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Wonderland

El sexteto de chicas caminaba de manera serena por el gran cultivo perteneciente al clan lobo; el trio vampiro observaba todo con detalle, el cuidado de las plantas, pero sobretodo lo orgullosas que se veían el trio lobo de lo que estaban mostrando.

-Como se habrán dado cuenta, todo en mi clan es mondo. – Comento la pelinegra. – Nos gusta preservar la naturaleza, pues su belleza es mucho mejor que cualquier cosa que podamos construir; además de ser nuestra fuente de vida es nuestro hogar. – Hablo con elocuencia la líder lobo.

-Esto es asombroso. – Alabo la princesa vampira. – Es un mundo maravilloso este lugar. -

Las chicas continuaron su recorrido hasta que vieron a un chico agrediendo a una chica. El trio líder del clan se acercó rápidamente para ver lo que sucedía. La chica lloraba mientras su agresor le gritaba y la insultaba.

-Oye idiota. – Hablo fuerte la loba pelinegra mientras empujaba lejos al chico. – Déjala en paz. – Ordeno.

-No te metas, no es tu maldito problema. – Respondió grosero aquel lobo. – Yo no te tengo miedo como todos aquí, zorra. – Insulto a la líder haciendo ademan de ponerle la mano encima.

-Ni te atrevas. – Amenazo la peliplata tomando bruscamente el brazo alzado del lobo, torciéndolo con fuerza causándole un gran dolor al agresor. – No se trata de miedo, se trata de respeto imbécil. – Dijo mientras tiraba al suelo a aquel lobo más alto que ella. – Las mujeres se respetan, jamás las tratas mal, jamás le pones una mano encima, jamás las insultas. – Tomo del cuello de su camiseta al lobo para alzarlo y que viera directamente su rostro. – Las mujeres son para amarlas y respetarlas. Eres un poco hombre. Y te juro, que si le pones una mano encima a mi hermana, o a cualquier mujer, te vas a arrepentir el resto de tu vida. A mí, si me debes tener miedo. – Advirtió la loba lanzando nuevamente al suelo a aquel sujeto que la miraba con pavor el cual salió huyendo del lugar.

La trinidad vampira observaba y escuchaba con detenimiento a la peliplata, un pequeña pelinegra observaba con asombro, la castaña con un poco de miedo de la peliplata, aunque no lo admitiera aquella imagen de la loba cubierta de sangre seguía en su mente; mientras la heredera escuchaba las dulces palabras de la peliplata de como amar y cuidar a una mujer con una sonrisa involuntaria.

-¿Estas bien? – Pregunto con voz suave la peliplata a la indefensa loba en el suelo mientras la ayudaba a ponerse de pie. - ¿Ese idiota te hizo algo?. –

-Muchas gracias. – Agradeció aquella pequeña loba.

-No te acerques a tipos así. – Hablo la líder lobo.

-Claro que no lo hare. – Concordó. – Enserio, muchas gracias. – Repitió lanzándose sobre la peliplata para abrazarla. – E-eres mucho más h-hermosa d-de cerca… - Hablo con sus brazos aun alrededor de la más alta.

Para todos fue evidente la incomodidad de la alta peliplata aunque también se notó que intentaba no ser grosera con la loba.
Esperaron hasta que la pequeña loba estuviera alejada para hablar.

-Bien hecho. – Felicito la pelinegra a su menor tomando el rostro de la alta entre sus manos. – Gracias por defenderme. – Acaricio la mejilla de la peliplata la cual respondió cerrando los ojos para sentir el tacto de su mayor.

-Tú jamás te vas a casar con un desgraciado así. – Advirtió la peliplata. – Yo te voy a cuidar.

-YooHyeon… Te lo agradezco, pero sabes que me gustan las mujeres… - Admitió la pelinegra.

El par lobo que conversaba entre si se había olvidado de la presencia de ciertas vampiras, y la confesión de la pelinegra había alegrado el corazón de una pequeña castaña que observaba la escena.

-P-pero sabes que quiero sobrinos… Quiero tocar tu pancita cuando estés embarazada… - Rogo la castaña haciendo un ligero puchero con su rostro mientras ponía su mano diestra sobre el vientre de su mayor.

-Estoy muy segura de mi sexualidad. – Admitió la pelinegra. – Te puedo dar un perrito de sobrino, así como el de tu peluche. – Sugirió la mayor para luego darse vuelta y ver al trio vampiro observándola. Aclaro su garganta y siguió con su camino por las tierras de su clan.

-Tu si me darás sobrinos, ¿Verdad? – Hablo a su otra mayor la cual la observo por un par de segundos y continuo el camino de su líder dejando sola a la peliplata con el trio vampiro.

-Tranquila, de mi cuenta corre que tengas sobrinos de SuA. – Hablo rápidamente la vampira castaña guiñándole el ojo para luego abandonar rápidamente la escena junto la menor del trio dejando a solas a la peliplata con su mayor.

La cara de la peliplata era seria por el comentario de la vampira recién ida.
La heredera al trono se acercó mucho a la peliplata causando un poco de incomodidad en esta.

-Yo sé que eres más que esa carcasa de loba intimidante, en el fondo eres dulce y tierna. – Hablo la pelinegra señalando el corazón de la más alta para luego irse tras las demás.

-Cariño. – Hablo la mujer a su marido. – Ya están en la biblioteca los candidatos que seleccionaste. –

-Bien. – Comento antes de salir de su despacho para dirigirse a la biblioteca.

El rey vampiro planeaba casar a su primogénita con el mejor vampiro que consiguiera, de buena posición, Que este a la altura. Por aquella razón selecciono a siete candidatos que habían llamado su atención.

-Bien, que se presente el primero. – Ordeno sentándose en su escritorio.

-Señor, es todo un honor conocerlo; lo he admirado desde que era niño… -

-No quiero un maldito lame suelas, vete de aquí. – Ordeno el rey vampiro.

-P-pero señor… -

-Quiero que te vayas. – Exigió el castaño. – El que sigue. –

-Mucho gusto, mi nombre es Kai... -

El grupo de chicas caminaba a orillas de calmado rio, mientras admiraban la naturaleza y cruzaban una que otra palabra.

-YooHyeon, te apuesto que no puedes subir ese árbol. – Aposto su castaña hermana.

-Si puedo… - Reto de vuelta la más alta.

-YooHyeon no. – Ordeno la mayor. – Las ramas están sentidas y húmedas, te vas a caer. – Advirtió.

-No me caeré… - Decía la peliplata mientras seguía trepando el árbol.

-YooHyeon, obedece. –

-No sé mucho de estas cosas pero yo también creo que te vas a caer, te puedes lastimar; obedece a tu hermana. – Apoyo la vampira pelinegra.

Y como si su mayor hubiera predicho el futuro la rama donde se apoyaba la loba dominante rompió haciéndola caer al suelo dándose un fuerte golpe.

-Te lo dije. –

-Me debes 10. – Se burló su castaña hermana.

-¿Estas bien? – Se acercó preocupada la vampira pelinegra viendo como a la loba se le dificultaba respirar.

-T-tengo algo clavado… en el costado – Dijo con dificultad la peliplata.

La vampira miro el lugar señalado por la menor y vio un poco de sangre en su camiseta.

-A ver… - Se acercó la líder lobo. – levántate. – Ayudo a ponerse de pie a su menor. – Quítate la camiseta.
La peliplata obedeció a su mayor; la peliplata tenía un trozo de rama clavado bajo las costillas junto con algunos rasguños.

-Hay que sacarlo. – Advirtió la mayor.

-Tu no… - Dijo con miedo la más alta. – Eres demasiado brusca… Y sé que me vas a lastimar por no haberte hecho caso… Que lo haga HanDong… - Pidió la menor del trio lobo, sus ojos expresaban dolor.

-No lo quiero hacer… La sangre y yo no somos amigos… - Aviso la castaña.

-YooHyeon lo hare yo y punto. – Aviso la mayor.

-No… Cualquiera menos tú, eres mala cuando no te obedezco… -

-Y-yo lo hago… - Se ofreció la vampira más alta acercándose a la peliplata; quien lo hubiera pensado... La peliplata le tenía miedo a su mayor.

La pelinegra tomo el trozo de rama he intento quitarlo con cuidado pero no salía de manera fácil así que tuvo que poner su otra mano sobre el abdomen de la peliplata para apoyarse y halar con más fuerza la rama. Fue inevitable para la vampira no sentir los abdominales de la loba, su fuerte calor corporal, y al estar tan cerca su aroma también pudo percibir. La más alta prensaba su abdomen y soltaba leves quejidos de dolor al sentir el trozo de árbol ser extraído de su costado. Para la pelinegra fue imposible no aprovechar el momento y comenzó a acariciar el abdomen de la contraria suavemente con sus dedos mientras sacaba el trozo de rama. Algo que no paso por alto para sus hermanas y cierta pelinegra que observaba con detenimiento la mano de la vampira sobre el abdomen de su menor.

Al terminar de salir el pedazo de árbol el costado de la loba comenzó a sangrar un poco, algo que alerto a la vampira cerca de ella. El fuerte olor a sangre hipnotizo a la pelinegra, que veía las gotas de sangra bajar por el cuerpo de la más alta, los ojos de la más baja habían cambiado a un fuerte rojo pasión y sus afilados colmillos salieron a la luz.

-MinJi… - Llamo su menor al ver el estado de su hermana.

Del trio presente, a la mayor era a la que más se le dificultaba controlar sus ansias de sangre. Esto a que su padre estando molesto de no haber tenido un barón cuando era niña la obligaba a hacer cosas de “vampiros hombres” como lo llamaba el, como asesinar animales en el bosque para tomar su sangre, incluso un par de veces su padre le había llevado humanos para que probara su sangre; esto hasta que su madre se enteró de lo que hacía su esposo con su hija y le prohibió volver a hacerlo. A la pequeña pelinegra le costó salir de las malas mañas enseñadas por su padre; sobre todo de la dependencia hacia la sangre. Esto por suerte, no lo habían sufrido ninguna de sus menores.

La pelinegra puso sus dedos sobre la sangre de la loba sintiendo el espeso liquido correr por sus dedos. La peliplata observaba la manera en la que la más baja miraba su sangre.

-¡MinJi! – Volvió a llamar su castaña hermana. Al ver que su mayor no le prestaba atención decidió tomarla por su brazo y alejarla lo más posible de la loba y de su sangre.

La loba pelinegra saco un pañuelo que cargaba consigo y lo puso en la herida de su menor diciendo que ejerciera presión para detener el sangrado.

La castaña veía el estado en que se encontraba su mayor, sus ojos y sus colmillos… Nunca la había visto así.

La más alta llevo uno de sus dedos a su boca probando la sangre de la peliplata. A su parecer tenía una sangre exquisita.

-MinJi no hagas eso. – Regaño su menor alejando su mano de sus labios.

-Su sangre es tan dulce… Y caliente… - Decía con sencillez la vampira. – Ella es perfecta para mí… - Anunció la más alta.

Una tradición vampira era que al escoger una pareja, para asegurarse que fuera para toda la vida; probaban un poco de sangre de su pareja. Para los vampiros la sangre del amor de su vida tendría un sabor sinigual y único, lo sabrían al instante. Y de ser así, clavarían más los colmillos para marcar a sus parejas, hombre y mujer hacen el ritual para consumir su amor sin importar que un lado de la pareja sea de otra raza.

-¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo MinJi? – Pregunto la castaña.

-¿Todo bien? – Pregunto la líder lobo acercándose al dueto que estaba conversando.

-Sí, sí, Todo bien. – Respondió rápido la castaña.

-Sigamos. – Sugirió mientras seguía su recorrido siendo seguida por las demás.

La pelinegra aun percibía el leve aroma a la sangre de la loba, caminaba un poco detrás de la peliplata viendo con ataraxia como presionaba su herida la cual sanaba rápidamente.

Espero de verdad les este gustando esta historia~ la escribo con mucho cariño para ustedes ♡♡

1964 Palabras
-Z

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