Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

28. Juegos.

Hi~ Subo esto bien temprano porque trabajar/estudiar todos los días convirtió este en mi día de invernación para poder sobrevivir, así que iré a morirme por allá. Pero no antes sin dejar este capítulo que lejos es uno de mis favoritos, la verdad me apegue mucho en el fic y aunque sí ha sido más pesado mantenerlo que otras dínamicas porque de verdad me metí demasiado encima, me siento muy contenta de haberlo podido terminar practicamente. Otra vez, gracias a cada participante del fic, probablemente no me hubiera mantenido tan motivada e hypeada sin el apoyo y afecto de tantas personas especiales para mí a quienes referiré al cierre, pero ha sido bakan estar en esto y ha sido aún más bakan tenerlos acá. Así que es hora de ir cerrando. 

Gracias por tanto.

Ash no sabía que los humanos podían volar, de hecho si se identificaba en demasía con esa metáfora del leopardo congelado era por lo mismo.

Volar era una noción que implicaba libertad mientras que su carcasa congelada era la obvia antítesis.

Para personas como Ash «libertad» era un concepto casi fantasioso, como si se encontrara a la salida de un laberinto del que no ha podido salir, cada decisión que ha tomado es una bifurcación doblada que lo ha arrastrado ahí dentro: desde que eligió contarle a Jim sobre el entrenador Wilson, cuando se escapó de la casa de su tía, cuando vagó por las calles hasta que finalmente lo acogió el proxeneta de Dino, sí, cada elección lo llevó a esta ruta inequívoca dónde sabe que algunos afortunados poseen acceso a la presunta libertad (porque los escucha reír afuera) pero Aslan no, y por mucho que anhele no saldrá volando, así que tiene que seguir vagando y vagando.

Sí, Aslan no creía que los humanos pudieran volar.

—¡Si voy a morir, prefiero morir intentando algo!

Hasta que conoció a Eiji.

Al principio no podía creer que el extranjero tímido que apenas podía sostenerle la mirada en el bar estuviese arrancando esa rancia tubería ya que bueno, Ash había planeado entregarse para qué Skip y el desconocido pudieran salir. Pero ahí se plantó frente a un muro con una maldita terquedad que lo sacó de quicio ¿acaso enloqueció? Ni siquiera había una colchoneta. Entonces su mirada de ciervo se desvaneció para ser destronada por una fiereza que lo dejó boquiabierto, hasta él mismo concibió una desbordante electricidad bombeando en su propio cuerpo, sus ojos brillaron y Eiji brilló en toda esa transformación, corrió y bastó un abrir y cerrar de ojos para que estuviera...volando. Eiji en serio voló igual que el fénix resurgiendo de las cenizas, alcanzando la libertad, aunque terminó demasiado pronto, se grabó por siempre en el corazón de Aslan.

Hermoso, fue lo primero que pensó.

Eiji era hermoso y volaba.

Lo deslumbró de sobremanera que esos ojos temerosos que tanteaban a través del bar al conocerse pudieran brillar así, era más fuerte de lo que creía, incluso sino pertenecía a su mundo o si Arthur lo terminaba de atrapar junto a Skip no creía que importara, Eiji hizo un milagro al extender de sus alas invisibles, ahí supo que sería un error subestimarlo y por ende nunca lo hizo. Tal vez se malinterpretó su afán por resguardarlo, pero jamás fue desde la fragilidad de Eiji, sino de la suya. Al verlo enfrentar a su madre comprobó esto de nuevo, Eiji simplemente ardió, se permitió arder, voló hasta quemarse con los rayos del sol y resurgió como ese fénix que vislumbró cuando lo conoció.

Se siente orgulloso.

Y él no sabe ni carajo de familias funcionales o presiones impuestas por los demás, pero supone que debe ser realmente jodido quererse mejorar si el ambiente está constantemente enfermándolo y supone que debe ser aún más jodido ser el chivo expiatorio que rompa ese impasse.

—¿Quién es un bebé feliz? —Entonces lo que quiere decir, es que realmente lo inunda de orgullo el estarlo viendo ahora jugando en el comedor con sus bebés, viéndolo tomar una exagerada bocanada de aire antes de acercarse hacia el estómago de Jade, resoplarlo, haciéndolo reír—. Tú eres un bebé muy feliz, lo eres, lo eres.

—Mph. —Jade patea el rostro de su progenitor con suavidad y se retuerce bajo una manta, pidiendo que lo repita de nuevo.

—¿Quién es un bebé feliz? —Entonces toma aire con exageración y baja abruptamente para soplarle en el vientre—. ¡Tú lo eres! Sí, eres mi niño amado, protegido y consentido, mi dulce Jade, te adoro.

—Lo estás mimando demasiado.

—Tienes razón. —Eiji frunce la boca antes de inclinarse hacia Dawn—. ¡Es tu turno! —Su niña heredó su personalidad más introvertida y por ende, son contadas las ocasiones en que la ve reír a diferencia del carácter risueño de su hermano y sin embargo, acá está, carcajeando a lengua suelta cuando Eiji presiona su boca en su vientre como si fuese un globo desinflado—. ¡Eso es! Eres una niña muy feliz.

—Ba, ba, ba. —Su niña se retuerce como una oruga bajo los mimos de Eiji y eso le derrite el corazón.

—Muy bien Dawn, ya casi estás hablando. —El japonés le llena las mejillas de besos—. Eres un genio.

—¡Mph! —Jade patea por la falta de atención.

—Los estás mimando demasiado. —Aslan se corrige arrastrándose hasta acomodarse al lado, ambos niños estiran las palmas hacia papá, exigiéndoles ser cargados y qué risa, de verdad solía atormentar su cabeza el tema de la paternidad, realmente le sorprende lo... fácil que es tomar un rol para el que nunca estuvo orientado, mentira, Griffin lo orientó siendo un padre real y después Max, tuvo padres.

—Yo no soy el que los está sosteniendo.

—¡Ay! —Jade escala hacia sus hombros y le tira el cabello—. Me van a dejar calvo.

—Una razón más para llamarte viejo cuando aprendan a hablar.

—¡Eiji!

—No sé, cariño. —El moreno tararea—. Creo que el karma te lo va a cobrar y quedarás como Max.

—¡Eiji! —Gimotea y le golpea el hombro—. ¿Cómo...? —Traga duro, siente su lengua seca y le cuesta en demasía poner esta clase de temas aunque al menos quiere intentarlo—. ¿Cómo estás?

—¿Desde que me desperté? Bastante bien.

—No, idiota. —Gruñe—. Sabes a lo que me refiero. —Y claro que lo sabe, el fantasma de la visita de su madre no se ha esfumado con los días, en terapia acordaron que le daría tiempo para verbalizarlo, Ash mejor que nadie comprende lo duro que es decir las cosas y no porque no se quiera ayuda, sino que a veces, las personas están demasiado jodidas para hacerlo.

—Raro. —Entonces dice y es un avance, Dawn se ha acomodado sobre el regazo de su amante igual que un gato regalón mientras sus dedos cepillan su pelusa rubia una y otra vez, es impresionante el efecto que Eiji tiene en los Callenreese, entonces piensa—. Todavía no puedo creer todo lo que grité esa tarde, no sabía que tenía tanto guardado hasta que estuvo fuera, fue como abrir un grifo tapado.

—¿Eso es bueno o malo?

—No sé. —Quiere encogerse de piernas y no puede—. Creo que fui cruel.

—Creo que era necesario que ella lo escuchara.

—Tal vez.

—A veces hay que ser crueles con quienes amas.

Entonces Ash se inclina, no mucho, no lo suficiente para que su peso corporal quede cargado encima de su pareja pero sí lo bastante para que sus hombros se rocen y pueda transmitir que está acá, que lo apoya y lo ama. Sí, es iluso asumir que el mensaje quedará implícito y por ende, deberá clarificarlo, pero ahora no tiene prisa. Piensa en Jim, supone que esto es lo terrible de "los malos papás" ninguna persona nace siendo padre a fin de cuentas y los malos padres solo son reflejo de hijos heridos, claro que no es una justificación, tanto Eiji como él tuvieron infancias menos que ideales y aun así batallan a diario para romper los círculos de traumas, algunos caen en victimización, otros se ven demasiado paralizados para siquiera moverse, otros la normalizan y otros la cortan, son circunstancias distintas, compararlos sería como comparar las negligencias que sufrieron Shorter, Sing, Yut-Lung, Eiji o Aslan, no son equivalentes pero sí son igualmente dañinas.

Seguramente la mamá de Eiji tuvo una vida muy triste y se sintió realmente fracasada como mamá, seguramente vino acá defensiva para probarse algo así como Ash solía hacerlo. Pero lo fundamental del encuentro es que su amante aprendió a pararse en sus propios pies y lo gritó a los cuatro vientos, por fin elevó su barbilla, se hizo valer y reconoció lo que valía. Merece ser amado y sobre todo...

Eiji merece amarse a sí mismo.

—Espero que pueda sanar. —Es lo que finalmente logra formular—. Me siento horrible, en su lugar no me gustaría que Jade o Dawn me gritaran algo así, porque eso me desgarraría el corazón, también sé lo interferido que puedes estar con la depresión y más que ella ni siquiera se permite procesar la muerte de mi papá, no quiero ponerla de mala en mi historia pero me lastimó mucho, me hizo daño.

—No creo que los padres sean héroes o villanos, yo no veo a Jim como tal.

—Dijiste que era un padre mierdoso. —Entonces lo confronta entretenido.

—Todos los padres son un poco mierdosos, Max es un buen ejemplo, Max es un padre mierdoso del bueno.

—¿Nosotros seremos padres mierdosos?

—No, nosotros no. —Eiji rueda sus constelaciones sin estrellas, eso lo hace suspirar—. Creo que aún necesita tiempo tu mamá, es de la generación de concreto después de todo.

—¡Ash! —Gimotea—. ¿Acabas de llamarla vieja?

—Mierda, sí. —Ni siquiera se dio cuenta—. Creo que me sale natural.

—Lamentablemente.

—No te preocupes, yo te cuidaré cuando seas un fósil como Max.

—¡Ya basta de eso! —El desgraciado lo patea en un momento de suma seriedad—. Edward grosero.

—¡Eiji! —Ash lo patea de regreso—. ¿Qué dijimos de las referencias de crepúsculo?

—¿Acabas de...? —Eiji lo mira indignado.

—Sí. —Y Aslan lo patea de regreso—. Acabo de usar tus tácticas en tu contra ¿qué harás al respecto?

—¡Ven acá!

Por supuesto, Eiji lo besa para castigarlo.

Lo besa, lo besa, lo besa.

Y lo besa un poco más.

Se besan tanto.

Max tenía razón, su cerebro definitivamente no piensa bien cuándo se trata de su pareja pero ¿cómo hacerlo si besa tan bien? Adora el fervor dulce y suave de sus labios deslizándose con torpeza encima de su boca, eso lo hace reír y si él ríe, Eiji se ríe, y si Eiji se ríe, Ash lo quiere besar aún más, eh acá el verdadero círculo vicioso. Caen contra el sofá, escuchan a los bebés protestar por la falta de atención pero no existe nada más absorbente que sus labios rosados y efervescentes de champagne, baja sus manos hacia la cintura de su esposo, lo estrecha, se dedica a juguetear debajo de su camisa mientras sus bocas no se pueden separar ni por la falta de aire. El mundo se esfuma, el mundo podría acabarse y nada más podría importar que besarlo un poco más, este es el verdadero sabor a libertad, diablos.

Eiji siempre será un misterio en parte para él, después de todos esos años ensangrentados, luchando para alcanzar una presunta libertad es extraño haber encontrado un hogar, pero esto es Eiji: su oasis en medio del desierto, una flor en un campo de rosas, un sorbo de agua ante un volcán, un principito que no teme domesticar linces y un conejito que aprendió a volar, su alma gemela, lo complementa.

Así que lo besa solo un poco más.

Lo besa, lo besa, lo besa.

Lo muerde.

Es como ese fruto prohibido al que jamás debería haberle dado un mordisco pero lo hizo y ahora no puede dejar de desearlo por haber sido demasiado dulce y adictivo, y la peor parte es que aun siendo consciente de eso tomará otro mordisco. Y otro. Y otro. Y otro. Y otro. Eiji es lo único que parece no poder dejar ir. ¿Qué un lince y un conejo no pueden ser amigos?, ¿qué debería renunciar solo a una cosa? Ja, al carajo.

—¡Ash! —Eiji ríe con las mejillas rojas mientras Aslan no puede dejar de darle besos en todas partes, es casi vicioso querer mimarlo—. Ya basta, no te pongas cariñoso frente a los niños. —Por eso mismo procede a soplarle un moflete igual que su pareja hizo previamente en el vientre de sus hijos quienes ríen al gustarles el sonido (a diferencia de Buddy y sus gruñidos).

—Les gusta que nos amemos. —Entonces tararea—. Eres tan lindo que podría comerte a besitos.

—Me llamaste viejo, me estás molestando. —El moreno toma aire y se abanica la cara, está colorado y eso le resulta adorable de sobremanera—. No crees que soy lindo si me llamaste fósil.

