Veintisiete
SeokJin se había ido luego de hacerle el amor a Taehyung. El azabache—quien se estaba muriendo por pedirle que se quedara—no había dicho nada. Despidiéndose de él, lo había acompañado a la puerta donde extrañamente no sabían cómo despedirse. SeokJin había acortado la distancia y besado tiernamente su mejilla.
Había un hilo de tensión que podía ser cortado con tijera cuando debian desenvolverse fuera de la cama.
Ambos pesaban mil veces si el siguiente movimiento era correcto o si tenían derecho de tomar la mano del otro, de acariciarlo o simplemente acurrucarse como en el pasado. Estaban en ese trance de ser algo más y, se conocían a la perfección por tantos años juntos, pero a la vez necesitaban volver a familiarizarse.
—¿Kim, has hecho el pedido de Soju? —preguntaba Yuri, empleada y compañera de trabajo de Taehyung, a un lado de la heladera de las bebidas.
Estaban reponiendo para poder abrir al dia siguiente o más tardar en cuarenta y ocho horas. Taehyung asentía acomodando por otro lado. Tenía tres empleados a cargo suyo, la boda de Jimin había sido perfecta para que todos se tomarán aquellas vacaciones al mismo tiempo. Ahora estaban con nuevas energías y a pesar de que él había dormido poco, se sentía con ganas suficiente para estar haciendo todo lo pendiente que tenía para ese día, incluyendo visitar al señor Hiroshi, con quién no había perdido contacto en ningún momento.
Sería un día ocupado, pero debía de volver a la realidad y comenzar a echar toda su atención a su trabajo, relajarse con SeokJin e intentar dejar la dudas de lado. Se verian esa tarde para cenar, así que debía de tener todo bajo control para poder hacer lo que otros hacían cuando se ponían de novios. Aunque esto era diferente, ya se conocían todo, sabían todo del otro. Solo estaba esa barrera de "¿Que mierda hacemos ahora? ¿Me besas o te beso? ¿Te llamo o me llamas?" .
—Mierda.
Resoplaba intentando limpiar y aclarar su cabeza para no pasar nada por alto en el restaurante buffet y cumplir con sus responsabilidades.
Un tiempo para cada cosa, un tiempo para cada cosa.
SeokJin volvía de hacer las compras, su heladera estaba vacía y con cosas vencidas. Antes del viaje había acordado salir de compras con Baekhyun, pero ahora eso no iba a suceder.
Al llegar aquella mañana luego de volver de lo de Taehyung el departamento se sentía sombrío, vacío y frío. Las paredes blancas tan básicas, le molestaban. Tantas cosas que había pensado hacer con alguien que ya ni estaba a su lado.
—Necesito hablar con él —murmuraba mientras iba en el ascensor cuesta arriba al piso cinco.
Al salir se topaba de frente al casero que lo recibía muy calurosamente.
—¡Joven Kim! —exclamaba, abrazando al castaño exageradamente.
—Señor Kang-so —decía con una mueca, por estar sintiéndose apretado en demasía.
—Que gusto tenerlo de nuevo, joven Kim —palmeaba su brazo con ganas, mientras caminaba con el castaño en dirección a su puerta.
—Solo fueron dos semana, señor —respondía riendo ante el entusiasmo de Moon Kang-so.
—Pero se lo extraño —decía el tipo de aproximadamente unos cincuenta y ocho años.
Había perdido cabello, de tono gris en el centro de su cabeza y media poco menos de 1, 68 cm. Siempre pantuflas o sandalias abiertas que dejaban ver sus medias blancas y esa sonrisa amigable que usaba para chismosear sobre la vida de las personas que vivían en aquel edificio. A duras penas le sacaba información a SeokJin sobre lo que fuere.
—El joven Byun vino una semana antes que tú y... —rascaba su cuero cabelludo faltante de cabello. SeokJin sabía a dónde se dirigía con esta conversación—. Bueno él...salió con una maleta grande de aquí...
Ambos llegaban a la puerta de SeokJin dónde éste, con un suspiro sonoro, la abría y permitía al señor Kang-so adentrarse.
—¿Le gustaría un té de miel? —preguntaba amablemente el dueño del apartamento.
El señor Kang-so rechazaba sonriente—. Ah, no, no —decía—. Pero cuando vuelva al trabajo, mi hija y yo esperamos pueda traer un poco de sus diferentes estofados —el tipo era un fanático de la comida de SeokJin.
Cada cuando le traía una porción del especial del día en el restaurante y pese a que sabía que SeokJin iba para su mismo sexo, él de todas formas tenía una leve esperanza de que un día despertara siendo heterosexual e interesado en su hija. Pero no había forma de que eso sucediera, sin embargo la chica, de nombre Moon Ga Young, cabello oscuro y piernas largas no se negaba al coqueteo frente a SeokJin.
—Comienzo mañana, prometo traerle una porción de lo que vayamos a hacer —SeokJin hacía una leve reverencia—. ¿Algo más aparte de la ida de Baekhyun? Él y yo ya no estamos juntos y estoy al tanto de que sus cosas ya no yacen aquí.
SeokJin odiaba hablar de su vida, ya fuere demasiado o de forma superficial con gente que no era familiar u amigo cercano. Pero ahí estaba explicándose porque sabía que Moon Kang-so era una pesadilla si se lo proponía con tal de llegar a la verdad de la milanesa.
—Oh... —el hombre intentaba no sonreír. SeokJin no era ajeno a su deseo de convertirse en su suegro, porque tanto como Kang-so y Ga Young se lo habían dejado bien claro—. Lo siento, hijo.
Se inclinaba en modo de disculpa.
—No se preocupe... —se apresuraba a responder—. Él y yo quedamos en buenos términos.
O eso espero.
—Eso habla muy bien de ambos y de la relación que tuvieron —añadía el viejo amante del chisme—. ¿Pero eso cambia algo en tu interes por el piso nueve? Como pidió hice preguntas al respecto y si, está a la venta.
SeokJin suspiraba abriendo sus ojos en sobremanera. El departamento nueve era su paso a seguir con Baekhyun. Ambos estaban alquilando por su parte un lugar pequeño y el piso nueve estaba en venta, ahí darían el gran paso. Comprarlo juntos sin importar su precio, ellos tomarían aquel apartamento y lo harían su hogar. Era más grande, de concepto abierto y las paredes estaban pintadas con tonos pasteles que combinarían muy bien con las cosas que ya tenían.
Pero ahora estaba solo, momento...estaba Taehyung.
Taehyung...Taehyung.
Los dedos le picaban por mandarle algo, para saber que seguían en la misma página de continuar adelante sin mirar atrás, ni a los costados. Él podría, quizás ... No, no. ¡Que locura! Eso era jodidamente apresurado, aparte no había visto señal alguna en Taehyung sobre vivir juntos.
Por dios apenas estamos comenzando fuera de la burbuja.
Y se sentia extraño, se sentía...como si no conociera el terreno que estaba pisando en absoluto y eso hacía que se comieras las uñas de los dedos con insistencia. El señor Kang-so carraspeaba su voz para quitar al castaño de su letargo.
—Lo siento —decía de inmediato—. Me fui por unos segundos.
El señor Kang-so rio, añadiendo—. Les dije que te conocía bien. Que serías excelente para la compra, no están apurados por una respuesta —el hombre ya iba de la salida—. Piénsalo y cuando tengas un respuesta me avisas.
SeokJin alcanzaba la puerta y la abría para él. Luego de estar solo suspiraba y se ponía a acomodar todo para poder tener un orden nuevamente. Mañana ya debía de volver al trabajo y esa tarde a las siete tenía la cena con Taehyung y no podía esperar a verlo, pero primero lo primero.
Baekhyun.
La horas habían pasado y SeokJin estaba fuera el apartamento de Baekhyun, faltaban tres horas para las siete. Hora pactada para cenar con Taehyung. Así que cuánto antes debía de tener esa charla con Baekhyun, para llegar a esa cena con un tema importante cerrado. Quería hacer la correcto esta vez, ya estaba cansado de contar los errores del pasado. Necesitaba ser honesto con ambos hombres, Taehyung fue, es y será el más importante en su vida y Baekhyun lo había acompañado por cinco años, sin mencionar de casi un año y monedas de paciencia porque a SeokJin le costaba entregar todo de si en la relación.
Definitivamente Baekhyun merecía una buena charla, una verdadera explicación y actualización de los últimos acontecimientos en su vida. Los mismos sucedieron gracias a un tipo con las pelotas bien puestas como lo era Baekhyun, así que SeokJin quería, anhelaba, darle todas las explicaciones que le pidiera, agradecerle por haberse hecho a un lado a pesar de estar seguramente dolido al respecto. Luego de todo, terminar bien o al menos en buenos términos y que Baekhyun no sea esa sensación de asunto-sin-resolver.
Posiblemente un golpe, si. Quizás y él quiera golpearme en el rostro. Lo dejaría, si que lo haría.
Manga de pendejos 😭
Les cargo bien las imágenes??porque Wattpad anda como se le canta.
Bueno, con amor Niñita Nany 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro