Al parecer solo en mis sueños
Es miércoles por la tarde, desde que me levanté ha sido un dolor de cabeza, ni siquiera dormí bien por pensar en lo que mi padre me dijo ayer. Como sea, la biblioteca está abierta y estoy entrando para dirigirme a la mesa junto a la ventana. Inspeccioné si Ross estaba ahí, mi panza se revolvió cuando lo vi sentado sosteniendo un libro.
Coloqué mi mochila sobre la mesa evitando verlo a los ojos y no sentirme tan incómoda—Hola Margot —fruncí el ceño, era raro que no me llamara por el apodo que me había puesto.
—Hola —hablé con un tono confundido. Saqué mi laptop para comenzar a trabajar. Llevaba casi 3 días sin hacer nada sobre el examen y era hora de ponerme al corriente.
—¿Quieres hacer algo hoy? —encendí la computadora, prestándole atención a la pantalla.
—Sí, estudiar —me encogí de hombros, estaba luchando conmigo para no verlo.
—¿Quieres ir al cine conmigo? —hice una mueca evitando sonreír, ¿por qué diablos quiero sonreír? Observé el teclado, para poner la contraseña en el aparato—, en plan cita —alcé una ceja.
¿Una cita con Ross? Creo que es mejor que me quede aquí estudiando, en parte, no saldría con él ni aunque me pagaran. Tendría que hacer que todas las personas de esta habitación se montaran una escena típica de musical y que llueva vacas. Reí por fin mirándolo, se veía bien hoy, traía una chaqueta color verde militar y una camisa negra debajo, su cabello peinado hacia arriba y ni hablar de su loción, olía muy bien.
—No, tenemos que estudiar —¿a mi siquiera me importa que él también se ponga a leer libros?—... Tengo —corregí, había hablado en plural y no sabía por qué.
—¿Entonces será una cita en la biblioteca? —rodeé los ojos, coloqué los auriculares en mis oídos. No quería escuchar más, solo esta molestando con eso desde que lo intenté besar, más bien, se quiere burlar de lo que sucedió.
...
Sentí la mirada de Ross de nuevo, esta vez si lo volteé a ver. Me sonrió esperando a que yo dijera algo o hiciera algo. Observó unas cuantas veces su alrededor riendo—¿Qué te pasa?
—Hay algo —movió sus hombros, cerró mi computadora haciéndome molestar un poco. ¿Qué se cree este tonto?—. Solo observa —negué con cansancio tratando de abrir el ordenador de nuevo, pero una repentina música comenzó a sonar. Fruncí el ceño al reconocer la canción. El chico frente a mí comenzó a cantar mezclando su voz con la de los cantantes, se levantó junto a otros pares de estudiantes que estaban en una mesa cerca de nosotros y todos empezaron a bailar al ritmo de la canción, estaban coordinados. Yo no entendía nada, solo sé que esto me está dando mucha vergüenza ajena. Traté de esconderme, poniendo la mano en mi frente. Me hundí en la silla. Me era difícil no ver como es que casi toda la gente que había dentro estaban bailando con él.
—¡Ay por dios! —exageré una mueca de asco en cuanto tomó mi mano. Negué repetidas veces llegando a un lado de él, me quedé completamente estática aguantando mi vista en un punto fijo para no ver a las personas que se movían al ritmo de la música. Doy gracias al cielo cuando la canción se terminó. Giré observando a Ross, ceñuda—. ¿Qué diablos?
—Qué dices, ¿ahora sales conmigo? —esto se está poniendo muy turbio, no estoy entendiendo nada. ¿Acaso me leyó la mente cuando dije eso? Tiene que ser una broma.
—¿Estás jugando? Esto parece un —me detuve procesando todo, ya entiendo, la única manera de que me haya leído la mente es porque yo hice que estuviera dentro de mis fantasías—... Esto es un sueño —me encaminé a la ventana viendo fuera y sí, definitivamente estaban lloviendo vacas. Mierda, eso solo significa una cosa, eso quiere decir que en realidad si quiero salir con Ross.
...
Me levanté de la mesa en la que estaba recostada, me dolía el cuello y mis brazos, traía mis audífonos puestos, eso explica porqué sonó música de la nada en mi sueño. Eso fue lo más raro que había soñado, parecía una pesadilla. Me enderecé en mi asiento estirándome, traía sobrepuesta una chaqueta como si fuera un manta. Observé al chico frente a mí, estaba sonriente.
—Buenos días —habló cuando me quite los auriculares.
—¿Cuánto tiempo estuve dormida? —se encogió de hombros.
—Como una hora —abrí mis ojos. Quité el abrigo que me cubría los hombros y entonces supe que era el de él, se lo tendí para que lo tomara.
—Gracias —lo agarró sin quitar sus ojos de los míos. ¿Cómo era posible que si quisiera salir con él? Mierda—. Tal vez si podríamos ir a hacer algo —sonreí levemente cerrando el ordenador.
—¿Te apetece ir al cine? —me encogí de hombros mientras asentía. Guardé mis libros sin decir nada más. No puedo creer que esté haciendo esto por voluntad propia.
Ambos salimos del lugar, el chico sacó sus llaves llamando mi atención. Él apuntó a su motocicleta, no quería volverme a subir ahí, esta vez estoy segura que voy a salir volando. Hice una mueca llegando hasta esta. Ross se montó en esta y esperó a que yo también lo hiciera. Me quedé estática observándolo, prefería no decir qué estoy pensando ahora. Lo veo diferente y eso me molesta.
—Odio tu motocicleta —no estoy dispuesta a asumir el hecho de que este muchacho tal vez me haga sentir algo que no sea enojo. Me subí junto a él sin reprochar nada más. Se giró para entregarme su casco.
—¿Esta vez si te sostendrás de mí? —apreté mis labios recordando esa vez que parecía estúpida, porque me asuste con el sonido cuando la encendió. Me coloqué el casco antes de contestarle.
—Solo me asusté —el rio. Puso en marcha la máquina, me sostuve de los tubos, tampoco le iba a dar el gusto de abrazarlo o algo.
No condujo muy lejos, yo estaba pensando en mis cosas que ni me di cuenta cuando llegamos. Había venido ya a este cine, con mi hermano y son muy buenos recuerdos—¿Vamos? —posó su mano en mi espalda para caminar junto a mí. Cada vez que alguien me tocaba sentía la necesidad de apartarme, pero esta vez no, al contrario, me hacía sentir a salvo.
Él compró las entradas y alguna que otra comida chatarra. Estábamos dentro esperando a que la película comenzara. No mentía cuando decía que llevábamos media hora aquí sentados, estaba empezando a agobiarme. Me miró e hizo que yo también pusiera mis ojos en él—Ese día, me aparté porque creí que no ibas a hacer eso —no dejé de observarlo, no quería que pensara que me intimida o algo por el estilo. Rodeé los ojos intentando que no hablara sobre eso, ya que no tenía ni la menor idea de como explicarlo.
—Supongo que lo hice por algún impulso de idiotez —sonrió de lado, su cara me decía que no se lo creía—. ¿Qué?
—¿Segura? —moví mi cabeza diciendo que sí con obviedad. Se acercó a mí cara, pero no me aparté, sabía qué buscaba, más no lo va a conseguir.
—Totalmente —es curioso que no me haya levantado a patearle las pelotas. Nos quedamos unos segundos así, solo mirándonos. Se acercó un poco más, no quise retroceder.
Las luces se apagaron dando a entender que la película estaba por empezar, me aparte llevando mi atención a la enorme pantalla. Sonreí cuando aseguré que no me veía. Mierda, estoy perdida, totalmente ridícula al decir que no tenía tiempo para estas cosas o si quiera pensar que hace poco estaba en la biblioteca diciendo que ni aunque me pagaran estuviera aquí. Pa-té-ti-ca.
Me acomodé en la silla cruzando mis piernas, no llevaba ni diez minutos de película y me estaba dando mucho sueño, sentía como mis ojos se cerraban. No puede ser que solo haya venido para dormir—Hey, no te duermas —Ross tocó mi hombro haciéndome despertar.
—Lo siento, no he dormido bien —sostuve mi cabeza en la palma de mi mano. Al parecer esta película era una comedia muy tonta, la verdad no hacía ningún tipo de gracia—. ¿Te gustan este tipo de películas? —rio.
—Creí que te gustaban a ti —reí junto a él—. Es muy mala.
—Lo sé, prefiero una de fantasía —lo miré sonriendo.
—O tal vez una que si de risa —asentí dándole la razón.
—La otra vez vi una...
—Pueden guardar silencio, no nos interesa las películas que les gustan —ambos miramos a la señora que nos interrumpió.
—Que bueno, porque no te estamos hablando —ella me miró de mala manera, se echó para atrás y prefirió no decir nada más—. Cuéntame más —esta vez si me apetecía que nos contáramos más sobre nosotros, por primera vez estábamos de acuerdo en algo.
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