—Claro que lo creo. —Los dedos de Aslan se enganchan en su flequillo para retirarlo—. Eres bonito, tan bonito que no puedo evitar coquetearte como si fuera protagonista de una novela juvenil, Bella.

—Por fin lo admites. —Eiji ríe entre dientes, su corazón palpita con fuerza, su respiración se ralentiza lentamente—. Tú también eres bonito, Ash. —Entonces dice y puede saborear las chispas danzando en el aire gracias a la cercanía, diablos, si dependiese meramente de Aslan lo besaría un poco más.

—Dejémoslo en que ambos somos bonitos.

—Me parece bien. —Se dan una tregua de mimos para poder respirar y prestarle la correspondiente atención a sus niños (quienes no dejan de chillar y no quiere imaginarlos de adolescentes)—. ¿Cómo te sientes tú con lo de hoy? —Y sí, sabía que tarde o temprano tendría que salir el tema y solo estaba pateándolo hacia el rabillo de su ojo, no obstante, continúa ambivalente.

Griffin Callenreese.

Ese es el tema.

—Me pone nervioso que Max, Jess y Michael vayan con nosotros. —Ash abraza a Jade, lo siente tan pequeño y frágil entre sus brazos, como si el más mínimo descuido se lo pudiese llevar, es obvio que le genera una contratransferencia garrafal su apariencia, Jade es el Aslan que no salvó o así se mira.

—¿Te molesta?

—No. —Tantea sus propias respuestas—. Max también tiene derecho de visitar a Griffin, fue amable de su parte ayudarme en el trámite del cementerio y todo eso, no quería que quedara en una tumba anónima financiada por el estado. —Encoge sus piernas hacia su pecho, las palabras le duelen y cada vez que pronuncia su nombre es una daga—. Quería una sepultura bonita para él.

—Aslan.

—Y quiero presentarle a sus sobrinos, estoy seguro de que amará a Jade y a Dawn.

—Pasó algo en Cape Cod. —Entonces infiere y no debería sorprenderle, es Eiji de todas maneras, ya tuvo episodios de reexperimentación durante su primera recuperación estando en esa cabaña pero siempre fueron en relación a sí mismo, nunca extendidos a alguien más, a sus hijos, sus hijos heridos.

Si alguien intenta hacerte lo mismo, cállate y déjalo. Pero hazlo pagar.

—Sí. —Musita ido—. Tuve un episodio.

—Por eso estabas tan raro a la vuelta. —La voz de su esposo se suaviza, su mirada hace estrellas, su toque crea vida, es acogedor—. No tienes que obligarte a hacerlo sino te sientes listo todavía. —Es lindo que Eiji anteponga su consentimiento incluso en estas situaciones, no lo reprocha por cambiar sus planes posiblemente ni lo llama problemático como papá, solo lo ama—. Max lo comprenderá.

—Sé que no estoy obligado. —Se dice y Jade se queja por verlo triste, a sus bebés los lastima mirarlo herido porque lo aman sin siquiera tener un año—. Pero quiero ir.

—Está bien. —Eiji entrelaza su mano por encima de la alfombra—. Si eso es lo que quieres, entonces iremos.

—Gracias.

Sí, aunque procesar la muerte de Griffin es duro ¿extrañarlo? lo es aún más, pero Jade y Dawn jamás lo conocerán para extrañarlo como Aslan lo hace y eso le da mucha pena.

Griffin.

Griffin. Griffin. Griffin.

Perdóname.

Permite que Eiji lo consuele camino al cementerio, Max y el resto de la familia los ha pasado a buscar y aunque tiene hartas ganas de unirse a la conversación (sobre todo por el pequeño Michael), resulta imposible detener la rumiación acerca de su hermano, todavía le es difícil memorarlo y más después de Cape Cod y descubrir la caja de los poemas. ¿Qué hizo Ash para merecer tanta confianza? A veces ni él mismo puede manejar el amor que Griff le tenía, solía hacerle chocolate caliente cuando estaba triste y era imposible esconderlo, solía meterse bajo las mantas cuando Ash no podía salir e inclusive recibía las palizas de Jim por él. ¿Palizas? Ah, sí.

Ahora lo recuerda.

—¡Mocoso!

—¿P-Papá?

—Otra vez te estuviste escapando de clases, ya verás.

Jim llegando enfermo de borracho a la cabaña. Tomando su cabello rubio con tan solo cuatro añitos. Arrastrándolo de los pelos hacia el baño mientras lo empujaba hasta la tina con los dedos hediondos. El aroma a cigarro, alcohol y maltrato. Sus pies crispándose encima de las baldosas. Una cachetada. Gritos. Llanto. ¡Mamá! Mamá no llegaba. Jim hundiéndole la cabeza dentro del agua fría. Arde. Aslan forcejeando. Las uñas de su padre clavándose en su cuero cabelludo. Lo ahoga. No respiraba. Auxilio.

—¡Eres un mocoso tan problemático! Es lo único que sabes hacer, joder, me has costado todo igual que la perra de tu madre.

Lo siento.

Lo siento por ser un mal niño.

—¡Papá! ¡¿Qué diablos haces?!

Griffin.

El odio ardiendo en los ojos de papá cuando lo soltó para reemplazarlo por Griffin. Aslan golpeando la puerta del baño. Lo dejaron fuera. Escucha los golpes de Jim hacia su hermano. «No lo mates, por favor, papá, no lo mates». Las gotitas de miedo en sus calzoncillos. Sus nudillos irritados por golpear y golpear la puerta. Primero llorando un poquito, luego chillando:

—¡Griffin! ¡Griffin! ¡Te amo!

Por si era la última vez que podía decírselo.

—Estoy bien, campeón.

Griffin saliendo del baño. Su cara está moreteada. Tiene un ojo feo e hinchado. Jim durmiendo sobre los bordes de la tina. Borracho. Apesta a alcohol. No le gusta. Griffin lo abraza. Aslan está sollozando. No lo suelta aunque su hermano necesita atención médica. No deja de abrazarlo y repetirle palabras dulces de confort. No lo libera en varios minutos y aun así Aslan no puede evitar aferrarse a la polera de su hermano completamente desesperado. Su pijama está empapado. El llanto corre sin fin. Griff le presiona un beso encima de la frente. Se aferra a su corazón suave y tiernamente. Acuna su rostro entre sus grandes manos. Limpia las lágrimas. Las Lágrimas no cesan. Le dice que lo ama. Aslan ama y se lo manifiesta. Le pide que no lo deje. Que papá le da miedo. Que papá borracho lo aterra. Griffin le da una sonrisa quebrada. Aslan quiere salir de la casa.

—¿Qué te parece si te inscribimos en el equipo de béisbol? —Entonces le dice—. Podrías estar más tiempo con tus amigos y menos en casa, así te pasaría a buscar directo de las prácticas.

—¿Béisbol?

—Sí.

—Me gusta. —Entonces Griffin le revolvió el cabello totalmente aliviado.

—Bien, eso te mantendrá lejos de papá por un tiempo, al menos hasta que pueda sacarnos de aquí.

Su padre era un terrible borracho, era peligroso de sobremanera y más porque Ash lo irritaba, decía que se parecía demasiado a "la prostituta" de su madre y eso lo llevaba a desatar ataques de ira que nunca le llegaban, Griff se encargaba de usar su cuerpo como escudo humano, lo resguardaba contra su pecho y dejaba que su papá lo pateara en las costillas y lo siguiera pateando aun si se acurrucaban en el piso suplicando que se acabara. Tal como Eiji, supone que Griff también fue niño parentalizado.

Tiene rabia por no haber podido proteger a Griffin.

Tiene pena por haber olvidado el tema.

—Chico. —Max es quién coloca una mano encima de su hombro, la camioneta se ha detenido, están frente al cementerio general—. ¿Te sientes listo?

No.

Absolutamente no.

—¿Jade y Dawn irán a conocer a su tío? —La pregunta de Michael es inocente y bien intencionada.

—Ese es el plan. —Ash hunde sus uñas contra las fundas de cuerina de la camioneta, de repente hay un retorcijón en su estómago que lo incita a vomitar y a salir corriendo.

—¿Ash? —Eiji aprieta su mano, está a su lado con un portabebés y mierda, es duro, tanto Jade como Dawn se parecen de una forma completamente diferente al niño que perjuró muerto bajo las garras de su entrenador y cree que eso es lo que no le puede perdonar a Jim más que el abuso o que incluso haya sucumbido a la desesperación a su manera—. ¿Cariño?

Que su papá no le creyera lo terminó de matar.

No Barba Azul.

Ni Dino.

Y en el fondo le da miedo confrontar a Griffin porque lo fuerza a mirar esta opción, sí, da por sentado que su hermano mayor le hubiese creído porque incluso de adulto lo tiene en su pedestal de héroe, pero ¿qué tanto recuerda del mayor?, ¿qué tan bien lo conoció?, ¿qué tan bien habría reaccionado?, ¿si Griffin lo hubiera encontrado y no le hubiese creído... Aslan tendría que aceptar que fue su culpa?

