Veinte
La cama de dos plazas y media tenía encima a dos cuerpos enredados, las piernas largas de Taehyung estaban enrolladas con las de Seokjin quien lo tenía abrazado por la cintura.
El azabache—quien venía durmiendo solo hacía ya tiempo—estaba cruzado en la cama y Seokjin simplemente adaptado a él. Ambos estaban muy dormidos, casi ni escuchaban los golpecitos de la puerta que fueron aumentando con el paso de los segundos que ninguno atendía.
—¿Qué...? —Seokjin abría sus ojos y se encontraba con la imagen de Taehyung y sus piernas que lo tenían como prisionero.
No había podido evitar sonreír, pero luego le había costado bastante liberarse del peso muerto y las piernas largas del azabache.
Cuando lo conseguía, atendía la puerta y un Jungkook histérico se abría paso hacía dentro.
—No lo entiendo, en serio que no —balbuceaba sin susurrar, pero tampoco sin gritar del todo—. Yo me cuide, yo intenté no salirme de lo acordado... —continuaba—, pero aún no entiendo ¡¿cómo mierda aumente de peso?!.
Seokjin fregaba sus ojos y peinaba su cabello lacio enmarañado.
—¿Podrías bajar la voz? Aún hay alguien durmiendo —señalaba su cama y Jungkook seguía su dedo índice camino a esta.
—¿No que no habrían más roces y sexo? —decía arrugando su rostro en dirección al cuerpo de Taehyung.
Este se encontraba abrazando una almohada para suplantar la ausencia del castaño en la cama.
—No tuvimos sexo, conejo metiche —decía con su boca pegada a la almohada.
Jungkook abría su boca con algo de enojo mirando al mayor para que lo defendiera, pero Seokjin no podía evitar carcajear.
—¿Por qué mejor no te levantas y vas con Jimin? —decía sin perder la ansiedad en su actitud—. ¡Ya levántate!.
"¡Taehyung-ah!"
La voz de Jimin resonaba en el pasillo logrando poner el cuerpo del azabache completamente tenso sobre la cama.
—Mierda —susurraba girando sobre la superficie cómoda para levantarse de esta.
"¡Tae!"
Lo gritos por los pasillos resonaban más fuertes, lo cual ocasionaba al azabache caer de boca al piso enredado con el cobertor.
"Uuh" se escuchaban al unisono los testigos de su caída.
—Joder —decía levantándose—. ¿Qué le hiciste?
—Cierra la boca y ve con Jimin —decía el castaño nervioso.
Taehyung se levantaba y acomodaba su ropa como podía, caminaba a toda prisa a la puerta para salir bajo la atenta mirada de Seokjin.
El mismo puchereaba al ver que Taehyung simplemente había salido sin más, ni despedida, ni nada.
—Joder, perdón —escuchaba de nuevo esa voz grave algo adormecida y encontraba a Taehyung parado frente a él—. Yo... —este veía la dulce sonrisa del castaño y estaba dudando entre si besarlo o no—. Voy a ver... como está Jimin
—Si, si está bien —decía Seokjin observando aquellos labios hinchados. Taehyung se veía adorable con todo su cabello despeinado—. Ve yo tengo aquí un tema con Ko-...
"¡Taehyung-ah!"
—Ay dios —se quejaba por los gritos insistentes el rubio—, ven aquí —susurraba Taehyung tomando de la nuca a Seokjin para atrapar aquellos labios entre los suyos con un suave roce de lenguas.
El castaño había tomado de inmediato su cintura e intensificado un poco más aquel casto beso.
—Ya, ya...que lo sueltes —pedía Jungkook separándolos—. Suéltalo
—Conejo envidioso —exclamaba Taehyung mientras se alejaba del castaño.
—Ya quisieras, vete con Jimin y haz un buen trabajo como padrino —ordenaba mientras terminaba de empujar el cuerpo del azabache fuera y cerraba la puerta suspirando sonoramente.
—¿Me dirás qué está sucediendo y por qué me cortaste tan dulce beso? —preguntaba confundido Seokjin.
Jungkook se despeinaba y volvía a susurrar.
—Aumenté de peso —decía preocupado.
Seokjin asentía como si fuera algo normal.
—Cosas que pasan —soltaba relajado.
—No, maldita sea, no —repetía.
—Tranquilo, iremos a que lo arreglen —decía el castaño intentando calmarlo.
—Es un traje a juego con el de Jimin —soltaba relamiendo sus labios—. Es muy delicado para que lo agranden —agregaba consternado—. Jimin quiere matarme
—Primero deben relajarse, van a poder solucionarlo —añadía presión en el hombro del menor—. Estamos a dos días
—Si el modista no puede arreglarlo, Jimin va a matarme antes de casarnos —repetía—. Él tenía todo planeado y yo vine a engordar
—Kook, no estás gordo —decía el mayor intentando no reír.
—Cuatro dedos —exclamaba tensando sus labios en una línea fina y, levantando cuatro de sus extremidades—. Cuatros dedos me faltan para abrochar el maldito botón
—Bueno, si no pueden arreglarlo, buscaremos otro
—Es una traje color salmón —soltaba estresado.
—¿Quién mierda utiliza ese color para casarse? —decía ahora un preocupado Seokjin.
Jungkook se encogía de hombros, intentando respirar por la nariz de forma calmada.
—Si llego a cambiar el traje a último momento por no poder arreglarlo, literalmente Jimin me va a arrancar la cabeza —susurraba—. Él tiene todo planeado ¿Entiendes? Hasta...hasta cuántos pasos tengo que dar de la entrada al altar —comenzaba a caminar por toda la habitación.
Seokjin suspiraba, no quería reírse, pero entendía el estrés del menor. Jimin era tan perfeccionista, especialmente porque era su trabajo y era su boda.
Tenía que hacer bien su labor como padrino, bien sea arreglar el pantalón o calmar al novio antes de sufrir un ataque cardíaco a tan temprana edad.
Taehyung metía su cabeza para observar dentro de la habitación de Jimin, pero no lo tenía a la vista.
—¿Chim chim? —preguntaba con temor.
—¿Dónde diablos estabas? —salía Jimin todo despeinado del baño—. Entra de una jodida vez y cierra la puerta.
Taehyung abría sus ojos con miedo, pero obedecía. Cerraba la puerta y veía como Jimin peinaba una y otra vez su cabello hacia atrás y tenía un rostro consternado.
—Jungkook engordó —soltaba finalmente el rubio.
Taehyung no quería reír así que apretaba sus labios para evitar dejar salir la carcajada que quería asomarse.
—Puedes reírte, tarado —soltaba el rubio más relajado.
Taehyung se iba en una risa ruidosa, para luego de unos segundos controlarse.
—Lo siento —decía acercándose a Jimin—. Puede agrandarlo ¿o no?.
Jimin suspiraba más relajado—. Es una tela muy delicada, irá con Seokjin a ver si lo pueden agrandar —definitivamente estaba más calmado y Taehyung lo notaba.
—Es solo un pantalón, Jimin —decía el azabache con dulzura—. Ya falta nada para la boda, habrá solución
—Es de color salmón —decía en puchero y se sentaba en la cama.
El más alto se sentaba a su lado y pasaba su brazo por sus hombros.
—¿De que tienes miedo? —preguntaba el azabache.
—De que todo salga mal —respondía bajito Jimin.
—Eres un planeador de bodas excelente —lo halagaba—. No hay forma de que algo salga mal
—Me refiero a futuro —añadía de inmediato—. Tengo miedo a futuro.
Taehyung suspiraba.
—Sabes, me case más joven que tú y definitivamente soy el más negativo de la relación —decía con cierta burla el azabache—. Pero pensar en que podría suceder en el futuro, es solo el camino fácil para dudar o para simplemente estresarte por pura gracia. Estás haciendo todo bien, que Jungkook haya engordado... —soltaba con cierta sorna—, bueno es bastante glotón, tendrías que haberlo visto venir.
Jimin reía lanzandole un golpe en su hombro.
—¿Quieres un abrazo o qué? —preguntaba el azabache extendiendo sus brazos.
—¿Para qué crees que te llame? —soltaba el rubio arrojándose a los brazos de su mejor amigo—. Yo bajé de peso —soltaba contra el hombro ajeno.
—Eso es porque vives histérico —respondía Taehyung—, pero me duele haber salido de la cama calentita que compartía con mi ex esposo.
Jimin se erguía de inmediato para mirar fijo a su mejor amigo.
—¿Tuvieron sexo otra vez? —preguntaba sorprendido, casi cruzando el enojo—. Dijiste que lo evitarían
—¡Y lo hicimos! —respondía de inmediato Taehyung—. Solo quería dormir con él —respondía con un tono de voz más débil.
—¿Y como se sintió? —cuestionsba su amigo.
Taehyung suspiraba.
—Demasiado correcto —soltaba—. Encajamos tan bien —resoplaba.
—¿Volverán a intentarlo? —preguntaba Jimin, aprovechando que Taehyung parecía querer hablar más.
—Él quiere reconquistarme, hasta ganar mi confianza —exclamaba—. Solo tengo que leer la carta que Baekhyun le dejó.
Jimin asentía y acariciaba su espalda con parsimonia.
—Debes leerla, concuerdo en sus palabras —añadía el rubio.
—¿Tu la leíste? —preguntaba Taehyung sorprendido.
Jimin arrugaba el rostro con cierta vergüenza—. Es que soy muy curioso —Taehyung rodaba los ojos negando—. Nunca entenderé como pudieron alejarse del otro —suspiraba el rubio.
Taehyung lo observaba fijo—. Cosas que pasan, él tenía a alguien más y yo seguí adelante
—Jamas dejaron de mirarse como la primera vez —recalcaba el más bajo—. Se miran con tanto amor e intensidad —Taehyung negaba con una sonrisa débil dibujada en su rostro—. Sus ojos siempre brillaron al ver al otro.
Taehyung resoplaba.
—Siempre fuimos un menudo desastre
—Pero siempre se amaron —recalcaba—. Cinco años después y se siguen amando con la misma o más intensidad
—Tengo miedo —repetía Taehyung.
—Lo sé tigresito, pero si no arriesgas no ganas
—Pero ¿Que tal si pierdo? —dudaba.
—No tienes nada que perder. Estás más que listo para decidir si quieres esto o no —respondía Jimin—. Ambos sabemos que lo quieres
—Ambos sabemos que puede fallar —soltaba de inmediato—. Es más intenso que antes —susurraba casi inaudible—, realmente es mucho más intenso y avasallante
—¿Creés que Kim no se siente igual? ¿Creés que no está cagado de miedo?
—Él dijo que si, pero está dispuesto a arriesgarse —respondía el azabache.
—Perfecto, si aún se aman, no es tarde.
Taehyung sonreía débilmente, pero asentía a las palabras de su amigo.
—Se supone que yo debería calmarte y aconsejarte a ti —soltaba Taehyung entre risas suaves.
—Ah, tranquilo —decía el rubio—. Estaba histérico y Jungkook no sabe que hacer conmigo cuando me pongo así
—Vas a matar a ese chico
—Oh, pero yo lo amo. Solo que él me tiene miedo —aseguraba y Taehyung se reía sin poder contenerse—. Me pongo histérico y hasta olvida como caminar
—Amigo, vas a matarlo. En serio
—Si, me temo que si —afirmba Jimin—. Vamos, debemos ir a qué arreglen los pantalones y ruega a todos los dioses que puedan agrandar el de Kookie
—Crucemos dedos —soltaba Taehyung—. Iré a cambiarme
—Yo igual —el rubio se ponía de pie—. No te pierdas en la habitación de Kim —soltaba antes de meterse al baño y cerrar la puerta.
Taehyung negaba y con más calma se iba a su habitación, evitando la de Seokjin. Ya más cómodo, antes de meterse al baño, tomaba la carta de Baekhyun que seguía debajo de la almohada.
Se sentaba en silencio sobre la cama y la abría con delicadeza, suspiraba y comenzaba a leerla sin apuro. Arrugaba el ceño en algunas palabras y en cada renglón descubría el tipo de hombre que era el novio—o el ex—de Seokjin.
Cada línea de la carta le hacía entender más el porque Seokjin estaba tan seguro, Baekhyun había resaltado lo mucho que se notaba las cuentas pendientes que tenían. Cada palabra era correcta, al llegar al final de nuevo sentía aquella opresión en el pecho al leer dónde Baekhyun le confirmaba que lo aceptaría de nuevo si lo de ellos no funcionaba.
Taehyung no quería ver a Seokjin en los brazos de Baekhyun otra vez, a decir verdad, no quería verlo en los brazos de nadie más porque Seokjin simplemente encajaba entre los suyos, así como él encajaba en los del castaño. Tenía que arriesgarse, era todo o nada y, ya había experimentado la nada sin Seokjin.
No era mala, no había muerto por su ausencia, pero este nuevo todo que estaba experimentando con su ex era magnífico, le quitaba el aliento y hasta quería golpearse por sentirse de aquella forma por alguien a quien ya había amado en el pasado y no imaginaba poder amarlo más.
Especialmente porque conocía toda la mierda de Seokjin y viceversa, no había nada oculto entre ellos, se conocían demasiado bien. Tenía más que claro donde se estaban metiendo, pero ahora se afrontaba a un Seokjin más conciente de lo que él sentía.
Todo era tan abrumador, solo estaban a días de terminar aquellas semanas de locos y volver a la realidad. A una dónde deberían empezar de a poco y de cero.
Tenía miedo porque en un simple abrir y cerrar de ojos se podía ir todo a la mierda, pero a la vez sentía que no podía resumirlo todo a un encuentro sexual porque, todo se sentía bien con Seokjin. La caricias, los abrazos, los besos y las miradas, Taehyung lo sabía.
No quedaba otra que dar un paso de fé al salir de aquella burbuja que habían extrañamente creado para ver si la leyenda del hijo rojo se aplicaba a ellos.
Bueno, he vuelto ¿Me extrañaron? 🥺. Sepan disculpar, tengo mi viejo J7 otra vez (ya sabrán que perdí mi teléfono) y me estaba familiarizando con la carcacha esta y antes de escribir quería lanzar el tráiler de 'Hola, soy Vante" que por cierto, quedé muy satisfecha.
Bueno, se acerca la boda Jikook y se viene el proceso de la reconquista dónde todo puede salir bien y irse a la mierda. No lo voy a negar es incierto, bueno les amu *se va corriendo*
Con amor niñita Nany 💜
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