Cada jugador se gira hacía donde la mano cubierta de cortes señala. Todos solo son capaz de mirarlo a él. Al gato que con una sonrisa les engaño desde el comienzo, al gato que siempre fue Alice tras una máscara de astucia.

El gato asintio retirando de su cuerpo la capa oscura igual a la que todos llevaban. Levantando las mangas de su camisa blanca mostrando como a lo largo de su brazo se encontraban todos los símbolos de las cartas o al menos la mitad de estos: corazón, diamante, pica y trebol. Dando a saber que él no era solo la cuarta Alice sino que la primera, segunda y tercera también.

—Felicidades conejo. Sabía que mis acertijos te traerian a mi. Tengo una pregunta ¿desde cuando? —pregunto Alice sonriendo.

—Desde el beso. Tu mismo lo dijiste, no todo el que besa ama y eso lo demostro Judas.

—Creo que meti la pata con esa pista. —Alice paso sus manos por su cabello el cual ahora había cambiado a un color rubio—. Felicidades jugadores, han llegado hasta mi. Hasta la cuarta Alice de Deathland.

— ¿Por qué todo esto? —pregunta el conejo.

Todos a su alrededor permanecen en silencio. El caballero con la mirada hacía abajo, la reina de corazones tenía sus ojos y boca abiertos y el sombrerero apretaba sus manos en puños.

—Mi vida siempre fue aburrida. Miraba el mundo pasar y no detenerse, miraba como cada día la sociedad lo jodia todo cada vez más pero un día me encontre con la inocencia y pureza hecha persona, me encontre contigo. —Alice se acerco hacía el conejo tomando su rostro entre sus manos para luego arodillarse y abrazarse a las piernas de este—. Tu eres perfecto, eres todo lo que esta bien en este mundo. Debía cuidarte, mantenerte feliz e inocente para siempre. Solo yo podía corromper tu mente y llevarte a la locura.

» Cree esto para ti. Quería tu atención y admiración. Me tomo años porque necesitaba crear una Alice igual a ti de pura. La primera fue un fracaso al tener las manos manchadas de sangre, la segunda era inestable, creí que lo había logrado con la tercera pero... No sentía. No podía amarte como te amo yo, JungKook.

» Lo eres todo para mi. Mi inspiración y sueños. Por eso termine matando con ayuda de otros a todas esas Alices, hasta que me volvi lo que soy hoy. No mate jamás a nadie por mi mismo, no soy inestable y puedo amarte.

El conejo nego mientras retiraba los brazos de Alice de su alrededor y le hacía ponerse en pie.

— Te equivocas. No soy puro. Estoy manchado de esa misma sangre de la que huyes. —el conejo hizo una pausa—. Y yo...te detesto. Porque eres igual que yo. Y yo me detesto a mi mismo.

—Esto es una broma... ¡Una jodida broma! —grito el sombrerero mientras corria hacía Alice dispuesto a matarle.

En ese momento una alarma se escucho. Trompetas se escuchaban en toda la distancia de Deathland. Una hilera de cartas con el símbolo de corazones comenzó a desfilar por el lugar. Los arboles ahora adornaban todo con este símbolo. Todo era rojo. Dando a saber que el territorio ganador fue el de corazones.

—Todos llegaron al final. Sin embargo solo el conejo recibira el premio...

—Aún falta algo ¿verdad, Alice? Conociendo tu retorcido sentido de la palabra ganar debe haber algo más. —dijo el conejo con una sonrisa.

— ¿Qué? ¿De que hablas? —pregunto la reina de corazones.

—Me sorprende la facilidad con la que haz logrado leer mis movimientos, conejo. Pero en fin, solo un banquete tenía pensado luego de esto pienso dejarlos regresar al mundo real.

Alice levanto su mano y en esta se mostro una pequeña caja de cristal que permitia ver su interior y en la cual se encontraban cinco helados. Cada uno con los símbolos de los territorios.

— Pueden tomar el que quieran. No importa si no es de sus territorio. Solo tomen uno y comanlo, entonces será el final de todos estos juegos. —dijo Alice extendiendo la caja hacía ellos.

Cada jugador tomo uno de los helados luego de mirarse entre ellos. Estaban nerviosos, asustados por saber si esta era una de las trampas sin embargo como una prueba de que todo esta bien Alice tomo el helado con forma de corazón y lo probo de primero. Luego de unos minutos aún estaba bien por lo que los restantes jugadores imitaron su acción.

El conejo tenía en su mano el helado con forma trebol. Aún sentía esa pequeña espinita que le hacía pensar en que aún faltaba algo. No podía ser que el juego terminara tan fácil.

—Siempre he pensado que los juegos no tratan sobre quien es más inteligente o quien tiene más experiencia. —dijo Alice llamando la atención del conejo quien se giro a verla—. La verdad es que en los juegos siempre ganara el que tenga suerte ¿no lo crees así?

— ¿A que te refieres?

—Te doy un ejemplo. En esas películas de terror siempre queda vivo al que todos llaman el elegido, aquel que demuestra más actitud y todas esas tonterias. —ambos dan una lamida a sus helados y se miran—. Pero yo solo pienso que ese que sobrevivio solo lo hizo por suerte. Nadie nace aprendiendo como sobrevivir a un apocalipsis, un asesino serial o lo que sea. Tampoco nacen como elegidos. Solo son...personas con suerte. De eso trata siempre el último juego.

En ese momento el conejo siente un impacto y al girarse encuentra los cuerpos de los otros jugadores en el suelo, todos sostenian entre sus manos los palitos de helado. El brillo de sus ojos había desaparecido completamente dejandolos solo como dos cuencas vacías.

— ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué les ocurre...? —preguntaba el conejo antes de girarse a Alice quien le sonreía antes de comenzar a toser.

Un hilo de sangre comenzaba a escurrir desde la comisura de sus labios hasta el mentón antes de que volviera a toser y esta vez la sangre fuera mayor, las manos de Alice ahora estaban cubiertas de sangre, la misma que había terminado salpicado el rostro del conejo quien miraba horrorizado aquella escena.

—Alice... ¿Qué ocurre?

—Te lo dije...en estos juegos solo es capaz de ganar el jugador con suerte. —logro decir Alice antes de caer de rodillas y levantar el palito de helado mostrandoselo al conejo—. Y yo no la tenía.

En el palito se mostraba en pequeñas letras la palabra: Loser. El conejo observo el palito que quedaba de su propio helado admirando las palabras escritas en este: Winner. Alice dejo caer este antes de tomar entre sus manos ensangrentadas el rostro del conejo y acercarse a dejar un beso en estos manchando así con su sangre los labios de este.

—Este era el último juego verdadero... El territorio corazón nunca fue el de la traición, fue el de la verdad. Felicidades JungKook... Fuiste el ganador final. Resolviste mis acertijos y me descubriste. Ahora tu...

Y silencio.

Aquellas fueron las últimas palabras de la cuarta Alice quien murio a manos del conejo blanco mismo que le llevo a Deathland y a su fin.

Llegaron hasta el último juego, uno donde la suerte decide si eres el perdedor o el ganador. Porque en Deathland nada es lo que parece.

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Felicidades jugador. Haz llegado al final del juego y resultaste ganador.
Descubriste a Alice y te deshiciste de ella pero eso no significa que hayamos terminado.

Tengo para ti un último acertijo que espero que puedas darle respuesta.

“Caminando por las profundidades del bosque llego a un laberinto de rosas azules. Una invitación fue entregada, era un As de corazones.
La quinta Alice por aburrimiento llego a Deathland, en su paso fue encontrando pena y dolor. Queriendo conocer a todas las Alice se acerco a la cuarta cayendo en un profundo sueño.
La muerte llego a Deathland pero esta Alice solo pudo sonreír mientras observaba como todos aquellos cuerpos se amontonaban bajo su trono”

¿Quién es la quinta Alice?

Una vez más jugador, felicidades por llegar al final pero recuerda que aún queda un secreto por desvelar.

Adiós y suerte.