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Capitulo 6

Lilith llegó al salón justo a las cinco de la tarde. El salón estaba ubicado cerca del despacho de la directora McGonagall, permitiéndoles así tener una mayor privacidad. Era espacioso y con una gran chimenea, con un largo escritorio, un pizarrón, una mesa con cuatro asientos, estantes llenos de libros, calderos y especias, entre otras cosas. 

Dejó su bolso sobre la mesa y se sentó con el ceño fruncido. Miró el reloj, aún eran las cinco en punto pero no había rastro alguno de Fred Weasley. ¿Acaso no llegaría? ¿Vendría tarde? Lilith detestaba la impuntualidad.

De repente, la chimenea ardió en llamas verdes y Fred Weasley apareció sacudiendo su saco. Lilith recordaba vagamente como aquel par de gemelos durante sus años en Hogwarts siempre vestían en tonos otoñales, con suéteres y gorros hechos a mano por su madre, ropa de segunda o tercera mano, jeans deslavados y tenis. Actualmente seguían conservando los tonos otoñales en sus vestimentas, pero nadie que los conociera recién creería que carecieron de dinero cuando vestían aquellos trajes tan caros.

—Hola, hermosa Lils.—saludó Fred animadamente, sentándose frente a ella.

—Dos cosas. La primera, deja de llamarme hermosa Lils y la segunda, ¿tienes permiso de aparecerte en la chimenea?—pregunto Lilith cruzada de brazos.

—Sip. McGonagall la conecto al despacho de Sortilegios Weasley, así no me paseo por Hogwarts y llego a tiempo contigo, hermosa Lils.—respondió Fred con una sonrisa, ignorando lo primero que dijo.

Lilith rodó los ojos y suspiro. Sabía que no valía la pena discutir con el, por lo que se levanto de la mesa y se acerco al pizarrón.

—Bien, hoy estudiaremos Transformaciones y Pociones, empezaremos con Transformaciones. 

Fred alzó la mano.

—¿Si?

—Mi hermosa profesora Lils, ¿puedo sentarme en el escritorio para estar más cerca?—pregunto con una sonrisa.

—No. Cállate y anota.

Las siguientes dos horas, Lilith se dedico a explicarle sobre un solo tema tanto de Transformaciones como de Pociones. Sorprendentemente, Fred no la interrumpió en ningún momento y si que le prestaba mucha atención. 

Cuando inició la tercer hora, Lilith decidió que era momento de que Fred hiciera unos ejercicios solo y quedo gratamente sorprendida cuando al cabo de veinte minutos, Fred le entrego las cinco hojas de ejercicios completamente contestadas...y correctas.

—¿Has hecho algún tipo de trampa?—pregunto Lilith sorprendida.

—Para nada, solo que se me dan bien estas materias en especifico.—aseguro con una sonrisa.

Pero no era verdad.

Durante la siguiente semana, Lilith estuvo dándole clases a Fred de todas las materias a las cuales presentaría EXTASIS y la joven casi se desmaya al notar que el chico sacaba notas perfectas. En realidad, Fred Weasley fácilmente podía vencerlas a ella y Hermione en las calificaciones.

El lunes siguiente, dispuesta a descubrir porque Fred Weasley había decidido tomar tutorías en lugar de simplemente presentarse a los exámenes, Lilith lo espero pacientemente en el salón a que llegara. Ella tenía dos teorías: la primera era que el chico desconocía su potencial en clases, la segunda es que McGonagall dudaba de las capacidades de Fred Weasley y ella lo había instado a tomar las tutorías.

La chimenea ardió en llamas verdes y Fred apareció con una caja entre sus manos y el viejo morral que le hizo su madre para llevar sus cuadernos cuando aún iba a Hogwarts. Se sentó frente a Lilith en la mesa, le sonrió y extendió el paquete.

—Hola, hermosa Lils.

—Buen día, Weasley. ¿Qué es esto?—pregunto Lilith arqueando una ceja y tomando la caja.

—Mi madre se entero que estoy viniendo a Hogwarts a tutorías contigo así que te envió una caja con comida, dice que estas muy flacucha.—respondió Fred al mismo tiempo que Lilith abría la caja y se encontraba un un hermoso pastel de fresas y unos buñuelos con azúcar.

—Eh...gracias.—dijo Lilith cerrando la caja y poniéndola a un lado.—Weasley, ¿puedo preguntarte algo?

—Si, si soy soltero y si, si quiero casarme contigo.

—Weasley.—lo miro con el ceño fruncido y el rio.

—Relájate, Lils.—sonrió Fred.—pregúntame lo que quieras.

—¿Porqué has pedido las tutorías si eres muy bueno en todas las materias?

—Yo nunca dije que solicite las tutorías, dije que solicite presentar mis EXTASIS. McGonagall fue quien decidió que sería bueno que estudiara diario.—Fred le guiño un ojo.

—De acuerdo.—lo acepto Lilith.—En ese caso, continuemos con el estudio.

—Cómo usted ordene, jefa.

Las siguientes dos horas consistieron en estudiar sobre la Historia de la Magia, más específicamente sobre Emeric El Malvado y La Alquimia de la Época Medieval. En realidad, si el profesor Binns no diera una clase tan aburrida, Fred admitía que sería de sus materias favoritas ya que Lilith lo explicaba de una manera sencilla, agradable y hasta entretenida. 

—¿Qué es eso?—pregunto Fred de pronto, tomando una bolsa negra de plástico que sobresalía del bolso de Lilith.

—¡No toques!—Lilith le dio un manotazo.

—¡Auch! Solo quiero saber que es—se sobó la mano haciendo un puchero.

—Son las bragas que pusieron el día de hoy.—respondió Lilith con una mueca.—Hermione cree que quizá tengan rastros de magia negra o algo por el estilo así que me pidió que las revisara.

—Mmmm...¿De quien son?

—Daphne Greengrasss.

—¿Atacan más a las chicas de Slytherin?

—No en realidad. Iniciaron con una chica de Hufflepuff pero van pasando de una en una, Hufflepuff, Ravenclaw, Gryffindor, Slytherin y nuevamente se repite.—negó con la cabeza y suspiro.—Es un verdadero dolor de cabeza, ya me tiene harta todo esto. 

—Mmm...¿y si te digo que puedo descubrir quien es?

Lilith levanto el rostro y lo miro con desconfianza. Se cruzo de brazos al mismo tiempo en que Fred la imitaba, solo que mientras ella estaba seria, el sonreía divertido.

—Imposible. Hemos utilizado el mapa del merodeador incluso para verificar quien se acerca a esa área y nunca lo hemos descubierto, ¿Cómo se supone que tú, alguien que ni siquiera estudia actualmente aquí, sepa quien es?

—Eso, mi querida y hermosa Lils, es porque soy especial.

Lilith alzo una ceja.

—Y porque conozco hasta los secretos más oscuros de la mayoría de los alumnos de Hogwarts.—admitió encogiéndose de hombros.

—¿Y porque no nos has dicho nada?—pregunto molesta.

—Ustedes parecían muy entretenidas jugando a los detectives.—admitió Fred.—pero prometo decirte quien creo que es...si me das algo a cambio.—ofreció.

—¿Qué cosa?—pregunto Lilith entrecerrando los ojos con desconfianza.

—Me acompañaras en la próxima salida a Hogsmeade a una pequeña aventura.

—¿Eh?—lo miro confundida y el asintió.—De acuerdo, pero si resulta que estas equivocado, hare que quien te de clases el resto del ciclo sea Hermione y créeme que ella no te perdonara el que comas durante las tutorías.

—Trato hecho.

Fred extendió su mano para sellar el trato, Lilith lo miro con cierta desconfianza pero al final la estrecho. Por alguna razón, el contacto de su mano con la de Fred Weasley no le provoco incomodidad o nerviosismo, sino una profunda calma.

—Bien, veamos.—dijo Fred.— Primero que nada, debemos exceptuar a los Slytherin. Estan en la cuerda floja y no se atreverán a hacer nada malo desde lo de la guerra. Segundo, la primera chica atacada fue una Hufflepuff, lo que nos indica que el alumno debe ser un Hufflepuff.

—¿En que te basas?

—En el hecho de que el no podía estar seguro de que plan saldría bien, así que no se arriesgaría a intentarlo con alguien de una sala común externa, es más fácil con alguien a su alcance.—respondió y Lilith asintió— Tercero, es un hombre. Por mucho que una chica este enojada con otra, no se desquitaría con media población femenina de Hogwarts. 

—Aja...

—Cuarto. Es un ególatra y egoísta. Tiene mucho amor por su propia persona, no le gusta pensar en los demás, no encaja con el estereotipo de su casa, y probablemente hoy en día no sea muy popular desde lo que paso en la batalla de Hogwarts, así que prefirió crear un nuevo problema que lo alejara de los comentarios hacia su persona. 

—Al grano, Weasley.—pidió Lilith.

—Zacharias Smith.

—¿Qué?—lo miro sorprendida.—Pero...¿seguro?

—Sin duda, el chico no tiene buena reputación despues de que en la batalla de Hogwarts abandonara a sus amigos y empujara a muchos menores para escapar el solo. Siente mucha irritación y odio, principalmente hacia las chicas, nunca fue muy popular con ellas. Su mejor plan era hacer esta tontería para así dejaran de fastidiarlo y solo se fueran contra el desconocido.

Durante unos minutos, Lilith no dijo nada, sopesando la teoría de Fred y dándose cuenta que, en realidad, si tenía mucho sentido. Se levanto de golpe, tomo su bolso, se acerco a la poción que hicieron el viernes pasado, llevándosela, y lo miro.

—Acabamos antes la clase, te veo mañana, Weasley.

—Suerte atrapando al asalta bragas.—le guiño un ojos.

Salió del salón a toda prisa y emprendió camino al Gran Comedor. Apenas estaban sirviendo algunos platillos, pero ya muchos alumnos se encontraban sentados. Se dirigió a la mesa de Slytherin, no sin antes revisar la mesa de Hufflepuff visualmente y darse cuenta que el chico no estaba ahí.

Permaneció en la esquina de la mesa de su casa, en silencio. Observando fijamente la entrada del Gran Comedor, esperando a que Zacharias Smith apareciera. Conforme iban llegando más alumnos, los Slytherin veían raro su comportamiento y sus dos amigas Gryffindor la miraron confundidas desde su propia mesa. 

En el momento en que Zacharias Smith aparecía riendose de un chiste con uno de sus amigos, Lilith se levanto de golpe en su asiento, alzo su varita y dijo:

—¡Incarcerous!

—¡Señorita Nott!—exclamo la directora.

Lilith ignoró las miradas y cuchicheos de todos, empujo a los amigos de Zacharias Smith al mismo tiempo en que Ginny y Hermione se acercaban a ella. Tomó la poción y obligo a Zacharias a beberla.

—¿Eres tú quien ha estado robando las bragas de las chicas?—cuestionó Lilith en voz alta, siendo apuntada por los amigos del chico.

—Si.—confesó molesto.

—¿Cómo...?—Hermione la miro asombrada y Lilith levanto la poción.—Veritaserum, ya veo.

Y mientras las chicas intentaban acercarse para golpear al chico, la directora McGonagall se acerco junto a la profesora Sprout para llevarse al chico.

Lilith solo pudo pensar en que ahora le debía una salida a Fred Weasley.






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