Uno
Los tres jóvenes se habían parado para llenar el tanque del auto y comprar algo para comer en el camino.
— ¿Quieres que vaya contigo? —preguntaba Seokjin a su novio.
—No, amor. Yo iré ¿hay algo que quieran en particular? —preguntaba Baekhyun a su novio y al mejor amigo de éste.
—Yo quiero unas oreos, por favor no vengas sin oreos —suplicaba Jungkook.
—Hecho, amor ¿unas lays?
—Por favor —respondía SeokJin, tan dulce.
Su novio dejaba un casto beso y se adentraba al mini mercado de la gasolinera, mientras tanto Jungkook terminaba de pagar por lo que había cargado y volvían a subir al auto.
— ¿Quieres que maneje? —preguntaba el mayor.
—Tengo algo que decirte —exclamaba Jungkook de repente.
Seokjin había abierto sus ojos, los cuales se veían aún más alarmantes a través del aumento de sus lentes.
—Por favor no me digas que te arrepentiste, porque no sé que le diré a Jimin —decía sin parpadear.
El menor golpeaba su brazo riendo—. No es eso, no voy a arrepentirme
—Esos dices ahora —replicaba divertido—. ¿Qué sucede, entonces?
—Estamos a dos horas de llegar a la casa de la familia de Jimin
—Sip ¿y?
—Sabes que agradezco que hayas aceptado ser mi padrino —decía el menor, tomando las manos de su mejor amigo—. No podría hacer esto sin tí
—Oh, lo sé... Créeme —reía divertido.
—Sabes que jamás haría nada que pudiera llegar a lastimarte o molestarte. ¿Lo sabes, cierto? —Exclamaba el menor.
Seokjin lo miraba seriamente con ojos entrecerrados, ahora con preocupación en ellos.
—Me estás asustando ¿qué demoni-...?
—Taehyung estará esas dos semanas en la casa también —el menor largaba la noticia sin anestesia mientras apretaba sus ojos para no ver el rostro de su mejor amigo.
Había soltado las manos de Seokjin para cubrirse por si éste atinaba a golpearle, pero el golpe tan esperado no se había hecho presente.
Luego de unos segundos en silencio, Jungkook abría finalmente sus ojos.
— ¡Jk, tendrías que habermelo dicho!
—Aish, Hyung. Podrías haberlo imaginado
—Baek vendrá conmigo ¿qué se supone que le diré ahora?
—No es necesario, él lo sabía antes que tú —el pelinegro sonreía de oreja a oreja con algo de temor.
—Maldita sea, Jungkook
—Hazlo por mi
—Por supuesto, imbécil. ¡Pero podrías habermelo dicho antes de estar a mitad de camino!
—Hubieras dicho que no —ambos se miraban con diferentes tipos de tensión, mientras esperaban que el novio de Seokjin volviera al auto con algo de tomar y comer para el camino.
— ¿Jiminie hizo lo mismo? me refiero ¿se lo dijo a mitad de camino? —el pelinegro asentía—. Son unos bastardos.
Seokjin quitaba sus lentes y fregaba sus ojos.
—La casa es grande, no será necesario que se crucen... Al menos, no creo que vayan a cruzarse.
Jungkook sentía la culpa recaer sobre sus hombros, quizás fue muy mala idea decirle a su amigo esa noticia a mitad de camino.
Seokjin miraba hacia el mini mercado, Baek aún no salía.
— ¿En serio Baekhyun está de acuerdo con esto? será muy incómodo para él, para mí. ¡Para ambos! —gritaba al final.
—Lo sabe —Jungkook tragaba duro—. Él confía en tí. Y sabe que detestas a Taehyung. Aparte es mi boda, míralo desde esa perspectiva
—Fue egoísta
— ¡Porque es mi boda!
— ¡Pero es mi ex esposo! —contraatacaba SeokJin, Jungkook bufaba compungido.
—Lo siento —decía apenado.
—No importa. Me encargaré de que sea leve. Pero seré sincero contigo —decía llamando la atención de Jungkook—. Sí las cosas se ven mal, me iré
—Hyung...
—No, no seré la causa de que tu boda con Jimin pueda salir mal. Me iré si se complica todo
—Pero te quiero en mi boda —decía con un puchero.
—Y yo no quiero ser motivo de que pueda llegar a arruinarse. Pondré lo mejor de mi, porque quiero estar ese día. Pero a la primera de cambio que algo este a punto de estallar, me iré. Será lo mejor para todos
—Pasaron cinco años, no debería de estallar nada —decía el menor.
—Dios te oiga —replicaba Seokjin.
— ¿Puedo pedir un abrazo? —decía Jungkook.
—No me pongas tus ojos de venado —exclamaba el mayor—. Ay, maldita sea. Ven aquí.
Jungkook y SeokJin se habían conocido en el trabajo. El castaño era un hombre casado ya. El menor había tenido cierto enamoramiento cuando lo había conocido por primera vez, pero al enterarse el estatus civil de éste, su interés se había desplomado por el suelo.
Luego con la ayuda de su respectivo esposo en aquel entonces, Jungkook había conocido a Jimin en uno de los tantos cumpleaños de SeokJin.
Estos habían comenzado como buenos amigos, sin segundas intenciones, luego fueron teniendo encuentros casuales, sin ataduras, sin explicaciones.
Luego concientes de lo bien que se hacían mutuamente, habían decidido formalizar, todo un año antes de que el matrimonio Kim×Kim se viniera abajo.
Jungkook y SeokJin habían reforzado su amistad, se habían vuelto muy buenos amigos, y Jungkook había sido testigo de lo rápido que SeokJin había suplantado al mejor amigo de su futuro esposo con quien ahora, era su pareja actual.
El matrimonio de SeokJin y TaeHyung había comenzado muy pronto, ambos muy jóvenes, pero muy enamorados.
SeokJin había sido el primero de TaeHyung—primero en mucho sentidos—sexual y amorosamente. Éste contaba con un temperamento muy fuerte en ese entonces—y en la actualidad—, y para los ojos ajenos, SeokJin era el más enamorado.
Sin embargo, el primer engaño había venido por mano de Seokjin. Esta debacle había cambiado por completo a TaeHyung, entendiendo que en parte también era su culpa, por haber sido un esposo tan insensible a causa de no saber cómo manejarse en un relación amorosa.
TaeHyung lo había vuelto a buscar y SeokJin había regresado con su amor, arrepentido del daño que le había causado. Pero los papeles habían cambiado, SeokJin era menos demostrativo mientras que TaeHyung trataba de ser más comprensivo y no volver a cometer los mismos errores.
Claramente con el tiempo, el menor se había cansado, y el destino le había puesto un compañero de trabajo que estaba loco por estar con él.
Taehyung había caído como el mejor ante los encantos de aquel imbécil, era la segunda vez que estaba con alguien aparte de su esposo, aún así sabía que aquello no debía repetirse.
Pero así fue, lamentable.
SeokJin se había enterado al respecto, TaeHyung le había confesado su error, admitiendo y dejando en claro que jamás lo dejaría por alguien más.
Era un imbécil, el menor lo admitía, SeokJin se había vuelto más desconfiado, más posesivo y había terminado de irritar al menor quién le había pedido un tiempo para que se calmara.
En ese tiempo, Seokjin había encontrado a Baekhyun una noche en un bar, habían comenzado los mensajes, el coqueteo y éste no había puesto freno alguno.
TaeHyung por su parte, estaba en calma, tranquilo y confiando en las palabras que SeokJin le había dicho entre tantos actos de desesperación donde le había rogado que, por favor no lo dejara.
"Prometo cambiar. Prometo no ser tan asfixiante. Te amo, te amo y te necesito. No me dejes, sin ti no sabría que hacer".
Y muchas palabras más que le había prometido el mayor a su entonces esposo.
Todo estaba bien—desde el punto de vista de TaeHyung—hasta que SeokJin había aparecido una noche en la casa que compartían y en una corta conversación, sin muchas explicaciones, el mayor había aceptado que la relación ya no daba para más.
— ¿De la nada? ¿simplemente de la nada vienes y me dices que ya no da para más?
—No quiero lastimarte, TaeHyung
— ¡¿Y qué pasó con ese amor que jurabas hace unos días?!
—Nos hicimos mucho daño
— ¿Hay alguien más, cierto?
—No.
Y TaeHyung no le creyó, todo había finalizado con palabras de odio y rencor, por parte de ambos.
Pero esta separación era muy diferente a la primera. TaeHyung no iba a recaer en un pozo depresivo por el mismo hombre que una vez casi lo mata de tristeza.
Y SeokJin, tenía su consuelo propio.
—Sé que todo saldrá bien, TaeHyung no le dará importancia.
—Lo que tu digas —exclamaba SeokJin.
Ahora su actual pareja ingresaba al auto con lo que había comprado para degustar en el camino.
Baek iba atrás y se posicionaba preguntando como si nada—. ¿Ya lo sabe? —miraba directo a Jungkook.
Éste asentía con una sonrisa.
—Si en algún momento deseas que volvamos a casa, lo haremos —decía Seokjin mirando a los ojos de su novio.
—Estaré bien. Aparte estas dos semana no se tratarán de nosotros o de ti y tu ex —exclamaba dulce—. Se trata de Jungkook y Jimin —un suave beso depositaba éste en los esponjosos labios del azabache.
—Te amo —susurraba SeokJin.
—Y yo a tí —decía el rubio con una bella sonrisa en su rostro.
—Basta, me empalagan y aún me faltan dos horas para ver a mi futuro esposo —decía Jungkook divertido.
—Jiminie, esta casa está más grande que la última vez —decía TaeHyung recorriendo la entrada.
—No seas imbécil, está igual —respondía el rubio—. Solo que hace años no venimos.
La amistad de TaeHyung y Jimin era totalmente diferente, estos eran hermanos separados al nacer. Se conocían desde la primaria, a decir verdad, eran más unidos que hermanos de sangre.
Almas gemelas, como ellos se etiquetaban.
Jimin había estado al lado de TaeHyung en ambas ocasiones que su matrimonio había fallado, aunque la última vez, el azabache no lo había necesitado tanto.
TaeHyung era el doble de fuerte de lo que había sido la primera vez que había perdido a SeokJin. Ahora era libre, se amaba y no necesitaba otra clavo para sacar al anterior.
Gustaba de dormir con quien quisiera cuando quisiera y como se le diera la regalada gana. Siempre cuidándose al respecto.
A veces le agarraba la pequeña nostalgia de ser mimado y cuidado, porque más allá de los errores del mayor, había que reconocer que éste habia sido tan dulce y protector para con él, casi siempre desde un inicio.
Pero solo, estaba bien ¿por qué tener una nueva relación solo porque así se manejaba la mayoría?.
TaeHyung no había vuelto a sentir lo que sentía por SeokJin, y éste lo había decepcionado en grande, así que ¿para más de lo mismo? mejor quedarse solo.
Tuvo buenas compañías, lo quiso intentar en su momento, pero había fracasado miserablemente y cuando la primer lágrima había sido derramada por un casi "Don Nadie" se dijo a sí mismo: "Nunca más".
SeokJin había sido para él algo como: un día soleado de verano en el parque. Así lo describía TaeHyung y por lo tanto, esa sensación particular, no se la habían hecho sentir de nuevo. Pero él estaba bien con aquello, si la segunda oportunidad en el amor debía de llegar, llegaría, pero no la buscaría.
—Ven, en el segundo piso está tu habitación —decía el rubio.
— ¿Vendrá mucha gente?
—No rebasamos las treinta o cuarenta personas —respondía el rubio—. Y muchos vendrán para la boda, pocos estarán las dos semanas aqui, esos somos veinte más o menos.
TaeHyung asentía—. ¿Las habitaciones siguen por letra?
—Si, tienes la "Ñ"
— ¡Oh, de las que tienen jacuzzi! —exclamaba el castaño.
—Lo sé, por eso te la asigné —sacando la llave de su bolsillo se la daba a TaeHyung para que abriera.
La familia de Jimin era adinerada, demasiado, pero eran muy humildes de corazón. Estos adoraban a TaeHyung y ahora a Jungkook.
—Esta cama —decía el azabache quien ahora se arrojaba sobre aquella superficie blanda y esponjosa de dos plazas y media.
—Tae Tae... Tengo que hablar contigo —decía el rubio con nervios, no queriendo interrumpir su diversión.
—Si, ven siéntate —decía el azabache sin problema alguno, aunque cuando había visto a su amigo tan preocupado no había podido evitar fruncir el ceño—. ¿Qué sucede? ¿Todo está bien con ese conejo o ya te arrepentiste?
— ¡Tae! —decía con un dulce grito.
—Si es así, te ayudo a escapar estilo Julia Roberts en novia fugitiva. Tomamos algunos caballos del establo de tu padre y-...
—SeokJin vendrá a pasar las dos semanas aquí.
El rubio había quedado en silencio con unos ojitos de cachorro mientras miraba a su mejor amigo asimilar aquella información.
—Jimin, dime que es una broma
—No lo es, Tae Tae —el rubio le brindaba su más dulce sonrisa.
—Lo imaginaba, maldita sea. Maldigo el día que se conocieron
— ¡Oye! —el rubio lo golpeaba con sus pequeñas manos.
—Lo haré por ti
—Lo sé y estaré eternamente agradecido
—Podrias haber avisado y me traía un novio
—Pero si estás soltero
—Solo para hacerme el interesante y no tener que soportar a ese imbécil
—TaeHyung —reprendía el rubio al azabache.
—Me van a deber un favor bien grande, tu y el conejo que tienes por novio.
Se echaba de nuevo en la cama fregando su rostro, hacía rato no veía a SeokJin, estaba seguro que ya no tenía ningún sentimiento amoroso, pero había cierto rencor.
—Lo lamento
—Es tu boda, Jimin —decía, aún boca arriba tapando su rostro—. Yo estaré bien, es más... —exclamaba poniéndose en pie—, me sumergire en el jacuzzi que tengo esperando por mi.
El rubio reía al ver a su amigo relajado—. Abrázame, tigresito —pedía dulcemente y el otro correspondía.
—Llegamos —los tres jóvenes se miraban entre si—. ¿Están listos?.
Seokjin tenía una mirada perdida, pero volvía en sí cuando las manos de Baek tomaban las suyas con dulzura.
—Estamos listos —exclamaba el rubio ganándose una sonrisa por parte de Seokjin.
El menor los había instado a bajar y tomar las valijas, una vez dentro, la pequeña figura de Jimin venía bajando las escaleras.
—¡Amor! —el susodicho bajaba corriendo para saltar encima de su futuro esposo y rodear la cintura de éste con sus piernas.
Un beso atolondrado se hacía presente en los novios para que luego el rubio depositara en todo su rostro pequeño besos.
—Jimin... Ya, ya estoy aquí —decía Jungkook sin esconder su sonrisa.
—Lo siento —el rubio se bajaba y ahora iba directo a abrazar a Seokjin—. Hyung, que gusto que hayas venido
—No pude volverme, ya estábamos a mitad de camino —decía el mayor dulcemente.
Jimin lo soltaba y le sonreía de esa forma tan dulce que solo el rubio podía, luego recibía a Baekhyun con la misma amabilidad.
—Deben estar cansados, Lee los va a llevar a su habitación. ¡Lee! —un jóven casi de la misma edad se hacía presente—. Revisa por favor la lista, es Kim Seokjin
—Kim, si señor —repetía el jóven y revisaba su tableta—. Perfecto, vengan conmigo.
La joven pareja seguía al muchacho, Seokjin daba una última sonrisa a la pareja pronta a casarse y estos lo miraban con dulzura.
Una vez arriba, el susodicho de nombre Lee había golpeado su frente.
—¿Qué sucede? —preguntaba Seokjin con calma.
—Vine tan apurado que no traje sus llaves, ya vuelvo —se inclinaba reiteradas veces—. Sepan disculparme, por favor.
Baekhyun y SeokJin sonreían asintiendo.
—La gente debe estar con mucho trabajo con todo esto de la boda —exclamaba Baek acomodando el cuello de la chaqueta de jean que llevaba su novio—. Esta prenda te queda tan jodidamente bien.
Luego de tal halago besaba a su novio de manera calma, pero apasionada. Besos que el rubio había guardado para cuando estuvieran solos.
—Baek... —había susurrado el castaño en su boca y había empujado a su novio contra la puerta.
Sin querer su mano se había apoyado en el pomo de la puerta abriéndola sin problema alguno, haciendo que ambos casi cayeran al suelo.
—Oh, por dios —exclamaba Baekhyun al ver la habitación—. Es hermosa
—Seguramente Lee no sabía que estaba abierta ya —Seokjin entraba ambas maletas.
Cerraba la puerta se quitaba su chaqueta y tomaba a su novio por la espalda para girarlo y continuar con la sesión de besos, había comenzado a depositar chupones suaves en la clavícula de su amante.
—¿Qué pasa si vuelve Lee? —decía el rubio perdido entre las placenteras sensaciones que los besos del mayor le provocaban.
—Golpeara la puerta, no te preocupes —ahora el rubio contraatacaba quitándole su camiseta.
—Jin... —jadeaba con una sonrisa ladina. El castaño lo tomaba de la nuca para besarlo e intensificar las sensaciones.
Unos pasos más y ambos cuerpos caían sobre la cama—Seokjin encima de Baekhyun—el castaño estaba muy concentrado en causarle placer a su novio.
Unos besos más, otras caricias por aquí y por allá, hasta que los largos y peculiares dedos de SeokJin comenzaban a bajar por el pantalón del rubio, quién no dejaba de ofrecerle su cuello y lo despeinaba con sus manos.
Un botón y luego el cierre.
— ¡Ni se te ocurra! —una voz grave y muy conocida provocaba que SeokJin saliera de encima de Baekhyun y el otro mirará en dirección a esa persona y abotanaba nuevamente su pantalón.
— ¿Qué demonios haces en mi habitación? —preguntaba SeokJin mirando rápidamente el cuerpo de su ex esposo.
Llevaba solo una toalla sobre sus caderas y su torso de piel canela al aire, apenas mojado, con todo su cabello negro humedecido.
SeokJin había tragado duro ante aquella imagen. TaeHyung por su parte tenía el entrecejo fruncido al notar el torso blanquecino de su ex, con un abdomen y hombros más marcados que hacía cinco años atrás
—Esta es nuestra habitación —recalcaba SeokJin firme.
Baekhyun por su cuenta se acomodaba su cabello y ropa.
—Mira, esta es mi habitación. Jimin me trajo hasta aquí, así que debe haber un error con la suya.
Rápidamente la puerta sonaba.
— ¡¿Señor Kim?!
"¡¿Qué?!" gritaban ambos al unisono.
—Abriré la puerta —decía un incómodo Baekhyun.
Del otro lado el jóven Lee los contemplaba incómodo.
—Señor Kim —repetía.
"¿Sí?" decían de nuevo ambos provocando otro rostro incómodo en el cjico.
—Kim Seokjin, señor. Me equivoqué, está no es su habitación
—Te lo dije —exclamaba TaeHyung ganándose una mala mirada por parte de SeokJin.
—Me disculpo, leí "Kim" en mi tableta y era el otro Kim —decía señalando a un TaeHyung semi desnudo—. Su habitación está al finalizar el pasillo.
—Llévanos —exclamaba Baekhyun tomando ambas maletas y levantando del piso la camiseta de Seokjin—. Vamos. TaeHyung, lo lamento.
El susodicho asentía sin verle, Baek había salido tan rápido con Lee dejando
a SeokJin con TaeHyung a solas.
—Te lo dije.
Seokjin se vestía nuevamente—. Lo lamento —decía a regañadientes.
—Si, claro... Imbécil—susurraba TaeHyung.
—Bésame el culo, imbécil —replicaba SeokJin, dando a entender que le había oído.
—Paso —respondía TaeHyung, con una sonrisa ladina.
—SeokJin —Baekhyun había vuelto al ver que su novio no había salido de la habitación de su ex.
—Si, amor —ahora el castaño abandonaba la habitación bajo la mirada atenta de TaeHyung.
Estas dos semanas serían pesadas, primer encuentro y había estado lleno de tensión e incomodidad. Demasiado para ambos Kim.
Pero lo soportarían por amor a sus mejores amigos o al menos ese era el plan.
Oh shi, el edit que me mande.
Aclaración, algunos capítulos serán largos y otros cortos.
En fin, estoy feliz de dejarles este regalito me dicen que tul?
Amé mi edit (Jin me salió mejorcito).
Con amor, niñita Nany 💜
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