capitulo uno
"La calma antes de la tormenta"
Amelia
―El huracán Agatha se acerca a velocidades descomunales a la solitaria isla de Outer Banks.―Habla por la radio el meteorólogo del único programa radial que hay―Recomendamos que no salgan de sus casas, que cierren las puertas y ventanas y que busquen una zona segura para instalarse en caso de estar lejos de sus hogares.
Mierda, no voy a salir del trabajo hasta que el huracán termine. Literalmente faltaban veinte minutos para que mi turno finalizara, pero se ve que la madre naturaleza no está a favor de los derechos del trabajador.
Aprovecho el tiempo de sobra que voy a tener sola acá para poner un poco de música y acomodar todo lo del día. A esta hora mis dos compañeros se habían ido.
El bar suele ser un lugar muy concurrido. A la mañana pasan todos los pescadores a comprar algo de comer para su día de pesca y a preguntar si tengo algo que les sirva de carnada; al mediodía se llena de familias que salen a almorzar y disfrutar de los cálidos días veraniegos de la isla; a la tarde empiezan a aparecer los adolescentes para merendar entre risas y largas conversaciones que siempre terminaban en temas profundo (ignoremos el hecho de que las escucho siempre que puedo); y a la noche el lugar se transforma en un foco de gente deprimida que busca redimir sus penas y olvidar sus problemas tomando alcohol. Es la hora má conflictiva y complicada, muchos hombres suelen pasarse de la raya y hacen y dicen cosas que no deberían, otros se pelean entre sí por estupideces y otros me usan de terapeuta gratuita. Ni hablar de la propina, la cual casi no existe.
Si pudiese elegir, este basurero no sería mi trabajo, pero es el único lugar al que puedo acceder siendo que no tengo una carrera universitaria hecha. Me encantaría irme de la isla para estudiar fotografía y recorrer el mundo. Siempre me sentí atrapada en este lugar, como si vivir fuera un peso más en la mochila de estrés que cargo día a día. Y duele más saber que muy poca gente realmente quiere que te quedes.
Trato de evitar pensar en mis papás, porque siempre termina siendo un bucle que me lleva a pensar en todas las cosas negativas que me toca vivir y no es el lugar ni el momento para llorar. Me distraigo moviendo mi cuerpo al ritmo de la canción que suena desde el bolsillo trasero de mis jeans a causa de mi celular. Tomo el trapo húmedo que se encuentra al borde de la bacha y lo paso por la mesada sacando toda la mugre que se acumuló hasta este horario en la tarde.
La campanilla de la puerta principal suena, haciendo que me de vuelta, pensando que se había abierto por el viento que se levantó en las últimas horas. Pero me llevo una gran sorpresa al encontrarme con un chico, uno que conozco bien.
―¿Qué estás haciendo, Rafe?―Ni siquiera oculto mi desagrado y enojo con su presencia.
―Hola, Ame. Estoy muy bien, ¿Y tú?
―No estoy con humor para tu sarcasmo, en serio.―Él levanta las manos en señal de inocencia y como intento de tregua mientras curva sus labios hacia abajo.―¿Por qué viniste?
―De verdad no sabías que ibas a estas acá. Volvía a mi casa, pero una palmera cayó en mi auto, y no pensaba caminar.
―Se puede saber la razón por la que estabas el Cut.―Su cara me indica que no me meta en ese tema.
Siempre fue un chico raro. Soy un año menor y suelo cruzármelo en las fiestas de los kooks, esas que tienen innecesarias cantidades de comida, ropas excéntricas y mucha falsedad en el aire. Creo haberlo besado en algún momento, o en varios, pero nunca fue algo trascendental. Él es el tipo de hombre que nunca está con una sola chica y yo soy el tipo de mujer que no busca nada serio que la arraigue a la isla de la que quiere escapar. De todas maneras, no necesito conocerlo tanto para saber la persona que es.
Continúo con mi trabajo, porque quiero terminar lo antes posible y siento su mirada siguiendo cada uno de mis movimientos. No me siento incómoda, pero es raro; como dije antes, él es raro. Algo nunca me cerró.
―Con todo respeto, que lugar de mierda.
―Con todo respeto, mi importa un carajo tu opinión.―Respondo con mucho cariño.
―Vamos a estar mucho tiempo encerrados, hablemos de algo para matar las horas.
―Jódete, Rafe.
Cuando pienso que entendió el mensaje de que prefiero estar en silencio durante horas antes que hablar con él, vuelve a abrir la boca.
―Estás diciéndome más cosas estando callada de las que dirías si me hablaras.―¿Quién mierda se cree que es?
―A ver, ¿qué creés saber sobre mí, Rafe?
―Se nota a leguas que no interesa hablar de tu vida personal.
―Wow, que descubrimiento.―Le aplaudo sarcásticamente acercándome al las mesas para limpiarlas también.
―También estás trabajando, así que mami y papi no deben quererte mucho.
Me freno en seco para mirarlo. Camino rápido y decidida, lo agarro de esa horrible polera que tiene puesta y lo acerco a mí. No me va a desafiar de esa manera, ni él n nadie.
―No tenés ni puta idea de lo que yo vivo.―Me río en voz alta soltando la tela de las prenda que lo vestía.―Pero claro, ¿cómo lo sabrías? Si sos un hijo de papi que nunca logró nada por su cuenta. Aparte de ser un egoista e irrespetuoso, entre muchas otras cosas, solo para no mostrar lo roto que estás por dentro.―Su cara se transforma.―Sí, rafe. Yo también puedo jugar.
―Es válido, jugaste limpio.―Dios, que se calle de una vez.―¿Puedo hacerte una pregunta?
―¿Vas a respetar si te digo que no?
―No.―Que Dios me de paciencia porque lo mato.―¿Por qué me ignoraste todas esas veces que estuvimos juntos?
Nota de autora 💌
Hola mis pipis. Pude escribir algo por fin. Les juro que tenía la cabeza consumida por la escuela y no podía hacer otra cosa, sumado a eso tuve unos problemillas familiares que complicaron todo más.
En fin, aquí les dejo este cap que me gustó bastante. Esten atentis por seguro publico de otros fics caps.
Lxs amoooo 💗💗💗
made by: @lacydreams
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