6:12
El profesor seguía hablando, podía ver cómo su boca se movía, sin embargo mi mente estaba en otro lugar.
¿Cómo se supone que debería actuar frente a ella de ahora en adelante? Después de lo qué pasó. ¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Por qué de pronto comenzaba a actuar extraño?
Entonces la campana se hizo presente indicando que la clase por fin había terminado.
—Jeon Jungkook—interrumpió llegando a mi lado—¿Qué pasó ayer contigo? ¿Sabes cuantas veces estuve llamando? Lo único que escuché fue a esa señora mandándome al buzón.
—Lo siento, ocurrió algo de imprevisto—respondí sonriendo como un idiota al recordar ese precisó momento en que tome el atrevimiento de abrazarla.
—Olvídalo—suspiró rodando los ojos—De todos modos la fiesta se canceló, la pasaron para esta noche, Mingyu ya nos consiguió citas, son dos gemelas y su madre.
—¿Su madre?—exclamé horrorizado saliendo de esa bella fantasía que mi cabeza había creado—No, no hace falta, yo pasó.
—¿No?—frunció su ceño—¿Qué pasa contigo?
«Lo mismo quisiera yo saber.»
—Es que yo, ya tengo cita para esta noche—dije sin pensar antes.
—Ah, había olvidado con quien estaba tratando—soltó burlón—Está bien, entonces te veremos esta noche, estoy ansioso por ver quién será esta vez.
—De acuerdo, ¿Estás listo?—preguntó levantando sus dos cejas—Ya me encargué de las corrientes de aire.
Dijo. Yo la miré con desagrado.
—No lo sé, yo...
—Bien, primero lavarás su rostro—mencionó señalando la esponja—Con agua templada.
—Lavar su rostro, bien—dije nervioso mientras sumergía la esponja que luego saqué y exprimí—Puedo hacerlo—me alenté solo y con lentitud comencé a lavar la cara de la viejita acostada frente a nosotros.
—Con delicadeza, Jeon—reclamó la chica.
—Perdón—susurré terminado de limpiar.
—De acuerdo, ahora lavaremos su torso, las extremidades y después puedes cambiar de esponja para continuar con los genita...
—¿Con sus que.?—interrumpí antes de que terminara—Me opongo, me niego rotundamente, no voy a lavar su, su...
—No es como si fuese la primera vez que miras una—se quejó rodando los ojos—Además, utilizarás guantes.
—Una de alguien mayor si—susurré defendiéndome—¿No crees que es un poco invasivo? ¿Poco adecuado? Qué un chico lave esa zona privada.
—A mi no me importaría dejarme limpiar por ti—habló esta vez la abuelita levantándome las cejas coquetamente.
Y yo no supe exactamente cómo reaccionar ante ese desagradable gesto.
—Bien—suspiró—Solo, sal de aquí, yo lo haré—mencionó corriéndome literalmente de la habitación.
—Nunca aprenderás si sigues negándote—dijo con el entrecejo fruncido y al mismo tiempo le dio una mordida a su sándwich.
—Nunca aprenderé porque mi maestra tiene un muy mal carácter—me defendí causando que una ligera sonrisa apareciera en su rostro.
—Algún día bañarás a uno de ellos, y no habrá escapatoria—advirtió divertida.
—Me niego—reafirme dándole un trago a mi jugo para terminar de una vez por todas con ese tema.
—¿Y quién es?—preguntó caminando hacia atrás abriendo nuevamente tema de conversación.
—¿De que hablas?—pregunté.
—¿Quién es la afortunada que te rompió el corazón y te hizo dejar de creer en el amor?—exclamó con cierto tono dramático.
—¿Por qué quieres saberlo?—mencioné entrecerrando los ojos—¿Tan repentino?
—Para ir y decirle unas cuantas cosas..—dijo volviendo a caminar normal.
—¿Crees que fue una chica?—pregunté burlón.
—Bueno, ya sabes, siempre pasa, te enamoras completamente de una hermosa chica, pero luego te rompe el corazón, así que buscas a una, a otra, y a otra para poder olvidarla—dijo terminando de comer.
—Alguien ve mucha televisión.
—Jeon, sé que tienes una reputación intacta.
—Al parecer sabes mucho de mi—le dije limpiando algunas migajas de su rostro tomándole por sorpresa, incluso yo me sorprendí por tal impulso—¿Me has estado investigando?
—Tienes razón, me gusta ver la televisión y bueno, incluso en mi escuela se habla de ti.
—Fueron mis padres—solté sin más haciéndola callar—Al parecer su amor terminó cuando se casaron
—Lo siento—dijo con voz inaudible—No debí preguntar o hacer suposiciones tontas.
—No importa—contesté para no hacerla sentir mal.
—Pero Jeon...¡El amor existe!
—¿Eh?—la miré curioso por tan repentino comentario.
—Tal parece que, ayer me advertías algo, "No dejar de sentir"—levantó sus dos cejas.
—Eso no es...
—Está en todas partes—interrumpió entusiasmada—Y solemos relacionarlo con algo irracional, una especie de magia que surge sin razón alguna, se alimenta de imaginación, sueños, huidas, fantasías, palabras, palabras, palabras.
—¿Qué?
—O al menos eso me dijeron en clase de filosofía, Aristófanes nos ilumina sobre nuestras ilusiones amorosas; y Sócrates nos esclarece sobre nuestras desilusiones amorosas y con ello, también sobre la verdad del amor
—Alguien pone mucha atención en clase.
—Alguien no pone atención en clase—me contestó riendo.
—¿Tú lo crees?—cuestione mirándola casquivano—¿Crees en esas tonterías?
—Yo creó que, algún día alguien vendrá a rescatarme, compartiremos pensamientos íntimos, estará a mi lado, me dará su apoyo, me escuchará, hablaremos del mundo en general, de la vida que vivimos, y aunque no estemos de acuerdo en ciertos aspectos, aceptará mi manera de pensar—explicó con cierto destello de ilusión.
—Pides demasiado, lo que tú en realidad quieres es un príncipe.
—No importa lo que yo crea, o quiera—suspiró tranquila—Importa que el amor ama aquello de lo que está falto y no posee, y tú...creas una barrera que te impide verlo, sentirlo y por ende, te vuelve incapaz de demostrarlo.
—Tal vez—dije con voz queda.
De pronto un silencio nos calló como balde de agua fría.
—Siempre quise hacer esto—mencionó minutos después cortando el silencio y el ambiente tenso que se había formado.
—¿Qué cosa? —la miré curioso.
—Caminar una noche después de lluvia sin rumbo alguno—mencionó deteniéndose—Platicar, cenar, estar acompañada de una buena persona.
—No soy una buena persona.
Hice lo mismo. Me detuve sin poder despegar la mirada.
Solo podía enfocarla a ella.
—¿No es triste?—dijo correspondiendo mi mirada—Estamos aquí ahora, pero nadie lo sabrá, nadie lo recordará después
—Yo lo haré—solté—Yo lo recordaré
—¿Lo ves? Claro que eres una buena persona.
El tiempo en que nuestras miradas se cruzaron se sintió infinito.
Un ambiente tenso volvió a formarse, pero fue interrumpido por una vibración de mi celular arruinando todo aquel hermoso momento. Con rapidez y fastidio deslice mi mano sobre el bolsillo de mi chaqueta y lo saqué.
Jae.
¿Dónde estas?
Si vendrás esta noche ¿Cierto?
[8:45 p.m.]✅✅
—¡Rayos! Lo olvide por completo—espeté llevando mi pelo hacia atrás en un movimiento rápido.
—¿Qué cosa?—preguntó Yi Seo confundida.
—Ven conmigo—solté de la nada
—¿Eh? ¿A dónde?
—Una fiesta—explique—Sé mi cita esta noche...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro