Veintitrés
Taehyung resoplaba, se maldecia y volvía a resoplar. Quería volver a su habitación, pero sabía que su ansiedad, pánico y desesperación le jugaban en contra y maltrataba peor su dedo anular.
Estaba rojo y un poco hinchado, se le veía horrible y quería llorar.
—Tan idiota como para premio Oscar —decía puchereando y tomando el valor para tocar a la puerta.
"Momento"
La mano izquierda la resguardaba detrás de su espalda mientras pintaba una adorable sonrisa cuadrada para su ex esposo y actual, actual...romance.
Seokjin atendía, abría la puerta y estaba sin remera, listo para dormir. Taehyung.exe dejaba de funcionar y miraba todo el torso del mayor babeando.
—Menos mal que me puse pantalones —bromeaba al ver a Taehyung relamer sus labios y recorrerlo con sus ojos—. ¿Algo en lo que te pueda ayudar, amor mío?.
La nuca de Taehyung ardía, las palabras de Seokjin lo traían al momento actual.
—¿Qué dijiste? —preguntaba nuevamente.
—Si necesitas ayuda con algo —decía con una sonrisita traviesa tirando de sus labios.
Taehyung bufaba y desinflaba sus hombros.
—Lo otro —decía moviendo su mano libre.
—¿Qué escondes ahí atrás? —preguntaba entre la diversión y curiosidad al ver que Taehyung no sacaba la mano izquierda de su espalda.
El azabache se erguía y miraba hacia atrás como si fueran a atraparlo en cualquier momento.
—¿Puedo entrar? —preguntaba casi susurrando.
Seokjin hacía una mueca que se volvía un puchero curioso.
—De acuerdo, puedes entrar —decía también susurrando divertido.
Taehyung lo hacía, entraba de frente, siempre evitando mostrar su mano y de paso ojear bien a Seokjin en ese pantalón de chandal gris.
—De acuerdo...me pondré una remera —decía rascando su nuca al notar la mirada hambrienta que el menor le estaba dando.
—¡No! —decía deteniendolo con su mano libre—. Te ves ... Increíble
—¿Qué escondes? —decía ahora con ceño fruncido, más curioso que otra cosa. Taehyung suspiraba e inconscientemente formaba un puchero—. Oh, dios ¿Que hiciste? —repetía.
—¿Por qué lo preguntas de esa forma? —replicaba ofendido.
—Porque pusiste un puchero de antemano, ya dime qué tienes ahí atrás —pedía intentando verlo, pero Taehyung lo frenaba.
—¿Prometes no reirte o enfadarte? —se aseguraba.
—Ay, dios —fregaba su rostro con sus manos mirando preocupado al menor—. Dios Tae ¿Que hiciste?.
El azabache seguía puchereando mientras sacaba su mano, su dedo realmente dolía como la mierda y sus ojos se volvían acuosos.
Seokjin abría los suyos inmensamente, no solo por tener el anillo de bodas de Jungkook, quien se casaría en menos de veinticuatro horas, sino que el estado del dedo anular de Taehyung se veía bastante horrible.
—Ay, mi vida —decía tomando con delicadeza la mano del menor.
—Duele, no lo toques —sollozaba.
—¿Que hiciste? ¿Por qué-...? —sus palabras morían en su boca al ver el sonrojo frustrado de Taehyung.
Ahora se comía las uñas de la mano libre y veía como Seokjin inspeccionaba el regordete dedo colorado, lo tocaba con delicadeza y tenía el ceño fruncido al verlo.
—¿Está muy mal? —preguntaba Taehyung con dulzura y preocupación.
Seokjin chasqueaba su lengua, quería preguntarle en que mierda estaba pensando y por qué había hecho eso ¿Estaba loco o qué? pero viendo que era un anillo de bodas, Seokjin simplemente no cuestionó.
—Puedo sacarlo, no te preocupes
—Esta muy hinchado, intenté sacarlo y no salía, luego intenté con jabón y tampoco —se mordía el labio inferior—. Luego me desesperé y comencé a tironear
—Estuvo mal —decía cortante.
Taehyung se mordía la lengua.
—Yo solo-...aaagh —gruñia furioso.
—Oye, tranquilo —decía Seokjin—. Estuvo mal tironear antes del jabón. Si hubieras intentado el jabón antes, no estarías en esta situación.
El azabache suspiraba y con un puchero y voz suave decía—. Me duele, ayúdame.
Seokjin reía entre cerrando sus ojos—. Eres un bebé gigante —Taehyung sonreía—. ¿A quien le hacías estos adorables berrinches cuando estabas solo?.
Taehyung se encogía de hombros despreocupado y sonriendo con dulzura.
—Eres terrible —decía Seokjin—. Iré por hielo para que se desinflame. Luego lo sacaremos con lubricante ¿Ok?.
Taehyung asentía, Seokjin lo miraba aún con el puchero dibujado, quería tanto besarlo, pero se mordía el labio sacudiendo su cabeza, se alejaba para ponerse una remera y salía de la habitación.
Taehyung comenzaba a maquinar en que podría estar pensando el mayor al verlo con ese anillo de bodas ajeno.
—Debe pensar que soy un Imbécil — «Y lo eres» pensaba para si mismo.
Se sentaba suspirando y al rato Seokjin volvía con hielo dentro de un repasador, cerraba la puerta y se sentaba al lado de Taehyung guardando completo silencio. Pedía la mano izquierda y sobre el dedo anular apoyaba el trapo con hielo, Taehyung siseaba un poco.
El silencio comenzaba a ser ensordecedor para el azabache luego de unos minutos.
—Yo-... —Seokjin lo miraba—. Yo no sabía que ese conejo tenía los dedos más delgados —se excusaba, aún con un puchero.
Seokjin sonreía dulcemente—. Dame tu otra mano —pedía y Taehyung lo hacía, ahora con sus dedos tocaba los de Taehyung con dulzura, de forma suave—. No son más delgados. Jungkook tiene dedos largos y parejos... —soltaba con una mueca—. A lo que me refiero —añadía al ver el rostro confundido de Taehyung—. Ves este hueso del medio —decía tocando el dedo anular del menor. Éste extrañamente sentía un calor familiar ante el suave y delicado tacto de Seokjin—. Tu hueso, sería el falange medial, si no me equivoco —sonreía y tocaba la zona—. Este hueso, es más ancho que los de Jungkook, por eso se trabó y no salía. Un poco de jabón y lo hubieras quitado en vez de hacerte tanto daño.
Seokjin abultaba sus mejillas con una dulce sonrisa y se encogía de hombros, aún sosteniendo ambas manos de Taehyung. El azabache parpadeaba ante los detalles que Seokjin había captado de sus manos.
—No sabía que tenías las manos de Jungkook tan conocidas —decía en cambio.
«Estúpido»
Seokjin comenzaba a reír y soltaba la mano que estaba sana.
—Dios, acabo de detallar tus hermosos dedos y ¿solo resaltas que conozco también los de Jk? —decía con falsa frustración—. Dame crédito, por dios.
Reía y contagiaba al menor—. Me tocaste a propósito, todo suave para ... Solo para-... —supiraba.
—¿Para qué, Tae? —cuestionaba burlón—. Yo solo remarcaba los detalles de porque la sortija no salió, por cierto ¿Que hacías probandotela? —decía finalmente.
Taehyung bufaba, quitándole el trapo con hielo para sostenerlo él.
—Fue un impulso —se excusaba—. El anillo es hermoso ¿A ti no te dió curiosidad? —rebatía.
—Eso hubiera sido un verdadero desastre —decía riendo—. Mis dedos chuecos jamás hubieran dejado entrar la sortija de Jimin. Sus dedos son de chorizito y pequeños. ¿Te imaginas? —decía relajado.
Taehyung reía de forma dulce. Seokjin no mentía cuando recalcaba que se volvía un bebé gigante.
—Soy un imbécil —decía luego.
—No seas tan duro contigo —decía el mayor volviendo a revisar el dedo. Taehyung lo tenía a pulgadas, contemplaba su rostro hermoso y no podía dejar de pensar que aunque lo tuviera tan cerca y estuvieran intentándolo de nuevo. Seokjin simplemente se sentía lejos e inalcanzable para él—. Se desinflamo rápido —decía despertando al azabache de su ensoñación.
Se levantaba e iba al baño por el lubricante al que ya le habían dado un buen uso anteriormente en su primera vez juntos.
—Dame —ordenaba y Taehyung obedecía.
—Duele... —decía el azabache. Se veía mejor, pero estaba sentido.
Seokjin derramaba una cantidad pasable sobre su dedo—. Haré solo un poco de presión en el hueso, pero saldrá ¿Ok?.
Taehyung relamía sus labios y asentía, el mayor comenzaba a sacar el anillo y al momento de cruzar su hueso, pasaba, solo que con una presión que a Taehyung le dolía.
"Aguanta" decía con dulzura, Taehyung sollozaba apenas audible y asentía, un poco más y el anillo estaba fuera. Seokjin se encargaba de limpiarlo para quitarle el lubricante y de repente escuchaba los sollozos de Taehyung a su lado y levantaba su vista de inmediato.
—Hey, hey —dejaba el anillo sobre la mesa de luz y tomaba el rostro del azabache—. Lo siento, amor ¿Te hice doler? —Taehyung había derramado unas gruesas lágrimas y un puchero lastimero estaba pintado en su rostro—. Lo lamento, necesitaba un poco de presión por el hueso —la voz de Seokjin era suave y eso hacía llorar peor al menor quien sacudía su cabeza en negación—. Lo siento —Seokjin se lanzaba a su rostro para besar sus mejillas bañadas en lágrimas.
Quizás Taehyung lloraba por algo superficial, pero a él se le había encogido su corazón dentro su pecho y solo podía besar su rostro a cambio. Besos suaves en sus mejillas, sus pulgares quitándolas del rostro humedecido y enrojecido de Taehyung, otro beso, y otro y el menor se lanzaba a la boca de Seokjin.
Los besaba y continuaba, continuaba buscando su boca, presionando sus labios a los ajenos que lo recibían gustosos. El beso era salado a causa de las lágrimas que había desparramado. Pero seguía, Taehyung había enmarañado la remera del castaño en sus puños y Seokjin no soltaba su cabeza mientras profundizaba el beso y se tiraba encima de Taehyung quien rápidamente recostaba su espalda sobre la cama y recibía la atención del mayor sobre sus labios.
Solo eso era, un beso intenso y sus cuerpos presionados, él siendo prisionero de Seokjin de forma literal, figurativa y sentimental.
Estaba tan enamorado de aquel hombre, pero no podía dejar de sentirlo ajeno y eso le dolía, le dolía sentir que de igual manera faltaba algo, sentía que estaban incompletos y eso lo hacía dudar y hacía doler su cabeza y su corazón.
Seokjin lo besaba y acariciaba, no pasaba más allá de un intenso beso, pese a que sus cuerpos se estaban despertando, solo era eso, besarse y besarse hasta sentir que era suficiente.
Luego de una intensa sesión, Seokjin mordía con suavidad los labios ajenos y lo miraba fijo, Taehyung tenía los ojos rojos.
—¿Estás mejor? —preguntaba acariciando la mejilla de Taehyung y su cabello negro con sus dedos.
—¿Puedo quedarme contigo? —preguntaba con cierta verguenza—. Solo dormir, lo juro.
Seokjin reía con dulzura y asentía—. Puedes quedarte, me encantaría que lo hicieras.
Asentían entre ellos y así había sido, aquella noche solo habían compartido la cama sin segundas intenciones, sin manos curiosas tocando al otro, solo Taehyung durmiendo sobre el pecho de Seokjin.
Jamás se había sentido tan cálido y correcto, otra vez, con Taehyung. Siempre con él y viceversa.
Completos, aunque con piezas dañadas, pero que encajaban volviendose una. El azabache se sentía a salvo, a pesar de tener ese sentimiento de inseguridad, a pesar de estar pegado a Seokjin, pero aún así sentirlo a kilómetros.
Ya aclararía su cabeza.
Bueno bueno, lo que un anillo provocó.
¿Les gustó?
Con amor Niñita Nany 💜
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