No. No debe permitir que la catástrofe escale. Sabe que no fue su culpa y que es inconcebible pensar que el mismo Griff que se tiraba al suelo como una mamá protegiendo a sus cachorritos de los golpes podría no haberle creído, jamás habría dudado del propio Aslan. Joder, su infancia lo abruma puesto que tiene a Griffin en la raíz de sus recuerdos y por ende, de su laberinto, y sí, ha ido avanzando bajo el sufrimiento del tema e intentando reconquistarlo igual que con las fotografías antes de arder bajo el encendedor de Max.

—¿Aslan? ¿Cariño?

Pero entonces mira a Jade y Dawn y vuelve a pensar en esa imagen intrusiva... se asemejan tanto al niño que murió en Cape Cod que apenas lo puede soportar.

—Creo que Ash necesita tiempo a solas con Griffin antes de que todos vayamos. —Jessica concluye.

—Pero...

—¿Es así? —Y mierda, Eiji le está apretando la mano tan preocupado.

—Creo. —No sabe en realidad—. Creo que sí.

—Bien. —Su amante le presiona un beso en la mejilla—. Estaremos esperándote cerca para cuando nos necesites.

Gracias por ser tan comprensivo, no tenías qué...no era tu obligación.

Te amo, gracias.

Es duro estar frente a la lápida de Griff, hay una inscripción que tatúa su corta vida junto a un bonito marco de madera con una fotografía que...pierde el aliento y contiene el llanto, es esa fotografía en dónde Aslan sale con su uniforme deportivo y Griffin a su lado, lo está abrazando con un solo brazo, tiene una sonrisa relucientemente despreocupada y está hincado (porque solía molestarle su altura y ¿cuándo no le daba en el gusto?) se pregunta si habría sido más alto y de repente sus piernas fallan y cae de rodillas frente a la tumba sintiéndose como ese niño vulnerable y a la vez, protegido por su hermano.

—Querías sacarme de ahí. —Entonces le dice—. Lo había olvidado, te fuiste al ejército por mí.

Iban a vivir juntos en otro lugar. Lejos de papá. No porque fuera particularmente malo, en contraste a pederastas como Barba Azul o Dino, Jim es un santo, sin embargo... le dijo a Michael que todos los padres son una basura, que los niños no pueden elegirlos. A diferencia de Eiji que se convirtió en un padre para su hermana, Aslan se permitió cuidar por Griff y lo dejó ser su papá cuando Jim no lo fue.

—Siempre me lo contaste como si fuera un juego.

Entonces ríe y es difícil hablar.

—Siempre me estuviste...mierda, no estoy listo para hablar contigo, no creo estar listo para hablarte jamás siendo honesto, porque eres un tema que todavía me duele, es diferente a otras pérdidas, tú no eres como Shorter o Skip. —Una espina se incrusta en su corazón tras mencionarlo—. Tú eres...

Te amo, Aslan.

Me siento muy orgulloso de ti.

Mi campeón.

—Eres la última persona que me vio con vida en ese sentido. —Sus pulmones pesan, las manos están empapadas contra sus jeans, ni siquiera sabe si tiene permitido estar tan cerca de una tumba, pero no puede apartarse, tiene miedo de que si habla demasiado bajito y está muy lejos él no lo escuchará y es tan tonto considerando que es ateo—. Nunca supiste lo que me pasó y a veces lo lamento, creó que si alguien lo hubiera entendido... —La espina se incrusta más y más hondo, le duele—. Si alguien podría haberme creído eras tú, te imagino entrando frenético a mi cuarto ¿sabes? Llorando porque probablemente te habrías sentido impotente, dándome esa mirada que tú...cuando Jim me buscaba para pegarme y me protegías.

Traga duro.

No puede dejar de llorar.

Lo extraña, joder, lo extraña tanto.

—Y yo habría estado asustado, mierda Griffin, seguramente te habrías culpado por haberme dejado con papá pensando que podría cuidarme cuatro años, seguramente te habrías hecho fuerte delante de mí pero por dentro te habrías desmoronado y llorarías en silencio como lo hacías en la casa pero me decías que era un juego para que yo no me preocupara. Me cuidaste. Me cuidaste muy bien. Yo te habría dicho eso y tú...sentirías qué habrías fallado como hermano, lo siento, no fue tu culpa, hay cosas que no podrías haber prevenido ni siquiera tú, pero me habrías abrazado, aunque aún hubiera estado aterrorizado me sentiría menos solito.

Mira la fotografía, la toma.

—Nunca pude volver a jugar béisbol ¿sabes? Es una de las cosas que ni con terapia logre sanar, papá el otro día fue a conocer a Jade y Dawn y los llevó a un partido, ¿puedes imaginarlo?

Ríe.

Si alguien intenta hacerte lo mismo, cállate y déjalo. Pero hazlo pagar.

—Y yo no entendía por qué de todos los deportes los había expuesto a...me hizo mucho daño Griffin, me hizo mucho daño y desee que estuvieras ahí para ayudarme pero no estabas y no estás y extraño mucho que estés acá, extraño tus abrazos, extraño que me leas cuentos antes de ir a dormir, ¿acaso te acuerdas? Siempre te pedía a Hemingway y te burlabas, diciendo que era mejor la fantasía ya que me ayudaría a soñar, extraño que me hagas chocolate caliente cuando estoy triste, extraño hablarte, eras hablador, lo recuerdo bien, incluso mientras cocinabas no te callabas y Dawn y Jade te habrían adorado.

Llora.

—Yo te adoraba. —Llora un poquito más—. Eiji te habría adorado también y me duele que lo último que haya tenido de ti es tanta amargura cuando por fin estoy bien y ya no estás para verme bien, ni para sentirte orgulloso, no sé si estarías orgulloso, luego del entrenador Wilson pasé...y tú te habrías sentido culpable porque eras así, me habrías dicho que sabías que Jim era un papá de mierda y que me dejaste con él y que eso te hacía tan culpable como él, yo te habría golpeado, mierda, Griff, eres lo único bueno de mi infancia.

«Eres».

No «eras».

—No sé qué vine a decirte. Jade y Dawn querían conocerte pero en la apestosa camioneta de Max me acordé de algunas cosas y...Eiji lo notó, diablos, Eiji siempre nota cuando estoy mal, así que creyó que darme espacio contigo a solas sería lo mejor pero no sé qué decirte, no sé. Te extraño, hermano.

Abraza la fotografía contra su pecho, hundiéndola con tanta fuerza que cree que quedará incrustada en su corazón.

—Te extraño y te amo y desearía que estuvieras acá, que fueras parte de sus vidas.

—Lo es. —Claro que Max es el chismoso que interrumpe—. Lo siento por venir, pero Eiji se preocupó y no quería irrumpirte, por eso vine yo. —El periodista se rasca la nuca antes de sentarse al lado, su atención pende hacia las otras fotografías en la tumba, ni siquiera las notó.

—¿Ese eres...? —Supone que es una imagen del escuadrón de Griffin—. ¿Eres tú?

—Sí. —Max se encuentra abrazándolo y empujándolo hacia su pecho—. Él me contaba mucho sobre ti. —Recuerda las palabras hirientes que le dijo cuando se conocieron en la celda y es irónico, porque así como Max le tuvo que disparar a su mejor amigo, él tuvo que hacer lo mismo con Shorter.

—También me escribió mucho sobre ti. —Entonces recuerda.

—Ya veo.

—Sí.

Quedan en silencio. Hay un elefante en la habitación. Max es el primero en hablar. Es necesario que puedan sacarlo.

—¿Te sientes culpable? —Es extraño que el viejo se porte tan perceptivo, Ash no está acostumbrado a esta suavidad tan maternal (eso tiende a ser cosa de Jessica).

—Sí. —Pero extraña a su hermano y no le quedan defensas—. Griffin siempre estuvo ahí para cuidar de mí y yo creía que todo era un juego, era demasiado...pequeño para saberlo. —El dolor en el pecho se arremolina hacia su corazón y sangra—. Le quité tantas cosas. —De pronto, es vulnerable y teme que va a romperse, de pronto no se siente como un hermano sino como una carga que saboteó cada posibilidad de Griffin por haber tenido una mejor calidad de vida—. Debió abandonarme.

—¿Por qué piensas eso?

—Porque ni siquiera le permití estudiar, nunca tuvo una novia porque debía cuidar de mí, él pasaba todo el tiempo tratando de resguardarme, fui un ancla, Max.

—No. —Su voz es severa, aunque cálida—. No fuiste una carga, Griffin te adoraba.

—Pero yo no lo dejé hacer nada.

—¡Eso no es verdad!

—¡Claro que lo es! —Se pone defensivo—. Sino hubiera estado ahí...

—Eras su inspiración. —El recuerdo de la caja en Cape Cod lo abofetea junto a las palabras del mayor y de repente, el corazoncito le duele mucho y no puede parar de llorar, lo entiende, claro que alcanza a ver lo mucho que Griffin lo adoraba para protegerlo como si fuera un tesoro, pero esto solo vuelve más dolorosa su falta y Ash se hace una bola sobre la tumba de su hermano mayor, solloza igual que cuando golpeaba la puerta del baño y le suplicaba a Jim que no lo matara.

«Por favor devuélvemelo, Dios».

Lo necesito.

Lo amo.

Lo extraño.

—Oh, Aslan. —Max no lo obliga a levantarse pero aun así, consigue acunarlo hacia su pecho encima de la tumba, es un abrazo cálido que lo obliga a taparse la boca para no gritar más fuerte ya que aún en estas circunstancias se niega a mostrarse tan patético ante Max—. Tú fuiste su inspiración, nunca lo dudes, lo motivabas día a día para regresar a casa, eras la razón que tenía Griffin para salir de ahí con vida, él te adoraba, quería regresar a ti, te lo prometo.

—M-Mientes. —Pero Ash es el único mentiroso y lo sabe.

—Te amó, él te amó tanto. —Los brazos de Max se rigidizan aún más a su alrededor—. Y fue amado, todos en el escuadrón lo amábamos, Griffin era esa clase de persona brillante ¿sabes? Pero inclusive alguien tan brillante como él de vez en cuando necesitaba un apoyo, no fue agradable ir a Irak, pero tuvo una buena vida, tú estabas en ella.

—M-Max.

—Y él te ama tanto, Aslan.

—E-Él... —Apenas consigue dejar de tiritar—. Él también te amaba, Max. —El corazón del nombrado se hace añicos luego de esas palabras—. No sé si de manera romántica, pero te amaba, Griff brillaba cuando hablaba de ti en sus cartas, mierda, es obvio mirándolo hacia atrás y probablemente en otra vida no serías mi papá, serías mi suegro. —Eso hace reír al adulto, no existe nada más descorazonado que ver a un hombre tan agotado como Lobo sollozando igual que un niño.

—Lo sé. —Entonces le dice—. Habrías sido un dolor de culo de yerno.

—Y tú un suegro de mierda, no te habría dejado acercarte a él.

—Te habría ganado de alguna forma.

—Probablemente. —Ríe—. Max...

—¿Sí?

—Gracias. —El aludido le sonríe, ambos están llorando, hay muchas cosas que le desea transmitir a través del llanto. Gracias por cuidar de mí. Los adultos me daban miedo.

Tú no me das miedo.

Te amo.

Eres mi papá.

—Aslan. —Entonces Eiji aparece con Jade y Dawn entre sus brazos, tiene una sonrisa brillante, esas mismas que han salvado su vida incontables veces, entonces Ash se levanta sin soltar a Max, permite que sus seres amados lo apoyen, que lo extrañen, no dejará de extrañarlo ni de necesitarlo jamás.

—Griff. —Eso está bien, ya no duele tanto—. Te quiero presentar a dos personitas muy especiales. —Aslan acuna a sus niños entre sus brazos, Jess y Michael llegan con ramos de girasoles por detrás.

Toma aire.

Permite que el dolor atraviese su corazón y lo empape con todas esas palabras que aún le complica decir en voz alta: te extraño, te amo, te necesito, siempre serás mi hermano, mi papá, mi héroe, mi fortaleza, mi inspiración. Griffin Callenreese, eres bienvenido. Te presento a tu familia.

—Te presento a Jade y Dawn.

Siento que no le tomé la importancia debida a Griffin en el canon hasta que conocí a dos personitas, a Lenna a quién no llego tan lejos acá pero de verdad su amor por Griffin fue contagioso y por supuesto a Maki, esta mujer no solo me hizo llorarle como desgraciada a la relación de hermanos entre Ash y Griffin, no, no, me metió el MaxGriffin al cerebro y nunca salió de ahí. Más adelante dejaré mis dedicatorias más bonitas, pero debía referir que mi obsesión por esa pareja es culpa de estas dos y Dios, si les hace falta material, saben dónde encontrar el perfil de Maki (momento simp). Ahora sí, el otro capítulo es muy dulce y de transición y ya los otros son de cierre, tengo la idea de hacer el epilogo pero sigo ambivalente XD me carga sacar cosas "innecesarias" entonces depende de qué tan satisfecha me deje el final. Eso.

¡See ya!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro