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Capítulo 21


Las luces de un auto a lo lejos y el sonido de un claxon fue lo que hizo que ambas mujeres se separaran dando por terminado aquel beso tan magnifico que habían compartido. 

Camila sacudió la cabeza para salir de la ensoñación que le había ocasionado el beso y entonces sus mejillas se tiñeron de un color aún más rojo que el que ya tenía en la cara gracias a la pintura. Lo que acababa de ocurrir hace unos segundos atrás se estaba repitiendo en cámara lenta dentro de su cabeza y eso la hizo preocuparse; En sus planes no estaba tener ese tipo de acercamiento a la ojiverde, y mucho menos tenía planeado sentirse en las nubes mientras Lauren la rodeaba con sus fuertes brazos.

- Camila. - habló la pelinegra llamando su atención 

- No digas nada. - la empujo y comenzó a caminar sin mirar atrás haciendo que la ojiverde suspirara frustrada y caminara detrás de ella - Detente. - pidió al sentirla caminar demasiado cerca de ella - Aléjate de mi.

- Camila, yo...

- ¡Te dije que no digas nada! - la ojiverde cerró la boca - No quiero tenerte cerca, ¿oíste? - no podía permitirse a si misma caer en sus brazos otra vez - Olvida todo lo que acaba de ocurrir ahí atrás y mantente lo más lejos posible. - pidió

- No puedes estar hablando en serio.

- Lo estoy haciendo. - dijo seriamente - Buenas noches, Jauregui. - la miró por última vez y se dio la vuelta para continuar con su camino, quería llegar lo antes posible a la hacienda y encerrarse en su habitación, necesitaba ocupar su mente en otra cosa y olvidar todo lo que había pasado 

La ojiverde la observó alejarse y cuando por fin la perdió de vista salió corriendo de regreso a las caballerizas para entrar y dejarse caer en el heno de los caballos. 

- ¿Qué diablos hice? - se cuestionó a si misma llevando sus manos hacia su rostro 

Por otro lado la morena al llegar a la hacienda fue recibida por Nicholas, quien al verla entrar fue corriendo directamente hacia ella para contarle todo lo que había hecho en el día junto con Sampietro y su perro, obviamente no sin antes preguntarle porque estaba toda llena de pintura. Al parecer su hijo había tenido un día más tranquilo que el de ella, cosa que la hizo pensar en lo fácil que era su vida cuando tenía la misma edad que él.

Después de cenar Camila subió a su habitación para tomar un baño y cuando por fin se colocó la pijama salió y se encerró en el despacho de su padre cerrando los ojos al ser invadida por el aroma de la ojiverde, por un momento había olvidado que ahora ella era la que se la pasaba ahí todos los días y bueno, era totalmente lógico que quedaran pequeños rastros de su aroma revoloteando por el lugar. La castaña se recargó en la puerta y se fue deslizando poco a poco hasta quedar sentada en el suelo para después flexionar las piernas y abrazarse a si misma mientras miraba atentamente el escritorio que había frente a ella.

* * * * * *

- Señorita Cabello, señorita Cabello. - los ojos de Camila se fueron abriendo poco a poco al oír cada vez más cerca una voz llamándola - Señorita Cabello, ¿está usted bien? ¿qué hace en el suelo? - preguntó una de las señoras que trabajaban en la limpieza de la casa cuando la castaña abrió los ojos por completo 

- ¿Qué hora es? - preguntó levantándose lentamente 

- Son las nueve de la mañana. - sus ojos se abrieron de par en par, era demasiado tarde 

- ¡Oh dios! - chilló - ¿Jauregui no vino por aquí? - preguntó con cautela, se supone que la ojiverde debería haber llegado al despacho a las siete de la mañana

- Ella llegó esta mañana anunciando que trabajaría en la pequeña oficina que tiene en su casa. - explicó - ¿Se siente usted bien, no le duele el cuello o algo? - preguntó ya que la castaña había dormido en el suelo y sin almohada - ¿No quiere una pastilla?

- No, no,estoy bien. - hizo una mueca - Iré a mi habitación a alistarme para bajar a trabajar.

- La señora Jauregui dijo que no se molestara, que ella se encargaría del trabajo por el día de hoy, me pidió que le dijera que necesitaba un día libre para descansar y pensar muy bien acerca del tema que usted y ella saben. - dijo la trabajadora domestica sin entender realmente nada del recado que le habían pedido dejar

- ¿Eso dijo? - preguntó Camila levantando una ceja, no podía creer que realmente esa mujer fuese tan atrevida como para mandarla a descansar - ¿En dónde está la casa de Jauregui? - no dejaría que ella tomara sus decisiones y se lo haría saber personalmente 

- Oh, como a cien metros pasando la colina que está cerca del río, su padre construyó esas casas para nosotros los que trabajamos en la casa. La señora Jauregui normalmente nos acerca cada mañana en su camioneta, ella es muy amable y por ello su padre le tenía un gran aprecio y le dio una de las casas. - parloteó la señora - Puedo decirle a Liam que la lleve.

Camila rodó los ojos al oír el nombre de aquel trabajador pero al final terminó aceptando, no quería ir caminando y correr el riesgo de perderse, sabía que estaba a salvo porque todo era dentro del terreno de su padre pero ella solía ser muy despistada y a lo mejor terminaba en una propiedad ajena a la que ahora era suya.

El viaje a casa de la ojiverde fue en absoluto silencio, dentro de la camioneta se podía sentir la tensión entre el chófer y la castaña, quien aún quería ahorcarlo. Al llegar vio como la ojiverde salía de su casa sin percatarse que ellos estaban ahí y rodeo la casa para después comenzar a trotar. Antes de bajarse Liam le comentó que Lauren en ocasiones cuando trabajaba desde casa solía salir a correr para despejarse un rato y no estresarse, así que le recomendó sentarse en los sillones colgantes que habían en el porche, cosa que obviamente no hizo la castaña, ya que cuando el chófer desapareció ella salió disparada en la misma dirección en que la ojiverde había salido corriendo cuando ellos llegaron.

Cuando Camila logró alcanzarla la encontró haciendo estiramientos, cosa que hacia que se levantara la playera sin mangas que traía y mostrara su espalda marcada haciendo que la castaña inconscientemente se mordiera el labio inferior.

- Concentrate. - se dijo a si misma y comenzó a caminar con cautela hasta donde estaba la ojiverde para después darle dos golpecitos en el hombro

- Cristo. - dijo la ojiverde saltando del susto, no estaba acostumbrada a que nadie a excepción de ella estuviera por esa zona - Casi me matas del susto. - llevó sus manos hacia su pecho después de quitarse los audífonos de sus oídos y enrollarlos - ¿Qué haces aquí?

Por un momento a la ojimarron se le olvidó realmente el motivo por el cual estaba parada frente a la misma mujer con la que se había besado el día de ayer pero entonces desvió su mirada de su abdomen sudado y lo recordó todo.

- ¿Quién diablos te crees que eres para mandarme a "descansar"? - hizo comillas con sus dedos al decir esa última palabra 

- Bueno, yo pensé que sería bueno para ti tomarte el día después de lo de ayer. Ya sabes, para que se te pasara el enojo. - se encogió de hombros restándole importancia

- No tomes decisiones que no te corresponden, te lo dije antes y termine viviendo aquí por tu culpa. - gruñó - Tenía toda mi vida tranquil y en paz hasta que...

- ¿Hasta que se murió Alejandro? - se adelantó mirándola con enojo - Discúlpame, pero yo no hice que tu padre enfermara y muriera, tampoco le dije que les dejase todo esto a ti y a tu hermana y mucho menos le pedí que te obligara a vivir aquí.

- Yo no iba a decir eso. - dijo en un hilo de voz 

- ¿A no? ¿Entonces? - a este punto la ojiverde se sentía totalmente enojada - ¿Todo estaba en paz hasta que me conociste o hasta que te besé?

- Te dije que no hablaras de ello.

- Muy tarde, toqué el tema, ahora te callas.

- ¿Qué? ¿Por qué rayos eres tan maledu... - no pudo terminar su pregunta porque los labios de la ojiverde envolvieron los suyos haciéndola callar 

Los ojos de Camila se cerraron al instante y nuevamente se dejo llevar por la sensación de los suaves labios de la ojiverde contra los suyos. Por alguna razón el hecho de que la pelinegra estuviese con los brazos desnudos y sudada se le hizo muy erótico a la castaña, por lo que su libido incremento considerablemente y en esta ocasión fue ella la que introdujo su lengua a la boca de Lauren, soltando un gemido inconsciente al sentir lo cálida que era su boca, lo dulce que sabía y lo bien que se sentía por dentro. 

- Eres insoportable. - murmuró la castaña separándose levemente 

- Y tu eres una amargada. - atrapó su labio inferior entre sus dientes y después comenzó a succionarlo para finalmente dejarle un pico - Pero me encantas. - dijo y al instante volvió a besar sus labios con mucha necesidad de por medio

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N/A:

El capitulo pasado no lo puse pero muchas felicidades a ItzelAlvarezG quien fue la primera en poner que el capitulo 20 sería el del primer beso, yaaaay. Denle las gracias, sean amables.


Lxs amo.


* rosa + corazón *

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