El mundo nos puede odiar. Nosotros podemos odiar al mundo. Durante nuestra vida veremos cosas ir y venir, nos culparan algunas veces por ello. Otras nosotros seremos quienes culparemos a otros. ¿Por qué? Porque somos humanos y tenemos miedo. El peor sentimiento pero el único que bajo una fuerte presión nos hace ver la realidad y decir la verdad.

El niño no paraba de mirar hacía las nubes, “mira mamá tiene forma de conejo, aquella de sombrero ¡también hay un gato!” gritaba emocionado mientras su espalda seguía siendo empujada para tomar impulso y continuar meciendose.

—Esos son los amigos de Alice. Ellos juegan con ella todos los días en las nubes. —respondia su madre manteniendo una sonrisa.

—Entonces yo quiero ser amigo de Alice para jugar en las nubes, mamá. Dile que quiero ser su amigo.

—Algún día se lo diras tu mismo, JungKook.

Mamá desaparecio, ahora el niño caminaba solo en las calles hasta llegar a la puerta de su casa. Las telarañas se acumulaban en las esquinas, las ventanas apenas y podían cerrarse, el suelo parecía no haber sido limpiado en semanas y no había aroma a comida como en las otras casas por las que paso.

Papá y mamá le daban la espalda. Ambos adultos tomados de la mano no hucieron caso a los llamados de su hijo...hasta que el hombre cayo al suelo y un charco de sangre comenzaba a formarse bajo este. El niño asustado comenzó a gritar y al mirar sus manos tenía el mismo color carmesí.

Estaban muriendo...él también estaba cayendo.

—Alice ayudame...

El fuerte sonido de un portazo hizo que su cuerpo rodara fuera de la cama. Su brazo derecho se había golpeado en el proceso contra el espaldar de la cama. Su mirada viajaba a lo largo de la habitación, de derecha a izquierza y de izquierza a derecha. Como si buscara el monstruo que siempre se metía bajo las camas de los niños para asustarles en las noches.

¿Cuál era la diferencia? Que ya él no era un niño y que bajo su cama dudaba que algún monstruo pudiera ocultarse, ni siquiera él podía hacerlo.

Toda la oscuridad estaba sumergida en una oscuridad profunda, solo era alumbrada por la luz que venía de la pantalla de su computador. JungKook paso sus manos por su rostro el cual tenía algunas gotas de sudor corriendo por este, se sentía cansado cuando finalmente se puso en pie y sus dedos se pasaron por el enrredado cabello oscuro con dos mechones en rojo. Sus pies descalzos se movieron por el suelo del apartamento llegando al refrigerador y tomando la nota que había sido mantenida en la puerta con imanes.

“Debo irme ya al trabajo. Recuerda cerrar todo más tarde.

Te quiere, mamá.”

En su vida no hay mucho que contar. Para un hombre de veintiun años que no estudio, no se inmuto en buscar algún trabajo no podía quejarse de no querer estar solo en casa durante la noche. Esa noche también la pasaría despierto jugando hasta que su madre regresara a casa en la madrugada. A esa edad de seguro sus compañeros de secundaria estaban cursando sus carreras, algunos tal vez trabajando o ya casados con hijos. Le resultaba molesto escuchar las quejas de sus vecinos sobre que era un vago y mantenido. ¿Acaso él se metía en los problemas de las personas? No. Entonces no provoquen que lo haga.

Tomando una bolsa de papas con sabor a queso y una lata de soda regreso a su habitación colocando el seguro en esta y tirando todo sobre la mesa de su computador. Era una total posilga en la que vivia pero así era el mundo, por eso él los odiaba y culpaba de todo.

Moviendo el cursor por la pantalla noto que había un nuevo correo en la bandeja de entrada. Era raro porque él nunca recibía correos, de hecho solo lo tenía para poder entrar a algunos juegos. Atraido por la curiosidad el pelinegro abrio dicho correo topandose con una invitación a un juego llamado “Deathland”.

Bienvenido a Deathland nuevo jugador.

Te felicitamos por ser uno de los elegidos para entrar al equipo de corazones. Si sientes que estás listo para continuar con este mensaje entonces debes saber que una vez aceptado todo no hay forma de que te dejemos ir hasta que llegues al final de tu juego.

¿Estás listo?

         ___ Aceptar             ___ Rechazar

Eres alguien valiente, a Alice eso le gustara.

—¿Alice? ¿Acaso esto es una patética imitacion de Alice in Wonderland? Aburrido... —murmuro tomando una papa y metiendola a la boca.

Durante unos minutos permanecio mirando aquella invitación en fondo rojo y con letras negras, parecía como si la sangre bañara la pantalla, le daba escalofrios. Busco en google dicho juego y no aparecio nada, no había rastro de jugadores, ranking, teaser, era como si no existiera.

—Probar no me matara. —habló para si mismo mientras regresaba al correo y tecleaba su usuario.

ShiroUsagi...|

Cuando dio en aceptar la imagen en la pantalla nuevamente cambio. Todo estaba en negro hasta que unas letras blancas aparecían en la pantalla mostrando en grande el título del juego seguido de una voz gruesa que hablaba.

—Bienvenido a Deathland, ShiroUsagi.

Lo siguiente fue una oscuridad total, JungKook había caído de su silla ¿desmayado o muerto?

[...♡...]

Su cabeza parecía querer en cualquier momento explotar, sentía unas fuertes ganas de vomitar lo cual era algo raro en él. JungKook abrio sus ojos, intentando llevar sus manos a su cabeza donde dolía quería asegurarse no haberse golpeado con algo.

—Maldición. ¿Mamá ya estás en casa? —pregunto dandose la vuelta, sin embargo no hubo respuesta y eso llamo su atención pues claramente era ya de día podía asegurarlo al sentir la luz golpear sus parpados cerrados. —No, no, no.

JungKook asustado se sento, una punzada dando en el medio de su frente haciendole quejarse aún así abrio nuevamente sus ojos detallando cada parte de aquel lugar. Un bosque, había terminado en un bosque. ¿Cómo demonios había pasado eso si hasta hace unas horas atrás se encontraba en su habitación a punto de jugar...?

—Ese maldito juego... ¿Dónde demonios estoy?

El chico bajo la mirada a sus piernas, justo donde sus manos descansaban atadas con unas cadenas que comenzaban a encajarse en la carne de sus manos haciendo presión con fuerza en estás hasta hacer que algunos hilos de sangre corrieran por su piel.

—Esta ya no es una broma divertida. ¿Hay alguien? ¡Vengan y expliquenme que carajos está pasando! —gritaba, asustado termino poniendose en pie como pudo, caminando hacía lo que más había llamado su atención.

Una puerta inmensa se encontraba cerrada frente a él, un corazón en lo alto de está con las palabras “Reino de corazones.” JungKook suspiro tratando de recordar lo último que había pasado. Según la invitación debía encontrar a una tal Alice y matarla mientras descubria los misterios de Deathland. Había sido elegido para el equipo corazón lo cual ya daba una logica a la puerta y letrero frente a él. Lo siguiente fue ver un móvil que se encontraba en una mesa a un costado de la puerta, este mostraba la pantalla en blanco con un mensaje entrante.

“Bienvenido ShiroUsagi, espero estes preparado para tu primer juego. Dirigite al territorio diamante e intenta descifrar mi acertijo

Firma, Alice.”

Al parecer sus respuestas no llegarian solas, él las buscaria y cumpliria su meta. Encontrar a Alice y salir de ese lugar. Antes de recibir un Game Over.

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Hola jugador.
Finalmente ha llegado el día de comenzar con este juego.
Espero estes listo para descubrir los secretos de Alice y así llegar hasta ella.

Recuerda no puedes revelar tu nombre, ni hacer trampas de lo contrario moriras.
Espero puedas ayudar a tu compañero de equipo, Jeon JungKook.

Suerte.