5
Una semana ha pasado, la relación de amistad y amor entre Jungkook y Jimin marcha bien. Se complementan el uno con la cercanía del otro.
Sí, hay cosas que él castaño jamás había hecho y sentido, pero para eso está el detective Jeon, para romper esas barreras y mostrarle cosas nuevas y hermosas que Park nunca había presenciado.
No importa la hora, el detective le pedía al castaño que se vieran, caminaban en las frías calles de Inglaterra tomando sus manos, simplemente contándose como les fue su día, que les había molestado, y lo felices que se sentían cuando se juntaban.
No había día que ambos no se vieran, al inicio solo Jeon se esforzaba por ver al castaño, pero luego Jimin pensó que sería lindo si él también lo hacía, luego de haber visto la película de Bridget Jones, y ver el entusiasmo y la osadía que la chica tenía.
Eras lunes y Jimin está estresado, se encuentra en una junta escuchando los reportes de envíos que tiene, un nuevo mensaje por parte de Nam llega a su recibidor. La chica que lleva la junta deja de hablar al escuchar el sonido del celular de su jefe.
—Continúa —le pide Jimin.
La chica sigue hablando, por su parte, el castaño abre el mensaje que su amigo le ha enviado, pasando por alto el mensaje del detective Jeon.
Ralph Anderson, empresario
Mueve su cabeza y luego observa a la chica que continúa hablando.
Aeropuerto de Inglaterra, su vuelo sale a las diez con treinta.
Mira la superficie derecha de su celular la hora, y se percata que tiene aproximadamente un poco más de una hora.
Alza un poco su mano llamando la atención de su asistente más cercana, la mujer se acerca a toda prisa y se agacha un poco para quedar a la altura de su jefe.
—Necesito que a cortes esto.
La chica asiente y pregunta.
—¿Algo más?
El castaño niega.
Su asistente le hace una señal a la chica que lleva la junta y termina su presentación.
—Veamos ahora las ganancias —dice la asistente de Jimin, dejándole en claro a todos que la junta está por llegar a su fin.
Jimin, escucha las cifras de sus ganancias acompañadas por unas pequeñas pérdidas, busca el contacto de Emma y le llama.
—Mi bolso y mi ropa, colócate un par de guantes con los que haces el aseo en casa —se pone de pie sin retirar su vista de la diapositiva con sus ingresos—. Irás a mi jardín, en la bodega tomaras el frasco que dice; Dieffenbachia
—Claro —escucha los pasos de la chica, por la forma en la que arrastra sus pantuflas sobre la cerámica de su casa.
—Para tomar el frasco utiliza una tela, introdúcelo en mi bolso y sal de mi jardín lo más rápido que puedas. No toques ninguna de mis bebés —le ordena Jimin.
—¿Los llevo a tu trabajo? —pregunta Emma.
—No, pasaré a recoger mis cosas —el castaño cancela su llamada y vuelve a tomar asiento.
—Eso ha sido todo, señor Park —dice su asistente.
Jimin, sonríe complacido por la agilidad y compromiso de su asistente.
—Pueden descansar, y luego volver a sus trabajos habituales —les indica Jimin al resto de sus trabajadores. —Gracias... —le agradece el castaño a la mujer.
—Soy Grace, señor —la mujer se acerca cautelosamente a su jefe.
—Lo siento, tengo muchas asistentes —se disculpa apenado, Jimin.
—Grace, desde ahora te asciendo a mi asistente principal, haz de mi agenda algo hermoso, y encárgate de mis cosas.
La mujer lo mira impresionada.
—¿Aceptas o no? —la cuestiona Jimin, tomando su saco.
—Sí, claro que sí. Gracias señor Park —toma la mano de su jefe de improvisto, el castaño la observa fijamente y sonríe fingidamente.
—Saldré por dos horas, pero regresaré.
La mujer sigue los pasos de su jefe.
—Mi llave —le ordena a la recepcionista.
La chica le da la llave de su auto y continúa su camino, con su asistente detrás de él.
—El resto de mis pertenecías está en mi oficina, no toques nada que no sea de trabajo.
