21
—Mierda, Jimin. Dime algo —le pide exasperado Joon, mientras acelera.
—Nam —escucha, entre la tos de su amigo.
—Estoy cerca, resiste.
Namjoon, gira de forma brusca, deja mal estacionado su auto y sale a toda prisa.
En sus manos lleva su radio de policía y su celular.
—Oficial Kim —escucha por el radio. —Oficial Kim —escucha de nuevo.
—Señor —responde agitado, mientras se detiene por unos segundos para localizar el auto del castaño.
—Jeon —habla el rubio, empezando a correr de nuevo.
—Oficial.
—Llevaré a Jimin al hospital —apaga su radio y lo guarda, al igual que su celular. —¡Jimin! —grita.
Abre la puerta del auto, y saca al castaño del vehículo.
—Maldita sea —espeta, sosteniéndolo con fuerza—. Respira. Más vale que respires.
Jimin, gira su rostro lentamente y observa a su amigo.
—No dejes de respirar —le ordena el rubio, quitándole el bolso y todo lo que lo incrimine y delate como Black Swan—. Te llevaré al médico.
El castaño empieza a toser, perdiendo un poco la respiración.
—Maldición, Jimin —alza su voz, Joon, tira todo dentro del auto y cierra la puerta con su pierna izquierda. —Resiste, y por favor no dejes de respirar —le repite, para luego cargarlo y llevarlo hasta su auto.
Estando en el auto, arranca a toda velocidad hasta el hospital privado, en cual, Jimin es conocido por el médico que lo atiende.
Su celular suena y atiende con dificultad.
—Kim ¿Qué sucede con Jimin?
Reconoce el tono de voz de Jungkook al instante.
—Lo traje al hospital, te enviare la dirección —Nam, cancela la llamada, frena el auto y baja asustado y preocupado a su amigo. —Si dejas de respirar, te juro que me las pagarás, Jimin —lo amenaza el rubio, mientras que el castaño se sostiene de la chaqueta de su amigo mientras lo carga hasta la sala de emergencia. —Necesito que lo atiendan —habla agitado.
Cuando una de las enfermeras reconoce el rostro de Park, le pide a dos auxiliares que saquen una camilla.
—Colóquelo aquí —le ordena la jefa de enfermeras.
—Intoxicación, es intoxicación por humo. Por favor llévelo con Joe —le pide Namjoon a la mujer.
—Infórmenle al doctor, de prisa —le ordena a un enfermero.
—Necesito saber con qué fue la intoxicación.
Nam, cierra sus ojos, y niega al olvidar por completo revisar el bolso de Jimin.
—No sé su nombre, pero estoy seguro que fue una planta o alguna flor —dice Joon.
—Se lo haré saber al doctor —la mujer corre a toda prisa por el mismo pasillo que se llevaron a su amigo.
El rubio toma su celular y le envía un mensaje de texto a Emma, siente como alguien toma con fuerza su antebrazo izquierdo, alza su rostro y observa al detective Jeon frente a él, con su mirada llena de preocupación y zozobra.
—¿Qué es lo que sucede? ¿Él está bien? —lo cuestiona Jungkook.
—Inhaló humo, una especie rara de humo. No tengo idea —miente Nam.
—¿Estaba consciente? —pregunta el pelinegro.
—Sí —acota—. Emma, está por venir, si debe volver al trabajo...
—No, no volveré, voy a quedarme aquí —dice decidido Jeon, interrumpiendo al amigo de su pareja.
—Bien, volveré, debo ir por el auto de Jimin.
Jungkook asiente.
Antes de que Joon abandone el hospital, escucha la voz de alguien llamarlo, el rubio se gira y observa al médico, se aleja a toda prisa del detective para poder hablar a solas.
—Namjoon —lo saluda.
—Voy de salida, debo saber que planta fue, te enviare un mensaje.
Joe, asiente.
—No brindes información que solo debo saber yo. Te presentaré a alguien —habla en voz baja y rápida el rubio—. Joe, él es el detective Jeon Jungkook
El mencionado se acerca hasta donde ambos se encuentran.
—Un gusto, soy el novio de Jimin —agrega el pelinegro, extendiendo su mano hacia el médico.
—Soy Joe, el médico de tu pareja —el doctor estrecha su mano con la del detective.
—¿Cómo está? —pregunta, preocupado Jeon.
—Por suerte bien, debo volver adentro y ver como como salió la radiografía de sus pulmones y garganta —dice el médico, llevando sus manos a la bolsa de su gabacha blanca.
Jungkook, asiente.
—Joon, estoy aquí —se escucha la voz de una chica.
—Ella es Emma —se dirige Nam a Jungkook. —Conoce a Jimin desde hace mucho, quédate con ella. Si algo sucede por favor avísame. —Emm —dice el rubio, llegando hasta la chica que lo recibe con sus brazos abiertos y sus ojos llorosos.
—Dime que va a estar bien —le pide la chica, abrazando fuertemente a Nam.
—Sabes que lo estará —responde el rubio, abrazando a la chica.
—Es el detective Jeon, quédate junto a él, no digas ni hagas nada que exponga a Jimin.
Emma, asiente.
—Volveré —deja un beso en la sien de la chica y luego sale del hospital.
Cuando el rubio llega al estacionamiento, observa cómo patrullas de la policía están rodeando el edificio, Namjoon saca su placa y su radio.
Enciende el radio y se pone al tanto de lo que sucede, aunque en su mente estaba más que sabedor de los que había ocurrido verdaderamente.
—Oficial Kim —escucha que alguien lo saluda.
—Detective Wang —corresponde Joon el saludo, dirigiendo su mirada hasta el detective.
—¿Qué hace aquí? Creí que había terminado su turno —lo evalúa Jackson.
—Mi amigo tuvo un problema, dejó su auto y vine por él —se explica sin ningún temor el rubio.
—Ok —se limita a decir el detective.
—Estoy reemplazando a Jeon, al parecer le ocurrió algo a su pareja —escucha Nam, mientras abre la puerta del auto de Jimin.
—Ya veo —dice con desinterés, Joon.
—Detective, el área está despejada —le informa un oficial a Wang.
—Buenas noches, detective —se despide Namjoon, aprovechando la oportunidad para entrar al auto y cerrar la puerta con seguro.
Enciende el auto, y sale del estacionamiento lo más rápido que puede, cuando está lejos se estaciona, se coloca sus guantes de cuero y comienza a revisar el bolso de su mejor amigo.
—Mierda, Jimin —dice con su rostro lleno de seriedad.
Toma el frasco y de inmediato le envía una fotografía al doctor Joe, junto con un texto informándole el nombre de la planta.
Guarda el frasco, y llama a Emma.
—El médico aún está dentro —le informa la chica al atender.
—No volveré, llevaré el auto de Jimin a casa y luego recogeré el mío —suelta Joon, sorprendiendo a la chica.
—Joon, sé que estas molesto, pero...
—Nos vemos mañana, Emm —se despide el rubio, cancelando la llamada.
Jungkook, observa a la chica desde donde se encuentra sentado, se cruza de brazos y cierra sus ojos. Lo único que espera es que el médico le diga que su chico de lindos ojos se encuentra bien.
Luego de media hora el detective observa al médico acercarse a ellos, despierta a Emma, luego ambos se ponen de pie.
—Jimin, está bien.
Jeon, asiente, mientras que la chica junta sus manos y las lleva a su boca como si estuviese realizando una plegaria.
—Por suerte, Namjoon, le ayudó a recibir aire puro, eso ayudó mucho —el médico hace una pausa breve. —Su tráquea está un poco inflamada, es justo por eso que se le dificultaba respirar. Lo dejaremos reposar al menos dos días y lo tendré en observación —tanto Jungkook y Emma, asienten. —Solo se permite un acompañante —les hace saber el doctor.
—Muchas gracias —agradece Jeon. —Voy a quedarme —le informa el pelinegro a la chica.
—Esta bien, iré con Joon —dice la chica, limpiando pequeñas lágrimas de su rostro. —Por favor, cuídalo —le súplica Emma, antes de marcharse, sosteniendo la mano izquierda de Jungkook.
—Lo haré —le asegura el detective.
La chica se marcha y Jeon es guiado por la enfermera de turno hasta la habitación en la que el castaño se encuentra.
—Si necesita algo presione el botón —le indica la enfermera, señalándole el lugar en el que se encuentra.
Jungkook, solo asiente, cuando la mujer se ha retirado cierra la puerta y a pasos no tan lentos camina hasta la camilla en la que se encuentra Jimin, con oxígeno.
—Cariño —susurra Jeon, sosteniendo la mano derecha del castaño. —Estoy aquí —toma asiento en la silla para visitas, que se encuentra al lado de la camilla sin soltar la mano de su pareja.
Jimin, descansa luego de haberse salvado de morir completamente intoxicado, las horas pasan y el sueño empieza a apoderarse del detective.
El pelinegro se pone de pie, camina dentro de la habitación y se detiene cuando observa el expediente de Jimin. Ve al castaño y luego hacia la puerta, abre el expediente y pasa rápidamente hasta el diagnóstico, mira con exactitud lo que le ha causado esa intoxicación, que por lo visto no es primera vez.
Jungkook, escucha pasos y cierra el expediente, Jimin el cual, ya había despertado y se ha enterado de lo que su pareja hace, cierra sus ojos y poco a poco empieza a abrirlos, actuando como solo él sabe hacerlo.
—Despertaste —dice Jeon, al ver al castaño con sus ojos abiertos.
La puerta se abre y el médico entra.
—Es solo rutina —informa.
Jungkook, asiente.
—Hablamos cuando esa garganta esté desinflamada —se dirige el doctor a Jimin, el cual, con dificultad asiente.
—Los dejo —esta vez el médico se dirige a la pareja. —Cuando el suero con medicamento termine, colóquele uno más —le ordena el doctor a la enfermera que lo acompaña.
—Descansa —le pide Jeon al castaño, suspirando más relajado al ver que su chico está bien.
Jimin, lo observa fijamente, sabe la razón exacta por la cual Jeon está a su lado, la razón es porque no sabe la verdad sobre la persona que realmente es.
Al contrario de Joon que sabe absolutamente todo de él, y que por obvios motivos no se encuentra en esa habitación de hospital cuidándolo y acompañándolo como siempre lo hace.
El castaño, gira su rostro cuando sus ojos se llenan de lágrimas, cierra sus ojos y pequeñas gotas de lágrimas descienden por su rostro. No abre más sus ojos y deja que el sedante de nuevo haga su trabajo, haciéndolo caer en un grato y forzado descanso reponedor.
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