Treinta y seis
Dibujaste un signo de interrogación pero sabes lo que quiero. Quiero girar el reloj, si, de vuelta a donde estaba. Así que construyamos un puente, de tu lado al mío. Yo seré el que lo cruce, solo dime que no es el final de la linea.
*✾ ・。。・✾ ゜・。。・✾ *
TaeHyung escuchaba la alarma de SeokJin, notaba el leve movimiento que hacía para apagarla y se giraba hacia él para abrazarlo fuertemente. El castaño escondía su nariz en el hueco de su cuello, provocándole cosquillas y escalofríos.
— ¿Te quedaste dormido? —preguntaba SeokJin.
Su voz era ronca y adormilada. ¡Ay, como le encantaba eso a TaeHyung! y como lo había extrañado. La sensación de ser abrazado y tiernamente apretado cada mañana en las que SeokJin debía levantarse antes que él.
—Había olvidado que hacías eso —mencionaba contra la almohada, mientras SeokJin seguía jugando con su nariz en su cuello, en su nuca y luego entre su pelo.
—Así es como me desperezo, ya lo sabes —respondía a cambio y volvía a presionarlo contra su cuerpo.
Era temprano, alrededor de las siete de la mañana. SeokJin no quería levantarse, no quería dejar la cama cálida con su esposo en ella—su ex esposo—quien siempre tenía el cuerpo caliente, era adictivo por las mañanas. Y por las tardes y en todo momento.
Seokjin no quería despegarse, pero había responsabilidades que cumplir y en su corazón albergaba la esperanza de que aquellos despertares no fueran fugaces y solos dos o tres veces por semana. Él anhelaba que fueran por el resto de lo que quedara de vida con aquel bonito y temperamental hombre.
SeokJin lo deseaba completo, los arranques, la dulzura. Las peleas y reconciliación. La misma cama y la misma casa. TaeHyung probablemente estaba asustado e inseguro, pero SeokJin por primera vez estaba seguro de lo que quería, incluso sabía lo que le costaría. Pero él haría el trabajo duro por ambos, si era necesario, esperaría una eternidad si así fuera, por tener una vida nuevamente con Tae.
Vida que, por inmaduro e inconsciente había perdido. Tendría que haber sabido en ese entonces lo que sabía ahora. No existen las relaciones perfectas, pero tampoco es válido herir de más a la otra persona. No hay que tirar demasiado de la soga o podría romperse. Y a pesar de que había logrado enamorarse de BaekHyun y había aprendido a amar cada segundo con él, simplemente... No. Era. TaeHyung.
Conociendo el historial suyo con ambos hombres, a los ojos ajenos quizás Taehyung ya no era la mejor elección debido al daño mutuo que se habían hecho, pero simplemente era el hombre al que su corazón y todo su ser reclamaba con cada jodida célula. Él no quería una vida sin Taehyung y sabía muy en el fondo que Taehyung quería exactamente lo mismo.
Sabía que la inseguridad y temor del azabache lo obligaba a estar al mando de cada paso y él quería hacerse cargo. Pero necesitaba que Taehyung no le soltara la mano. Con inseguridades o no, lo necesitaba a su lado, apoyándose en él, porque Seokjin estaba seguro que lo sostendría a diestra y a siniestra. Fuertemente, como lo tenia ahora de la cintura, presionandolo a su pecho y sintiendo el olor de su pelo, de su piel. Sintiendo su calor... Su cuerpo.
— ¿Qué haces? —cuestionaba Taehyung adormilado, aunque no tanto.
Estaba jodidamente disfrutando aquello, de repente recordando lo meloso que SeokJin solía ser por las mañanas, pero el Taehyung de los inicios era un tanto retraído. Vivía en la constante búsqueda de que mierda le gustaba en la cama, no siempre dándole a SeokJin lo que quería y aquello solía ser un problema. Problema que ahora no pasaría, porque ese TaeHyung sabía muy bien lo que quería y en que era bueno. Y tal como en la casona hasta podría disfrutar de los castigos que SeokJin solía darle cuando discutían, pero no siempre cedía. Oh, ahora cedería a lo que fuera, castigo o premio.
Los movimientos de SeokJin eran suaves y se acoplaban a los besos que le estaba dejando en la nuca, pasando de esta a su cuello. Logrando desarmarlo como quería y obligándolo a girar su rostro para recibir la boca de SeokJin que estaba desesperada por atacar la suya. Enseguida respondía con su lengua usurpando la cavidad ajena con las mismas ganas y al instante de quedar boca arriba, Seokjin intentaba cubrirlo con su cuerpo, pero Taehyung era más rápido y terminaba volteando los papeles.
—Woah... —soltaba SeokJin con exageración, pero satisfecho—. ¿Qué harás aquí arriba para torturarme? —jugaba, tomando las caderas de Taehyung con firmeza.
El azabache llevaba un boxer y una camiseta grande, SeokJin había dormido de igual forma, por lo que la sensación y fricción era casi cruda. TaeHyung sonreía de forma pícara y se inclinaba sobre este, logrando una presión de su miembro con el ajeno. SeokJin jadeaba anticipándose al ataque de su ex esposo.
—No seas pervertido, no voy a hacerte nada para torturarte —susurraba sobre sus labios.
—Ya lo haces —respondía SeokJin, mirándolo fijamente y acunando su rostro entre sus manos.
—Solo estoy encima de ti, Jinnie —se burlaba.
—Pero me miras de esa forma tan preciosa que solo hace que se vuelva más difícil irme —respondía.
Taehyung se reía incrédulo y pasaba sus manos por debajo de la cabeza de SeokJin y lo abrazaba, escondiendo su rostro en su cuello.
—Oh, te levantaste mimoso —mencionaba apretándolo fuerte desde la zona de su espalda baja.
—Se siente bien...
—Nunca fuiste tan mimoso... Ese era yo —mencionaba con una sonrisa.
— ¿Quieres que me baje? —soltaba Taehyung.
—No, no. Aún tengo tiempo —respondía.
Taehyung reía y todo el cuello y hombro de SeokJin vibraba a causa de eso.
—No iba a levantarme de todas formas —respondía Taehyung.
SeokJin acariciaba su espalda, sus manos picaban por recorrer un poco y sentir piel. Así que metía sus manos dentro de la remera de Taehyung. Sus dedos trazaban circulos, mientras disfrutaba del peso de éste sobre él.
El azabache por su cuenta, seguía preguntándose ¿Cómo había resistido tanto tiempo sin eso? Dejando de lado la manía de SeokJin de correr rápidamente a brazos ajenos—en el pasado—él siempre había sido amoroso y Taehyung frío o reservado. Pero este Taehyung de ahora no quería ser aquel chico de su juventud que vivía inseguro y para mayor protección de su corazón, se encerraba en si mismo.
Necesitaba dejarse llevar como lo había hecho en la casona. En esos inicios que sentía la desesperación de tener a SeokJin—aunque inclusive, en dicho momento—ni siquiera él estaba seguro de que volvería a enamorarlo. Ahora lo tenía en su cama, debajo de su cuerpo y acariciando su piel.
—Esto se siente tan bien... —murmuraba SeokJin.
Taehyung volvia a sonreír y comenzaba a besar su lóbulo. Jugaba con la punta, tiraba de esta y comenzaba a besar su cuello. SeokJin aflojaba el agarre y le permitía dicha acción, Taehyung desenrrollaba los brazos de detrás de su cabeza y comenzaba a besarlo con más impetu. Rápidamente subía por su mentón a sus labios, dónde SeokJin lo recibía complacido y gustoso. Sus manos seguían dentro de la remera y sobre la piel de Taehyung, dónde ejercía presión hacia abajo para que éste comenzará a hacer fricción porque, su cuerpo estaba respondiendo.
—No hay tiempo para más que esto... —soltaba Taehyung—. No me tientes...
—Podemos acabar juntos... Luego me iré —rogaba SeokJin. Moviéndose tentativamente debajo de él.
Taehyung caía fácilmente, volviendo a besarlo y moviéndose encima para restregar su cuerpo sin reparo. Con la misma pasión. Las mismas ganas. El castaño metía la mano entre ambos y bajaba primero su ropa interior y luego la de Taehyung. Ambos miembros se sentían piel con piel y con mucha fricción, porque Taehyung—sintiendo aquellas caricias—habia optado por perderse y dejarse llevar.
El beso había aumentado, era pasional y necesitado. La fricción y los movimientos sutiles, pero intensos, iban a hacer que no tardaran demasiado en venirse. El azabache sorprendía a SeokJin tomandolos a ambos en su mano y comenzando a bombear con desesperación, mientras sentía los labios de su ex esposo en su cuello y su mano arañando la zona de la piel de su espalda. Definitivamente no había un solo rastro de ese joven tímido e inseguro en la intimidad.
—Aún no dejas de sorprenderme —susurraba un SeokJin jadeante que estaba en la recta final.
Taehyung lo miraba con ojos penetrantes y oscuros, le sonreía y atacaba su boca con una fuerte mordida que desencadenaba en besos intensos y bien dados. Necesitados, desesperados y logrando que aquello que parecia ser un dulce despertar, terminara en un acto lujurioso y abrumador con ambas esencias entre mezclandose y los espasmos viajando por amabas anatomías. SeokJin volvía a abrazar fuertemente a Taehyung mientras lo sentía temblar encima de él.
—Aún no entiendo una cosa... —soltaba Taehyung luego de unos segundos.
—Dime...
— ¿Cómo es que todo es doblemente intenso contigo? —cuestionaba en un susurro, nuevamente escondido en el hueco de su cuello—. No puede ser tan perfecto...
SeokJin reía, con un bonito escalofrío que le recorría cuesta abajo.
—Me pregunto lo mismo, pero luego lo entiendo —replicaba.
Taehyung salía de su cuello para verlo, aún con sus mejillas coloradas.
— ¿Qué se supone que entiendes?
SeokJin lo miraba y acomodaba su cabello enmarañado—. Que así debe ser. Tú y yo, por lo que resta de vida.
El escalofrío que SeokJin había sentido segundos atrás, se trasladaba a Taehyung, quien enmarañaba su remera y sonreía.
—Que cursi te pusieron estos cinco años, Jinnie —se burlaba intentado salir de encima de éste.
— ¿Cómo te atreves? —SeokJin volteaba el cuerpo de ambos y comenzaba una serie de besos y cosquillas que hacían sonar precioso el vozarron de dormido que Taehyung tenía aquella mañana.
— ¡Ya, ya! Por favor —pedía agitado—. Tus dedos se clavaron en mis costillas, ten un poco de piedad
— ¡Oh, estás haciendo un puchero! —mencionaba SeokJin tomando su mentón y apretando sus mejillas para resaltar aún más sus labios.
Le daba una serie de besos repetitivos, hasta que su alarma volvía a sonar por segunda vez.
—Mierda, ahora sí debo levantarme —exclamaba desilusionado.
—Oh, pobrecito —se mofaba Taehyung y lo empujaba suavemente—. Dormiré una hora más por ambos
— ¿Puedo darme una ducha? —cuestionaba SeokJin, estirándose sobre la cama y la atenta mirada de Taehyung.
—Te ofrecería enjabonarte, pero realmente necesito otra hora más de sueño —contestaba—. Te cuidado con la perilla del agua —se sentaba y buscaba los labios de Jin una última vez por un dulce beso—. Avísame cuando llegues
— ¿Vas a contestarme? —se burlaba SeokJin.
—Nop —Reía ladino y se acomodaba en la cama boca abajo, abrazando a su almohada, recibiendo rápidamente un chirlo de SeokJin en su bonito trasero—. ¡Jin!
El castaño se bajaba de inmediato—. Envidio a tu tonta almohada
—Mi mejor romance después de tí —exclamaba con su mejilla sobre ésta y escuchando a SeokJin riendo camino al baño.
El azabache se encontraba exhausto, no solo física sino mental y emocionalmente. Estaba abrumado por mucho en general y se reflejaba en su cuerpo. Había aclarado que no caería temprano al buffet ese día, necesitaba un poco más de energía y tiempo, para reponerse. Probablemente para estar fuerte por cualquier lucha emocional que se pudiera presentar respecto a su jefe o inclusive a SeokJin.
El castaño por su parte, estaba listo para salir luego de unos minutos de alistarse. Al entrar a la habitación notaba a Taehyung nuevamente dormido. Se tomaba unos segundos para acariciarlo y besar su mejilla antes de salir. También tenía un remolino en su interior. No haber hablado aún como debía con BaekHyun lo hacía sentirse una mierda, lo tenía acongojado e incómodo. Luego, estar con Taehyung, pensando y repasando cada movimiento dado o por dar lo tenía en un constante estado de alerta.
Sentía que el más mínimo error podría derrumbar aquella relación que volvía a comenzar como si fuera una simple y débil casa de cartas. Así, con tanta facilidad que le asustaba. Necesitaba tener todas sus alarmas encendidas, no debía dejar de pasar nada por alto, porque caminaba sobre arena movediza. No había mentira en su forma de pensar, sobre hacer todo lo que fuera necesario por los dos, para volver a reconstruir aquella relación. SeokJin lo quería todo de nuevo. Lo malo, lo complicado. Las peleas, los berrinches. Los abrazos, los besos. Las risas... La felicidad.
Taehyung significaba todo eso, sabía dónde se estaba metiendo y estaba seguro. También sabía de dónde estaba saliendo—respecto a BeakHyun—y estaba seguro que lo mejor era dejar a ese bonito chico para que encuentre alguien que se desviva por él.
Estaba entre la felicidad y la tristeza. La culpa no dejaba de venir a saludarlo de vez en cuando durante su día. Pero. No. Daría. Marcha. Atrás.
La alarma de Taehyung sonaba oficialmente, el azabache estaba algo desorientado, como si hubiera dormido más de sesenta minutos. Al apagarla, notaba el mensaje de SeokJin dónde le había avisado que había llegado bien.
Sonreia y respondía con el emoji de guiño y beso.
Llegué, te amo 💞
Jinnie 8:15 am
😘
Enviado 9: 05 am
Como si nada hubiera cambiado, siempre hacía lo mismo cuando SeokJin notifcaba su entrada al trabajo de aquel entonces. Aquella rutina que con el tiempo se había perdido. Los últimos momentos juntos, SeokJin ya no notifcaba su entrada ni salida, ni Taehyung preguntaba, pero ahí estaban nuevamente... Por lo que luego de unos segundos, mandaba un nuevo mensaje.
También te amo 💕
Enviado 9:06 am
Reía y dejaba su teléfono, sabía que SeokJin no respondería de inmediato si ya estaba de turno en el restaurante. Por lo que luego de estirarse, tomaba una muda de ropa y se metía al baño para darse una ducha. Al volver a su habitación armaba la cama y al ordenarla notaba el perfume de SeokJin impregnado en su almohada. Lo había olfateado una vez, dos veces... Y a la tercera la soltaba y la acomodaba sonriendo como idiota.
—Jamas sabrá que lo hice... Eso fue extraño —se reprendía.
Camino la sala se golpeaba mentalmente por haber dejado que SeokJin lo convenciera de no lavar los platos usados. Se remontaba a la casona, aquella noche fuera por la sesión de fotos donde le había recordado a Seokjin que era pésimo con esas cosas.
Era cierto.
Si había algo que encajaba en ellos, era que SeokJin era bueno con la cocina. Un auténtico chef. Se encargaba de mantenerlos a ambos bien alimentados con cosas dulces y saladas. En esos cinco años Taehyung había extrañado las tardes de lluvia en las que SeokJin se ponía a preparar algo para el café o el desayuno. A él, no se le daba tan bien, por eso con sus empleados se complementaban abasteciendo el buffet, aunque ya no se encargaba tanto de la comida en general.
Él siempre había sido bueno con los quehaceres, la limpieza, la decoración... Y así se complementaban. Ahora refunfuñaba camino a la pileta, pero al llegar quedaba con sus ojos abiertos de par en par. Encontraba una nota sobre los platos limpios y secos a un lado de la pileta, tomándola de inmediato leía su mensaje.
"Ya no soy tan malo con los quehaceres de la casa. Anoche no querías dejarlos, hoy los lave por ti antes de irme."
"Luego me pagas con besos y abrazos. Te amo, Jinnie"
—Ay... Era parte de su malévolo plan para enamorarme aún más —susurraba para si mismo, mientras sonreía y negaba con su cabeza.
Ponía el agua para prepararse un té y tomaba su teléfono. No había aún nuevo mensaje y se cuestionaba si mandar otro sería correcto. Seguía siendo tan malo ¿Cómo hacía la gente joven para molestarse mutuamente con mensajes? Los adultos de su edad evitaban esas cosas para no caer en el compromiso y los malos entendidos.
—Enfócate, Tae. No puedes seguir sintiendo incomodidad por unos malditos mensajes —se reprendía.
Luego se lo replanteaba nuevamente, estaba seguro que Seokjin le respondería o mandaría algo más, y él terminaría colgando lo que restaba del día, porque así era. Tenía que encontrar un jodido balance y dejar de ahogarse en un vaso de agua. O dejar de esperar lo malo a la vuelta de cada esquina y después de cada encuentro y tiempo pasado con Seokjin.
Tecleaba nuevamente para enviar el mensaje, inhalaba y exhlaba, mientras escribía sus siguentes palabras:
Lavaste mis platos... Creo que alguien merece una cena a la luz de las velas o un masaje que termine en resultados sexuales
Enviado 10:03 am
—No olvides responderle si te manda luego —se reprendía.
Era el último día de la semana, recordaba que ese domingo SeokJin debía de ver a BaekHyun. Una sensación horrible se presentaba en su pecho al recordar al chico. Taehyung no lo odiaba, nunca lo había hecho, no lo haría ahora. Él no pretendía que se desatará todo lo que se había desatado entre ellos. Taehyung ya se imaginaba envejeciendo solo y con muchos gatos, mientras SeokJin formaba su familia deseada con Baek.
Pero la vida y el destino, les estaba dando esta segunda oportunidad. Él debía de acomodarse a los acontecimientos, tenía que dejar el miedo, inseguridad—e incomodidad—de lado. Tenía que poner de su parte o se volvería a lamentar. Especialmente si esta tercer vuelta era tan intensa, tan profunda. Taehyung suspiraba y se sentaba sobre la silla con sus codos sobre la mesa agarrando su cabeza.
El miedo se quería apoderar de él cuando recordaba como se sentía ahora entre lo brazos de SeokJin. Era perfecto, tan consumidor... Ese lugar en el mundo que no recordaba que necesitaba, y como le había mencionado, se sorprendía el nivel de intensidad que tenían ahora. Eso solo le aseguraba una sola cosa y esa cosa le provocaba un terror inmenso.
Si alguno de los dos o ambos, fallaban esta vez... Él no podría recuperarse tan rápido que la vez anterior que, a decir verdad no había sido fácil, pero había tenido más fuerza de voluntad. Si había algún minimo error en esta nueva etapa que los terminará dejando uno en una punta y el otro en otra, sin punto de retroceso... Él estaría devastado, le costaba demasiado poner su confianza en SeokJin, en él mismo también. No era un paso fácil para alguien que ni siquiera había querido arriesgarse en esos cinco años con alguien más.
Taehyung le temía al compromiso después de SeokJin, por una simple y obvia razón... Él cuidaba de él, cuidaba su corazón. El mismo que ahora estaba pura y exclusivamente en manos de Jin y eso le quitaba el sueño, el hambre y lo ponía de cabeza. La forma en que su mundo quedaba al revés por el mismo hombre despues de cinco años era algo que, realmente le causaba terror.
Él no quería fracasar, pero tenía mucho miedo. Tenía que seguir trabajando en eso porque una cosa llevaba a otra y lo último que deseaba era arruinarlo todo o que SeokJin lo arruinara definitivamente una última vez.
Buenas noches, sorpresa u.u
Llegué con otro cap, hoy enumeré los acontecimientos por cada capítulo, dependiendo mi narración estamos a unos 6 caps o menos de finalizar (siempre digo esto y cuando comienzo a escribir me cebo) como con este cap que pasó las 1500 palabras jejeje
pero bueno. Me organice con muchos fics u.u
Los abrazo jjjuerte, gracias por bancarme y la paciencia.
Con amor niñita Nany 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro