KETHAN

Es una mala situación. De verdad que es mala, no solo están a punto de poner una ficha de búsqueda por Winny sino que también he caído algunos escalones en la gracia de la madre de Winny con lo mucho que me ha costado tener toda su aprobación y aprecio.

Ahora creo que todos tienen la idea de que soy un desalmado que anda por ahí acostándose con quien se le presente enfrente, pero eso no es verdad, toda la vida solo ha habido una mujer que me ha interesado de verdad y por la cual dejaría todo y esa es Winter Kiara Laufey.

Nadie significa tanto para mí como ella. Y ahora la tengo para mí. Es egoísta en su totalidad, nadie ni ella misma me quieren cerca de ella, pero voy a aprovechar su desliz tanto como pueda.

Y aunque no debería excitarme como se ve envuelta en la cobija, con el cabello hecho un desastre y el rostro descompuesto y sonrojado, para mi se ha convertido en la imagen que quiero ver todos los días al despertar.

Nolan toca la puerta, pero no me importa cuando tomo a Winter en brazos, cuando beso sus labios con violencia y necesidad de llenarme de ella, sus ojos se abren primero con sorpresa, me ve con incredulidad, pero después suaviza la mirada y se deja llevar por este arrebato de pasión que ambos sentimos.

Continúo caminando con ella hasta la regadera, dejo que el agua tibia fluya por nuestro cuerpo, me trago sus gemidos que primero son queja del agua y luego son por lo que esta sintiendo, la arrincono contra la pared, incapaz de esperar o de pensar en que esto es una mala idea, de que ella me romperá el corazón en cuanto lo vuelva a elegir a él, pero a estas alturas, no me importaría ser el amante si así puedo tener un trozo de ella. Solo desearía tenerla completa y que ella me eligiera.

Sus manos se hacen nudo en mi cuello, mis manos recorren su cuerpo deseando grabarse cada parte de ella, encuentro su desnudez tan excitante que no pierdo tiempo, meto mi dureza en su centro haciéndola arquear la espalda, gime, gruñe y agradezco que el agua ahogue parte de nuestros sonidos.

Aunque Nolan si que sospecha que estoy con alguien; vio a la cobija moverse como un gusano en sus narices.

Pero a estas alturas solo me importa deleitarme de ella.

El agua nos llena y la pasión nos consume, ella me monta con necesidad, buscando su liberación.

—Una ultima vez —parece que se dice a si misma para engañarse o tal vez es un recordatorio para mí, en realidad no importa.

Su humedad y estreches me pertenecen, su cuerpo me pertenece, sus sueños me pertenecen, su alma me pertenece. Todo de ella es mío. Me hundo en ella, deseando que este momento no sé termine, pero carajo, ver esa cara llena de deseo me hace necesitar todo mi control para no acabar como un preadolescente precoz.

Todo de ella es mío y todo de mí es de ella... aunque ella no lo sepa.

Mis manos corren a sus caderas para obligarla a bajar más, llenando cada espacio de ella. Ella gime, sus ojos están húmedos y no solo por el agua que nos cae. Ella acomoda su boca en la mía, no me besa, solo gime en mis labios.

Mueve su boca abierta a mi mejilla mientras su cuerpo rebota contra el mío, siento como sus manos se aprietan, como sus uñas aruñan mi espalda.

Su boca encuentra un espacio en mi cuello, suelta un gemido lleno de aliento cálido que envía docenas de sensaciones a mi cuerpo, aprieto más sus caderas, arrecio el ritmo mientras siento como sus dientes se clavan con fuerza en la carne blanda de mi cuello.

Me esta marcando, carajo. Me relamo los labios, dejándola. Siento como su humedad me llena por completo. Mientras su cuerpo tiembla en mis brazos, en mi miembro.

Una de las manos que descansa en su cadera corre a su cuello, la empotro contra la pared, me sonríe, mientras siento como estoy a punto de llegar.

—Si tu me marcas, yo también lo haré —sonrío con suficiencia.

No le doy tiempo a reaccionar, me hundo en su cuello, muerdo con intensidad, ella gime con fuerza mientras me corro dentro de ella. Carajo. La deseo demasiado.

Bajo sus piernas con cuidado, ella acomoda su cabeza contra mi pecho y yo acomodo mi cabeza contra la pared haciéndole una pequeña casita donde se pueda esconder.

Cuando la pasión va bajando somos conscientes de la situación en la que nos encontramos.

Winter es una droga peligrosa para mi pues hace que pierda piso y que todo se me olvide.

WINTER

Kethan es una droga peligrosa para mí ya que es capaz de hacer que olvide todo y me pierda en él. No hay salida segura si esta él presente.

Y mientras mi corazón late con intensidad, la realidad me golpea. Kethan me va a romper el corazón... otra vez.

No decimos nada por unos instantes, solo esta el sonido del agua, de nuestras respiraciones, no hay más.

Hasta que los toquidos en la puerta irrumpen.

—Kethan, no puedes tener sexo en una habitación en la que estas conmigo —avisa su amigo que está afuera.

Carajo es momento de volver a la realidad.

—Cállate, Nolan —gruñe Kethan.

—Necesito ropa —digo en un chillido bajo—, no puedo salir desnuda de aquí, te aseguro que mi madre o Lyra están ahí afuera esperando ver a la mujer con la que te estas acostando —los nervios me consumen.

—A parte creí que querías intentar algo con... —dice Nolan irrumpiéndome. Kethan abre los ojos tanto como puede.

Kethan sale volando y desnudo de la ducha hacia la puerta, la abre un poco.

—Puedes callarte cinco segundos o largarte por favor, carajo —le gruñe con intensidad a Nolan.

¿Intentar algo con?

Cierra la puerta de nueva cuenta, voltea a verme.

—Dúchate, te traeré uno de mis camisas y suéteres, vere el modo de distraer a tu madre y amiga para que vayas por unas mallas. —dice Kethan con mas tranquilidad, toma una de las toallas blancas, envuelve su cintura y sale con ella puesta.

Escucho a Nolan, pero han bajado la voz así que no sé qué están diciendo, pero sus murmullos me llegan.

Me ducho rápidamente, cierro la llave en cuanto termino, corro por una toalla, seco mi cuerpo intentando escuchar más, pero sé que mencionan mi nombre un par de veces.

Kethan entra de nuevo en el baño con una camisa blanca con rallas azul cielo y con un suéter de lana azul cielo además de un cinto negro.

—Esto te ira bien.

Siempre he amado el azul, sonrío de inmediato y asiento.

—Escucha, Nolan lo sabe, si no se lo decía me iba a tirar mucha mierda, pero es bueno callándose, así que nos ayudará a salir de esta, ¿está bien?

Asiento y no se porque me sonrojo. Veo la ropa y todo esta bien en realidad... hasta que recuerdo un pequeño detalle.

No hay ropa interior. Enrojezco casi de inmediato. Necesito llegar a mi habitación.

Veo como Kethan sonríe con esa sonrisa ladina que tanto me encanta y se sonroja, trago saliva sin saber qué pasa.

—Tal vez debería darte una bufanda —dice con ese tono juguetón.

Lo recuerdo de inmediato. Volteo al espejo arriba del lavabo para encontrarme con una enorme y roja marca en mi cuello.