XXXVIII : De qué manera
Narra Gavi.
- Amor me voy, si pasa algo llamame - digo, me acerco a darle un beso en los labios y otro en la barriga.
- Si no te preocupes, nosotras estaremos bien.
Finalmente y como yo preveía es una niña, pero es que no solo viene una en camino sino que son dos niñas. Dos pequeñas princesitas, que serán gemelas.
- Pero ya sabes que cualquier cosa...
- Que si, amor, que si pasa algo yo te aviso.
- Vale, nos vemos después, amor, te voy a echar de menos - digo y ella sonríe.
- Mucha suerte.
Salgo de casa con una sonrisa. En la acera me espera Pedri, aunque yo tenga carnet de conducir y coche, hay muchas veces que nos seguimos yendo juntos. Como para no perder la costumbre.
- ¿Cómo está Triana?
- Está reventada la pobre.
Por suerte, los vómitos y mareos con el paso de los meses han ido disminuyendo, pero los cinco primeros meses fueron un caos. Y aunque yo quería ayudarla, de poco servía. Los antojos los ha llevado bastante bien, de vez en cuando se le antojaba tarta de queso y como buen novio pues he cumplido sus caprichos.
- Normal, son dos.
Nos dijeron que eran dos a los tres meses de embarazo, cuando nos revelaron el sexo del bebé. A Triana se le cambio la cara cuando le dijeron que eran dos, y es entendible que de pronto te digan que vienen dos pues es todo una sorpresa. Y yo acabé llorando allí de alegría.
Xavi nos da las tácticas para el partido, ánimos y una charla y salimos a jugar. Tenemos partido de liga contra el Betis.
Triana no me puede acompañar porque la barriga se lo impide, además tiene las piernas bastante hinchadas y es mejor que este en casa reposando. Espero meter hoy un gol y dedicárselo a ella y a las niñas. Y encima contra un equipo que no le gusta.
Pedri me pasa el balón y yo intento pasarsela a otro compañero pero no encuentro opción de pase, así que chutó con mi pierna mala pero lo hago, cuando veo como el balón entra dentro de la portería me acerco a una cámara haciendo un corazón con mis manos, para luego llevarme el dedo pulgar a la boca haciendo como un chupe.
En el minuto cuarenta me sacan del partido y no entiendo el porqué. Estoy un poco disgustado con Xavi, ya que no me ha dejado ni acabar la primera mitad del partido.
- Gavi, te tienes que ir al hospital - me dice y yo abro los ojos.
- ¿Qué pasa?
- Triana está de parto.
Rápidamente salgo del estadio y miro a todos lados nervioso sin saber muy bien que haceemr.
- Gavi - escucho la voz de mi cuñado, a lo lejos diviso su coche.
Rápidamente corro hasta él y me monto.
- Dime que no han nacido ya.
- Aún no, Triana dice que hasta que tú no llegues ella no pare. - dice y yo me rio.
- Pues entonces ya vamos.
Llegamos al hospital y subimos corriendo, las enfermeras me dejan entrar y entro en la habitación. Me acerco a Triana, que la pobre mía tiene una mueca de dolor en su cara y no para de gritar.
- Ya estoy aquí amor - digoncogiendo su mano.
- Ya era hora - me dice y yo me rio.
Siempre había escuchado que cuando estas a punto de dar a luz, las mujeres no es que estén de buen humor y ahora lo entiendo.
- Sigue empujando - le dice una enfermera y mi novia la mira mal.
- Joder que duele.
Cada vez más me va apretando la mano y yo creo que ya ha llegado un punto en el que ni me la siento, pero no le voy a decir nada que sino me va a mandar más pallá de lo cerros de Úbeda.
- Ya mismo están aquí con nosotros, amor.
- Los dolores estos podrías pasarlo tú.
Triana sigue empujando y está agotada, pero ella sigue ahí, deseando que por fin nuestras princesas salgan ya. No sé cuantas horas de parto llevamos pero yo creo que ya queda poco.
- Se asoma la cabecita de una.
Triana vuelve a empujar hasta que se escucha el llanto. Las enfermeras la cojen y la lleva para limpiarla. Minutos después viene con una de mis pequeñas en brazos y yo creo que me voy a morir.
- Aquí está vuestra pequeña - dice la enfermera y yo miro a mi novia para que diga el nombre.
- Aitana.
Me la ponen en los brazos, porque Triana tiene que seguir empujando para traer a la otra. Me quedo mirando a Aitana y no puedo ser más feliz.
- Y aquí está vuestra otra pequeña. - dice la enfermera sacando a la otra.
- Amor, estoy muy orgulloso de ti - indico besandola.
- Te quiero.
Le ponen en el pecho a Aitana y a Mara. Miro la sonrisa de mi novia y me siento el hombre más feliz del mundo.
Hemos tenido varias visitas nos han traído varios regalos y demás.
- Voy a por algo de comer, amor.
- Traeme un bocadillo de jamón.
Yo rio saliendo por la puerta para bajar a la cafetería. A los pocos minutos, vuelvo a entrar a la habitación con el bocadillo de jamón en la mano, la cara de Triana es increíble, está deseando de comérselo enterito.
- No comer jamón durante nueve meses ha valido la pena - asegura mirado a nuestras pequeñas. - Me he enamorado de ella.
- Yo si que estoy enamorado de ti y de ellas. Mi reina y mis princesas.
- Gracias por hacerme tan feliz, amor.
- Vosotras sois mi felicidad y siempre lo vais a ser, eso lo tengo muy claro.
Tengo una familia, un hogar y el trabajo que siempre soñé. Ya no puedo pedir más, porque mi corazón rebosa de felicidad. Y espero que por el resto de mi vida.
@pablogavi y @trianarodriguez
@pablogavi y @trianarodriguez : bienvenidas al mundo princesas, Aitana Páez Rodríguez y Mara Páez Rodríguez 🧡
@pedri : soy tiooooo 😭
@nico14 : me he enamorado 😍
@siramartinezc : que cositas 🤧🤧🤧
@ferrantorres : decidme que soy el padrino 🙏🏼
@ericgm3 : me muero💘
@almasanchez : las bebés de la tía Alma💞
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