— Okey, Haewon, aquí dice que debemos de precalentar el horno a 180°C.

La menor revisaba en la lista que todos los ingredientes que compraron en el supermercado estuvieran en la barra de la cocina.

— ¿Y sabes cómo hacer eso?

Chaeyoung se acercó al horno eléctrico y trató de descifrar la manera de usarlo, pues jamás se había acercado a él en todo el tiempo que tenían viviendo ahí.

— Pues... Siempre se puede aprender, ¿no?

Haewon rodó los ojos. Tal vez la idea de prepararle un pastel a su madre de regalo de cumpleaños no fuera la mejor idea, porque ella sólo tenía 9 años y ningún conocimiento en la repostería, y por muy buena razón, la que se encargaba de preparar las comidas y todo era Mina y no Chaeyoung. La otra adulta no era muy buena en la cocina.

Pero ambas acordaron intentar hacer aquel detalle para la japonesa, pues se merecía eso y más.

La navidad ya había pasado y el día siguiente sería año nuevo. La mayor no se encontraba en la casa por ir a comprar los ingredientes que usarían para la cena de año nuevo en la casa de la familia de Chaeyoung, por eso las otras dos aprovecharon su ausencia para hornear el pastel.

— Bien, según wikihow no es muy difícil. Lo intentaré.

Haewon por su parte, de pie en un banquito para alcanzar la alta barrita de la cocina, se encontraba batiendo la mezcla para el pastel. Llevaba puesto un delantal que le quedaba muy grande en su delgado y pequeño cuerpo, para no mancharse. Aunque la tela ya tenía rastros de yema de huevo que la menor se había limpiado al fallar en romper uno adecuadamente.

Chaeyoung se acercó a ayudar a su hija cuando terminó de configurar el horno.

— Woah, tienes talento para esto, Hae, no lo haces nada mal.

La niña estaba muy concentrada en batir sin derramar nada, pero no tenía tanta fuerza como para hacerlo rápido y eficiente al mismo tiempo.

— Déjame te ayudo, esto necesita de la fuerza de Mami Chaeng. — La mayor mostró su bíceps marcado y Haewon, con sudor por el esfuerzo, lanzó una risilla ante las acciones de su madre.

— Pues va, a ver qué tal lo haces, mami.

Chaeyoung reanudó a mezclar bien la preparación, mientras que Haewon engrasaba y ponía harina en el molde del pastel como decía en las instrucciones de la receta.

— Listo, ¿qué prosigue?

— Tenemos que poner la preparación en este molde y — La niña volvió a leer la receta para asegurarse— hornear a 180°C por 40 minutos. Dice que debemos de insertar un palillo y que cuando salga limpio es que ya está listo.

— Entendido.

Chaeyoung metió el molde y Haewon comenzó a preparar el betún.

— Mamá, ¿qué es baño María? Aquí dice que debo poner la media crema y las tres barras de chocolate a fundir de esa manera.

La menor se quedó confundida, esperando a que su madre le ayudara.

— Eso significa que se debe de poner un recipiente con agua hirviendo o muy caliente y encima pones otro recipiente donde tengas los ingredientes, esperando a que estos se derritan. Déjame te muestro.

Chaeyoung calentó agua y cuando ésta empezó a hervir, la colocó en la barra. Encima puso un bowl de vidrio donde estaba el chocolate y la nata.

— Con la espátula vas a ir removiendo hasta que todo esté fundido.

La niña asintió e hizo lo que la mayor le pidió. Chaeyoung comenzó a poner las decoraciones en la sala, para que todo estuviera arreglado para la pequeña fiesta que tendrían.

Haewon dejó que el betún se templara un poco antes de meterlo en el refrigerador.

Fue a la sala a ayudar a su mamá, que estaba teniendo problemas para colocar las banderillas que ponían "happy birthday".

— ¿Te paso la cinta?

La adulta estaba encima del sillón, tratando de mantener el equilibrio, acomodando en la pared la decoración.

— Me harías un favor muy grande.

Haewon rió. Eran un desastre sin su madre Mina.

— Aquí tienes. — Se puso de puntillas para pasarle la cinta.

Pasaron un rato arreglando la casa para que estuviera presentable para su amada Minari. Se pusieron tan inmersas en ello, que se les olvidó un pequeño detalle

— Oye, mami, ¿crees que ya esté el pastel? —preguntó Haewon, con las manos en la cintura, mirando los globos que habían terminado de poner en la pared.

