Atravieso la puerta del jardín de casa. No puedo describir, cuan frustrante es no poder controlar mis propios movimientos. No saber hacia donde voy o porque.

Exhalo un suspiro de alivio, cuando recupero el control de mi cuerpo. Acabo de entrar en nuestro salón.

Ha pasado un rato desde que estuve aquí, por lo que supongo que mis padres estarán en sus respectivos trabajos. El silencio absoluto que domina la casa, confirma que estoy en lo correcto.

Movida por un presentimiento, subo por las escaleras hasta el segundo piso. Una vez allí, atravieso la puerta para entrar a mi propio cuarto. Casi inmediatamente un familiar olor  penetra mis fosas nasales, una mezcla de libros antiguos y ambientador de coche.

Examinó detenidamente mi habitación. La cama está destendida, pero por lo demás luce exactamente igual a como la recordaba. Decenas de fotografías familiares adornando las paredes, el mismo olor, la misma vista.

No puedo evitar pensar, en cuanto han cambiado las cosas desde la última vez que dormí aquí. Como si ahora mismo fuese una persona completamente diferente, a la chica que solía dormir aquí.

Mi atención se detiene en una fotografía de mi hermana y yo, la cual fue tomada hace dos años. En la imagen, ambas sonreímos a la cámara, nuestras manos están entrelazadas.

La angustia y la preocupación se adueñan de mi interior al pensar en mi hermana. No podría soportar haberla destruido a ella también. No podría soportar verla devastada o ausente. Todo lo que necesito ahora mismo, es verle sonreír una vez más.

Claire Meyer siempre ha sido mi ejemplo a seguir, la luz que ha iluminado mi vida. Ellas es mucho más que una hermana, es una extensión de mi misma. Una extensión de mis miedos y temores, de mis virtudes y defectos.

Con los labios fruncidos en un fina línea, e intentado contener una lágrima, salgo nuevamente al pasillo. Estoy a punto de descender por las escaleras, cuando veo que la puerta del cuarto de Claire está entreabierta.

Impulsada por mi sexto sentido, camino hacia allí. En un primer momento no veo a nadie, pero un instante después noto que las luces del baño están encendidas. Esto no me alarma, pues mi hermana estudia en la universidad de nuestro pueblo, y suele visitar casa con mucha frecuencia.

La puerta que conduce al baño está cerrada, pero la atravieso sin mayores dificultades. Lo que veo al otro lado, hiela de un sólo golpe cada centímetro de mi cuerpo.

Mi hermana, la chica segura de sí misma, y de autoestima altísimo,  está sentada a un lado del inodoro. Ella introduce dos dedos en su boca. Segundos después, comienza a vomitar compulsivamente.

Mi corazón ha dejado de latir, o al menos eso creo. Pero las múltiples oleadas de dolor que me azotan, me impiden estar segura. Lágrimas congeladas caen por mis mejillas. 

Claire se pone de pie, sollozando ruidosamente. Se acerca al lavamanos, comienza lavar sus manos y cara. Una vez acaba, toma un toalla para secarse. Camina un par de pasos, hasta quedar frente a un enorme espejo de cuerpo completo. Observa su reflejo por unos segundos, e inesperadamente rompe a llorar.

Sus sollozos intensifican aún mas los míos. Observo, totalmente deshecha, como mi hermana vuelve a sentarse a un lado del inodoro.  Ya sé lo que viene a continuación, y no estoy preparada para presenciarlo. Prácticamente corriendo, salgo del baño y de la habitación.

Apenas logro dar dos pasos en el pasillo, antes de caer derrotada. Mi corazón sigue paralizado, mis venas parecen hechas de hielo, mi vista se vuelve más oscura y difusa a cada segundo. Todo lo que he vivido en las últimas horas cae sobre mí en un efecto domino.

En mi mente, veo la imagen de mamá inconsciente en el suelo. Veo la euforia en la mirada de papá, mientras la golpeaba. Escucho las risas de mis amigos, el desprecio en la voz de Josh. Y por último las veo a ellas.

Veo el vacío en la mirada de mi mejor amiga. Siento en mi piel es asco de mi hermana, mientras se contemplaba al espejo.

Esta última sensación es demasiado intensa, demasiado cruda. Mi cuerpo y alma colapsan en lágrimas.

Lloro por mamá, por no haberme dado cuenta de lo que sufre.

Lloro porque acabo de perder as mi padre. Porque nunca podré mirarlo a la cara después de hoy.

Lloro por destruí a mi mejor amiga.

Lloro por no haber sido capaz de ayudar a mi hermana. Porque no estuve allí para ella.

Mis ojos comienzan a cerrarse, sin que pueda hacer nada para evitarlo. La oscuridad va aumentado periódicamente, hasta que es todo lo que veo.