Capitulo 15
—¡Vamos a morir! ¡Ella va a asesinarte y despues me meterá a trabajar a un prostíbulo porque sabe que un convento hasta me gustaría por sus libros!—exclamaba Lilith.
—Claro que no vamos a morir, ¡mira!—sonrió y le guiño un ojo haciendo una pose, vistiendo una túnica muy antigua y alzando una copa de cristal
Sin embargo, al moverse para realizar su ridícula pose, rompió la copa contra un estante y piso el dobladillo de la túnica, rasgando por completo la tela. Lilith dejó caer su cabeza contra la mesa y Fred hizo una mueca de vergüenza.
Al parecer, Madame Zabini había sido lo más parecido a una madre para los mellizos Nott, les había educado, acobijado, vestido y, muy a su manera, amado. Ambos mellizos respetaban demasiado a esa mujer y prácticamente para ellos su palabra era ley.
Durante todo el mes de febrero, Lilith tuvo la esperanza de que Draco no le hubiera dicho nada a Madame Zabini sobre su relación con Fred, y su esperanza se acentuaba conforme pasaban los días y no sucedía nada...pero ese deseo pereció en cuanto, durante los primeros días de marzo, recibió una carta de Madame Zabini misma, citándola a ella y a Fred en su mansión para comer durante la segunda salida a Hogsmeade del cuatrimestre.
—Fred, no quiero cambiarte ni que finjas ser alguien que no eres.—le había dicho en su momento, Lilith.—¡pero por merlín, al menos usa de sus túnicas favoritas o te acusara de ser un trasgresor de la moda y no sabes lo que le hizo al último de sus pretendientes que uso una corbata anaranjada!
Fred miró con tristeza a su novia. Ella le había afirmado que, incluso si Madame Zabini se oponía a su relación, ella no rompería con él, pero tampoco quería que Madame Zabini tuviera una pésima opinión de ambos, pues si alguien sabía asesinar a alguien sin dejar pruebas, esa era Madame Zabini.
—Cariño, no quiero sonar...indiferente...pero creo que estas haciendo una tormenta en un vaso con agua.—dijo Fred.
—No lo entiendes.—murmuro Lilith contra la mesa.
—Entonces explícamelo.—dijo sentándose a su lado.
—Ya te lo dije.—levanto el rostro y suspiro.— Escucha, no tuve padres como los tuyos. Mi padre me detestaba, igual a Theo pero a el un poco menos. Nuestra madre murio despues del parto y ni siquiera tenemos una foto de ella. Conocimos a Madame Zabini el primer año en Hogwarts cuando Theo se hizo amigo de Blaise y ella...ella decía que nosotros éramos hermosos.
»En un principio solo fuimos algo así como unos pequeños muñecos para ella, muñecos que podía vestir y decorar como ella deseara. Madame Zabini no es una mujer amorosa, en realidad, creo que ningún sangre pura aristócrata, a excepción de Narcisa Malfoy, es amoroso con sus hijos o con alguien en general. Ni Theo ni yo esperábamos algo tan...asombroso, como el cariño de parte de Madame Zabini...creímos que siempre seríamos sus muñecos favoritos hasta que se cansara. Pero no fue así.
»En el verano de mi tercer año, estábamos todos en Malfoy Manor y mi padre intento golpearme. Madame Zabini le lanzó un crucio, lo ataco, prácticamente casi lo asesina y lo amenazo con que si volvía a tocar a...a uno de sus hijos, lo mataría.
»Siempre pensamos que solo éramos una novedad momentánea para ella.—sonrió con cariño—pero Madame Zabini ya nos adoraba desde el momento en que Theo se hizo amigo de Blaise. Madame Zabini me protegió, nos protegió, durante mucho tiempo y los Slytherin solemos ser agradecidos. Madame Zabini tiene todo el respeto de parte de nosotros.
»Nosotros no tuvimos una madre y ella es lo más parecido a ello. Fue ella quien me consoló cuando Draco me traicionó y fue ella quien me ayudo poco a poco a superarlo. Lo repito, no quiero que finjas ser alguien que no eres...solo quiero que, durante la comida en su hogar, puedas comportarte lo más aristócrata posible para que ella no te fastidie o quiera matarte.
Se quedaron en silencio durante unos segundos, Lilith mirando la pared y Fred su regazo. Así hasta que Fred decidió abrazarla cálidamente y besó su frente.
—Todo saldrá bien, te lo prometo, hermosa Lils.—aseguro con calidez.
Los siguientes días, Lilith decidió no estresar más a Fred con las clases de etiqueta y se enfocaron más en sus tutorías y este intento distraerla contándole como George le pidió matrimonio a Angelina con una dona de azúcar y como la pobre casi se ahogaba con el anillo.
El próximo matrimonio de uno de los gemelos tenía muy feliz tanto al otro gemelo, como a Ginny y todos los Weasley. Incluso Lilith había sido contagiada con aquella alegría, por lo que cuando llego la segunda salida a Hogsmeade, Lilith se sentía nerviosa, pero al mismo tiempo tenía el presentimiento de que todo saldría bien.
—Aún estas a tiempo de detener todo esto, hermanita.—dijo Theodore llegando hasta su lado, caminando por los terrenos de Hogwarts rumbo a Hogsmeade.
—Pensé que eras neutral en esta batalla entre Draco y yo, hermanito.—dijo Lilith en el mismo tono.
—Naturalmente sí, pero admito que enterarme que mi melliza tiene una nueva pareja y que este es nada más que una de las fotocopias Weasley, bueno, hace que cualquiera se entrometa un poco en el tema.
—¿Estas molesto por mi noviazgo con Fred?—pregunto mirándolo de reojo.
—No realmente.—admitió Theodore lanzándole una mirada furtiva.—Admito que no me agradan los Weasley y que pensar en que mis sobrinos serán pelirrojos con pecas me causa dolor de cabeza, pero es tu vida, tu vagina y tu problema.
—Gracias.—dijo Lilith, quien aunque no necesitaba aprobación de su hermano, apreciaba que este no se opusiera. Así tenía un problema menos.
—Draco esta muy seguro de que esta comida saldrá mal.
—Sí, bueno, Draco también pensaba que podía montar un hipogrifo así como así. No es que sea el más vivo de entre tus amigos.—ironizó Lilith y su hermano sonrió de lado.
—Punto a tu favor.—dijo Theodore en cuanto llegaron a Hogsmeade y vieron a Fred, que miro con el ceño fruncido al hermano de su novia.—saluda a Madame Zabini de mi parte, dile que ire a verla en las vacaciones.
—Hecho.—dijo Lilith y sin despedirse, ambos hermanos se separaron.
—¿Qué hacías con Theodore? ¿Te molesto? ¿Te dijo algo?—pregunto Fred con el ceño fruncido.
—Solo me pidió que le diera sus saludos a Madame Zabini.—respondió encogiéndose de hombros.—¿Porqué?
—Es amigo de Malfoy, creí que te estaría diciendo alguna idiotez.—dijo con sorna.—¿Lista?
—No, pero a mal paso darle prisa.
La pareja se tomo de las manos y Lilith los apareció en un precioso saloncito de estilo clásico italino con sillones en tonos ocre y beige con decoraciones en dorado que Fred temió preguntar si se trataba de oro de verdad.
—Mia figlia! Quanto tempo senza vederti! (hija mía! cuanto tiempo sin verte!)
Madame Zabini, una mujer sumamente atractiva, con sinuosas caderas y una atrayente piel morena, descendió de las escaleras ondeando sedoso cabello azabache y se acercó con una enorme sonrisa a besar las mejillas de Lilith.
—Madame Zabini, è passato tanto tempo, mio fratello vi saluta. Sei bella e giovane come sempre (Madame Zabini, ha pasado mucho tiempo, mi hermano le envía saludos. Esta usted tan hermosa y joven como siempre)—saludó Lilith con una sonrisa.
—Adorabile come sempre, mia cara Lilith. Dolce, bella e affascinante. Meraviglioso! (Adorable como siempre, mi querida Lilith. Dulce, bella y encantadora, ¡Maravillosa!)—exclamó dando un aplauso.
De repente, Madame Zabini reparo en la persona a lado de su hija política. La sonrisa desapareció de su rostro y se enderezo mirando con ojos entornados a Fred, quien sonrió amablemente.
—Vedo che i pettegolezzi di Draco erano veri, esci con una donnola rossa lentigginosa (Veo que los chismes de Draco eran verdad, sales con una comadreja roja y pecosa)—dijo con frialdad.
—¿Qué dijo?—pregunto Fred confundido.
—Que mucho gusto.—mintió sonriendo nerviosa.
—¡Un placer!—exclamo Fred extendiendo su mano y Madame Zabini se dio la vuelta, golpeando a Fred en la cara con su largo cabello.
—Seguimi in sala da pranzo, dobbiamo parlare (Síganme al comedor, tenemos que hablar)
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