Capítulo 16 - ONE MORE SLEEP
WINTER
Lo intuyo cuando caminamos de regreso por donde vinimos hasta la entrada de lo que es el centro comercial. Veo por el rabillo del ojo como Lyra y Kethan conversan de algo. Estoy segura de que todos sabemos de que trata esto.
Trago saliva cuando lo veo de pie en las puertas del centro comercial.
—¡Sorpresa! —grita Rob acercándose hasta donde estoy con los brazos abiertos.
No estoy del todo segura de como debo reaccionar, de que es lo que debo hacer. Las emociones abruman mi cabeza, los pensamientos, los recuerdos.
Pero mientras todo esto sucede, el pensamiento que más prevalece en mi cabeza es el de saber porque es que me siento más triste de lo normal y el porque el dolor en mi pecho se extiende, como si supiera que esto no está bien.
—Rob —digo por fin e intento sonreír—, creí que, dios, no tenía idea.
Mi madre es quien me corta apareciendo a nuestro lado.
—Esa es la cuestión de las sorpresas, Winter —se pone al lado de Rob quien me suelta para saludar a mi madre de beso en la mejilla—, pero no es todo.
—¿No es todo? —pregunto con un nudo en la garganta.
—Tu mamá y yo planeamos una pequeña boda, nuestra boda —anuncia Rob y el mundo se me cae encima.
No sonrío. Tardo en asimilar lo que me están diciendo.
¿Una boda?, ¿mi boda?...
—Pero ya —intento encontrarles un orden a mis palabras, aunque lo hago bastante mal, una risa nerviosa se me escapa—, pero ya tenemos una boda planeada —veo a Rob a los ojos.
—Lo sé, preciosa, pero cuando tu mamá me hablo y me dijo que este lugar es mágico para ti y que vendrías a un viaje de navidad con algunos de tus amigos, ambos pensamos que era la mejor idea, así la navidad y nuestro juramento de amor quedaran sellados el mismo día. —Rob sonríe con todo y dientes, de verdad parece ilusionado.
Mi garganta se seca, volteo hacia atrás para encontrarme con Kethan y su fría mirada al lado de Lyra que parece que se siente bastante culpable, me ve con una disculpa en los ojos.
¿Ella sabía?, no, no creo. Algo así me lo tendría que haber contado.
Vuelvo mi vista a Rob y a mi madre, sigo sin saber que decir, sin saber que hacer.
Quiero decir que necesitamos tiempo, que tenemos que esperar, pero las palabras no me salen, solo tengo un maldito balbuceo saliendo de mi boca.
Volteo mi mirada cuando una presencia pasa a mi lado, la observo como si quisiera detenerlo. Es Kethan quien se va, quien pasa al lado de nosotros hasta colocarse a mi lado.
Las palabras se me atoran, la sangre se va de mi cuerpo, carajo.
—Felicidades —dice Kethan extendiendo su mano hacia Rob.
Rob duda en tomarla, pero lo hace al final, Kethan aprovecha para jalar su cuerpo hasta él, pasa su otra mano a su espalda para darle unas cuantas palmadas.
El momento pasa tan rápido que ni siquiera yo sé como actuar o que hacer, solo veo como Kethan lo toma en un abrazo para después alejarlo. Voltea hacia donde estoy, me tiende la mano con un intento de sonrisa, pero es que sus labios a penas y están curvados hacia arriba.
Tomo su mano sin pensarlo, siento el calor que ya extrañaba cuando su mano se une a la mía. Kethan hace los mismo que con Rob, pero es él quien se acerca a envolverme en un abrazo. Espero que diga algo, que me diga que no lo haga. Pero no lo hace, solo me abraza unos segundos más y después me suelta, alcanzo a ver una sonrisa a medias en sus labios, asiente y camina hacia atrás dando unos cuantos pasos.
—Los dejo para que se pongan al día —agrega con una fingida alegría.
KETHAN
Era por esto. El viaje que la madre de Winter arreglo en realidad era para que viera esto, para que viera como perdía a Winter ante Rob. El predilecto Rob.
Para que viera que en realidad nunca tuve ninguna oportunidad.
La nieve cae tan fuerte como puede, no dejo que me importe, camino mientras la gente corre a refugiarse a los lugares cerrados. En realidad, no importa, no importa nada porque he perdido.
¿Qué debía decir ahí adentro?, ¿cómo debía actuar?
—Kethan —es la voz de la amiga de Winter.
Me detengo en seco, volteo a verla, viene corriendo tan rápido como la nieve cayendo y cegando todo a su paso, le permite. Llega hasta donde estoy.
—¿Qué haces? —pregunta como si quisiera obtener una buena respuesta.
Un resoplido sale de mi boca.
—Irme, creo que ha quedado claro que sobro en la educación —digo dando la vuelta.
Necesito salir de este maldito lugar y necesito encontrar un boleto de avión que me saque de aquí a la brevedad posible. Hasta he pensado en hablar a mi padre para que me preste el avión privado, pero para eso tendría que hablar con él y no gracias.
—¡¿Y ya?! —grita Lyra—, ¿así de fácil te rindes? —pareciera que quisiera retarme, pero eso en realidad no importa.
Volteo para verla, doy unos pasos hasta donde se ha quedado con la tormenta de nieve arreciando a nuestro alrededor. Alcanzo a divisar el termómetro marcando -1°
Es momento de estar dentro de algún sitio y no afuera con peligro de congelación.
—¿Y ya? —resoplo negando con la cabeza, ignorando el frio que siento—, ¿qué quieres que haga, Lyra?, ¿quieres que vaya allá adentro y le pida que no se case con él, que se case conmigo porque es conmigo con quien debe estar?
—¡Sí!, eso quiero que hagas —veo como tiembla del frio.
Niego con la cabeza.
—Entra que te vas a congelar. —le digo sin darle una respuesta en concreto.
—¡Kethan! —es la voz de Winter la que grita en esta ocasión.
Elevo el rostro para encontrarla corriendo por la nieve que espesa cada segundo más el ambiente. No soy capaz de visualizar a Rob o a su madre.
—No te vayas —me pide cuando llega hasta donde estoy.
Y quiero quedarme. Pero sé que no debo.
—¿Y me quede a tu boda, Winny? —pregunto con el dolor quemándome la garganta, el corazón... la vida.
—No —niega con la cabeza.
Resoplo.
—¿Entonces cancelaras tu boda? —pregunto sabiendo ya la respuesta.
El pecho me arde y no sé si es por el frio o por la dura realidad que ha llegado a golpearme.
Ella no responde, no dice nada, solo me ve con sus pequeños ojos, las palabras mueren cuando junta sus labios en un intento burdo de sellarlos.
—¿Entonces, Winny? —confronto con todo el crudo dolor de mi corazón—, ¿quieres que vaya a la boda, me alegre por ti y al final del día buscar un tiempo en tu agenda para llevarte a la cama?
Soy consciente de lo mal que suena, de lo feo que se escucha, pero no es nada más que la verdad. Es el lugar al que Winter me relego. El lugar que siempre me ha pertenecido.
Siento como mis ojos se humedecen y arden por la nieve.
—Ese es mi lugar, ¿no?, Winny. —trago saliva—. La cama donde secas tus lágrimas. Donde olvidas tus compromisos... donde me olvidas a mí.
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