La mujer asiente.
—Nos vemos, Grace —se despide Jimin, entrando en su auto.
El castaño conduce a toda prisa, cuando está frente a su casa suena el claxon dos veces, Emma sale de su casa con sus cosas, Jimin las toma y las coloca en el asiento del copiloto.
—Gracias, Emm.
—De nada —dice con voz agitada la chica.
—Hasta la noche —se despide Jimin.
—¿Vendrás a cenar? Joon y yo cenaremos juntos —le comenta Emma.
—¿Y cenaran en mi casa?
La chica asiente sin pena.
—Malditos —sonríe Jimin.
—Haz lasaña, que Joon consiga vino y buenas películas— le pide el castaño.
—Cómo en los viejos tiempos —suelta emocionada, Emm.
—Estas loca —suelta con desagrado Jimin.
Emma lo ignora y observa como el auto se marcha a toda velocidad.
—Puedo matarla, de una vez por todas —habla su sombra.
—Que no, te he dicho que no, y no es la primera vez —se reprende Jimin.
—Es tan entusiasta y eufórica, me molesta —se queja su alter ego.
—No me interesa. Emma es mi amiga, trabaja para mí, y estoy seguro que más de alguna vez me ha escuchado y visto hablar solo —dice el castaño.
—No hablas solo, Jiminie, hablas conmigo —le recuerda su sombra.
Cuando está por llegar al aeropuerto se cambia la ropa, se coloca sus guantes de cuero se cerciora de llevar el frasco que contiene la Dieffenbachia, continúa conduciendo y estaciona el auto a una calle de distancia del aeropuerto.
Abandona su auto y toma su bolso, pasa la seguridad, compra un boleto y camina hacia la sala de espera, localiza a Ralph y piensa en su siguiente movimiento.
Camina hasta una de las tiendas de bocadillos, luego va al baño, con un cubierto tritura un poco más el tallo y unas hojas de la planta. La introduce al centro de los panecillos, antes de salir del baño arregla su cabello para que su apariencia logre convencer a su víctima.
Se cerciora de la cámara y como debe ser su postura para no ser captado.
—Hola, mi madre me compro muchos panecillos, lo vi solo y pues... Quisiera compartir algunos —el inocente rostro de Jimin atrapa a su víctima al instante.
—Muchas gracias —sonríe agradecido el señor Anderson
—De nada —le da dos panecillos y luego se aleja de él.
El señor Anderson come los panecillos, deja que dos minutos pasen y Jimin se encamina de nuevo hasta su objetivo.
—De pie —le ordena el castaño tomando su antebrazo. —Póngase de pie. Su lengua, boca y garganta quedaran inmovilizadas —le indica Jimin.
—¿Quién eres?— pregunta el señor Anderson, con dificultad.
—Soy la venganza en persona —le guiña su ojo derecho el castaño, mientras lo dirige hacia algún cuarto vacío del aeropuerto.
El señor Anderson intenta hablar y Jimin junto a su sombra ríen al ver el desespero de su víctima por gritar. La piel de Ralph ahora cambia, la irritación y las quemaduras empiezan a hacerse presentes.
Lo mira por unos segundos, toma el cubierto y ni siquiera se toma la molestia para recordarle porque le quita su vida, lo único que desea es acabar con un maldito más que lo dejo sin sus padres en un mundo perverso y para nada bueno.
Se percata que al señor Anderson se le dificulta respirar, y empieza a asfixiarse, el castaño se acerca a su víctima, alza su mano derecha con la cual sostiene el cubierto, lo introduce en su ojo derecho, lo saca y hace que el globo ocular se salga de su orificio, hace lo mismo con el izquierdo, pero en este decide dejar el cubierto.
—Dos menos —habla con complacencia su alter ego, dejando la pluma negra sobre el rostro de su víctima.
Sale del aeropuerto, se cambia en su auto y llama a Namjoon.
—Dime —atiende su amigo.
—Puedes darme ubicaciones que no sean tan públicas —le pide molesto, Jimin.
—Lo intentaré —responde Nam. —No nos cancelaras en la noche por el detective Jeon, ¿o sí? —cuestiona.
—Voy a colgar —el castaño cancela la llamada.
Mira los mensajes de Jungkook y una fotografía, se percata que pasara por ese lugar y decide decirle que pasara a verlo.
Antes de salir del auto guarda todas las pertenecías de Black Swan, en el maletero de su auto, y entra a la cafetería.
—Ordene un batido para ti.
Jimin toma asiento, bebe un sorbo del batido de chocolate que Jeon le ha ordenado.
—¿Qué haces por aquí? —pregunta el detective.
—Tuve un encuentro con uno de mis clientes —contesta Jimin sin nerviosismo alguno.
Su alter ego lucha por sacarlo de ese lugar, se siente expuesto y, aunque le encanta que el detective Jeon lo bese y lo acaricie, no deja de sentir temor a su cercanía. Lo contrario de Jimin que lo disfruta siempre que se encuentran sin temor alguno.
—¿Qué tipo de encuentro? —continúa Jungkook, con sus típicas preguntas.
—Cómo este —sonríe Jimin, bebiendo más de su batido.
—¿Cómo nuestros encuentros?
El castaño asiente.
—No puedo permitir eso —el pelinegro toma las manos de Jimin.
—Solo hablamos —aclara el castaño.
—Entonces no fue como nuestros encuentros —Jungkook alza un poco las manos de Jimin y besa el dorso de éstas.
—¿Cuál es la diferencia? —pregunta esta vez el castaño.
—En qué te beso y me besas, en que te toco y me tocas, en que me haces sentir feliz y yo también te hago feliz. En que me gustas y te gusto, y en que te deseo y me deseas —Jeon se pone de pie y besa los labios de Jimin.
—Creo que nos miran —dice tímido el castaño.
—No importa.
Acaricia las manos de Jimin.
—Tengo una hora libre —comenta Jeon.
El castaño bebe más de su batido, sonríe ladinamente ante la idea que su alter ego le ha propuesto.
—Debo ir al baño —dice Jimin, poniéndose de pie.
Entra al baño y se mira en el espejo.
—¿Qué quieres? —se cuestiona así mismo, Jimin.
—Sexo. Mierda, él también lo desea —habla su sombra.
—¿Qué tienes en mente? —pregunta lavando sus manos.
—Quiero el control Jiminie, y tendremos un buen sexo, te lo aseguro —le pide su alter ego.
—Está bien —dice sin negarse ante la petición de su sombra.
Sale del baño y camina hasta donde el detective se encuentra sentado, toma su rostro y besa sus labios.
—Es hora de irnos —susurra en los labios delgados de Jungkook.
El detective sonríe y se pone de pie.
—¿En qué te movilizas? —indaga Jimin.
—Una patrulla pasaría por mí.
Ambos entran al auto.
—Puede pasar por ti, en mi oficina.
Jeon asiente.
—Eso es bueno, porque quiero verlo en acción de nuevo, detective Jeon.
La mirada del pelinegro esta sobre los labios gruesos de Jimin.
—Cuando me llamas detective Jeon, no sabes lo que provocas en mí —habla Jungkook.
—Claro que lo sé, por eso lo digo.
Arranca el auto y conduce a toda prisa hasta llegar a su edificio de trabajo.
—¿Estás seguro que quieres verme en acción? —cuestiona Jungkook, retirándose el cinturón y luego retirándoselo a Jimin.
—Estoy muy seguro —confirma el castaño—. Te pediría que lo hiciéramos en el auto, pero es muy pequeño.
Jimin acerca su rostro al de Jeon y se besan sin pensarlo.
—Entremos, por favor —le pide el chico.
Salen del auto, entran al edificio, le da las llaves a su recepcionista y pide que nadie lo moleste, Jungkook entra antes a la oficina de Jimin, la asistente solo lo observa y no dice nada.
—Grace, no quiero que nadie me interrumpa. No quiero llamadas, cero interrupciones, ¿crees poder hacerlo?
La mujer asiente.
—Por eso es que te ascendí.
