorrida hasta la residencia de Taehyung. La fatiga empezó a hacerse sentir y deseó poder descansar aquella noche, tenía varios días sin poder conciliar el sueño como era debido y eso estaba cansándolo más de la cuenta. También necesitaba volver a entrenar, pero sin contar un espacio con el equipamiento suficiente no podía hacerlo, pero pedirle un espacio en la residencia del doncel tampoco parecía correcto, ¿Por qué siquiera se aferra a vivir ahí? No tenían porqué vivir en la misma casa, solamente respetar el matrimonio frente a todos y residir en la misma ciudad, no entendía porqué se estaban echando la soga al cuello de manera innecesaria. 

Claro, entendía que Taehyung tuviera sus necesidades de quedarse ahí por su hijo, pero ¿Y Jungkook? ¿Por qué seguía ahí después de dos semanas? Inclusive sus hombres parecían comenzar a acoplarse con los del doncel, turnándose para hacer las respectivas guardias y los esquemas de seguridad cada que tenían que salir de la residencia. 

Queriendo desvanecer sus pensamientos, detuvo cualquier otra duda que surgiera y bajó del automóvil tan pronto como llegaron a la residencia. Soltó un suspiro bajo mientras cruzaba el amplio recibidor. Se detuvo por un instante, mirando alrededor con cautela para no despertar a nadie. Sabía que su presencia en la casa aún era motivo de tensión y no quería causar un alboroto innecesario, además de las altas horas de la noche en las que estaba regresando después de entretenerse más de lo que hubiera deseado. 

Al llegar a la habitación que Taehyung le había asignado, una maldición silenciosa se le escapó al recordar que no había tenido tiempo de recoger ropa limpia. Mientras trataba de decidir si arriesgarse a buscar algo en la lavandería o simplemente improvisar, un leve destello de luz atrapó su atención. La puerta de la habitación de Taehyung estaba entreabierta.

Su instinto le decía que siguiera adelante, que respetara el espacio del doncel, pero la curiosidad fue más fuerte. Caminó en silencio hasta la puerta, moviéndola apenas unos centímetros para mirar dentro. La vista que lo recibió lo dejó inmóvil.

Taehyung estaba recostado en la cama, con su hijo pequeño acurrucado junto a él. La escena tenía una ternura que contrastaba brutalmente con las partes más oscuras de la vida de Jungkook. No podía apartar la mirada. El niño se removió ligeramente, abriendo los ojos con pereza y mirando a su padre.

—Papá... ¿Por qué el hombre grande está aquí?—Preguntó con voz somnolienta.

Taehyung sonrió suavemente, acariciando el cabello de su hijo.

—Es complicado, pequeño. Jungkook tiene que quedarse con nosotros por un tiempo. Es alguien importante para nuestro trabajo, y también... él nos está ayudando.

El niño ladeó la cabeza, pensativo.

—¿Es importante para ti también?

Taehyung se quedó en silencio, como si buscara las palabras correctas. Jungkook, desde su posición oculta, sintió que el aire a su alrededor se volvía pesado. Su corazón, que normalmente permanecía impasible incluso en los momentos más tensos, ahora latía con fuerza.

—Eso... eso aún no lo sé. A veces las cosas importantes toman tiempo para entenderse.

—Pero se casaron, ¿No se casan por amor? 

En este mundo, no. Era un pensamiento compartido, pero expresarlo se sentía cruel ante la mirada atenta de Daehyun. 

—Es complicado de explicar en este momento, cachorro. Pero cuando tenga las respuestas y pueda explicarte cada una de ellas, prometo que me comprenderás, sin embargo solo deseo que estés bien y nada de esto te haga cambiar de algún modo.—Besando su frente, acarició la mejilla del niño.—Eres mi vida, Daehyun. ¿Sabes lo afortunado que soy por tenerte como hijo? Siempre tan atento con papá, tan observador que inclusive me sorprendes, pero sobre todo ello, tan amoroso y comprensivo que eso me hace enorgullecer. 

El niño asintió con una pequeña sonrisa antes de volver a cerrar los ojos. Taehyung se inclinó para darle un beso en la sien y acomodó las mantas alrededor de su cuerpecito. Jungkook, aún observando desde la puerta, sintió una inexplicable mezcla de emociones que no lograba comprender del todo. Había algo en la vulnerabilidad de esa escena, en las palabras de Taehyung, que le hacían cuestionarse cosas que había enterrado hace mucho tiempo.

Jungkook se apoyó contra la pared al lado de la puerta, procesando lo que acababa de escuchar. ¿Importante? Esa palabra resonaba en su mente como un eco persistente. ¿Qué significaba realmente ser importante para alguien como Taehyung? Había visto a tantas personas pretender, mentir, manipular, que esa sinceridad lo desconcertaba. No estaba acostumbrado a la incertidumbre o a las emociones que no podía controlar. Y ahora, aquí estaba, sintiendo una mezcla de orgullo, confusión y un leve temor que no podía ignorar.

Quería entrar, decir algo, quizás desafiar la respuesta de Taehyung o, por el contrario, darle una razón para decidir que sí lo era. Pero se contuvo. "No es el momento," pensó, girándose para regresar a su habitación. Mientras cerraba la puerta tras de sí, no pudo evitar preguntarse cómo sería si algún día Taehyung pudiera mirarlo y darle una respuesta diferente, una que no estuviera cargada de dudas.

Se dejó caer en la cama con un suspiro, mirando el techo mientras su mente recreaba una y otra vez la conversación que había escuchado. Por primera vez en mucho tiempo, Jungkook no tenía todas las respuestas, y eso lo inquietaba más de lo que quería admitir.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro