La reunión de los viernes por la noche había comenzado hacía apenas unas horas pero yo ya estaba muriendo de aburrimiento. Eso era algo que mis padres acostumbraban a hacer para recordarme que aún éramos parte de la "alta sociedad".

—El solo quiere hablar de una posible unión de empresas...

—No voy a casar a mi hijo con una chica que ni siquiera sabe lo que hace. Sus padres son unos vulgares.

Llevaba escuchando una eternidad cómo peleaban mis padres por algo tan estúpido como lo era el compromiso para mi. Luego se callaban y fingían reír cuando una persona pasaba a su lado, volvían a pelear y así continuamente, como un círculo vicioso.

—Amor, eso hacen la mayoría de las empresas—"amor" juro que había soltado una carcajada interna al escucharlo decir aquello

—No me importa, si alguien elegirá a su pareja, seré yo. Tú tienes pésimos gustos.

"Felicidad."
Para ellos no había más que una manera de ser feliz: Vivir para los demás.

—Jeon—interrumpió mamá después de la pequeña pelea con papá.

—¿Qué sucede?—cuestione despegando la mirada de mi celular.

—¿Vendrá?—cuestiono sonriente.

Era verdad.
Le había platicado sobre ella a mamá para evitar que me juntara con alguna de las hijas de sus amigas.

—Si, lo hará—conteste no tan seguro de ello.

Pero esa inseguridad se fue cuando él timbre se presentó por toda mi casa. Aquello hizo que automáticamente me levantara del sofá y literalmente corriera a la puerta antes de que alguien más se atreviera a abrirla

Peine mi cabello, acomode un poco mi camisa y giré la manija topándome con su silueta en la entrada.
Ese vestido azul de tirantes que llevaba puesto resaltaba su piel blanca, dejando sus hombros al descubierto, la hacia ver más hermosa de lo que ya era. Mi corazón comenzó a acelerarse como si estuviese haciendo ejercicio. Ese era el impacto que ella provocaba en mi. Cuando sus ojos se toparon con los míos, caí al borde de la locura. Y cuando sonrió. Dios...Ella me volvía loco.

—Perdóname por meterte en esto, pero eres la única persona sensata que me impedirá hacer algo estupido esta noche—dije una vez aterrice en tierra.

—Gracias por la repentina invitación—dijo esbozando una sonrisa.

—¡Te veo mañana!—interrumpió un chico desde el auto estacionado al frente ganando solo un asentimiento de su parte antes de avanzar y perderse al dar vuelta.

Quería creer que el era solo una mala jugada de mi imaginación, que él verdaderamente no estuvo ahí.
¿Qué demonios hacía con mi chica? Pensé. Sin embargo me maldije cientos de veces por aquel estupido pensamiento.

-Yi Seo no era mi chica-

No quería nada formal con ella. Sin embargo odiaba la idea de que quizá estuviera con alguien más. Ni yo mismo podía entenderme.

—El es sólo In Yeob—habló volteando a mirarme con una sonrisa en su rostro—Trabaja conmigo en el bar.

—¿Trabajaste hoy?—pregunte tratando de disimular y me hice a un lado para dejarla entrar.

—Pedí un cambio de turno para poder venir—explicó—Y ahí fue donde se ofreció a traerme.

—Entiendo—asentí—Bueno, aquí es donde vivo.

—Es una casa hermosa—respondió admirando todo el lugar.

—Es una casa enorme para sólo tres personas—solté.

—Hijo, ¿No me presentaras a tu amiga?—hablo mi madre llegando hasta nosotros interrumpiendo aquel momento.

—Madre, ella es Yi Seo—mencioné—Yi Seo, ella es la señora Jeon, mi madre—solté en un suspiró

—Encantada de conocerla señora Jeon.

—Así que, conociste a mi hijo en el asilo—dijo ella.

—Si, está en lo correcto—respondió la chica cordialmente .

—Entonces, significa que quizá quieras estudiar algo relacionado. ¿Planeas ser enfermera? ¿Estudian en la misma escuela?

—Bueno, el tema de una licenciatura no está muy bien planteado para mi, aún—respondió mirándome—Y no, estudiamos en distintos lugares.

—Si, bueno, creo que ya han sido demasiadas preguntas—intervine antes de que el interrogatorio continuase.

—Y...¿Tus padres? ¿Qué es lo que hacen?—preguntó ignorándome por completo y supe a lo que iba—¿Son dueños de alguna marca? ¿Empresa?

—Bueno, ellos, yo—poco a poco pude notar como los ojos de la pelinegro por alguna razón desconocida se cristalizaban.

—Madre, ella y yo estábamos a punto de ir al jardín, ¿Por qué no vas con tus amigas a platicar de cuantas calorías tiene cada bocadillo?

—¡Jeon!...

—Vamos—interrumpí impidiendo que dijera otra cosa, y con rapidez lleve a la chica a la parte trasera.

—Perdón, yo, no suelo hablar de mi familia y...—balbuceó.

—Está bien, no tienes que explicarme nada—susurre una vez tocamos el pasto y nos alejamos de los demás.

La música Jazz se presentó, era el tipo de música que mi padre escuchaba y yo no toleraba del todo. Sin embargo, en ese momento me pareció el sonido correcto.

—¿Quieres...bailar?—solté haciendo caso a mis impulsos—Para olvidar el mal rato que recién te hice vivir.

—¿Bailar?—cuestionó dejando notar el nerviosismo que poco a poco crecía—Yo, no, no sé cómo hacerlo en realidad.

—Eso no es importante—le dije tomando su mano y depositando la mía en su cintura.

Tenerla así de cerca. El espacio que nos separa es tan corto como lo esta mi corazón de mis pensamientos. Escuchando su acelerada respiración, convierte una noche en una velada maravillosa y sublime. La melodía que emite el tacto en las teclas, entra en mis oídos, calmándome al instante.
Siento como ella recarga lenta y suavemente su cabeza en mi pecho y mi corazón vuelve a estallar. Se vuelve loco de atar.

Entonces levanta su mirada, quien conecta con la mía. El corto espacio entre nosotros se seguía acortando cada vez más. Nuestras respiraciones se volvían una, nuestros labios podían rosarse ya.

—Lo cierto es...—la escuché susurrar cerca

—No tienes que decírmelo si no quieres—mencioné con impavidez.

—Estoy sola Jeon—dijo sin más.

Y mi mente quedo en blanco.

—Jamás conocí a mis padres biológicos—susurró con voz quebrada—Fui adoptada por la abuela Kim a los siete años.

—Pero la señora Kim tiene al...

—Si Kook, tiene alzheimer—interrumpió y me calló como balde de agua helada en la cabeza.

Una fuerza me obligó a alejarme con algo de brusquedad.

—Maldita sea—espeté en un susurró.

Por eso salió corriendo aquel día.
Por eso estaba llorando esa noche.

—¿Qué pasa?—preguntó ella confundida por tan repentino alejamiento de mi parte.

—Yo, no, ah—sin decir nada caminé velozmente hacia la entrada dejando a aquella chica plantada en el medio del jardín.

—¡Jeon!—gritó a mis espaldas—¡Jungkook! ¿Qué sucede?—exclamó tomándome del brazo.

"Está sola. Ya sufrió bastante. Dile que no la amas.
¡Explícale que mueres de miedo, hazla entender que su intuición está equivocada, no eres diferente, rómpele el sueño de hadas, tu no has venido a rescatarla de la torre, dile que no tienes nada que darle, matala con agonía y palabras, dile, grítaselo si es necesario, ayúdala, aléjala, no le sigas haciendo daño, no permitas que se enamoré de ti!."

Gritó con todas sus fuerzas una voz en mi cabeza.

—No puedo—dije sin atreverme a levantar la mirada.

—¿Qué no puedes?—frunció su ceño

—No puedo hacer esto, no puedo seguir contigo.

—¿Qué?—soltó

—¡Qué fue un error traerte aquí!—solté dejándola aún más confundida

—Yo no soy como las prostitutas con las que te acuestas ¿De acuerdo?—espetó enojada—¡No soy una basura que luego puedes desechar, no soy un estúpido juguete al que puedes manipular a tu antojo!

—¿Entonces porque aceptaste en primer lugar? ¿Por qué te quedaste conmigo? ¿Por qué correspondiste aquel beso? ¿Por qué decidiste venir esta noche?

—Creí...creí que eras mejor que todo, que éramos amigos, te lo dije Jeon, realmente vi algo en ti que me hizo creerlo...pero veo que estoy muy equivocada—dijo caminando de un lado a otro—¡Ni siquiera sé cómo es que llegamos a esto! ¿Por qué estamos discutiendo?

—¡Eres tan jodidamente predecible!

—¡Tú, un completo idiota! ¡¿Cómo pude involucrarme contigo?!

—Esto es la vida real, no puedes ir paseando por las calles en busca de un maldito príncipe, deja ya de fantasear como una niña, ¡Los estupidos príncipes no existen!

—¿Crees que yo no vivo mi realidad Jeon?—preguntó incrédula—Mi madre no sabe ni quien soy, tengo muy en claro lo que quiero, es mi maldita vida, puedo hacer lo que se me venga en gana y ¡No tiene nada que ver contigo!

—Tienes razón,  no te debo nada, no estoy obligado a hacer algo por ti, tú vida no tiene nada que ver con la mía

Una fuerte opresión se sintió en mi pecho.

—Así soy yo Kim Yi Seo, no vas a entenderme

—Nunca trate de hacerlo—dijo casi inaudible—Nunca trate de entenderte. Solo intente aceptarte así y ya, y creo que si lo hubieras intentado tanto como yo, pudimos ser muy buenos amigos.

—Juntos somos un caos, duele aceptarlo, pero no hay más, no quiero lastimarte

¿Qué hace esa chica para captar mi atención?
En quien menos imaginaba, y hacía que todo a mi alrededor se pusiera de cabeza.

Aún hay muchas cosas que no entiendo, que no comprendo acerca de lo que siento.

—Respóndeme solo una cosa Jungkook—habló —Un nosotros,  No va a pasar nunca ¿Verdad?

No negaré el hecho de que en ocasiones desee olvidarme de todo y lograr que mi corazón no latiera tan rápido cuando se cruzaban nuestras miradas. No es sencillo darse cuenta de algo así, pero debo aceptar que esta característica del amor no la cambiaria.
Hay veces donde no podía comprenderla y llegaba a desesperarme. Pero me alegraba hacerla personaje principal de mi historia, y cada sentimiento que va inmerso en cada letra de esta hace más clara la expresión de lo que ahora en mi alma habita, y que ella es la causante de todo lo que siento.

—Lo siento...

Aún éramos dos extraños cuyos caminos cruzaron, pero ahora solo sabía que quería estar a su lado todo el día, el siguiente y así consecutivamente.
Pero no debía. No podía permitirme lastimarla.
No a ella.

—Aléjate de mi —pronunció casi en un susurró

Y quería imaginar que esto durará lo que duraba un para siempre.
Un suspiro, un soplido, un abrir y cerrar de ojos.

—Puedes estar tranquila, no me interesa seguir perdiendo mi tiempo contigo.

Después de todo. No podía permitirme sentir.