Entra a su oficina y es recibido por los brazos y labios de Jungkook.
—Detective —susurra Jimin, mientras le retira su chaqueta a Jeon, y observa su arma y su placa.
Jungkook se quita el arma y la deja en una de las repisas de la oficina de Jimin, lo mismo hace con su placa.
—¿Me tienes miedo? —pregunta el detective.
—No —responde. —Tú deberías temerme a mí —habla Jimin.
Jeon le retira su saco y lleva sus manos a su rostro.
—Te temo, claro que lo hago —besa suavemente los labios del castaño.
Lo gira pegando la espalda de Jimin sobre su pecho.
—Temo que me vuelvas loco —el detective deja pequeños besos sobre el cuello del castaño.
—Yo temo que seas mi debilidad —confiesa Jimin.
—También tengo temor a que no sientas lo mismo por mí —agrega Jungkook.
—Te aseguro que si lo siento —contesta Jimin, haciendo sonreír a Jeon.
—Pero a lo que más le temo es a no estar junto a ti.
Jeon lleva sus manos al pecho de Jimin, estimula sus pezones, mientras el castaño restriega su culo sobre la erección del detective.
El castaño se gira y besa los labios de Jeon, con sus dos manos desabrocha el cinturón y luego el botón del pantalón, toca el falo duro y excitado de Jungkook sobre la tela del bóxer sin dejar de besarlo.
—Quisiera que me esposara detective, pero tengo una idea en mente para no arrugar nuestra ropa —habla provocativamente, Jimin.
—Dime tu idea, precioso —le pide el detective.
—Vamos a mi silla.
Jimin toma la mano de Jeon y hace que se acomode en su silla.
—Tú sentado, mientras me siento en tu delicioso pene.
Jungkook atrae al castaño, besa sus labios y le baja el pantalón y su bóxer.
—Date la vuelta —le ordena Jeon.
Jimin hace lo que le pide.
—Quiero tus manos sobre tu escritorio.
Al instante coloca sus manos donde se lo ha pedido.
—Cuando me la metas, la quiero sentir completa.
El detective se pone de pie, roza su pene en el culo de Jimin, hace que ladee su rostro y lo bese.
—Tienes unos labios tan lindos, y una boca y mente tan sucia —vuelve a besar los labios del castaño. —No sólo me haré adicto a tus labios, sino también a tu cuerpo y a todo lo que tenga que ver contigo —Jeon reparte besos en el cuello de Jimin, haciéndolo gemir un poco. —Chupa —le ordena el pelinegro.
—Sí, detective —abre su boca y chupa los dedos largos de Jungkook.
Con su mano izquierda masajea los glúteos de Jimin, saca sus dedos de la boca del castaño y los baja hasta la entrada.
—Empezaré —le hace saber el detective.
—Solo hazlo, Jungkook.
Introduce el primer dedo, y el castaño se aferra a su escritorio, siente la intromisión en su entrada, los movimientos de Jeon son suaves, pero profundos, introduce uno más sólo para prepáralo un poco.
Jimin lleva su mano izquierda al miembro de Jungkook, y como puede lo saca del bóxer y lo estimula.
—Mierda, tu mano... —detiene las embestidas con sus dedos y los retira de la entrada del castaño.
—Se siente tan bien, pero deseo penetrarte —le hace saber, Jungkook.
—Penétrame —jadea Jimin, al sentir la punta del pene de Jeon en su entrada. —Siéntese, detective —le pide Jimin.
—Solo si prometes sentarte sobre mí —le recuerda Jungkook.
—Lo prometo —le asegura el castaño.
Jungkook toma asiento y Jimin se hace hacia atrás, el pelinegro alinea su pene mientras el castaño desciende poco a poco, llega hasta la mitad y se detiene.
—Aaah —gime el castaño.
—Dijiste que la querías toda adentro —habla con voz excitada el detective, cuando ha penetrado por completo a Jimin.
—¿Cómo lo sientes? —pregunta sin pena, Jungkook.
—Es tan grande, Dios...
Empieza a subir y a bajar sobre el miembro de Jeon.
—Sí —suelta complacido Jungkook, al sentir el delicioso placer que la estrecha entrada del castaño le hace sentir.
—Detective —jadea Jimin.
Jungkook lleva sus manos a la cintura de Jimin, le ayuda a subir y a bajar y en ocasiones hace que el castaño no se mueva, alza sus caderas y lo penetra profundo como le gusta.
El castaño continúa penetrándose, Jeon lleva su mano izquierda al pene de Jimin y le da atención.
—Tu culo se ve tan bien desde este ángulo —lo halaga Jeon, haciendo sentir a Jimin completamente feliz, sexi y deseado por alguien.
—Cuando me lo hagas en cuatro, vas a enamorarte de mí —bromea el castaño.
Jungkook tira de la camisa de Jimin obligándolo a no moverse, sabe que está cerca, empieza a acelerar sus embestidas cortas, pero que a ambos les da placer.
—Sí, detective, así —lo provoca más Jimin, mientras Jeon lo penetra y lo hace llegar a su clímax.
Jeon se corre primero y Jimin no deja de auto penetrarse suavemente, mientras espera que todo el líquido seminal de Jungkook lo llene.
—Detective Jeon. Sí —gime cuando llega a su clímax corriéndose en la mano del pelinegro.
—No importa en qué posición te lo haga, Jimin. No creo enamorarme de ti por el sexo —acaricia la espalda del castaño.
El castaño se pone de pie con sus pies temblorosos, Jeon lo sostiene, Jimin limpia la mano del pelinegro y luego Jungkook limpia su entrada con toallitas húmedas las cuales le regalo Emma, cuando tenía gripe.
—Listo —Jeon nalguea a Jimin, haciéndolo reír y ruborizarse.
—Eres tan lindo —dice Jungkook, ayudando al castaño a subir su bóxer y su pantalón.
—Y tú tan guapo —lo mira Jimin, mientras Jeon sube su ropa interior y su pantalón.
—Nuestra ropa no está arrugada —habla Jungkook.
—Te lo dije —dice feliz, Jimin.
—Eres muy inteligente.
El castaño toma asiento en el regazo de Jeon.
—Lo sé —rodea el cuello del detective y lo besa.
—Podrías sentarte sobre el escritorio —dice Jeon.
—Podría, pero no quiero. Me gusta más este asiento, bueno..., no este, pero tú sabes a lo que me refiero.
Jungkook abraza al castaño y reparte besos en todo el rostro de Jimin.
—Detente —le pide el castaño.
—¿Por qué? no te gustan mis besos —pregunta el detective.
—Claro que sí —suelta Jimin, al ver el rostro de Jungkook—. Es solo que... no estoy acostumbrado.
Jeon sonríe y besa la nariz del castaño.
—Te acostumbrarás.
Jimin asiente y se deja consentir por el pelinegro.
El detective se marcha de la oficina, una patrulla lo recoge y lo lleva hasta la escena del crimen del aeropuerto, el detective Kim Taehyung hace acto de presencia.
Ambos saben que posiblemente los asesinatos por parte de Black Swan, no cesarán, y ellos no podrán detenerlo cuando ni siquiera tienen una pista contundente sobre el posible sospechoso.
—Es él, de nuevo él —suelta Taehyung.
—Llevaré la investigación —dice Jeon.
—No, es mía, yo la llevaré —interviene Kim.
—También puedo ser parte de esta investigación —agrega Jungkook.
—Sí, si puedes, pero no quiero que te involucres Jungkook. Es peligroso —habla Taehyung.
—También para ti lo es, Tae —le recuerda Jeon.
—Jungkook, solo se mi apoyo en algunas cosas, pero no te metas —le ordena el detective Kim.
El detective Jeon, sabe que su amigo y compañero le oculta algo desde antes que el asesino de ricos Alias Black Swan, se hiciera reconocido en Inglaterra.
Taehyung ya sabía de él y de algunas muertes, jamás quiso presionarlo, pero con cada asesinato que Black Swan comete.
El detective Kim, parece volverse loco por desear encontrarlo y acabar con el responsable.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro