Abro mis ojos trabajosamente, uso una de mis manos para protegerme de la intensa luz. Intento recostarse, para ver donde estoy. Lo logro con serias dificultades por la punzada de dolor que azota mi espalda.

Examino mi alrededor.

Una minúscula habitación totalmente pintada de blanco. Además de mi cama personal, sólo hay algunos artefactos de uso médico y dos butacas acolchonadas. Por alguna razón, acabo de despertar en una habitación de hospital.

¿Qué demonios hago aquí?.

La respuesta a esta pregunta es obvia.

La vida acaba de darme una segunda oportunidad.

Me pongo de pie trabajosamente. Cierro los ojos, al quedar encandilada por la intensa luz. Tras unos segundos mis ojos se adaptan a la iluminación.

Miro la cama de la que acabo se levantarme, no hay nadie en ella. Miro mis manos, son totalmente normales. Camino algunos pasos, y no siento nada se frío. Sólo una agradable corriente de calidez. Intento abrir la puerta, lo logro en mi primer intento. Llamo a los doctores en el pasillo, ellos me escuchan a la perfección.

Es en ese momento, cuando liberadora afirmación brota en mis pensamientos.

Estoy viva.

Estoy viva, para ayudar a mamá a deshacerse de alguien que no le merece.

Estoy viva, para impedir que hombres como mi padre sigan abusándonos

Estoy viva, para disfrutar el resto de mis días con mi mejor amiga.

Estoy viva,  para mandar a la mierda a un chico interesado, que sólo me usa como una herramienta.

Estoy viva, para decirle a mi hermana que le amo. Que ella es perfecta tal como es.

Estoy viva para luchar por lo que quiero, y por quienes quiero.

Me percato, de que la sensación de frío aún no ha desaparecido totalmente. Puedo sentirla en muñeca. Cuando me fijo, veo que hay una palabra escrita allí.

ALIVE.