La tan esperada batalla contra Muzan había llegado, muchos de los pilares y jóvenes cazadores murieron en la batalla

Sus amores murieron, incluso Rengoku que aún después de dejar su puesto de pilar fue a la lucha contra Muzan, su hermanito Genya murió, solo quedaban Sanemi y Tomioka, ambos estaban demasiado heridos y no sabían que hacer teniendo ahora a Tanjiro convertido en demonio

Iba a vengar a todos sus compañeros caídos, vengaría a su hermano y haría que el reinado de Muzan acabara de una vez por todas

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Solo podían ir al ataque y esperar a que el sol se hiciera presente y ambos acabaran hecho cenizas

Se lamentaban por Tanjiro pero no podían más

—Hasta aquí llegaron los pilares, mi reinado empezará pronto—

—No creo eso—

Ambos pilares abrieron los ojos al oir aquella voz que conocían demasiado bien

Entre ellos se abrió paso Alicia, en su mano derecha cargaba su nichirin y la de su hermano Genya

—Lamento demorar chicos pero tuve muchos percances y la cura de lady Tamayo todavía necesitaba ser perfeccionada— Alicia le sonríe a su hermano gemelo y a Tomioka —ahora pueden ir a descansar que me encargaré yo ahora—

—No nos iremos de aquí— Sanemi escupió sangre debido a sus heridas

—No creo eso Nemi—

Con un movimiento de sus pies unas lianas atraparon a ambos pilares y los introduzco al bosque, poco a poco se escucharon sus gritos cada vez más lejos hasta que no se escuchó nada

—Te voy a matar en nombre de mi hermano y mis compañeros caídos en batalla— una mirada fría y llena de enojo fue dirigida a Muzan —yo misma te llevare al infierno por todo lo que has cometido—

—Dijiste algo similar la última vez que nos vimos y mirate, eres una demonio— sacó con burla

—Es cierto— levanta su mano derecha señalándolo con ambas nichirin —pero te prometo que está vez será diferente—

Y así se armó una lucha, con el mundo transparente activado, su marca de cazador también y sus habilidades de demonio tenía gran ventaja con Muzan que soltaba maldiciones, aunque también trataba de inyectarle a Tanjiro la cura de Tamayo, tenía la esperanza de que Tanjiro pudiera volver a ser ese chico bueno que era amigo de su hermano menor

Aunque tuviera gran ventaja Muzan también lograban hacerle daño, se podía decir que ambos estaban emparejados en poder

Era una fuerte lucha, ya faltaban poco minutos para que el sol saliera y Muzan todavía daba lucha

—¡Ya tuve suficiente de ti!—

Tiró ambas nichirin al aire y de entre sus pechos sacó una aguja con un líquido violeta

Se lanzó a Tanjiro que fue sujetado por lianas, cuando parece que se liberó Alicia le inyectó directo en el cuello la cura

—¡Nooo!— gritó con odio Muzan

Tanjiro antes de caer inconsciente al suelo una gran hoja lo envolvió y lo introdujo al bosque

—Ya terminó lo malo, después viene lo culero y por último la verdadera mierda—

Atrapó en el aire ambas katanas para dirigirse de nuevo hacia Muzan

Ya se podía ver ligeramente el sol salir y un una idea en mente Alicia supo que hacer

{Perdón Nemi, no quería dejarte solo, si existe la otra vida quiero volver a verte y ser felices juntos} ~pensó Alicia de manera melancólica

—Respiración de la naturaleza— se colocó en posición de atacar —treceava postura: sol ardiente—

Su nichirin empezó a brillar de tal manera que la luz que emanaba quemaba a Muzan como quemaba la piel de ella, era un desgarrador ardor pero nada de eso importaba ahora

—¡Esto acaba aquí y ahora!—

Muzan trató de huir pero una katana cortó su cuello, su cabeza cayó al suelo rodando por ahí

No podía regenerar su cuerpo, ¿por qué no podía?

Aunque le haya cortado la cabeza Alicia siguió cortando en miles de pedazos el cuerpo de Muzan mientras el sol se asomaba

La cabeza de Muzan se desintegró entre sus gritos y de manera rápida el sol empezaba a acercarse a ella

—Terminó— dejó caer al suelo ambas katanas —esta tortura ya terminó— las lágrimas empezaron a bajar por sus ojos —no puedo creer que haya terminado—

Se acercaba al sol, veía a sus compañeros e incluso podía ver sus hermanos menores y a su madre que hace ya tantos años no veía

—¿Lo hice bien?— preguntó mientras sentía su piel arder por el sol

—Lo hiciste excelente Alicia— Rengoku le sonrió

—Hermana has dado lo mejor de ti— Genya alzó sus pulgares hacia ella

Sus lágrimas bajaban de manera más rápida y cada vez ya sentía como su alma se desvanecía

—Has sido una gran cazadora Alicia-san— Iguro le sonrió

—¡La mejor de todas!— Mitsuri alzó sus puños al aire

—Una gran chica con grandes habilidades— Shinobu sonríe levemente

—¡Nee-san es la mejor!—

—¡Siii!, ¡nee-san siempre ha dado lo mejor de si!—

—¡Nee-san te queremos mucho!—

Gritaban sus hermanos sonriendole como solían hacerlo

—Mi pequeña— su madre estira sus brazos hacia ella —ven y dame un abrazo—

Corriendo fue a abrazar a su madre sin dejar de llorar

—Muchas gracias a todos por darme tanto apoyo—

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De manera silenciosa veía la tumba de sus compañeros y hermanos caídos en batalla, fueron grandes personas que siempre atesorará en sus corazones

—En la próxima vida— dijo dejando el último ramo de flores sobre la tumba de su hermana —nos reencontraremos todos y podremos vivir una vida normal sin demonios—

—Sanemi ayudame— Uzui llegó cargando a dos bebés en sus brazos —estas princesas no han dejado de llorar—

—Tienes tres esposas y no puedes lidar con unos bebés— Sanemi tomó en brazos a las pequeñas que de inmediato dejaron de llorar —¿ves?, es fácil—

—Claro que si— rueda su único ojo —para es fácil porque eres su tío—

¿No lo había dicho?, que descuidado de mi parte

Alicia había llegado un poco tarde a la batalla porque estaba dando a luz a dos pequeñas niñas, habían nacido siendo demonios pero Tamayo les inyectó la cura que creó

Sanemi observó a las pequeñas bebés que tenía en brazos, una era la viva imagen de su hermana y la otra pequeña era una copia exacta de Kyojuro, su cabello como el fuego y sus ojos rojos destacaban pero aunque fuera una copia de Kyojuro tenía las pequeñas cejas y el rostro delicado de Alicia

Lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas, ambas pequeñas eran tan hermosas y tenían la esencia de su madre

—Uzui necesito pedirte un favor— este lo miró curioso —cría a las pequeñas, no tengo el valor de verlas crecer y ver que se parecen a su madre—

—Sanemi no puedo aceptar eso, ellas son tus sobrinas y seguramente quieren estar con su tío—

—Por favor Uzui—

Lo pensó durante unos minutos que parecieron eternos

—Está bien, voy a criar a las pequeñas con mucho amor y como si fueran de mi sangre—

—Te lo agradezco demasiado— de manera cuidadosa le entregó ambas hermanas —crezcan fuertes y sanas como sus padres pequeñas—

—Nombres— Sanemi lo mira
—¿tienes un nombre pensado para estas pequeñas?, al menos ponles un nombre como su tío—

Miró a cada pequeña que le sonreían con demasiada inocencia mientras balbuceaban palabras

—Alia y Kikyo— trago grueso —esos serán sus nombres—

—Extravagantes nombres querido amigo— Sanemi ríe de manera amargada —cuando quieras verlas eres bienvenido, sabes donde vivo—

—Si... muchas gracias Uzui, nos veremos pronto—

Dedicándose unas últimas sonrisas ambos se dan la espalda y toman diferentes caminos

Fin...