Capitulo 4
Durante la tercera semana de octubre, más de la mitad de las chicas de Hogwarts (al menos las que tenían entre quince y dieciocho años) habían sido expuestas en lo alto de las puertas del Gran Comedor. Atrapar al chico era prácticamente imposible, pues aunque Lilith y Hermione habían hecho guardia en el lugar por la noche, o las dos terminaban dormidas o nunca se aparecía pero si que aparecían las bragas en cuestión de minutos.
—Voy a asesinar a alguien.—masculllo Ginny con irritación.
—No me tienes, Gin. Que ganas no me faltan. Ha sido un asco de ciclo escolar.—se quejo Hermione con cierta tristeza, ya que ella esperaba recursar su último año y poder llevárselo tranquilamente con sus amigos.
—Ya cállense.—dijo Lilith irritada.—suficiente tengo con sus quejas en la sala común. Yo también estoy bastante fastidiada, pero quejarnos no nos ayudará.
La directora McGonagall les había metido mucha presión a Hermione y Lilith con el tema de las humillantes exposiciones diarias, pero en verdad que habían intentado de todo. El plan de Lilith había sido bueno, coloco orejas extensibles a lo largo del pasillo y en cuanto alguien sospechoso pasara lo harían comer un caramelo de la verdad. El polvo peruano era por puro placer de Lilith. A pesar de lo bueno de su plan, no habían conseguido dar con el culpable por más que estuvieron una semana entera haciendolo.
—¡Chicas! ¡Chicas!
Las tres voltearon. Neville Longbottom se dirigía a ellas corriendo, se detuvo agitado y señalo hacía el otro extremo del pasillo, donde se podía ver una gran conglomeración de alumnos.
—Astoria Greengrass esta fastidiando a unos Hufflepuff de segundo.—notifico Neville con la voz agitada.
—Oh, eso si que no.—dijo Hermione con el ceño fruncido.—Gracias por avisarnos, Neville.—agradeció emprendiendo camino hacia ellos con paso furioso y marcado.
—Adiós, chicas.—se despidió con una sonrisa y se fue, conocedor de que ya no tenía que preocuparse.
—¿No vienes, Lilith?—pregunto Ginny al ver que la chica se quedaba quieta.
—Ire pronto, adelántate.—dijo Lilith y Ginny asintió, siguiendo a Hermione.
Lilith no era tonta, jamás podrían tacharla de ello. Si llegaba al tumulto de alumnos junto a Hermione Granger, dispuesta a regañar a los Slytherin y bajarles puntos, estos no iban a perdonárselo por nada del mundo. Ella bien podría ignorarlos, despues de todo, eso es lo que llevaba haciendo desde hace casi dos meses cuando inicio Hogwarts, sin embargo, no era eso lo que le preocupaba. No. Le preocupaba lo vengativos que eran los Slytherin y lo que llegarían hacerle a ella o a Hermione y Ginny si los hacía enojar.
No era cobarde, en lo absoluto. Ella podría enfrentarse a todos los Slytherin juntos sin problemas y salir victoriosa del combate, pero simplemente no quería problemas.
Despues de lo que considero era un tiempo razonable, emprendió camino para reunirse con Hermione y Ginny. Conforme se fue acercando más, notó que había alumnos de todas las casas y que en medio del conflicto estaban dos niñas de la casa Hufflepuff de segundo año, ambas despeinadas y llorosas. Delante de ellas estaba Hannah Abott con las manos en la cintura, molesta, encarando a Astoria Greengrass, que se abrazaba a Draco y miraba furiosa a Hermione.
—¡30 PUNTOS MENOS PARA SLYTHERIN!—sentenció Hermione furiosa y los miembros de la casa de Slytherin se quejaron.
—Debí esperar más de quince minutos.—pensó Lilith con pesar, colocándose junto a Hermione y mirando con indiferencia a las niñas.
—¡¿Qué?! ¡No puedes hacer eso!—exclamo Pansy Parkinson indignada.
—¡Lilith! ¡Dile algo!—exclamo esta vez Astoria, haciendo un puchero y señalando a Hermione.
Lilith enarco una ceja, la miro con desdén y dijo con voz extremadamente fría:—¿Qué te hace creer, idiota, que somos amigas como para que me llames Lilith y me exijas cosas?
La frialdad y asco en las palabras de Lilith causo que todos guardaran silencio. Nunca se había visto más odio, asco y frialdad en una sola mirada y mucho menos en una mirada de Lilith, quien siempre mostraba una fachada indiferente.
—Lilith...por favor.—intervino Draco Malfoy dando un paso al frente y Lilith rodó los ojos con fastidio.
—A ti tampoco te hago caso.
De pronto, una de las niñas pequeñas de Hufflepuff empezó a llorar y tanto Hannah Abott como Ginny, intentaron consolarla. Hermione y Lilith compartieron una mirada furtiva, intuyendo que quizá aún no llegaban al fondo del tema.
—¿Qué es lo que ha pasado?—cuestionó Lilith cruzándose de brazos.—Y quiero absolutamente toda la verdad.
—La chica Greengrass empezó a fastidiar de pronto a esta niña.—hablo Hannah Abott señalando a la niña que lloraba—le arrebato su mochila y se la lanzo a la cabeza. Su amiga la defendió, se jalonearon y fue cuando yo llegue.
—¡Estan bien justificados los 30 puntos que le quite!—exclamo Hermione molesta.
—¿Porqué lloras?—pregunto Lilith a la niña.
—Lilith, ¿cómo le preguntas eso? Pues porque va a ser—dijo Ginny con las manos en la cadera.
Pero Hermione comprendió a lo que Lilith se refería. Debía haber una razón por la cual Astoria Greengrass había comenzado a atacar a la pobre niña. Una razón fuerte para que la niña llorara y que su amiga se lanzará a jalonear a Astoria. Hermione se acerco a la niña y se agacho hasta su altura.
—¿Por qué lloras, pequeña?—pregunto Hermione con voz tierna.—¿Por qué te ataco esa loca?
—¡No me llames así, Granger!—grito Astoria.
—¡ME LLAMO SANGRE SUCIA!—grito la niña de pronto, rompiendo a llorar furiosamente.
Lilith escucho a Draco maldecir por lo bajo, en realidad, ella misma estaba molesta. Astoria Greengrass sabía perfectamente que por más que aún creyeran en la supremacía de la sangre, no debían exteriorizarlo. La situación no estaba para eso y especialmente los Slytherin estaban en la cuerda floja aquellos días.
—Me retracto.—dijo Hermione en voz alta con el rostro oscurecido.—No le quitare a Slytherin esos 30 puntos...¡SON 100 PUNTOS MENOS PARA SLYTHERIN Y ESTAS CASTIGADA!
—¡¿QUÉ?!—grito Astoria.
—Bien, todo decidido.—sentenció Lilith.— No hay nada que ver aquí. Todos vuelven a sus clases, Abott, acompaña a las niñas a la enfermería.
—¡Eres una traidora!—exclamo Astoria con furia.
—Será mejor que cierres la boca, Greengrass.—siseo fríamente encarándola, plantándose a escasos centímetros de su rostro y haciendo que la chica empalideciera.—Porque si quieres empezar a discutir conmigo, la que saldrá perdiendo eres tu y a diferencia de Granger yo no voy a quitarte puntos, simplemente romperé tu cara.
El conflicto de aquella mañana llego a los oídos de cada estudiante de Hogwarts, causando que si los Slytherin recibían de por si miradas de odio, gracias a las acciones de Astoria ahora eran casi vistos como parías. Aún así, Lilith no le importo eso y siguió sentándose a comer en la soledad de la esquina de su mesa.
Durante la cena, Lilith regresaba de haber concretado con la directora el castigo de Astoria Greengrass, que consistiría en tres meses castigada limpiando el salón de Transformaciones al estilo muggle y el área de trofeos también.
Al sentarse a cenar, compartió una mirada furtiva con Hermione y Ginny, quienes comían en la mesa de Gryffindor. A pesar de que ambas chicas le habían pedido que por favor comiera con ellas, Lilith se había negado.
De repente, alguien tomo asiento a su lado. Lilith, quien siempre comía leyendo un libro, levanto la mirada de su lectura y miro con indiferencia a la persona sentada a su lado.
—Todavía no es navidad, ¿Por qué me hablas?—pregunto Lilith volviendo a su lectura.
—¿Necesito que sea una época de celebración para hablar con mi hermana?—pregunto Theodore.
—Déjate de rodeos y dime que quieres.—espetó Lilith con frialdad.
—Nuestro rey no esta feliz.—dijo Theodore haciendo referencia a Draco.— y tampoco los demás, a decir verdad. Creen que te has vuelto una de ellos.—señalo discretamente con la cabeza a la mesa de Gryffindor.
—Granger fue encargada de castigar a los Slytherin, yo estoy a cargo de los Gryffindor.—respondió Lilith a su pregunta no realizada.
—Ah, eso lo explica. Bien, me voy. ¿No vienes?—pregunto con un pie fuera de la banca.—Blaise te extraña.
—Blaise extraña que le haga la tarea de pociones. —replico Lilith y añadió—Son tus amigos, no los míos.
—Fueron tus amigos muchos años.—replicó Theodore.
—No.—dijo Lilith levantando la vista de su lectura otra vez.—siempre fueron los amigos de mi novio y hermano, tenían que tolerarme. Ya eso no es necesario y yo también estoy harta de fingir que los tolero.—afirmó con frialdad.—ahora, si me disculpas, se me ha quitado el hambre.
Dicho esto, ante la atenta mirada de todo el Gran Comedor (pues era raro ver que los hermanos Nott se hablaran), Lilith salió de ahí leyendo su libro y deseando furiosamente que llegara el día de mañana.
Al menos así podría ir a Hogsmeade para la segunda visita al pueblo y comprarse muchos chocolates.
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Oigan, no saben lo difícil que es estar escribiendo varias historias y olvidar quien es la prota de esta JAJAJA, me paso hace rato:( estuve como tres veces a punto de escribir "Harriet" o "Arte" en lugar de "Lilith" jajaja
¿Cómo les va pareciendo la historia?
¡Los amo! ¡Los estaré leyendo!
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