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El silencio entre nosotros no era incómodo, el cielo estaba despejado, ya no habían muchas personas transitando
Y en esa calle mi auto era el único
Las luces del semáforo iluminaban el rostro de Yi Seo como si nada hubiera pasado. Sin embargo aún no podía asimilar nada.
Ella se abrazaba así misma frotando sus brazos. Y yo no podía articular ni una palabra
Estacione el auto frente al departamento de la chica, y con dificultad salí de él para abrirle la puerta a ella.
—Vamos...—exclamé estirando mi mano, la cual tomó con lentitud y también salió de él.
Cruzamos miradas por un momento. Y ahí me percaté de que estaba herida, una infinita preocupación y culpa me invadieron.
—Entra...—dijo ella colocando la clave para abrir aquel departamento.
No muy seguro de eso, caminé al interior. El olor a vainilla no tardo en inundar mis fosas nasales. Tomé asiento en el sofá mientras ella se dirigía al refrigerador por una compresa de hielo.
Cuando ya la tenía en manos, camino con rapidez hacia mi y colocó el hielo en mis nudillos inflamados.
—¿Cómo es que...
—Young Min, ella me avisó—interrumpí como si le hubiese leído la mente—Se dio cuenta de su error demasiado tarde.
—¿Puedo...?—señaló la sudadera, asentí y con sumo cuidado la levantó provocando escalofríos en mi
Dolía como el demonio, estaba completamente lleno de hematomas.
Los ojos de Yi Seo no tardaron en cristalizarse. Sabia que es ese momento se culpaba a sí misma por ello.
—No debiste...
—Te prometí que estaría para ti siempre que me necesitaras—susurré sonriendo—Y así será.
Yi Seo, miro el profundo color chocolate de mis ojos con preocupación, miles de mariposas me invadieron al instante.
Con suma delicadeza posó su mano en mi suave mejilla y sonrió con melancolía. Luego fue dirigida a mi negro cabello, el cual acarició con lentitud.
Una fuerte punzada se hizo presente en mi pecho.
Pensar que hace unas horas la extrañaba con desesperación y ahora la tenía cara a cara.
—No puedo permitir que nadie te haga daño Kim—susurré con un nudo en la garganta, con un brillo inexplicable en los ojos—A ti no...
—Pero tú me haces daño Jeon—contestó soltando una lágrima, se echo hacia atrás y se levantó del sofá dándome la espalda caminando hacia la cocina.
De pronto frenó en seco y se giró nuevamente.
—¡Me gustas!—exclamó fuertemente—Pero siempre estoy un paso atrás de ti—continuó—No puedo alcanzarte y tú no te detienes a esperarme, ya no puedo Jungkook, debo detenerme.
Con la rapidez que mi cuerpo me permitió, me levanté y tomé su muñeca fuertemente. La mano que tenía libre tomó su mejilla delicadamente y la acaricié con sumo cuidado.
Mirándola con la cabeza inclinada, recordé la primera vez que la vi en aquel jardín. Definitivamente lo mejor que me había pasado era ella.
—Tengo miedo—confesé en un susurro con una débil voz—Siempre que algo bueno llega a mi vida, siento temor de perderlo—junte su frente con la mía con delicadeza mezclando nuestras agitadas respiraciones.
Ella colocó su mando sobre la mía.
Ella no pudo evitar sollozar haciendo temblar sus labios.
—Creí que salvándote de mi estarías mejor—exclamé con arrepentimiento—Pero la única verdad es que te necesito para ser salvado.
La chica hizo desaparecer la distancia capturando mis labios con un beso. Era tan dulce.
Sus manos jugaban con mi cabello y podía sentir las lágrimas de ella sobre mis mejillas. Dándole un toque salado. Lentamente nos fuimos separando. Ella abrió sus ojos con lentitud topándose con mis ojos irritados por las lágrimas.
—No sé como corresponderte Yi Seo, ni siquiera sé cómo empezar a intentarlo.
Ya no tenía razones para no sentirla mía.
Había tomado una decisión. De la cuál no me iba a arrepentir.
Ella se recargó en mi pecho y yo la envolví con mis brazos acariciando su suave cabello.
—Lo sé—murmuró la chica quien poco a poco fue separándose de mi—Tal vez...esto no iba a funcionar desde el principio. Quizá, siendo amigos funcionemos mejor.
—No...no lo creo.
¿Quién podía separarnos, si ya había decidido que era ella?
Ni siquiera yo podía hacerlo. Ya no.
Historia dedicada a Geral_monx
¡¡Feliz Cumpleaños!!✨🤎
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