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Miedo A Lo Desconocido.

"El verdadero terror vive en lo desconocido y en lo que nuestra mente es capaz de imaginar" - Desconocido.

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Bellfront industries

Alerta: el presente documento es altamente Clasificado, y su contenudo puede resultar desagradable para personas sensibles.

El día jueves 19 de Octubre de 2015 alrededor de las 15 hrs, durante el turno vespertino, dentro del aula asignada como el laboratorio de Ciencias del colegio de educación avanzada Tolland Neill, sucedió un mortal accidente, el cual cobró las vidas de 8 de los alumnos de segundo grado de secundaria, y de su maestro.

Una investigación pública dio a conocer que se trató de la liberación de un gas mortal, quizás por alguno de los jóvenes en un experimento común en clases que salió mal, sin embargo, una investigación más profunda, realizada por operativos de la compañía, reveló como evidencia primordial un teléfono celular, perteneciente a uno de los jóvenes estudiantes; Dylan Brooks, el cual contaba con un video grabado durante la fecha y horas exactas del incidente.

El siguiente reporte, incluye una transcripción narrada de aquello que se mostraba en el video, debido a los daños en el dispositivo cuando se halló bajo un mueble en la escena, el video estaba dañado, y solamente pudo reproducirse un par de veces.

Después de las evidencias recolectadas, se clasificó a este evento como "Aliena spectrum".
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Inicia grabación.

Batería: 86% Hora: 11:38 am. 19/10/2015

-¿Hola? ¿Hola hola? Probando, uno dos...

Dylan apareció sosteniendo el teléfono, mirando hacia la cámara con sus ojos marrón, un chico blanco de cabello castaño y corto, llevando ya puesta su camisa blanca de cuello rojo como parte del informe de su colegio, con el logo de la institución.

-Bueno... Me presento... Soy Dylan Brooks, y como soy el estudiante más calmado y responsable de mi grupo, me eligieron como participante del proyecto "Un día en la vida de..." el cual consiste en que un alumno de cada grupo grabe todo lo que suceda durante un día de clases... Así que bueno, ya sabrán lo que @$&%=/...

La grabación mostró estática y el audio estaba dañado durante ese fragmento.

Se logró distinguir un ligero tour por su habitación, y un almuerzo con su madre, Elisa Brooks Parker, antes de que esta lo llevase en su vehículo al colegio.

-¡Cuidate mucho, suerte y bye!

Se despidió la mujer de cabello castaño, entrada en años y de piel blanca, sentada en el asiento del conductor de su vehículo, un Nissan Sentra azul. Mientras su hijo bajaba del vehículo con su mochila y el teléfono en mano.

-¡También te quiero mucho mamá, te llamo cuando salga!

El colegio, de altos muros para sus tres pisos, pintados de un color durazno con bordes rojos y techos de teja marrón, le dieron la bienvenida mientras se abría paso entre las escaleras a la instalación, a la vez que múltiples estudiantes del turno matutino salían, para que alumnos del turno vespertino ingresaran junto a él.

Entonces apareció Alexis Meynor, un chico delgado de cabello corto y negro, esperando por Dylan apoyado en uno de los muros de los pasillos, con una expresión curiosa y sorprendida.

-¿De verdad nos vas a grabar con eso todo el día?

-Mientras dure la batería, sí...

Ambos chocaron puños, y avanzaron a buen ritmo hacia su salón de clases, intercambiando palabras durante su recorrido.

-¿Cuántos crees que vengan hoy?

-Sería un milagro si llega la mitad del salón... Por no querer salir haciendo travesuras y no poner atención a clases en el video.

-Seh... Por cierto, ¿Viste el meteorito que cayó anoche?

-No, fui a dormir temprano, y cuando desperté anoche ya había caído según mis papás y mi hermana... ¿Tú?

-Sólo el final de cuando cayó, estaba en mi cuarto haciendo tarea cuando pasó, ¡Toda la ciudad pareció iluminarse de color verde bro!

-Bueno, ya revisaré las noticias y los videos completos de la caída en casa. Vamos...

Así, ambos entraron a su salón de clases, un lugar bastante amplio, con rayones en las bancas de madera clara con estructuras de metal pintado de negro, y cada vez más de los estudiantes de su grupo llegaban. Todos los nombrados en la lista de víctimas menos uno.

Sonó la campana, y el resto de chicos llegaron, seguidos por su maestra. Todos notaron de inmediato la cámara, y las chicas suspiraron resignadas, mientras los chicos rieron un poco.

La maestra Ingrid, conocida por su baja estatura, entrada en años, subida de peso y de cabello negro, entró al salón con tranquilidad, observando a todos los alumnos, mientras Dylan posicionaba su teléfono apoyado al pie de la ventana para grabar a todos los estudiantes mientras la maestra daba inicio a la clase de matemáticas.

Salían a destacar los gemelos Charlie y Evan, sentados juntos en una esquina, riendo y pasándose respuestas a escondidas de la maestra. Paula, de tez morena y grandes ojos, dibujando en las esquinas de su libreta. Margaret, de cabello pelirrojo y piel clara, prestando especial atención a la clase, Arturo, llevando accesorios metálicos como piercing, se reclinó en el asiento para estar cómodo y relajado durante la clase.

Fred, con sobrepeso y granos, se vió nervioso por la cámara, el único sobreviviente al incidente, por no estar dentro del laboratorio cuando sucedió. Abbygail, de cabello rizado anotaba cosas ajenas a la materia en su libreta rosada, y el resto de alumnos simplemente faltaron ese día, posiblemente sabiendo que no saldrían libres de problemas si aparecían conversando en clase durante el video.

La clase prosigió con normalidad, viendo ejemplos resueltos a fórmulas matemáticas básicas de secundaria, resaltando el interés de Margaret y Dylan por resolver los ejercicios que ofrecía su maestra con precisión y rapidez.

Al cabo de sesenta minutos, con 69% restante en la batería del teléfono, sonó el primer timbre, y la maestra se apresuró a recoger sus cosas para retirarse tras dejarles una tarea a aquellos alumnos que faltaron.

-¡Dylan! ¡Apaga esa cosa por favor! -grita un muchacho con ojeras y pálido, siendo Charlie, alto y descuidado con su cabello largo y castaño, acercándose a Dylan, mientras lo acompañaba su hermano Gemelo Evan, de Apariencia similar a su hermano salvo por tener un corte de cabello más formal, el cual jugaba con unas tijeras.

-No... No puedo hacerlo, saben todos que es indicación oficial del director... -. Respondió Dylan con timidez, agarrando el celular para sostenerlo con ambas manos, notándose por el fallo en el audio, y un dedo visible al borde de la cámara.

-No era pregunta... No creo que nadie vea esa mierda aburrida... -. Respondió el que sostenía las tijeras, tratando de robar el teléfono, entonces se mostró estática y un error en la grabación.

Hasta que la grabación regresó a la normalidad, con Dylan mirando la cámara nervioso, y apuntando entonces a un hombre adulto de dos metros diez de alto, pelirrojo de corte militar y barba, entrando.

Su maestro Humberto llegaba con una mochila de laptop al salón. Y todos corrieron nerviosos a sus butacas.

-Buenos días estudiantes... Cómo sabrán todos, Dylan tiene que grabar absolutamente TODO lo que suceda en su grupo hoy, así que quiero que haya respeto e integridad, no somos salvajes, ni se aceptan irresponsables en mi clase, o no hay actividades en el laboratorio, ¿Entendido?

-¡Si Maestro! -. Respondieron al unísono a su profesor de voz firme y grabe, se notaba en algunos su nerviosismo, y entusiasmo por ir al laboratorio, de forma de el profesor inició el pase de lista, y los hizo escribir apuntes con la actividad del día antes de salir.

Dylan, avanzando detrás del grupo junto a Alexis, Repasó con la cámara los interiores con altos muros azules y grises de la institución, con algunas jardineras bien decoradas, hasta entrar a los largos pasillos de la sección de secundaria avanzada, con múltiples salones y casilleros, poco a poco llegaron al fondo del pasillo principal del segundo piso.

Donde una puerta de metal rectangular con un gran cristal, y un reloj de pared por encima los esperaba. Uno a uno entraron, ignorando que sólo uno de ellos saldría de ahí con vida.

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Batería: 48% Hora: 14:18 pm. 19/10/2015

Adentro del laboratorio, se hallaba toda clase de instrumentos repartidos por los estantes y las seis mesas del lugar rectangular, en la entrada se hallaba el escritorio del maestro con su pizarrón.

Cada mesa de metal, unidas todas a la pared, contaba con un lavador, y dispensadores de gas para los experimentos, así como otros instrumentos y tubos de ensayo vacíos.

El maestro dividió a todos por equipos para que quedaran repartidos por las mesas de forma equitativa, y comenzaron con el experimento con tranquilidad.

Colocar en un envase polvos comunes, y ponerlos en un tripie sobre la flama de los encendedores, de forma de el vapor tomaría colores violetas y verdes, pero entonces la grabación adquirió estática nuevamente, hasta que ahora se mostraban a todos sentados con tranquilidad alrededor del escritorio del maestro.

-¿Sabían que hay una historia de terror sobre este mismo laboratorio? -. Preguntó Humberto a todos, con una linterna para iluminar su rostro, el cual tenía una cara divertida al recibir negativas de los compañeros como respuesta. -Hace muchos años, vivía una estudiante llamada Elie, quien era muy estudiosa, y practicaba experimentos por su cuenta, pero un día... Quedó encerrada en el laboratorio, y se liberó un gas que acabó con su vida, de hecho... Si revisan las paredes, dicen que se pueden ver los arañazos que hizo en las paredes al... ¡MORIR! Jajajajajajajaja...

Soltó una carcajada, viendo las expresiones de terror en algunos de los presentes, incluso Dylan giró la cámara hacia los muros del laboratorio, como si su teléfono pudiera notar en aquella fría y lisa superficie, las marcas de rasguños en las paredes. Pero no había nada más allá del plano y pálido gris en que formaba la capa de pintura más reciente puesta ahí.

Debido a que la clase de Humberto constaba de dos horas ese día, empezando a las 14hrs, y el receso se daba a las 15 hrs en punto, la clase se dividía con el receso de por medio, y aquella vez se llevaron los treinta minutos de receso en concluir el experimento sin notarlo, y por esa razón, según explicó el profesor, se quedaron dentro para descansar al concluir el experimento, sin embargo, cuando uno de los estudiantes, Evan, quiso salir por la puerta para ir al baño... Exclamó confundido al intentar abrir la puerta sin éxito alguno.

-¡Profe, cerró la puerta con llave!

-No, no lo hice... Fred salió hace poco... Debió ser alguien que cerró cuando no lo vimos. A ver...

El adulto se levantó para recoger sus llaves del escritorio, e intentar abrir la puerta, sin embargo, al introducir la llave, le resultó imposible girar el mecanismo para quitarle el seguro.

Forcejeó contra la puerta, pero al intentar usar la fuerza bruta con su robusto cuerpo, para la sorpresa y terror de todos, la llave se rompió en su mano, quedando una parte dentro del seguro.

-Este, yo... -. No pudo decir nada antes de salir disparado hacia atrás con fuerza, la cámara pareció percibir estática frente a él al momento de ser lanzado, pero esta se disipó, revelando ahora, el cuerpo del profesor Humberto sin vida...
Desplomado en el piso junto a su escritorio.

Los gritos de terror de Dylan y sus compañeros no hicieron falta, Margaret y Abbygail fueron a revisar su estado, notando la falta de vida en sus ojos, y el liquido vital carmesí brotando de su nuca.

-E-está muerto... Ay por Dios... -. Abbygail se llevó ambas manos a su boca, conteniendo un grito asustado.

-¿Pero... Cómo pasó? No había nada que lo hubiera lanzado con tal fuerza... ¿Qué hacemos ahora? -. Razonó Margaret, mirando la puerta con temor, su única entrada y salida, ahora cerrada y con una llave rota dentro.

-Debemos salir de aquí... -. Afirmó Dylan, viendo todo con su cámara, rápidamente pareció ir a revisar las dos ventanas del salón, cerradas y polarizadas, con barrotes, pero abiertas cabía un humano. -Vamos, ayúdenme...

Y para su infortunio, el sistema para abrirlas estaba trabado, y con su mano no pudo abrirla, aún si, Charlie fue a ayudarle junto a Evan. Pero ninguno de ellos logró tener éxito alguno con estas.

-¡¡Rayos, mierda... Estamos encerrados... MIERDA!! -. Maldijo uno de los gemelos sin saber qué hacer, cuando Arturo llamó la atención del grupo tras varios gritos de ayuda sin respuesta del exterior.

-¡OIGAN! ¿Qué... Le pasa a Paula?

La cámara lentamente giró hacia la chica de tez morena, arrinconada en una de las mesas, y revisando su teléfono. Aparentemente estaba bien, quizás llamando por ayuda, pero entre más se acercaba el chico con la cámara, más se notaban sus pequeños temblores por todo el cuerpo, desde sus pies hasta su cabeza, y al acercarse hacia su rostro...

Pequeñas lágrimas caían por sus ojos, y se escurrían por sus mejillas hasta caer al piso, pero no eran lagrimas normales, estas estaban teñidas de rojo, y a pesar de todo, la chica tenía una sonrisa en su rostro frágil, antes de comenzar a convulsionar frente a todos en lo que parecía ser una muerte cerebral.

Alexis sin pensarlo demasiado, fue rápido a socorrerla aunque no supiera qué debía hacer, en lo que otros dos compañeros, Charlie y Arturo, seguían gritando por ayuda, o tratando de romper el cristal de la ventana sin éxito, y Dylan, temblando por la notoria sacudida en la cámara, retrocedió hasta chocar contra uno de los muros del salón.

-¡Paula, por favor reacciona! ¿¡Qué es lo que te pa-!?

Fue entonces que las luces se apagaron por un intervalo de seis segundos, y al volver a encenderse, Paula, y el cuerpo del maestro, habían desaparecido. Quedando sólo Alexis con las manos manchadas de sangre, temblando confundido y aterrado.

-¿D-d-donde... A dónde fueron?

-¿¡QUÉ CHINGADOS OCURRE!?

Gritaban Alexis y Charlie, el resto simplemente estaban aterrados, y Dylan buscó con la cámara algún rastro de su compañera o del maestro, mientras se acercaba a su amigo.

-¿A-Alexis? ¿Estás... Bien?

Lo tomó del hombro para levantar su mirada, el muchacho estaba atónito a juzgar por sus ojos bien abiertos, y la expresión confundida.

-S-sostenía su brazo... Y luego... Puf... N-no la sentí... Ella e-estaba justo... Aquí...

-Lo sé... ¿N-no sentiste algo más?

-F-fue como... Una breve corriente d-de viento... Yo...

-¡EVAN! -. Interrumpió Charlie, provocando que la cámara girara hacia el gemelo, quien ahora estaba sosteniendo a su hermano de ambos hombros - ¿Qué te sucede hermano? ¡HÁBLAME!

El gemelo, parecía toser repetitivamente, mirando con ambos ojos totalmente rojizos e irritados hacia todos lados, incapaz de hablar o moverse, cayó de espaldas, llevándose sin querer a Charlie sobre él.

-¿¡Charlie, qué pasó!? -. Preguntó Arturo en un grito desesperado.

-¡No sé, dijo que escuchó algo romperse, como un cristal, y luego se puso así! ¡NO SÉ QUÉ HACER, DIOS AYÚDAME... EVAN!

La vida parecía dejar poco a poco los ojos de Evan, y desviando la cámara de la triste escena, Dylan hizo zoom hacia un frasco de metal de los estantes protegidos por una vitrina, la cual estaba fracturada. Mientrras que el frasco, con su tapa prácticamente destrozada por daños de origen desconocido de dentro hacia afuera, tenía en la etiqueta del Contenido, múltiples advertencias, era un gas peligroso y tóxico, el cual aparentemente sólo llegó a los pulmones de Evan.

-¿Cómo pudo... Pasar esto?

Cuestionó el que sostenía la cámara, escuchandose los llantos de Charlie en el fondo, las luces se apagaron durante seis segundos, y al regresar, el gemelo fallecido ya no estaba ahí, sólo Charlie, en un estado similar al de Alexis, tembloroso y confundido.

Batería: 39% Hora: 3:41 pm. 19/10/2015

Un silencio incómodo reinaba en el salón, todos los que quedaban se habían arrinconado junto a la puerta, escribiendo mensajes en hojas de libreta para deslizarlos por debajo de esta, y dar varios golpes esperando una respuesta de afuera, pero no se escuchaba nada, más allá de los sollozos y respiraciones agitadas.

Durante esos veinte minutos no volvió a fallecer nadie, pero se mantenían Alerta.

Luego de lo que ocurrió con Paula, aseguraron que llamar por teléfono o enviar mensajes de texto sería mortal, y quizás por eso Dylan, aún con su teléfono, no había sufrido lo mismo.

-¿Y ahora qué hacemos? -. Preguntó Abbygail, cruzada de brazos, mirando el sitio donde los otros fallecieron con preocupación.

-Esperamos... -. Se escuchó la voz apagada de Dylan, quien hacia zoom a los rostros de sus compañeros.

-¿A qué? No podemos esperar por siempre si este... Fantasma invisible, sea lo que sea, nos termina matando uno por uno como parece estar haciendo... -. Se quejó Arturo, quien jugaba con un encendedor.

-¿Tienes una mejor idea? No podemos llamar por teléfono, la llave de la puerta se rompió, no podemos abrir las ventanas ni romper la de la puerta... Tendremos que esperar a que los otros maestros noten nuestra ausencia y vengan a ayudar... -. Recapituló Dylan sus condiciones actuales. Y nadie insistió más en eso.

-¿Y si esa cosa... Dejó de estar aquí para ir por los demás salones, y ya no hay nadie fuera? -. Se dejó escuchar la duda de Margaret, sentada al lado de Dylan.

-Tendremos que probar suerte y aguantar todo el tiempo que podamos...

-¡Evan! ¿Estás ahí hermano? -. Interrumpió la voz de Charlie, quien se había alejado a paso lento del grupo, hasta que se subió sobre una de las mesas, bajo uno del acceso hacia los pequeños ductos de ventilación, ningún humano cabría por ahí.

-Charlie... ¡Bájate de ahí idiota, no puede estar ahí arriba! -. Exclamó Arturo, levantándose rápido para correr al lado de la mesa, mirando extrañado a su amigo.

-Pero... Puedo escuchar su voz... Viene de arriba, me... Llama... -. Replicó el gemelo, pareciendo perdido en sus pensamientos, justo entonces, aparecieron las partículas de estática a su alrededor, y se escuchó el viento del ducto soplando con fuerza.

Antes de que cualquiera hubiera podido hacer algo, Charlie ya había sido succionando por el ducto de ventilación, salpicando al pobre Arturo con su sangre, y una nueva ola de gritos de terror se dió por el salón. Aún sin respuesta de nadie en el exterior.

-Bueno... ¿¡QUÉ DEMONIOS ESTÁ OCURRIENDO!?

-¿A dónde se los está llevando? No entiendo nada...

-Quiero a mi mamá... Esto debe ser una pesadilla...

Expresaban Margaret, Alexis y Abby. Los cinco alumnos restantes, incapaces de comprender lo que pasaba, recorrían el salón buscando algún indicio de sus compañeros sin éxito.

Estaban sólos, manchados con la sangre de sus compañeros, y aparentemente, había calma nuevamente. Sin embargo, uno de ellos hizo una pregunta inquietante.

-¿¡A caso huele a gas!? -. Alexis miraba de izquierda a derecha extrañado, haciendo una mueca de desagrado, ubicado en el extremo contrario del salón.

-¡Pero cerramos las llaves al terminar los experimentos! A menos que esa cosa... -. Abby se apresuró a revisar la llave bajo la mesa más cercana, Dylan y los demás hicieron lo mismo. Todas estaban abiertas, y ninguno lo pensó dos veces antes de apurarse a cerrar todas las llaves del gas rápido.

-Uf... Fuimos más listos esta vez, eso pudo haberse puesto fe-Akgr! -. Arturo, celebró con un suspiro en la mesa del fondo cuando cerró la llave del gas en su mesa, hasta que pareció comenzar a ser electrocutado tras apoyarse en la superficie metálica, quemándose su piel a una velocidad alarmante, por lo que la reacción eléctrica en el chico, sumada al gas ya liberado ahí, provocaron una detonación, apoyada según el análisis, por el encendedor que llevaba el joven en su bolsillo, y sus piercings.

Así, se dió una explosión en la mitad del salón, lanzando en todas direcciones objetos del laboratorio.

Dylan saltó sobre Margaret para cubrirse bajo la primer mesa, sin embargo, al concluir el daño por la onda expansiva, dejando una nube de humo en el techo, la cámara giró hacia un cuerpo en el piso, acompañado por un charco de sangre.

Abbygail, llacía sin vida frente a ellos. Con los restos de múltiples instrumentos del laboratorio incrustados su cuerpo, posiblemente por la explosión.

Sin dar oportunidad para reaccionar, las luces se apagaron, seis segundos pasaron, y ya estaban encendidas. Revelando que sólo Alexis además de ellos dos, logró salvarse también, se había cubierto tras uno de los estantes al momento del estallido.

Batería: 17% Hora: 4:02 pm. 19/10/2015

-Ho-hola... Soy A-Alexis... Meynor... Mamá, P-papá, si están viendo esto... M-morí, pero los quiero mucho... Se que me quejé mucho de su alcoholismo, pero es porque los quiero demasiado... Cuiden a Fido, y N-no malgasten sus vidas después de esto... Pueden adoptar un hijo menos problemático si quieren... Los amo...-
Se despidió Alexis hacia la Cámara, al borde de las lágrimas.

Para entonces, pasaron quince minutos sin más señales del espectro que acababa con sus compañeros sin piedad. Y optaron por despedirse si no lograban sobrevivir. Entonces fue turno de Margaret.

-S-soy Margaret Hargreeves... S-S-solía ser la alumna m-más responsable del grupo, además de Dylan... P-pero parece que eso no me salvará de esto... Abuela, L-lo lamento... Dile a mi perrito Duke que ahora vivirá con Evelyn... Ella cuidará bien de él... Te quiero mucho, y esto N-no será culpa tuya, te conozco.. Así que t-toma medicina y ve al psicólogo después de esto... Bye...

Ya era turno de Dylan, así que su mejor amigo tomó el teléfono un momento para enfocar con la cámara a su compañero, quien siguió grabando a pesar de todo.

-Dylan Brooks, alumno de segundo grado de secundaria, y... Grabé todo esto como evidencia, creo... Y yo... -. Tomó un momento para secarse las lágrimas, soltando un sollozo. -Mamá, Papá... Los quiero demasiado... No se culpen por lo que me suceda... Y díganle a mi hermana Sydney que puede quedarse con mis figuras de Lego, sé que le fascinan... Vivan su vida y sigan adelante por favor, ya sabré de ustedes en el cielo... Adiós, los quiero, Bye...

Alexis le regresó la cámara a su amigo, pasando unos segundos en silencio, sólo aguardaban quietos por un improbable milagro, o su destino final.

De una forma y otra, se hizo presente la conocida estática nuevamente, sobre ellos. Por lo que el trío de sobrevivientes se levantó, y comenzaron a caminar para alejarse de las luces que parpadeaban en la puerta, por si esa cosa estaba ahí.

-Eso no es bueno...

Susurró Dylan, y en respuesta, los focos más cercanos a la puerta del laboratorio se fundieron tras el sonido de un golpe. Y luego las siguientes, y las siguientes, oscureciendo poco a poco el laboratorio, y cada vez más cerca de ellos tres, quienes se abrazaban jadeando por el miedo en el fondo del laboratorio.

Para cuando el último de los focos se destruyó, Dylan activó la linterna del teléfono, aún si eso gastaba más rápido la poca batería restante, revelando de la oscuridad la silueta de un monstruo delgado, de piel negra y putrefacta, con cuatro alargados brazos llenos de púas y garras, mientras una enorme mandíbula llena de hileras de dientes manchados con sangre, el cual se asemejaba a un insecto por la forma de sus cuatro piernas y su torso.

Los tres chicos gritaron de terror, y la criatura en respuesta golpeó a Dylan para que la luz dejara de dañar sus enormes y blancos ojos, quedando libre acceso a Alexis, al cual tomó de las piernas para correr de regreso a la entrada del salón, donde ambos se difuminaron en las penumbras.

-¡DYLAN, ALEXIS!

Desesperada, Margaret fue con Dylan, el cual tenía tres profundos cortes en el brazo, por las garras de la criatura.

-¿¡Y ESA COSA QUE ERA!?

-¡NO LO SÉ! AAAGH...

El teléfono, donde cayó, no podía mostrar bien lo que sucedía con ambos, pero parecía que la chica se quitó el chaleco de su uniforme para envolverlo en el brazo de Dylan, antes de que se escuchara agua.

Con su brazo sano, Dylan se apresuró a tomar el teléfono, y levantarlo para enfocarse en las cañerías, y en las llaves y fregaderos... Un transparente y rojizo liquido carmesí emergía de todas partes, a una velocidad cada vez más alarmante.

El laboratorio entero se estaba inundando con sangre.
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Batería: 9% Hora: 4:19 pm. 19/10/2015

El agua rojiza se elevó hasta las mesas, ambos se pararon sobre una de estas, y el agua no se detuvo ahí.

-¡MARGARET... SIEMPRE TE... TE AMÉ, PERDÓN POR SER TAN TÍMIDO!

-¡I-IGUAL YO DYLAN, YO...!

El agua rojiza ya llegaba a sus cuellos, hasta que la chica simplemente se sumergió, pero Dylan, entró también al agua con su cámara para sacarla, y sólo logró ver a su amiga desaparecer en el fondo, siendo llevada por la criatura.

La estática y corrupción en la grabación incrementaron por el agua entrando en el dispositivo, y sólo fue posible ver al joven Dylan ahogarse en el agua cuando el nivel de esta alcanzó el techo, hasta que de pronto toda el agua fue drenada.

Batería: 02% Hora: 4:23 pm

La cámara había caído bajo uno de los estantes del laboratorio, y sólo se escuchó al muchacho tosiendo agua de sus pulmones, seguido por un grito ahogado, y el sonido de carne siendo desgarrada... Hasta que solo hubo un inquietante silencio.

La criatura, había cobrado la vida de su última víctima.

Batería: 00% Fin de la grabación.
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La conclusión de la investigación con estas evidencias, y lo recuperado del asteroide que cayó cerca de la ciudad, nos revela que un visitante de otro mundo llegó en el meteorito, incidentes similares se registraron en el camino desde el sitio del choque hasta la escuela, y por tanto, se sigue buscando su ubicación actual, declarado como peligroso en extremo.

Cuerpos falsos de las víctimas fueron entregados a las familias de las víctimas para no levantar las sospechas de los medios.

Alertas de nivel tres se han activado en todas las sedes del país para su captura y estudio. Con un aprecio por el sacrifico de Dylan por mantenerse grabando hasta el final, se da fin a este reporte.

Howard Bellfront.

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