Capitulo 6
<<El Señor todopoderoso dice: «Yo vendré a juzgarlos a ustedes. Y al mismo tiempo seré testigo contra los que practican la magia, los que cometen adulterio, los que juran en falso, los que oprimen a los trabajadores, a las viudas y a los extranjeros y los que me faltan al respeto.>>
Malaquías 3: 6
Después de recoger el móvil, salió pensativo de la estación de policía, se montó al carro, y empezó a manejar rumbo a la salida del pueblo, cuando estaba saliendo algo le llamó la atención, dos jóvenes con los uniformes del colegio sentados al pie de un árbol, bajo la velocidad y reconoció a uno de los dos, cuando llegó al frente de ellos, bajo la ventana y freno el carro.
—Maximiliano!.
El aludido al sentir el grito, se sentó y vio hacia un carro negro con vidrios polarizados, al ver la cara que se asomaba desde la ventana volteó a mirar a su amigo, quien entendió que se tenía que ir.
—Max, yo me voy, que... —el otro joven no puedo terminar cuando el mayor hablo para los dos.
—No se preocupe, vamos, los llevo a los dos a comer, tengo que hablar con Maximiliano y me sirve que usted está con él —desactivo el seguro del carro y los dos jóvenes subieron, Max en la parte de adelante y Cristian de forma tímida en la parte trasera.
El ambiente era incómodo, tanto para los dos menores como para el mayor, tenía mil preguntas que hacer así que empezaría lo antes posible.
—Maximiliano necesito saber por qué el hijo del alcalde te quito el celular? —pregunto el mayor sin quitar la vista de la autopista.
—Y-yo no se, estábamos en clase y me lo quito —dijo el aludido con remos sin verlo a la cara.
—Padre, si me deja hablar por favor? —hablo desde el asiento trasero el otro menor.
—Claro, a ver si usted si me puede explicar cuál es el odio del muchacho hacia Maximiliano —dijo el mayor, viendo por el espejo retrovisor al menor.
—Padre, ellos eran los mejores amigos, no se porque empezó el odio de Fernando hacia Max, pero si le puedo explicar lo que estaba pasando antes de que le quitará el celular —dijo mientras veía como paraban en una lugar de comidas rápidas en la vía.
—Cris, por favor yo sí puedo hablar solo que no quiero que sepas nada José —volteo a ver al mayor con miedo.
—Hablemos después de pedir la comida, pero quiero la verdad —dijo cuando llegó el turno de hacer el pedido.
Después de haber pedido y recogido la comida el auto se sumió en un silencio incómodo, solo se oía el ruido lejano de la radio a bajo volumen y la respiración de los ocupantes del mismo.
—Jose, solo te pido que confíes en mí —dijo el menor de los tres y tomó aire hasta que vio como el aludido asentía —tu sabes que soy hijo único, también que soy de una familia extremadamente pobre, antes de que yo naciera, mi mamá hacia parte de las familias más adineradas de las región, hasta que se casó y mis abuelos le quitaron todo el apoyo, mi papá trabaja como peón en una de las fincas cercanas a este pueblo, obviamente como es conocido el papá de Fernando es un terrateniente muy importante, por lo mismo el conocía y conoce a la familia de mi mamá, solo que entre las dos familias siempre hubo un problema de tierras y este al ver que podía sacar ganancia de esto saco a mi papá del trabajo y le hizo mala fama con los terratenientes cercanos, cuando yo nací, las cosas en vez de mejorar empeoraron y mi papá solo trabajaba en lo que le salía, a medida que crecía las cosas fueron empeorando, no teníamos para comer, vivíamos prácticamente de lo que la gente que contrataba a mi mamá le regalaba, hasta que un día todo se fue a la mierda prácticamente —se quedó cayado y vio la comida, antes de limpiarse una lágrima que caía por su mejilla —un día saliendo del colegio llegue y vi como mi papá abusaba de mi mamá, salí corriendo a refugiarme en donde siempre lo hacía, ese día no llegue a mi casa y cuando me di cuenta me había perdido del camino, así que empecé a buscar el camino de nuevo a casa, llegue a una hacienda y encontré a Fernando y su papá, cuando quise salir de allí ellos no lo permitieron y por venganza a mi mamá y su familia abusaron sexualmente de mi, nunca dije nada a mi mamá y menos a mis amigos, bueno nunca le dije nada a Cris, pero desde entonces Fernando y Eduardo se encargan de hacerme la vida imposible —volteo a mirar al mayor y bajo la mirada.
—E-eso explica todo —dijo Cristian desde atrás.
—Max, que dirías de irte de aquí y cambiar de mundo?, no se irte lo que falta para el seminario o para la diócesis? —preguntó el mayor algo atónito a lo que había oído.
—Y-yo no se que hacer, porque no quiero dejar a mis papás solos aquí —volteo a ver al mayor y paso saliva.
—Eso es lo de menos, a ellos se pueden acomodar en un pueblo cercano o incluso en la capital —le puso una mano en el mentón sin importar el otro joven y le besó en los labios —lo importante es que salgas de aquí cuanto antes.
Después de hablar se hizo un silencio incómodo entre los ocupantes del carro, así que se dispusieron a comer y tratar de procesar lo que acaban de hablar.
—Max, lo que dice el padre es verdad, por tu bien y el de tu familia es mejor que te vayas de aquí —dijo Cristian cuando vio que era prudente hablar.
—Mira lo que dice tu amigo, no te irías tan lejos, además de irte a tener más comodidades, tal vez hasta yo pueda hablar con tu familia —vio al menor a su lado y levantó los hombros.
—Esta bien, pero dame dos semanas y te dijo en que podemos quedar, está bien? —pregunto el menor viéndolo a los ojos y cuando vio que el otro asintió le dio un vasto beso en los labios.
El tercer ocupante del vehículo solo atino a bajar la mirada y no prestar atención a lo que pasaba entre esos dos.
Después de comer y que José le diera una fuerte cantidad de dinero a Max para su "manutención" de esa semana en el colegio, los dejo donde los había recogido y se despidió del pueblo, cuando estaban solos los dos jóvenes Cristian hablo.
—De verdad es el mismo obispo que conocemos?
—Si —dijo viendo hacia la carretera por donde había desaparecido el auto.
—Vamos a mi casa y así podemos pensar —le paso el brazo por los hombros y empezaron a caminar con rumbo al pueblo.
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