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22. Hormonas.

Hi~ Muchas gracias a quienes han llegado a este punto en la dínamica. Ha sido bien intenso y más que cualquier otra porque en el fluff y el omegacember tuve un margen de tiempo para sacar borradores o algo así, acá no, me tire de la nada, así que igual me da mucho orgullo ir al día pese a todo. Okey, el capítulo de hoy está intenso y van a cachar porqué a medida que vaya transcurriendo el tema, pero este ya es uno de los capítulos más intensos finales así que lo amerita. Recuerden las advertencias, se nos vienen pesadas. Mil gracias a quienes se toman el cariño para leer. 

¡Espero que les guste!

Ash tiene dos papás.

No. Alto.

Eso suena extraño.

Ash tiene tres papás y una mamá, (eso suena aún peor, ugh. Gracias Max). Ash tiene muchos papás.

No en el sentido tradicional de la palabra, de hecho, tiene a dos papás y un «donador de esperma».

Max es uno de ellos, en retrospectiva, ambos se vieron atados por la necesidad ferviente de superar el pasado pero donde Ash buscaba venganza Max quería redención (de ahí el interés en banana fish) y a fin de cuentas, fueron sus pasados los que los enredaron. Recuerda su estancia en prisión, antes de saber que Jenkins lo había mandado para cuidarlo, Aslan esperaba que Lobo intentara "tomarlo" en la litera, no lo culparía siendo franco, en su mundo nadie era amable sin razón aparente y el viejo mostraba un interés demasiado persistente en cuidarlo, así que algo debía querer a cambio ¿cierto?, luego, cuando Garvey lo violó fue Max quién lo llevó a la enfermería. Y otra vez, fue Max quién llevó su trasero a Cape Cod la primera vez. Y fue Max quién lo hizo consciente de la importancia de Eiji en su vida. Y Max era un papá con Michael. Y antes de darse cuenta, Max era un papá con Ash. Sin duda tuvieron un inicio extraño para su relación.

Ash nunca lo confesaría en voz alta, pero fue divertido fingir ser su hijo para comprar el apartamento y salir a comer, fue divertido, lindo e incluso reconfortante tener esa clase de apoyo que no concebía desde G-Gri... pero solo cayó en cuenta de lo mucho que amaba a Max cuando lo arrastró del trasero hacia un club gay para confrontar a Froggy y sufrió una reexperimentación. Clic. Todavía escuchaba el chasquido de la cámara, a Marvin arriba de él mientras lo grababan bajo el flash y lo rompían, Ash recuerda haber suplicado que pararan y haber llamado a papá, pero papá no vino y él quería asesinar a este hijo de puta que lo lastimó. Pero le prometió a Eiji no... Y al final solo era un homicida ¿verdad?

Los violó a todos mientras se reía como hiena. Todavía escucha el chasquido de la cámara. Clic. Clic. Clic. Buen chico.

Lo siento, Eiji.

—¡Ash, no!

Pero entonces papá llegó. Y Ash no dudó en pedirle que usara sus fotografías. Era un hombre muerto y ya nada podía avergonzarlo. Entonces Max sacó un encendedor de su bolsillo e hizo girar la rueda de metal con su pulgar y apareció una llama feroz antes de quemarlas.

Lobo quemó esas fotografías.

¿Por qué Max...? Cuando hubo un tiempo dónde Ash intentó ser un niño bueno si le daban la chance de serlo, aun así, todos lo descartaron como una persona despiadada que nunca recibiría amor, solo deseaban lastimarlo, incluso Jim. ¿Por qué Max no? ¿Por qué haría esto por un simple prostituto...?

—Olvídalo. —Y las sostuvo mientras ardían como si hubiese algo en esa petición que Max no hubiese podido consentir, como si hubiese visto a través y entendiera lo mucho que su niñez dolía—. Aunque supongo que ya lo habrías olvidado si pudieras. Simplemente deja de pensar en ello.

«Esto ya no te controla».

Ash lo entiende, quemar el pasado no significa que desaparezca, pero lo liberó más de lo que alguna vez le expresará.

Max es su papá.

Ahí fue innegable: Max es diferente, Max lo cuida, Max es seguro, Max lo ansía apoyar, Max no hará daño ni hará mal uso de la confianza que Ash le entregue. Max lo ama. Y por mucho que niegue, Ash lo ama también, siendo viejo y todo. Max es uno de sus papás.

Y luego está G-Gri...

No puede decirlo. No todavía. Por lo que es una terrible idea estarse encaminando a Cape Cod donde literalmente el lugar se encuentra impregnado de su hermano mayor.

Oh my darling, oh my darling. —Es una suerte que haya venido con Max y la irritación que aprecie por su querido "papá" sea más grande que cualquier melancolía dable—. Oh my darling, Clementine.

—Cállate. —Ash gruñe, bajando los lentes de sol hacia la nariz—. ¿Por qué sigues cantando la misma frase?

—Lo siento, no me sé el resto.

Tch. —Chasquea la lengua con el paladar para dejar más que obvia su molestia.

—Estás algo irritable, ¿eh? —Como siempre que visita Cape Cod en realidad, a diferencia del último viaje que hicieron acompañados de Shorter e Ibe, no se halla acomodado en el asiento del copiloto, sino que va en la parte trasera junto a su adorable esposo porque le gusta recostar su cabeza encima de los muslos de Eiji mientras le hace cariñito—. Me sorprende que no hayan traído a sus bebés.

—Son muy pequeños para un viaje tan extenso. —Su lindo esposo explica, repasando sus mechones dorados casi sin prestarle atención, como si viniese implícito en Eiji ser mimoso con Aslan y aunque a veces aparecen pensamientos intrusivos sobre no merecerlo, es capaz de aplacarlos y de disfrutar.

—Tienes razón en eso.

—Además, Michael quería pasar tiempo con ellos.

—¿Tenías que dejarme a mis nietos justo cuando tampoco estoy?

—Yo no te pedí venir, viejo.

—No, pero... —Max tensa sus manos alrededor del volante, lo mira morderse la boca en el retrovisor y eso quizás enciende sus alarmas mentales—. También extrañaba a Buddy. —Miente.

—Nos hace falta en la casa. —Pero decide ignorar este obvio detalle y permitirse disfrutar del sonido de los latidos de Eiji contra su oreja, de lo calentitos que se sienten sus jeans bajo su mejilla y de sus dulces toques en los cabellos de su nuca—. Además, dicen que es bueno criar niños con mascotas y si son alérgicos al pelaje esta es la mejor manera de quitárselos cuanto antes.

—Estás muy preparado para la paternidad ¿no es así, Eiji?

—He estado leyendo muchos libros de Ash. —Eiji infla el pecho orgulloso y él lo mira completamente enamorado—. Además, no podía quedarme en casa con ellos por mucho que los extrañe. —El toque baja de intensidad en contraste con su respiración, la siente humedecerse contra su pelo, eso incita a que se dé vueltas, acomodando la nuca entera en el regazo de su esposo y mire hacia arriba.

—¿Por qué? —Pregunta tratando de leer esa expresión inescrutable, la ha visto antes, ¿de dónde la conoce?—. Te dije que podía venir solo, no es la gran cosa.

—Porque no te iba a dejar solo cuando sé lo que Cape Cod significa para ti, Ash. —Ah sí, es la misma expresión que Eiji solía darle cuando se iba a encerrar a la biblioteca y se sentaba enfrente, ansiando transmitirle que estaba ahí para él aun sino decía nada, es la misma expresión que le daba a cuando despertaba de sus pesadillas y se acobijaba en las mantas del japonés buscando consuelo, Eiji podría haberse aprovechado, estaba vulnerable y cualquier otra persona lo habría hecho—. Te amo.

Pero Eiji nunca ha sido como los demás, ¿no es así?

No el chico ¿esa-pistola-es-de-verdad?, mi-alma-siempre-estará-contigo y voy-a-saltar con ese tubo oxidado sin tener una pizca de preocupación por su maldito bienestar, ¿acaso es masoquista? Bueno si se casó con Aslan en cierta medida debe serlo o quizás, Eiji siempre será la gran excepción de Ash.

—Eres tan cursi. —Y como no puede agradecerle por su devoción con la sonrisa estúpida de Max en el espejo retrovisor, dice esto en su lugar:—. No era necesario que vinieras.

—Ash.

—Gracias por venir. —Musita escondiendo su rostro contra el vientre de Eiji, se ha sonrojado incluso en las orejas y es vergonzosamente ridículo todavía ponerse nervioso con su esposo—. Te amo.

—Gracias por dejarme venir. —Eiji se inclina para presionarle un beso en la frente y joder—. Mi Ash.

—¿Qué hay de mí? —Entonces Max se aqueja—. Yo también quiero mi gracias.

—Alguien tenía que ser el conductor ¿no es así?

—¡Pero si tú sabes conducir!

—Sí pero no iba a conducir cinco horas por un camino apestoso de maizal, tengo mejores cosas que hacer a diferencia de ti, que andas vitrineando sarcófagos para tu retiro.

—¡Mocoso!

Burlarse de Max siempre ayuda a aplacar la tensión pero aun así, existe algo en ese viaje a Cape Cod que se siente demasiado real. Si bien, lo ha visitado antes en compañía de Eiji e inclusive fue un pilar fundamental en su primer proceso de recuperación acerca de perdonar a su niño interno y admitirse que hizo lo mejor que pudo con Barba Azul, es diferente siendo papá, más considerando lo duro que ha intentado escamotear a G-Grif... No. No. Debe enfocarse en sacar a Buddy de aquí, quizás saludar a Jennifer y tal vez considerar que el donador de esperma que tiene por papá merece saber de Jade y Dawn. Sigue ambivalente siendo honesto.

De cualquier manera, arriban a la cabaña en un santiamén y esto lo pone tan ansioso que una pelota de concreto se hunde en su estómago igual que un ancla, el pecho se le comprime, la cara se le moja y mierda, no necesita de un ataque de pánico ahora. ¿Por qué? Ha superado esto antes ¿qué lo tiene tan nervioso de este viaje? No se permite paralizar ni arrastrar por sus pensamientos, sale de la vieja camioneta de Max con un salto y no duda en ayudar a su adorable pareja a salir, no porque no pueda hacerlo (Dios sabe lo terco que es Eiji), sino que busca una excusa para levantarlo y pasear sus dedos en la curva de su cintura un poco más de lo que debería y tal vez enganchar sus manos en la pretina de sus jeans, y tal vez, juguetear con esa jodidamente sexy musculosa que deja a la vista esos brazos.

—Te has puesto caballeroso con la edad. —Eiji se mofa, se ha apoyado contra la camioneta del viejo, el panorama es en exceso tentador como para que Aslan no se cuele entre los pliegues de la prenda, enrolle sus dedos por los bordes de la musculosa y termine delineando el cinturón del jeans.

—Alguien tiene que darle un ejemplo a nuestros hijos sobre cómo ser un caballero. —Ash se inclina para hundir su nariz en su lugar seguro (ese que se conforma entre el hombro de Eiji y su cuello), no puede contenerse y termina aspirando su fragancia—. ¿Cómo puedes oler tan bien luego de un viaje tan largo en esa apestosa camioneta?

—¡Mocoso! ¡Clementine no es apestosa! —Ambos ignoran a Max.

—Porque yo sí me baño. —El hijo de puta se burla, Ash se ve en la obligación de colar ambas manos debajo de tan delgada prenda y apretujarlo con cosquillas—. ¡Ash! —Gimotea mientras se retuerce.

—Yo también me baño. —Se queja sin moverse un maldito centímetro, al contrario presiona todavía más sus caderas contra Eiji—. Tú literalmente me arrastras a la ducha.

—Espero que nuestros hijos no aprendan de ti o crecerán apestosos. —El japonés tararea entre risas estruendosas y encuentra una manera de enredar sus bronceados brazos alrededor de Aslan, lindo.

—Eres de lo peor. —Entonces gimotea, apretándolo más fuerte.

—Soy tan de lo peor que te mueres por darme un beso.

—¿Cómo supiste? —Ash pregunta con una sonrisa coqueta.

—Lo adiviné. —Eiji se la devuelve.

Con picardía Ash arremete sus caderas hacia Eiji antes de acortar la distancia y besarlo, es una caricia casta en comparación a las últimas que han compartido, siente que los labios de Eiji se tensan contra un suspiro que se convierte en risa, los nervios le resultan adorables, Aslan acaricia sus cabellos para que se relaje, funciona, lentamente el cuerpo de su esposo se relaja entre sus brazos, le corresponde de aquel dulce toque mientras acaricia sus onditas y siente que su corazón se enciende con violencia, es tan fácil para su esposo alborotarlo. Max atinó, piensa. Él tiene un cerebro que funciona como un computador, pero no es capaz de pensar cuando tiene que ver con Eiji.

—Abre tu boca. —Entonces Ash le susurra con una voz extraordinariamente ronca que consigue que su esposo tiemble bajo sus brazos—. Quiero besarte bien.

—¿Crees que lo estoy haciendo mal? —Tararea con coquetería, enganchando sus dedos en la camisa de Aslan con un sonrojo brillante, ojos brillantes y sonrisa brillante.

—Creo que lo estás haciendo mal. —Escucha a Max chillar algo sobre no coquetear frente los viejos, pero no le importa—. Déjame ayudarte, dulzura. —El apodo se le derrite como caramelo en la boca.

—¿Me vas a dar una lección, boss? —Eiji luce jodidamente divertido.

—¿Me estás desafiando o seduciendo? —Ash presiona el labio de su esposo con su pulgar y es todo un deleite—. Es difícil saberlo si eres tan lindo.

—Un poco de ambos. —Se inclina atontado, delineando de manera juguetona los tonificados brazos de su marido, hace calor en Cape Cod, se han quitado las chaquetas y escuchan a las cigarras cantar.

—Aslan. —Y entonces—. ¿Qué diablos haces acá?

Claro que Jim jode el momento.

Ugh, para variar.

Howard (el mejor amigo y cliente más fiel de Jim) le contó que solía ser un buen papá o al menos lo fue mientras salía con Audrey, decían que ella lo había hecho cariñoso y dulce y no le extraña, siendo franco era algo que casi se esperaba al mirar en retrospectiva la ternura que G-Gri... ofrecía e incluso hay fotografías que lo prueban, fue buen papá o al menos con su primer retoño (más o menos). Pero con Aslan las cosas fueron distintas y en algún lugar Jim se endureció, cuestión que empeoró todavía más con el abuso del entrenador. Ha querido empatizar con Jim y sin embargo, siendo también papá en la actualidad le es inconcebible su reacción. Es cierto son de costumbres y épocas diferentes, Ash es susceptible al abuso sexual justamente porque ha sufrido varios y bueno, eso lo guio para trabajar con Max, Jim no tiene temas con este tema, más considerando la homofobia que trata de romper y aun así...le cuesta.

Mierda, le cuesta mucho no culparlo. Sí, debe asumir su responsabilidad antes de sanar, pero apenas era un niño, ahora es lo suficientemente valiente para admitir que no tenía responsabilidad. Por eso no puede evitar culpar a Jim y desear que lo hubiese protegido bien o ni siquiera, que solo le creyera.

—Si alguien intenta hacerte lo mismo, cállate y déjalo. Pero hazlo pagar.

Ningún padre está preparado para lidiar con que su hijo sea abusado ni ningún padre está preparado para que la policía los culpe, ningún padre está preparado para el estigma y la presión de los vecinos en un pueblo tan chico. Y aun así, Ash no lo justifica. Al menos supone que su relación no es mierdosa del todo en estos momentos y quizás no sea un abuelo taaan mierdoso, no sabe todavía.

—Vinimos por Buddy. —Entonces dice, sintiéndose aún más cohibido por su mirada juzgadora.

—Lo están bañando detrás del bar, se metió otra vez en los maizales y llegó embarrado.

—Ya veo. —Max le da una palmada bruta en la espalda.

—Buenos días, Jim. —Lo saluda con cortesía.

—Max. —Pero no recibe la misma.

—Aww ¿sigues enfadado porque yo llevé a Aslan al altar? —Aunque Jim no expresa más, impresiona herido por esas palabras, como si algo en la pregunta de Max estuviera echando sal a sus heridas.

—No me importa lo que hagas con un mocoso problemático. —Entonces dice—. ¿Solo viniste a eso?

—Y-Yo... —Y de repente está tartamudeando y se siente como si otra vez tuviera siete años, Gr... se acabase de ir a Irak y buscase desesperado cariño en algún lugar. Pero Eiji está sosteniendo su mano, Max está abrazándolo por la espalda, no está indefenso, no es el mismo niño de Cape Cod—. Ya eres abuelo. —Entonces lo suelta, simplemente lo deja caer—. Felicidades.

—¿Qué? —Jim palidece y los repasa de pies a cabeza, se enfoca en sus anillos todavía intactos entre el agarre de sus manos—. ¿Adoptaron?

—Eiji se embarazó.

—Oh. —Jim parpadea antes de fruncir el ceño—. No los entiendo a ustedes los gays.

—Lo sé, por eso sigo en terapia. —Ash rueda los ojos y se permite envenenar por el sarcasmo.

—¿Volviste a terapia? —Grave error, por un instante se olvidó de con quién estaba hablando—. ¿No se supone que te dieron el alta o algo así? ¿Qué tanta terapia puedes necesitar? Te pasó hace tantos años, ya deberías superarlo y ya. —Y sí, entiende que Jim no sabe nada acerca de su nueva violación, no obstante, resulta sumamente traumático ser invalidado otra vez por su papá y pensó que lo había superado y se prometió que no le importaría, pero en el fondo, a pesar de todo...quiere a su papá y quiere ser amado por su papá también.

—Pues volví a ingresar. —Sea por el mero recuerdo del hermano cuyo nombre no puede pronunciar, por las fotografías que nunca lo incluyeron o porque realmente necesita creer eso para no aterrarle su propia paternidad negligente, pero lo quiere—. De hecho, estamos en terapia de pareja. —Y Ash no comprende por qué diablos le cuenta esto si es obvio que lo devaluará.

—¿Terapia de parejas? Ja. —Jim niega irritado—. Las cosas que inventa la juventud, en mis tiempos nos aguantábamos en silencio la violencia, cada quién tenía su rol definido en la relación pero ahora no, parejas homosexuales, embarazos masculinos y terapia, joder, estamos mal. —Max rigidiza aún más el agarre en su espalda, el comentario le molesta de sobremanera y no lo disimula.

—¿No debería estar orgulloso por sus progresos? —Hay una amenaza implícita en su voz.

—¿Orgulloso? —Jim alza una ceja—. ¿De qué debo estarlo? ¿De qué esté trastornado para siempre? ¿De qué mis nietos sean un experimento de laboratorio? ¿De qué su esposo sea un aberración?

—¡Hey! —Eiji luce cohibido y lastimado por ese comentario—. No te atrevas a hablarles así, pasaron por mucho y no necesitan esa clase de acotaciones imbéciles.

—Bravo, siempre haciéndote el héroe. —Jim rueda los ojos, dándoles la espalda—. Si quieren ir por el cachorro está atrás, sino, lárguense.

—¡¿Tienes que ser siempre un imbécil?! Aslan vino a visitarte para contarte con buena disposición.

—Fácil para ti decirlo cuando lo tomaste roto, yo tuve que ver cómo lo rompieron.

—Tú dejaste que eso pasara.

—Pero tú tampoco has hecho gran cosa, ¿verdad? El problemático sigue en terapia por algo, parece que hay ciertas cosas que nunca podrán arreglarse y siempre estarán jodidas.

—¿Hablas de la experiencia, Jim?

—Lobo. —Advierte—. No sigas buscándome pelea porque me vas a encontrar.

—Voy a tomar un poco de aire. —Entonces Ash le dice a Eiji—. Necesito... —Traga duro, sintiéndose ido en su propia piel y escuchando las palabras de la conversación como si estuviesen amortiguadas antes de golpear sus tímpanos—. Necesito estar solo un tiempo, ve por Buddy. —Su esposo no luce feliz de dejarlo a solas y aun así...

—Está bien. —Lo respeta, anteponiendo ante cualquier cosa la comodidad de Aslan—. Estaré cerca.

—Gracias.

Le afectó ver a Jim.

Le afectó regresar a Cape Cod.

Le afectó ser hijo en lugar de papá.

Está cansado de esto.

Si bien, no suele tender a la hipersensibilidad con el tema de su infancia, la violación de alguna forma se encargó de reactivar toda esta impotencia que profesó de niño, ¿para qué lo niega? Se sintió igual que cuando tenía ocho años y Barba Azul lo abusó, la misma impotencia, desesperanza y terror, cree que por eso le insistió tanto a Max sobre que gritó y batalló, intentando convencerlo (y convencerse a sí mismo) de que no fue su culpa y no lo pidió. Jim nunca le dio la seguridad de ser acogido, mierda, acababa de ser violado, no necesitaba que su papá hiciera las cosas aún más duras, aprendió a callar igual que los bebés que dejan de llorar por lo mismo. ¿Para qué decir algo? A fin de cuentas, su papá le dijo que lo dejara tocarlo mientras le cobrara una tarifa, qué risa, desde niño se prostituyó supone.

Pero por más que repase esa escena no puede sanarla, tal vez las cosas habrían sido diferentes si G-Gri...hubiese estado ahí.

Pero no estuvo.

Ni nunca más estará.

Así que Aslan nunca lo sabrá.

—Mierda.

Ni siquiera se da cuenta y entra a la vieja habitación de su hermano, aunque ha estado antes ha sido con la presencia de otros que lo acompañen. Pero estar ahí en solitario. No. No quiere pensarlo. No necesita recordarlo. No cambiará nada.

A la mierda Cape Cod, se irá de acá.

«Buen chico».

Pero sus piernas no responden.

No puede moverse.

No puede abrazarse.

No puede salir de acá.

No puede respirar.

Ayuda.

De pronto está en Cape Cod y no es hijo, es papá.

De pronto Jade y Dawn entran a la cabaña. Tienen las ropas desordenadas. Hay moretones por todas partes. Los han violado. Es obvio lo que ocurrió. Son pequeños. Son sus niñitos. Tienen apenas ocho años. Apenas llegan al vientre de Ash en altura. Los mira a punto de desfallecer. Están temblando el uno al lado del otro. Hay sangre en sus ropas. Sus ropas son jirones. No traen ropa interior. Se orinan en el piso. Son inocentes. Son sus angelitos. Ash los crio con tanto amor. ¿Con qué derecho lastiman? Quiere matar al hijo de puta que los tocó. No puede. No irá a prisión. Van a la policía. La policía cree que ellos sedujeron al entrenador. Se siente miserable. Mierda. ¡Mierda! Son tan frágiles. Son bebés. Son sus bebés. Tienen ocho malditos años ¡¿Cómo carajos alguien querría dañarlos?! Ellos no saben. Ellos no tienen por qué...pero es tarde. Duele mucho.

—Papá, viniste. —Entonces susurra Dawn, su vestido está hecho jirones y le han roto un labio, corre sangre por sus muslos...y no quiere, no puede, va a vomitar.

—Por supuesto que vine. —Apenas murmura, haciendo todo lo posible por sostener los pedazos en que se estrellará su corazón. Suenan aterrorizados y rotos, va a desmoronarse, ¿dónde está Eiji? Eiji sabría qué decirles en estos instantes—. Prometí que los cuidaría. —¡Ja! ¡Obviamente es una mierda de papá si permitió que les hicieran daño! Jade ni siquiera habla y ambos...se parecen tanto al Aslan de ocho años que está temblando.

—P-Papá. —Entonces Jade se encoge—. Yo no quería, te prometo que grité.

Por supuesto que lo hiciste, quiere decirle.

No es tu culpa, no es tu culpa, no es tu culpa, no es tu culpa, no es tu culpa, no es tu culpa. Pero dice:

—Si alguien intenta hacerte lo mismo, cállate y déjalo. Pero hazlo pagar.

Y de repente, no es a Jade ni Dawn a quienes sostiene, sino que a sí mismo. Y no es más él mismo el que habla, sino su papá. Se convirtió en Jim. ¿De verdad? Siempre supo que su mente estaba jodida, pero jamás se imaginó esto, es un nuevo extremo de lo grotesco. Ja.

Ash ríe.

Ríe de verdad.

Ja. Ja. Ja.

¡Está muerto de la risa!

Es la broma más grotesca que ha escuchado en su vida, vaya padres de mierda, vaya amor de mierda, un pedófilo que luego de usarlo una y otra vez como un condón quiso adoptarlo, un entrenador que lo hizo su prostituta porque solo tenía talento para chupar penes y un papá que vio antes lo que Ash era ¿cómo mierda podría ser un buen papá con esos ejemplos? Va a traumatizar a los hijos, qué bien que no estén acá. Ash aprieta su estómago mientras suelta una áspera carcajada, su risa es una daga que se abre entre sus cuerdas vocales y duele, mientras más ríe más duele así que ríe con más fuerza hasta quedarse sin voz. ¡Es un puto cóctel de traumas e intrusión! ¡Este es el éxtasis de una recaída!

¡Pero qué risa!, ja, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!, ¡ja!...

Ay.

Cae contra la pared. Se hace un ovillo con sus piernas. No puede moverse. No puede gritar. Mira un punto vacío en el cuarto. Tiene ocho años. Acaban de violarlo. Papá no lo cuidó. Fue su culpa. Debe cobrarle más adelante.

Hay mucha ira hirviendo dentro de su corazón, haciéndolo estallar en lágrimas de odio contra Barba Azul, Jim, Dino, Marvin, Fox, Froggy, Garvey, ¡joder! son tantos los que lo violaron que hasta le faltan dedos para contarlos. Tiene rabia, tiene tanta rabia que hunde sus manos en su nuca, jala su cabello con fuerza y grita. Grita. Grita. ¡Duele!, ¡basta!, ¡papá!, ¡AAAAAAH! Pero nadie escucha. Nadie viene. Nadie salva. Nadie es papá. A nadie le importa.

Ja.

—¡Aslan! —Entonces lo escucha, lo escucha aparcando su coche, subiendo los escalones, tirando de un golpe la perilla para...

—G-Gri...

—¡Aslan! —Pero Griffin está acá y sus manos están temblando alrededor del pequeño Aslan—. Supe lo que pasó. —Y no lo odia ni lo rechaza—. Estoy acá, estoy a tu lado, regresé de Irak para cuidarte.

—G-Gri...

—Lo siento por haberte fallado, Aslan. —Y el hecho de que su hermano diga esas palabras y se haya tirado al piso sin importar lo dura que esté la madera, el hecho de que lo sostenga con tanta ternura, cariño y protección, como si fuera algo valioso todavía, como si ni siquiera pusiera en duda que Aslan es la víctima y el entrenador Wilson el culpable—. Te fallé.

—¡Griffin! —Entonces lo grita, permite que lo sostenga entre sus brazos, entierra toda su cara contra el pecho de su hermano, aprieta su camisa en dos puños y solloza como no pudo sollozar a los ocho años—. ¡Tenía miedo! ¡Tenía mucho miedo! No te vayas, por favor.

—Aslan...

—No me dejes otra vez, estoy asustado.

—Perdón por irme, prometo no dejarte nunca más, ya estoy aquí campeón. —Se desmorona sobre el pecho de Griffin, aprieta con tanta fuerza su camisa que escucha a las costuras tensarse, se siente seguro, se siente a salvo, es amado, es importante. Griff está acá y tampoco es el culpable—. Aslan, Dios. —Y aun si solo repite su nombre es reconfortante.

—Te extraño. —Se permite decirse, de repente, tiene veinte años otra vez pero está llorando como un niño y sigue siendo un niño ante la sonrisa bonachona de Griffin—. Te extraño mucho, Griff. Pasé por tanta mierda estos años, no estarás orgulloso cuándo te enteres, definitivamente te daré asco... pero te prometo que grité, que no quería...

—Aslan. —Lo calla—. Estoy orgulloso de ti.

¿Qué?

—Te amo, Aslan. Te amo y eres mi hermanito.

Se calla.

Se calla y se queda mirando la nada en la pared.

Mierda.

Sabe que lo que sufrió debió ser un episodio de disociación y desrealización porque Griff ha muerto, nada nunca lo devolverá a la vida. Pero se lo pregunta ¿cómo habría sido su vida con Griff siendo su papá? Tal vez, en otra vida, su hermano obtenga la beca que tanto esperaba de literatura y se enliste en el ejército por mera necesidad económica, tal vez Ash encuentre el valor para contestar sus cartas y tal vez, si le hubiera contado Griffin habría vuelto y le habría creído. Tal vez Griff lo hubiera acogido. Tal vez, Griffin aun lo hubiera amado. Tal vez, Griffin fue su verdadero papá. Y tal vez Aslan lo extraña y lo ama más de lo que se admite.

—Mierda, Griff.

No tiene idea de cómo se siente todavía ni cómo arreglarse después del suceso, sin embargo, luego de intentar levantarse choca con el escritorio de su hermano y tira la fotografía dónde ambos posan contentos con uniformes de béisbol y él se veía tan feliz. Pero no se queda en esto, su atención salta hacia una caja escondida bajo el escritorio que nunca antes había visto porque... bueno, es doloroso, evitó pensar en Griffin durante años.

—¿Qué diablos?

Parpadea anonadado al ver el interior de la caja. No puede creerlo. No puede ser real. ¿Por qué Griff lo haría si Ash...?

Dentro de la caja encuentra todas las cartas que Aslan le escribió a Griffin durante la guerra, correos electrónicos impresos, tarjetas de cumpleaños, incluso fotografías de su infancia (algunas que nunca había visto) hay un artículo que salió en el periódico sobre ese equipo de béisbol "prometedor" (que asegura Jim no guardó pero Griff debió guardarlo). Sigue escarbando, encuentra una libreta titulada: «para, Aslan» la cual se halla repleta de...poemas. Es un poemario dedicado a Ash. Y no fue necesario que Aslan llevase un registro de su infancia perdida, sin saberlo Griff siempre lo llevó por él. Al seguir escarbando se da cuenta de que no es un poemario, sino que son al menos unos diez cuadernos que su hermano debió escribir a lo largo de su existencia alrededor de Aslan y lo que hacía, es tonto pero son cosas pequeñas como su primer pez atrapado en el lago, un partido de béisbol, su primer diente caído, sus cumpleaños, sus días de escuela, sus aventuras, sus cuentos preferidos, de alguna manera todas esas cosas que Aslan se esmeró en olvidar que fueron buenas de su pasado, Griffin las rescató.

Mete las cosas en la caja. Regresa la caja a su rincón.

Llora.

Las lágrimas caen y caen porque Griffin fue su papá y lo extraña.

—Aslan. —Max es quién golpea la puerta para pedirle permiso.

—Viejo. —No es necesario que le diga nada para que Lobo se siente a su lado y lo rodee con uno de sus brazos, también impresiona tener pena y estar afectado por lo sucedido, también habían hartas cosas dedicadas a Max dentro de la caja—. Lo extraño. —Entonces musita y lo admite en voz alta.

—Lo sé. —Lo escucha tragar duro, apoya su cabeza contra el hombro de Max—. También lo extraño.

—¿Lo amabas? —Lo siente crisparse a su lado, gotas de pena caen hacia su flequillo rubio y así sabe que Max también está llorando.

—Mucho. —Le confiesa y es la primera vez que hablan del tema—. Amaba mucho a Griff, él era mí...

No puede terminar.

No puede decir nada.

Abraza de regreso a Max.

—Yo también lo amaba.

Se quedan en silencio mirando la nada.

Odia estar tan sensible, pero ama estar llorando por Griff acá con Max, pero como no puede admitir ninguna de esas cosas todavía, culpa a las hormonas. Se dice que está hormonal porque extraña sus niños. Piensa en Jade y Dawn. Piensa en lo mucho que los hubiese amado su tío, ¿tío?... no, porque así como Max...

Griffin fue su verdadero papá.

Estoy cansada de este sufrimiento llamado fingir que no extraño escribir a Griffin vivo en el fic y eso no me mata. GRIFFIN TE EXTRAÑO. No es un secreto que además mato a mi ship no tenerlo acá, pero sí, Max estaba enamorado y se ve un poquito más adelante, cuando retomemos el tema de Griffin porque ahora nos vamos con Jim y Dios nos ayude con ese hombre. Mil gracias a quienes se tomaron el cariño para leer.

¡See ya!

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