La pelinegra corría por toda la casa siendo perseguida por su padre, sentia miedo; la perseguía para pegarle por haber roto un valioso jarrón. No fue intención de la menor romperlo, estaba jugando con sus muñecas y tropezó haciendo que cayera al suelo y junto a ella el jarrón. Pero su padre no comprendía eso, para el ella lo habia hecho a propósito.

— ¡Ven acá ahora mismo! — Decia aquel hombre furioso.

— ¡Papi te juro que no fue mi intención! — Decia la pequeña entre lagrimas — ¡Fue un accidente! Lo juro. —

— No me interesa, dije que vengas acá. — Decía ya arto de discutir con su hija.

La niña fue acercándose lo más lento que podía esperando que su padre cambiará de opinión, pero no fue así.

La pequeña sintió como recibía repetidos golpes por parte de su padre.

Lágrimas corrían por sus mejillas y llanto salía de sus labios.

— ¡JungKook! — Decía su madre entrando en la habitación después de escuchar a su pequeña llorar — ¿Que te sucede? — Dijo exaltada la mujer dirigiéndose furiosa hacia su marido separandolo de la niña.

— Sucede que anda haciendo desastre por la casa. — Se excusó.

— ¡Vete! — Dijo con resentimiento — Y escuchame muy bien. A mis hijas no les tocas ni un cabello. Que esto no se vuelva a repetir. — Los ojos de la mujer se habían vuelto de un color rojo sangre asustando a aquel hombre, que conocía que su mujer era una gran amenaza en estado de furia. Aunque la pequeña sabia que su padre igual lo volveria a hacer a espaldas de su madre.

— Que se comporte como lo que es, una princesa. Y todo estara bien. — Decía firme.

— Es una niña, y disfrutará su infancia. Estas advertido. — Se acercaba al hombre provocando que aquel retrocediera. — Ahora, largo.— 

— Como quieras. — Dijo molesto de que su mujer le quitará autoridad.

Sabía que ante una vampira madre no se podia hacer nada, defendería a sus hijos con su vida, sin importarle quitar vidas para que sus crías estuvieran a salvo.

La mujer se tranquilizó y tomo a la pequeña que aun lloraba por el golpe recibido entre sus brazos para llevarla a su habitacion.

— Ya mi amor... No dejaré que te vuelva a poner un dedo encima jamás. — Decía la madre para consolar a su hija dándole un beso en la frente. Era mentira, aquel hombre lo haria mil veces mas.

— ¿Por que papi es tan malo? — Preguntaba sollozando la pequeña.

— No lo se... — Respondía soltando un suspiro.

— Te amo mucho mami — Decía la bebé acurrucandose entre los brazos de su madre.

— Yo tambien te amo GaHyeon — Decía acostando a su hija en su cama para después acostarse junto a ella.

A la menor aún le dolía los lugares donde había recibido los golpes, eso dejaria moretones.

En ese momento se desperto llorando, otra vez esos sueños donde era maltratada por su padre.

Sus hermanas no tardaron mucho en despertar junto a ella y al mirar sus lágrimas se preocuparon.

— GaHyeon, ¿Te sientes bien? — Preguntaba la castaña.

— Si... E-es sólo... Que volví a soñar eso... — Dijo la menor cabizbaja.

— Ay bebe... — Dijo Siyeon para luego abrazarla.

A las tres jóvenes les perseguía el trauma de haber sido maltratadas por su padre, constantes pesadillas, ataques de pánico, y miedo de el. La menor de las chicas era la que había sufrido más y por lo tanto a quien le repercudian más los maltratos del mayor.

— Tengo una idea... ¿Que tal si compramos un Atrapasueños? — Proponía la mayor de las tres.

— ¿Un atrapasueños? — Pregunto la menor.

— Si — Afirmo

— ¿Para que sirve eso? — Pregunto la del medio.

— Ayuda a alejar los malos sueños y las malas vibras, además que protege a su dueño. Te trae sueños felices y tranquilidad. — Le contestaba a su menor.

— Me gusta la idea — Respondía emocionada la castaña.

El día de las tres jóvenes había transcurrido normalmente, ya eran cerca de las 4 de la tarde cuando decidieron salir a caminar por el bosque, había llovido todo el día por lo que el sueño estaba blando así que las tres usaban botas, Blue jeans y camperas. Se podía ver un poco de neblina, sin duda alguna un ambiente encantador.

La menor de las tres corría hacia el río que se avistaba a la distancia mientras sus mayores reían viendo a su maknae correr emocionada, pero no sabían que la menor quería llegar al río para ver si aquella chica misteriosa estaba allí como el otro día. Para desgracia suya no era así, sólo había un río agitado y crecido.

Era normal que aquel monumental río creciera y se agitara de tal manera luego de las lluvias, sin duda había que tener cuidado ya que era algo traicionero. Si caias en el te seria difícil salir y no ahogarte. Todos lo sabian y por eso evitaban acercarse mucho cuando estaba de esa manera.

— ¡GaHyeon cuidado! — Grito la mayor de las tres a ver que su hermana se acercaba muy rápido al rio, al parecer no la escucho ya que seguía corriendo mirando a su alrededor lo que alertó a sus mayores que comenzaron a correr para detener a la más baja de caer en el río.

— ¡GaHyeon no corras tan rápido! — Grito la castaña mientras corria.

GaHyeon seguía corriendo sin prestar atención a sus hermanas o a donde corría, sintió como un cuerpo caía sobre el suyo provocando que cayera en el lodo ensuciandose toda.

— Ahg, ¡¿Que te sucede?! — Exclamo molesta la menor.

— ¡No! ¡¿A ti que te sucede?! — Respondió la mayor de todas molesta — ¡GaHyeon! ¡Casi caes al rio! — Dijo levantándose de arriba de su maknae, segundos después llegaba Siyeon, quien era más lenta que su hermana mayor al momento de correr.

GaHyeon al escuchar lo que decía su Unnie miro a su alrededor para darse cuenta que estaban a la orilla del río.

Aquel había crecido notable y peligrosamente.

— ¡Dios Santo GaHyeon! ¿Que pensabas que estabas tan distraída? — Preguntaba Siyeon recuperando el aliento y ayudando a sus hermanas a ponerse de pie.

— E-en n-nada... — Decía mientras intentaba quitarse el lodo cosa que no consiguió.

— No mientas, GaHyeon. — Dijo firmemente la mayor de las tres un poco frustrada de verse llena de lodo, aquella chica le gustaba mucho la higiene.

— Si, sabes que puedes decirnos lo que sea, ¿No confías en nosotras? - Preguntaba la castaña a su menor.

— Esta bien... — Soltó un gran suspiro — El otro día... Vi a una chica... En el río, y quería ver si estaría aquí... — Decía un poco avergonzada la maknae del trío — Pero no está...

— ¿Que chica? — Pregunto la pelinegra recostandose al árbol más cercano.

— No se... Sólo la e visto una vez y no es del pueblo. —

Las mente de las mayores no entendian que sucedía, ¿Su hermana alucinaba?.

— Oigan chicas, ¿Saben donde estamos? — Preguntaba una Siyeon algo nerviosa mirando el árbol donde su mayor se afincaba.

Las otras dos miraron con detenimiento aquel árbol, era igual que los demas sólo que más grandes y con una particularidad, un pañuelo rojo.

— Mejor nos vamos chicas... — Decía una temerosa Siyeon.

Mientras MinJi sólo miraba hacía el otro lado con una ligera esperanza de ver a alguien del otro lado.

— Si... Vámonos, me quiero cambiar — Apoyo GaHyeon. Las dos menores comenzaron a caminar en dirección contraria a aquel árbol pero se detuvieron al ver que su mayor seguía plantada en el mismo lugar de hace unos segundos. — ¿Que sucede Unnie?

— ¿Y si vamos al otro lado? — Preguntaba curiosa la de largo y sedoso cabello negro.

— ¡¿Que cosas dices MinJi?! — La castaña se asusto al oir la proposición de su mayor — Tu mejor que nadie sabes que tenemos prohibido cruzar ese arbol del demonio. — Dijo firmemente, poniendose frente su mayor. — Creo que esos estupidos libros te causaron un daño mental. —

— Exacto unnie, no podemos. Ahora vámonos — Dijo la menor de las tres tomando el brazo de la mayor pero la contraria puso resistencia. — ¿Cuales libros? — Pregunto confundida.

— Los libros porno de MinJi — Dijo Siyeon repondiendo la preguntadesu maknae, sin duda dejandola un poco impactada.

— ¡Vamos! — Dijo soltandose el agarre de su pequeña hermana — No hay nadie cerca, ¡Nadie sabrá! — Decia mientras caminaba hacia aquel árbol — Sólo veremos un poco de lo que hacen, ¿No quieren saber como son los lobos? - Pregunto a sus hermanas. — Y ya te dije que no es pornografia.

— Unnie... Nos vamos a meter en problemas — Dijo la más baja.

— Nadie nos verá chicas — La más alta comenzó a caminar hacia el otro lado del árbol hasta cruzar unos dos metros. — Vengan no sean cobardes... Solo daremos un vistazo... — Decia juguetona

Holis v:
Esta corto, lo se...
Igual espero lo disfruten! Hasta la próxima actualización :3

Perdon si hay errores, tengo mucho sueño :"v

(Hice un OS JiYoo 7w7 esta en mi perfil por si lo quieren leer)

—Z