Capítulo 3 - IT'S BEGINNING TO LOOK A LOT LIKE CHRISTMAS
WINTER
Este año lo iba a pasar en casa disfrutando de mis clásicos navideños favoritos como el diario de Bridget Jones, mientras me sumergía en una enorme taza de chocolate caliente y una muy buena cantidad de whisky. Pero no, a diferencia de mi perfecta navidad en casa con mi íntimo amigo Jack Daniels, con el cual he pasado maravillosos momentos, estoy en un avión, en clase ejecutiva, con el sujeto más odioso del maldito planeta.
¿Qué posibilidades hay de que el avión se estrelle?
Sus ojos verdes chocan con los míos y ruedo los míos por instinto.
—Hola a ti también —dice entre risitas.
Claro, para él esto debe ser el día más divertido de su vida, para mí es el peor día de la vida. No digo nada simplemente señalo mis audífonos que no están encendidos... y que claro, acabo de dar señales de que lo he escuchado.
El rubor me trepa por las mejillas e ignoro su estúpida risa cuando se acomoda a mi lado. Don malditamente perfecto. Lleva un estúpido suéter azul cielo, odio que use ropa azul, hace que mi color preferido se convierta en el color que más odie.
—Toma —me pasa una pequeña bolsa navideña en tono rojo, la tomo sin ganas.
—¿Sobornándome? —entorno los ojos cuando veo la mullida y hermosa manta roja tejida.
—La había comprado para mi perro, pero no le gusto, igual y si das dos vueltas lo tomaré como un cumplido. —se ríe y quiero matarlo.
He tenido sueños preciosos en donde mis manos están alrededor de su cuello y yo le quito hasta la última gota de aliento. No es tan mal sueño, ojalá se pudiera hacer realidad.
Dejo caer la bolsa ignorándolo por completo, subo mis piernas al asiento dándole la espalda en su totalidad. Cierro mis ojos y los aprieto con fuerza concentrándome en mi único deseo.
—¿Qué haces? —pregunta entre risas.
—Pido un deseo —respondo en automático. Él sigue riendo.
—Déjame adivinar, ¿una nueva vida?, podrías comenzar.
Mi mano actúa más rápido que yo golpeando el estómago de Kethan.
—¡Deseo que este maldito avión se estrelle! —grito tan fuerte por la furia.
Los "ah" y "ohs" me advierten que hable lo suficientemente fuerte para que todos escucharan.
Kethan sonríe con todo y dientes.
—No, no, no es —intento explicar.
—¿Ahora eres terrorista? —me susurra Kethan—, a lo mejor en esa profesión si tengas éxito.
¿Lo puedo matar?
KETHAN
Se ha quedado dormida después de pelear imaginariamente conmigo y al parecer ganarle imaginariamente porque termino viendo con esos ojos llenos de desafío, se agotó, por fin.
Tiene mucha energía y por poco olvido que no ha dejado de ser una persona explosiva, que hace las cosas primero y luego se disculpa.
Saco la manta que dejo en el piso, la extiendo antes de colocarla sobre su cuerpo, es un desastre y siempre tiene frio, pero claro, su orgullo es mayor, claro, eso o que le llame perro. En mi defensa, es divertido molestarla.
Su boca se abre y comienza a balbucear, una sonrisa se me escapa al verla de ese modo, simplemente es una testaruda, una hermosa testaruda... viéndola de este modo puedo olvidar su traición, todo.
Odio la navidad, odio la nieve y estos días suelo pasarlos encerrado en la comodidad de mi casa ignorando lo que todos llaman como su fecha especial cuando en realidad solo es una mierda comercial que sirve para llenar los bolsillos de los ricos y empobrecer a los que no tienen. Una tontería si me lo preguntan.
Ah, y tampoco podemos dejar de lado las maravillosas cenas familiares en donde todos aparentan, hacen preguntas incomodas y las peleas siempre llenan el salón con sus gritos y de más. Si, claro, mágica navidad.
Si lo apuesto, Winter creció en una casa que adoraba la navidad, en una casita acogedora que le dio todo el amor y hasta más, es la única respuesta al porque ama tan desmedidamente la navidad cuando es un asco.
Me acerco un poco a ella cuando se descobija un poco más, vuelvo a jalar la cobija para que la cubra.
La música de sus auriculares me atrapa cuando estoy a punto de retirarme.
No podía esperar menos, las canciones navideñas suenan en lo alto de sus auriculares. ¿De verdad hay personas que lo escuchan por voluntad propia?
Carajo, empiezo a dudar de haber asistido a este viaje; la navidad, la nieve y los villancicos suena como a mi infierno personal.
Puedo asegurar que cuando me muera y vaya a purgar mis pecados, me van a recibir con la música navideña que no deja de resonar en los centros comerciales, en especial: "sleigh ride" de The Ronettes, eso y alguna película mala de baja calidad en donde todo sucede en navidad y se enamoran en tan solo días.
Patrañas.
Sigue siendo pura mercadotecnia.
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