Capítulo 12 -RUN RUDOLPH RUN
KETHAN
No sé cuándo paramos en realidad, solo sé que los besos, las posiciones, los jodidos orales, las masturbaciones, no pararon y la habitación huele a sexo, huele a ella, huele a mí. No nos bañamos, al final solo caímos presos del sueño.
El ruido lejano de un celular se escucha, pero estamos tan cansados que ninguno de los dos se mueve del abrazo en el que estamos fundidos.
Sonrío de saber que Winter descansa en mis brazos, que esta tan quieta, tan satisfecha, carajo, hice lo que quise con ella, desquite mi odio entero en ella, pero necesito más, solo de pensarlo la dureza de mi pene se hace presente.
Los labios de Winny que están pegados a mi pecho se curvan en una sonrisa.
—¿Otro minuto? —dice con la voz tremendamente ronca.
Asiento separándola un poco de mi para buscar sus labios, nos fundimos en un beso exigente y necesitado.
Los toquidos a la puerta hacen que dejemos el toqueteo, ambos abrimos los ojos.
—Kethan, ¿esta Winter aquí? —la madre que me pario.
—¿Mama? —chilla Winny en tono bajo.
Sus ojos se abren enormemente, me ve a mí, ve el sitio echo un desastre. Ciñe la sabana a su cuerpo ocultando sus preciosos pechos que ahora están llenos de algunos morados. Si me lo preguntan, le va como una obra de arte y quisiera que la gente pudiera ver sus marcas, pero a la vez no deseo que nadie la vea en este momento tan íntimo.
Cuando reacciona mientras yo me embeleso en su cuerpo tan precioso, veo como se alborota los cabellos, salta de la cama jalándome la sabana y dejándome desnudo y con un pequeño problema entre las piernas. No debería ser normal que tenga una tremenda erección y que, si no fuera porque de seguro ella no le va a parecer, me hundiría en ella en este momento, la tomaría mientras le digo a su madre que no me la estoy cogiendo.
Mis bolas duelen y me endurezco aún más, mientras la veo buscar entre el desastre de cojines, sabanas, toallas, ropa y batas.
—¿Kethan? —grita la madre de Winter mientras golpea la puerta.
Winny se altera, aprieta la sabana, toma mi bata azul, se la pone encima y le queda enorme, carajo. Ahora necesito que use toda mi ropa.
—Haz algo —me gruñe por lo bajo, chillando. Me escanea, primero mis ojos, luego mi abdomen, se sonroja y abre un poco su boca hinchada hasta que llega a mi erección, le brilla la mirada—, pervertido —gruñe.
Me hundo de hombros.
—Conseguí las llaves —grita una voz femenina.
Veo como el aire se le corta a Winny, busca entre las sábanas, busca meterse a algún lado, pero desafortunadamente, aquí no hay sitio donde esconderse.
—Abre —chilla con desespero mientras se hecha el edredón blanco encima y se queda del lado de la cama que no da en la puerta.
Carajo sí, ya se, tomo una toalla porque ella tiene mi bata, me acomodo la erección esperando que no arme una casa de campaña. Corro a la puerta, abro y me escondo tras la puerta.
—Señora Laufey. —sonrío—, disculpe, estaba, estaba —¿Qué digo?—, ocupado —me aclaro la garganta.
Veo a la chica que está a su lado con dos tarjetas de acceso a la habitación en las manos y mi terror llega cuando Nolan llega con una maleta colgando de sus manos.
Va a querer entrar.
Jodida mala suerte. Paso saliva, intento que mi cerebro piense en algo, evito hacer algo que me ponga más en evidencia.
—No encontramos a Winter, Kethan, me preocupa, no contesta su móvil y ella no suele ser así.
Asiento cuando veo a Nolan llegar hasta donde estoy. Él me ve y respinga con su cabeza como intentando hacer que me quite. Sonrío. Me muevo cuando él se mueve para no dejarlo pasar, pero es Nolan. Él no se detiene porque me interponga en su camino, lo único que logro es que sus cejas se encuentren, me observa de ese modo.
Escucho que alguien se aclara la garganta, volteo la mirada para buscar. No la recuerdo, pero la veo sonreír tan maliciosamente que siento que esto no acabará bien.
—¿Acaso dormiste con alguien? —lanza la estocada y yo solo puedo reír viendo a la madre de Winter verme con cierta angustia.
No soy consciente cuando Nolan me quita la mano y entra con rapidez. Aprieto los ojos con fuerza.
Carajo, carajo, carajo.
La chica pasa en segundo lugar y la madre de Winny, mi jefa. Pasa al final.
WINTER
Este es mi castigo. No debí, simplemente no debí que la persona hormonal dirigiera la noche. Ahora estoy medio desnuda, escondida entre las cobijas que están tiradas cerca de la cama de Kethan.
Agradezco al cielo no haber traído ropa ayer. Que lo hormonal sirva de algo.
Aguanto la respiración. Carajo, no me muevo. No puedo. Estoy a punto de ser descubierta.
Todos los errores de mi vida se concentran y taladran mi cabeza en este momento.
—¿Tuviste una noche loca? —pregunta Lira.
La maldita habitación huele a sexo.
—Aunque no me gusta ser grosero —comienza Kethan y casi quiero morderme la lengua.
Se me olvida que él solo muestra su verdadera cara conmigo, pero con los demás es una luz que ilumina una habitación entera y la llena de color. Ahogo las arcadas.
—Pero estaba a punto de ducharme ya que vere a Winter en media hora, así que les agradecería que salieran de mi habitación.
—Kethan, la cosa es que no damos con Winter —Lira no se va a marchar hasta que tenga una respuesta.
—La cosa es que no soy su niñera —contesta Kethan con sequedad, recordándome la desagradable persona que es.
—Señora Laufey, creo que lo mejor es ir a levantar una ficha de búsqueda —añade Lira.
Carajo, ¿qué soy?, ¿una adolescente?
No puedo salir de donde estoy, pero tampoco puedo dejar que pongan una orden de búsqueda. Quiero llorar.
Kethan suelta un resoplido cargado de toda la frustración, esta externando mi maldito sentir.
—Tengo que verla en media hora en el parque con los renos o algo así, les parece si nos esperamos a ver si llega ahí y me dejan alistarme —su voz es un poco chillona debido a la desesperación que siente.
—Últimamente sale todas las mañanas para hablar con Rob y da un paseo, denle su espacio —agrega en un tono más relajado.
Rob. Carajo. Rob. No le llame ayer, ni hoy.
—Tienes razón, Kethan, esperaremos en el lobby, después nos iremos. —añade mi madre aun preocupada.
Escucho pasos y siento que cierto peso se reduce. Estoy por moverme cuando la puerta se cierra.
—Lárgate Nolan —dice Kethan al tiempo que siento que otra almohada me cae encima.
Me desplomo de nueva cuenta, busco enterrarme más cuando siento pasos cerca, carajo, tengo que salir de aquí. Tengo que encontrar la manera de salir de todo este maldito rollo en el que mis hormonas me metieron.
Trago saliva mientras la conversación entre Nolan y Kethan continua en un estira y afloja en el que claramente Kethan va perdiendo y quisiera saber cómo es que logra ganarle y callarlo, ya que eso es algo que nadie ha logrado.
Pero no es el momento de buscar armas contra Kethan o posibles amigos que puedan hundirlo.
Como puedo, comienzo a arrastrarme como si creyera que soy un gusano, ignoro en su totalidad que muy seguramente estoy haciendo el ridículo y que Kethan y Nolan podrían ver que algo se mueve, pero es lo único que se me ocurre. Tomo la cobija para continuar bajo su resguardo, intentando hacer el menor ruido posible, hasta que mi cuerpo toca el azulejo frio y blanco del baño. Aprieto mis labios para evitar chillar por el frio.
Continúo arrastrándome, dándome cuenta de un silencio que se hace en la habitación, me detengo en seco.
—Me voy a bañar —anuncia Kethan tan abruptamente que no me da tiempo a pensar.
En un momento estoy en el piso, en el otro estoy siendo sostenida en el aire mientras la puerta se cierra detrás de nosotros.
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