— Oh, ahora que lo mencionas, no lo hemos revisado...

Se miraron directamente unos segundos, para luego ir corriendo a la cocina.

Salía humo desde el horno y Chaeyoung lo abrió, quemándose en el intento al tratar de sacar el molde con el pan.

— ¡Mamá, cuidado que está caliente!

— ¡Agh! ¡Muy tarde, ya me quemé!

Haewon se puso los guantes de algodón y sacó el pastel que su madre casi tira. Chaeyoung tenía las manos bajo el agua corriendo en el fregadero.

— ¡Mami, se quemó el pastel! — La menor agitaba un plato por el exceso de humo que salía del pan.

— ¡Rayos! ¿Crees que con el betún sepa mejor?

— ¡No lo sé!

La niña sacó el betún del refrigerador y lo revolvió con un tenedor para que no estuviera duro.

— ¿Cuánto falta para que mamá venga?

Las manos de Chaeyoung seguían rojas y se las soplaba.

— No falta mucho para que llegue, ¿cómo va eso?

— Pues... — Haewon embadurnaba el pastel con el betún—. Supongo que se puede salvar, no sé. Si le ponemos las fresas y las velitas, lucirá presentable al menos.

Ambas comenzaron a decorar el pastel.

Mina estacionó su camioneta en el garage y fue a la cajuela a sacar las compras. No eran muchas bolsas y quería entrar rápido a la casa. El frío en su cumpleaños nunca era agradable.

Empujó la puerta con la cadera, pues tenía las manos ocupadas.

— ¡Estoy en casa!

En la cocina, Haewon y Chaeyoung escucharon a la mayor llegar.

— No apagamos las luces... — susurró la niña.

— Ni modo, la vamos a sorprender con el pastel al menos.

— Esperemos que sepa bien...

Mina entró curiosa a la sala, y al ver los globos y las decoraciones que había, no pudo evitar poner una sonrisa enorme.

— ¡Felicidades!

Vio a su esposa sosteniendo un pastel, y a su hija a un lado, con un gorrito de fiesta mal acomodado.

— Estoy sin palabras...

Se acercó a ellas y comenzaron a cantarle la canción de cumpleaños. La hermosa y angelical voz de Chaeyoung y la voz tierna de su pequeña Haewon.

— Muchas gracias por esto. — Mina las miró con una sonrisa llena de cariño.

La castaña puso el pastel en la mesita de café de la sala y fue a abrazar a su esposa. La niña se les unió a ellas.

— ¿En qué momento consiguieron un pastel? —preguntó curiosa

— Nosotras lo preparamos —respondieron ambas, con sonrisas nerviosas.

— ¿De verdad? Qué detalle más bonito.

Mina se agachó a darle un vistazo al pastel. Tenía un contorno de fresas y unas cuantas velitas en el centro.

— Es de chocolate, si no me equivoco.

— Así es — Haewon sonrió avergonzada —. Mami... Puede que se nos haya quemado un poco.

— Sí, pero sólo un poco.

Mina notó las manos enrojecidas de Chaeyoung y la mirada apenada de su hija, pero sonrió enternecida

— ¿Qué más da? Se ve muy bien y no creo que sepa tan mal. Vamos a partirlo. Si no les gusta, como quiera traje unas donas que podemos comer con chocolate caliente. Para mí es el mejor regalo el estar con ustedes y que hayan hecho esto por mí me hace muy feliz.

Las tres se volvieron a abrazar como la hermosa familia que eran.

Al final, el pastel no sabía tan mal como creyeron que lo haría, el betún le dió buen sabor, pero comieron las donas que Mina trajo, porque el pastel no era tan dulce como querían.

Se sentaron frente a la chimenea con una taza de chocolate caliente a ver una película, las tres juntas.

Mina no mentía al decir que era ese el mejor regalo que podía tener.

Es en las pequeñas cosas en las que uno encuentra la verdadera felicidad.

Está en un helado de vainilla que disfruta un niña.

Son las luciérnagas en una noche de verano en julio, que son precedidas por la suave brisa.

Es una queja inofensiva, o una discusión en el carro con risas.

Es un pastel de cumpleaños quemado.

Es en la unión de familia, en una tarde fría, frente al fuego, compartiendo un momento tan pequeño, pero tan grande y duradero para el corazón.

N/A: Empieza la maratón por el cumple de Mina con este capítulo acorde la ocasión ! <33

Disfruten 🫶🏻