Chaeyoung estaba en la casa de Sana, sentada en el sofá, mirando el suelo, mientras jugaba con los dedos de una mano. La frustración se reflejaba claramente en su rostro. Había sido una noche tan prometedora, tan cercana a lo que había estado deseando durante tanto tiempo, pero, como siempre, algo había interrumpido lo que parecía ser el momento perfecto.

Mientras veían la película, la sensación de Mina acariciando su pierna había sido tan intensa que Chaeyoung había creído que por fin lograría besarla, sentir sus labios, el roce de su piel. Pero justo en el último momento, el teléfono de Mina había sonado. Momo la había llamado, y Mina, con una disculpa apurada, tuvo que irse a ayudar a su amiga.

Chaeyoung suspiró y se dejó caer hacia atrás en el sofá, mirando el techo como si esperara que las respuestas llegaran desde allí.

— Ayer... estuve tan cerca, Sana — sus palabras salieron con un tono frustrado y, aunque no lo dijera directamente, era evidente que lo que más le molestaba era no haber podido tener ese beso que había estado imaginando durante tanto tiempo.

Sana la observó, tranquila, mientras tomaba un sorbo de su bebida. A pesar de lo evidente que era que Chaeyoung estaba desconcertada y algo desilusionada, la mayor parecía más relajada, como si ya hubiera aprendido a aceptar esas situaciones como parte de la vida.

— ¿Sabes? A veces las cosas no salen como esperamos... Pero sé que lo que sientes por Mina es real. Solo... ten paciencia, Chaeyoung
— Sana sonrió, pero era una sonrisa que transmitía sabiduría, como si ya hubiera vivido esa frustración en su propio camino.

Chaeyoung asintió, aún sin poder deshacerse de la sensación de insatisfacción. Sin embargo, algo en la conversación la hizo cambiar de tema. A lo lejos, su mirada se volvió más curiosa.

— Oye, Sana... — dijo, con un tono de voz que indicaba que quería hablar de algo distinto.
— ¿Qué tipo de citas te parecen interesantes? Quiero decir, ¿qué haces cuando quieres que alguien te preste atención de verdad?

Sana, quien había estado casi distraída con la televisión, la miró un momento antes de sonreír con cierto aire de picardía. Era una sonrisa que Chaeyoung reconocía bien: la misma que Sana solía mostrar cuando hablaba de Tzuyu, su novia.

— Bueno, cuando invito a Tzuyu a mi casa, jugamos videojuegos — respondió Sana con naturalidad, pero su tono comenzó a volverse más coqueto. — A Tzuyu le gustan mucho los videojuegos, y a veces se concentra tanto en el juego que no me presta tanta atención como yo quisiera.

Chaeyoung la miró, algo confundida pero intrigada, y Sana aprovechó la oportunidad para seguir hablando con un tono algo más sensual, sin perder su chispa juguetona.

— Así que... lo que hago es ponerme coqueta
— dijo, sin ningún tipo de vergüenza.
— Me acerco mucho a ella, me muevo de manera más... provocativa, ya sabes, algo sutil pero directo. La idea es llamar su atención de una manera que no pueda ignorarme. A veces, cuando menos se lo espera, me siento justo al lado de ella, me acerco, y de repente ella deja de mirarme a la pantalla y se concentra más en mí.

Chaeyoung la miró con asombro, mientras Sana continuaba con una sonrisa juguetona.

— Lo importante es saber cómo hacer que me note sin ser demasiado obvia. Pero siempre jugando con lo sensual, algo que despierte su interés de una forma que no pueda resistir
— Sana hizo una pausa y le guiñó un ojo a Chaeyoung. — Es como un juego, ¿sabes? Un juego en el que siempre quiero ganar su atención.

Chaeyoung no pudo evitar sonreír ante la confianza de Sana. Aunque parecía que ella estaba hablando de algo tan directo, la forma en que lo hacía era casi como si todo fuera natural, una forma de ser que hacía que cualquier gesto o movimiento tuviera un propósito.

— Eso suena... interesante — Chaeyoung se acomodó en el sofá, pensativa. — Quizá debería intentarlo, pero no sé... con Mina, tal vez sea diferente.

Sana la miró de nuevo, su expresión se suavizó mientras se acomodaba junto a Chaeyoung en el sofá.

— Cada persona es diferente, Chae, pero lo importante es que seas tú misma. Haz lo que sientas que es lo correcto para ti, y si Mina realmente está interesada, no podrá resistirse
— dijo Sana, con un tono lleno de apoyo.

Chaeyoung asintió lentamente, aunque aún no estaba completamente segura de cómo seguir adelante con todo esto. El consejo de Sana le dio algo de confianza, pero sabía que debía ser cuidadosa. Mina no era como Tzuyu, y aunque deseaba llamar su atención, no quería que se sintiera presionada.

— Gracias, Sana — dijo con una ligera sonrisa.
— Voy a pensar en eso.

Sana la observó por un momento, antes de sonreír con esa chispa en los ojos que siempre tenía cuando hablaba de Tzuyu.

— De nada, Chae. Ahora, ¿qué te parece si jugamos un par de rondas de videojuegos para distraernos un rato? Puede que encuentres algunas respuestas mientras te diviertes.

Chaeyoung se rió suavemente. No era lo que esperaba, pero una distracción no le vendría mal.

— Claro, vamos a jugar — respondió, levantándose para agarrar el control.

Mientras se preparaban para jugar, Chaeyoung pensaba en lo que Sana le había dicho. Quizá el enfoque de la paciencia no era suficiente, pero si algo había aprendido esa noche, era que, tal vez, un poco de juego sensual podría ser lo que necesitaba para llamar finalmente la atención de Mina. Aunque, por supuesto, aún tenía muchas dudas sobre cómo lograrlo.

Pero por ahora, lo único que importaba era relajarse y disfrutar del momento, mientras se preparaba para el siguiente paso.