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Capítulo 15

—No podemos dejar que Jungkook vea este video —sentenció V ante la aberración frente a sus ojos—. Ya basta de seguir abriendo viejas heridas... —Todos se sorprendieron, evidentemente, algo no sabían, se sentían ajenos al motivo tras esas palabras. No estaban en posición de preguntar, al menos no ahora—. Necesitamos comunicarnos con nuestro empleador, todas las pruebas deben llegar a la policía antes del amanecer, no podemos arriesgarnos a que escapen —concluyó con seriedad y mirada preocupada.

Jimin, al escuchar, se levantó del sofá y fue hacia ellos, encontrándose con la realidad en aquel ordenador. Todos se veían impasibles, pero el shock era innegable. Vio como uno de ellos, el de cabello negro y ojos café, al que había escuchado que llamaban Suga, ayudaba a la chica a levantarse y la consolaba, alejándola del lugar hasta una habitación contigua, no parecía conveniente que escuchara.

—Lo lamento mucho, Dr. Park. —Hoseok reanudó la plática—. Hubiera querido que nos conociéramos en circunstancias distintas, pero eso no cambia el hecho de que estoy sumamente agradecido con usted. —Hizo una reverencia.

—No se preocupe, yo...

El rostro del médico denotaba confusión, no sabía qué decir, no tenía idea de lo que sucedía. Claramente, estaba envuelto en algo peligroso, nunca escuchó de asesinatos y altercados de ese tipo tan explícitos, se sabía en una sociedad pacífica; pero acabó conociendo la cara oculta de la luna de la peor manera.

—Escucha, Jimin —interrumpió Tae—: sé que debes tener muchas dudas y de seguro no sabes cómo las cosas se transformaron en esto, mas, ahora mismo, Corea no es, ni de lejos, color de rosa, eso que ves ahí es lo que se oculta tras la fachada de los supuestos pilares de la economía del país... En lo referente a nosotros, no intento justificar lo injustificable: matamos personas... No digo que sea correcto, pero… —miró despectivamente hacia la computadora—, no considero que escorias que hacen algo como eso merezcan vivir.

—Es triste, pero cierto. Alguien debe hacer el trabajo sucio y, tal vez tú, un médico exitoso que se dedica a salvar vidas, no entiendas nuestra posición —agregó Yoongi, que regresaba de la habitación luego de dejar a Nicolette más tranquila intentando dormir—. Sin embargo, para que una sociedad se mantenga a flote, alguien debe moverse tras bambalinas y hacer lo que hacemos —dijo con severidad—. Esta nación podría dejar de ser lo que es en un futuro no muy lejano... Pensé que después de lo que me contaron de Kang Ilgu no me encontraría con algo igual de retorcido, pero, al parecer, me equivocaba... Y lo peor de todo es que no pudimos detenerlo antes de que comenzara.

—¿Ha dicho Kang? —cuestionó Jimin comenzando a agitarse—. ¿Estuvo envuelto en algo como esto? ¿Qué es lo que no sé ahora? —Estaba desesperado, la verdad que tanto batalló por encontrar estaba frente a sus ojos.

—No es algo que necesites saber —se inmiscuyó Taehyung—. Puede parecerte egoísta de nuestra parte, más aún tras meterte en todo este embrollo, pero si Jungkook no te contó nada..., nosotros no estamos en posición de hacerlo.

—Pero...

—Estamos al tanto del evento de beneficencia y el proyecto que había planeado tu hospital para esos niños, pero... —Tae tragó grueso—. Es por tu bien. Créeme, por tu seguridad y estabilidad emocional, lo mejor es que te mantengas al margen —dijo con mirada sombría.

—Yo también creo que es lo mejor. En estas circunstancias, si algo sale mal, tu única salvación ante las autoridades sería la ignorancia; sería tan sencillo como decir que te amenazamos o algo así —habló Hoseok para intentar hacerlo razonar.

—Por favor, yo... necesito saberlo, no quiero seguir así. Prometo que Jungkook no sabrá que me dijeron, lo juro; es algo entre los dos, a ustedes no los involucraré, así que...

—¡Escúchame bien! —regañó Yoongi—. Estoy agradecido de que salvaras la vida de nuestro líder, pero como pareces no saberlo, te lo explicaré: somos un equipo, pero tenemos una jerarquía. No seguimos ciegamente a nadie, el que está en la cima es porque se lo gana. Las capacidades de Jungkook son de primera clase, nos sacaron victoriosos de incontables batallas perdidas; es reconocido por todos como el mejor, por eso es quien nos representa. Si no me expliqué bien, te lo simplifico: lo que el líder dice se cumple, no se discute. Si él no te dijo, nosotros somos unas tumbas, ¿quedó claro? —culminó, se dirigió hacia el refrigerador, sacó una cerveza y se fue al portal a beberla, cerrando la puerta tras él.

Jimin quedó anonadado, ciertamente, no sabía cómo funcionaba ese mundo, pero algo sí entendió: en la mirada de ese hombre no se reflejaba devoción o admiración, era más bien una mezcla de respeto con... ¿miedo? ¿Qué significaba eso?

—Disculpa a Suga, es algo torpe para expresarse. Lo que dijo es totalmente cierto —aclaró J-Hope, sacando al castaño de sus pensamientos—. Somos sicarios, incluso nos va más el nombre de mercenarios. Las discordancias internas no terminan bien por una simple razón: solo conocemos una forma de arreglar nuestras diferencias y no es con palabras, tenlo por seguro. —Jimin de inmediato entendió a qué se refería y tragó en seco—. La disciplina es imprescindible y la traición imperdonable, por más ínfimo que sea el motivo.

—Ya... comprendo —se resignó—. Siento mucho que mi ignorancia haya provocado esto.

—No te angusties, es nuestra responsabilidad, no podemos enojarnos si no te hemos explicado cómo hacemos las cosas —añadió Taehyung, poniéndole la mano en el hombro para reconfortarlo—. Estamos en deuda contigo, ese idiota más que nadie. —Señaló al quirófano—. Puede que él te diga en algún momento, pero nosotros no intervendremos hasta entonces... Él te ama, probablemente cuando despierte intentará matarme por traerte. —Sonrió para alivianar el ambiente—. Aunque de seguro no podrá ni con su alma. No me preocupa, jajaja.

—V, yo regresaré a observar a Nochu, ¿puedes encargarte de lo demás? —preguntó Hobi.

—No tengo otra opción. Será una noche larga, si no termino, la policía no llegará a tiempo.

—Yo me encargaré de Jungkook, no entiendo de qué hablan, pero parece ser bastante complicado. Si lo hacen entre dos, será más rápido.

—Pero, Dr. Park, hace unos minutos no lograbas mantenerte en pie. ¿Estará bien? Para nosotros sería una gran ayuda, pero...

—No se preocupe, Hoseok, no soy tan débil... Además, quiero estar a su lado cuando despierte. —Sonrió enternecedoramente.

Ambos comprendieron las intenciones del castaño y asintieron. Era conveniente para acelerar el trabajo pendiente, pero también querían dejarlos un rato a solas, se lo merecían. Se amaban, pero tal pareciera que el mundo estuviera en su contra, querían permitirles un momento de realidad, de contacto, de añoranza recompensada.

La noche avanzó tranquila, los signos vitales se reflejaban normales en la pantalla y no parecía haber complicaciones. Jimin no apartaba su vista de la cama ni un instante. Sin importar que tuviera una intravenosa puesta para hidratarlo, se le hubieran administrado antibióticos y tomado las medidas pertinentes, la posibilidad de una recaída existía, por lo que la desesperación tocaba a su puerta repetidas veces, recordándole que no podía bajar la guardia.

Tener a Jungkook frente a él, sin moverse y con el rostro aún algo pálido, lo hizo pensar mucho; solo experimentaba preocupación, desvelo y unas ganas incontrolables de besarlo en los labios, pensando que, cual cuento de hadas, eso haría que despertara completamente curado. No quedaba nada de resentimiento o inconformidad en su interior. Antes de que todo esto sucediera, decidió que debía verlo de nuevo, intentar que le abriera su corazón y aceptar todo, pero el reencuentro no fue, ni de lejos, como lo esperaba. Esa noche convulsa, llena de nervios y ajetreo, le confirmó la fortaleza de sus propios sentimientos.

Incluso estuvo dispuesto a perdonar lo ocurrido, si se sinceraba con él y, a pesar de que un par de horas antes había confirmado que los labios de Jeon y de todos los demás estaban sellados, había logrado averiguar que existía algo que desconocía y esa ignorancia acababa de convertirse en un rayo de esperanza para él, uno que le permitía saber que las palabras de Jungkook cuando le dijo que lo amaba no eran una mentira. Aunque intentó engañarse, Dios sabe cuánto, la idea de que absolutamente todo hubiese sido una mentira, una actuación de telenovela, lo aterraba.

Vio el reloj y este marcaba las 5:00 AM, acarició los cabellos de su amado paciente y le susurró:

—Mejórate pronto, quiero que... empecemos de nuevo. No importa qué..., permaneceré a tu lado.

Los ojos de Jungkook se abrieron lentamente, el efecto de la anestesia general había pasado y, a pesar del innegable agotamiento y el estrés que atravesaba su organismo, la voz de Jimin fue una dulce melodía que lo trajo de vuelta a la realidad, encontrándose con la mirada sorprendida y aliviada de este.

—Ji… min, ¿por qué... estás aquí? —dijo, casi inaudible, reuniendo todas sus fuerzas y con una expresión que denotaba gran preocupación e inconformidad por su presencia allí.

Imaginaba lo que había sucedido, recordaba vagamente el tiroteo antes de perder el conocimiento, estaba enojado consigo mismo por haber cometido un error de novato que, sin siquiera saber cómo, terminó por poner en riesgo la seguridad de quien tanto intentó proteger.

—Shhhhh. —Le puso su dedo índice sobre los labios—. Tranquilo, todo está bien —respondió con una voz sumamente tranquilizadora y cargada de alivio—. Luego hablaremos, lo mejor es que descanses un poco más, tu cuerpo lo necesita. —Sonrió y le acarició la mejilla.

Nochu estaba molesto, sí, pero, en el fondo, la felicidad contenida por tenerlo frente a frente amenazaba por desbordarse. Sin embargo, el agotamiento era innegable, el calor y la ternura que le transmitía el tacto en su mejilla contribuyó a que sus párpados se sintieran cada vez más pesados, cerrándose hasta quedar completamente dormido con una tenue sonrisa, apenas perceptible, adornando sus labios.

Jimin se sentó a su lado. Su cuerpo se relajó y rompió en llanto, cada lágrima estaba cargada de felicidad, satisfacción y esperanza; oficialmente, estaba en el punto de partida para reiniciar su relación, esta vez sin secretos. Se quedó dormido, sentía que el gran peso que cargaba en hombros desaparecía lentamente.

—No puedo creer que me haya quedado dormido —expresó entre bostezos, tras despertarse producto a la incómoda posición.

Miró el reloj y apenas pasaban de las seis. No había descansado demasiado, pero, momentáneamente, había sido suficiente para recuperarse un poco. Verificó el buen estado de Jungkook y se dispuso a salir al baño, mas sus pasos se detuvieron en seco al escuchar una voz conocida proveniente del salón principal. Se colocó detrás de la puerta y la deslizó para dejar una pequeña hendidura por la cual oír, no sabía cuántas personas conocían sobre su presencia en ese lugar. Escuchar a escondidas no era correcto, pero le imperaba conocer por qué Kim Seokjin estaba ahí.

—Lamento que haya tenido que venir tan temprano, Jin-hyung —se excusó Taehyung—. Nos fue de gran ayuda.

—No te preocupes, tampoco pude dormir demasiado, tenía que comprobar el estado de Jungkook con mis propios ojos para poder estar tranquilo.

—Continúa estable, pero todavía no despierta. Jimin ha velado por él toda la noche, no sé qué hubiera sido de nosotros de no ser por él.

«¿Jungkook? ¿Lo llama por su nombre? ¿De qué se conocen? Otra vez cosas que no sé», fueron los pensamientos que, como una avalancha, congelaron la mente del médico.

—Mi hermano supo escoger bien a quien entregar su corazón. Estoy aliviado de corroborar una vez más que Jimin es una persona maravillosa —respondió Seokjin y dejó al castaño con los ojos abiertos hasta el límite, sorprendido a más no poder.

Gracias a su posición, pudo informarse de la situación en la que actualmente se encontraban. Aparentemente, había sido una noche de desvelo para todos. Hoseok se había ido a negociar con la policía por medio de unos conocidos que Jin y alguien nombrado BangPD habían contactado, para entregar la evidencia y movilizar la captura de los implicados. Yoongi había salido para llevar a la joven llamada Nicolette, que estaba con ellos, a la estación de policía, parecía ser una valiosa testigo y los agentes se encargarían de su custodia y protección. Además, un francotirador al que se refirieron como Namjoon, al que aún no conocía, continuaba en posición para la intercepción de posibles perseguidores. Taehyung se había puesto a buscar información sobre unas personas implicadas en el tráfico de drogas, o algo así.

Tanta información para procesar hacía que saliera humo de su cabeza, pero lo escuchado hasta ahora se convertiría en una insignificancia, la conversación estaba a punto de tomar un rumbo inesperado.

Todo Bangtan tiene la boca cerrada, tal vez sean amigos, pero la jerarquía y el respeto ponderan, la traición es imperdonable, no están en un juego de niños. ¿Podrá Jimin enterarse de lo que sucedió con Kang Ilgu?
El Kukencio ha despertado... ¿Y ahora?

¿Alguien por aquí le dio una miradita a mi nueva historia "Can't you see me?". Si no lo han hecho y lo desean, pueden revisarla a ver qué les parece.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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