19
Tres días después...
El rostro del castaño había cambiado y eso lo tenía más que comprobado, Nam, conocía hasta el mínimo detalle en las expresiones de su mejor amigo.
Algunas veces se aprovecha de eso para poder molestarlo, enojarlo y sonrojarlo.
—Estas coladito por el detective —dice Joon, mientras conduce.
—Basta, no empieces —lo reta Jimin, mientras lo mira fingiendo molestia.
—Responde, dime algo —insiste el rubio, con una enorme sonrisa en su rostro.
—Cállate —le ordena el castaño, cuando suena su celular. —Sí, voy en camino. Es un sofá de cuero café, una lámpara y un perchero de pie —le recuerda Jimin a su trabajador. —Ok, estaré esperando afuera de la estación —cancela la llamada.
—¿Acaso piensas montarle una mini casa, en la estación? —pregunta Joon a su amigo.
—Sigue conduciendo —dice con sarcasmo el castaño.
—Sí eso no es estar coladito por alguien, no sé que es.
Jimin, gira su rostro y mira a su amigo.
—Idiota —es lo único que dice el chico.
—Eso quiere decir que he ganado —se burla Nam, mientras estaciona el auto.
Ambos bajan del auto y se quedan afuera de la estación, esperando a que el camión llegue con las cosas.
Jimin, marca el número de Jeon, pero esté no atiende.
—Seguro y está ocupado —cometa Joon.
El rubio, alza su mano para que el conductor del camión lo vea y se estacione cerca.
—Señor Park —lo saluda el conductor.
—Gracias —dice el castaño, sin ninguna expresión en su rostro. —Empiecen a desmontar —le ordena Jimin.
El conductor y su ayudante hacen lo que su jefe les pide.
—Los llevaré adentro —se ofrece Nam, a lo cual el castaño asiente.
El rubio se queda de pie antes de subir el primer escalón cuando observa al detective Jeon, con la bella Ella.
—Mierda —murmura, gira su rostro y justo cuando está por distraer al castaño, su amigo ya se ha percatado.
—Ahora sé porque no respondía.
—Jimin
—Cierra la boca —lo señala el castaño.
—Detective —lo saluda Nam, interrumpiendo la amena charla con Ella.
—Oficial Kim —alza su rostro Jungkook, observando al rubio.
Joon gira su rostro hacia Jimin, y el detective se percata de la presencia de su novio, con un rostro no tan amigable.
—¿Qué Que esperas, Joon? llévalos a la oficina de Jungkook.
El rubio observa con duda a su amigo, pero continúa subiendo los escalones.
—Hola, cariño —lo saluda el detective, dejando de lado a la mujer que lo acompaña.
Jimin no dice nada, su celular suena y lo atiende de forma rápida.
—Sí. Está bien, está bien, voy para allá —dice Jimin. —Hola y adiós —se dirige a Jeon. —Joon, ven conmigo —le pide a su mejor amigo.
—Debo trabajar, Jimin —le recuerda Nam.
—Tu turno empieza a las diez, son las ocho. Entra al auto.
Joon, niega.
—Es urgente. Por favor, entra al maldito auto.
Jimin intenta ser amable, pero no puede.
—Joon —lo llama el castaño.
—Está bien —el rubio camina hacia el auto al lado de su amigo.
—Tenga —Jimin le entraga dos billetes de veinte dólares al conductor.
—Jimin —articula Jungkook, caminado hacia él.
—Volveré, bueno... Eso espero —dice entrando a su auto.
Nam arranca el auto sin saber a dónde se dirigen.
—Debes aprender a controlar tus celos —le aconseja el rubio.
—¿Qué? —pregunta, confuso el castaño.
—Que debes...
—No es una puta excusa, Joon —lo confronta Jimin.
—Alguien entró a la fundación, dos niños están lastimados —le hace saber el castaño. —Ahora conduce y deja de ser un idiota —le pide Jimin.
Namjoon, acelera un poco, el castaño teclea y envía mensajes, no despega su vista de su celular.
—Joon, ¿traes tu arma? —lo cuestiona el castaño.
—Por supuesto.
—Bien, si encontramos algún sospecho, lo asustaras y yo lo mataré.
Nam frena de improvisto.
—No te detengas, continúa conduciendo —le pide el castaño.
Cuando han llegado a la fundación de niños huérfanos, el primero en bajar es Jimin.
—Espera —le pide Joon, pero el castaño lo ignora por completo.
El rubio entra y evalúa la situación.
—¿Están bien? —interroga Jimin a los pequeños.
Algunos lloran y asienten, y es justo ahí cuando Jimin siente que algo dentro de él se rompe.
—No lloren —les pide el castaño. —Todo estará bien ahora —intenta calmarlos.
—Joven Park.
Reconoce la voz de la encargada.
—¿Dónde están? —pregunta el castaño, encaminadose hacia la mujer.
—En la enfermería —le informa.
Jimin observa a una pequeña y a unos niños sentados sobre la camilla, mientras la enfermera les lee un cuento.
El rostro de la pequeña tiene un poco de sangre en su cabeza, un leve recuerdo llega a su mente de cuando era solo un niño, niega y se reprocha por caer en ese pensamiento.
—La niña recibió un golpe en su cabeza. Intenté calmar el sangrado, pero aún persiste.
El castaño asiente.
—El pequeño tiene una contusión en su muñeca, y pequeños golpes —concluye la enfermera.
El castaño se acerca a los pequeños y se detiene frente a ellos.
—Los llevaré al hospital —dice repentinamente, Jimin. —Ayúdame con el niño —le ordena a la enfermera. —Joon, por favor pide que alguien vigile la fundación.
El rubio asiente.
—Sino se hacen cargo ustedes, lo haré yo —le susurra Jimin a su amigo cuando ambos están cerca.
—Nos haremos cargo —le asegura Joon.
—Nos vemos —se despide el castaño.
La enfermera acompaña a Jimin, llevan a los niños con el pediatra, la pequeña recibe tres puntadas en su cabeza y al pequeño le colocan una férula en su brazo para que no mueva su muñeca.
Jimin, toma a la niña y la sube a su auto, le coloca el cinturón y antes de cerrar la puerta observa a los dos niños.
Cierra la puerta y ve el asfalto del estacionamiento.
—Maldición —suelta, entra al auto y conduce hasta la fundación de nuevo.
Al llegar es recibido por Namjoon, y por algunos oficiales.
—¿Cómo están? —pregunta Joon.
—No tan bien, pero no es tan grave —responde Jimin.
—Tranquilo —le pide Nam, al ver el rostro lleno de incertidumbre y miedo de Jimin.
—Es una mierda, Joon. Todo esto —el chico se gira y empieza a alejarse de todo y de todos.
La sirena de una patrulla se escucha, ambos la ignoran, el principal objetivo de Namjoon es escuchar a Jimin y poder ayudarlo.
—¿Quieres decirme algo? —lo cuestiona Nam, mientras sostiene su arma.
El castaño niega dándole la espalda a su amigo, pero luego asiente.
—Verla sangrar de su cabeza, me recordó mi infancia —habla Jimin—. Cuando estuve en el orfanato, fue una mierda.
Nam empieza a acercarse un poco más al castaño.
—Lo perdí todo cuando se deshicieron de mis padres, todo empeoró desde ese día.
A solo cinco pasos se encuentra el rubio, listo para reconfortar a Jimin.
—Algunas veces pensaba en que quizás todo hubiera sido distinto con ellos vivos, pero ahora no pienso de esa manera —el castaño, suelta un leve suspiro—. Nosotros decidimos nuestro destino. Yo elegí el mío.
El chico baja su rostro.
—Pero al ver a estos niños, no quisiera que eligieran el camino que yo escogí, porque es una mierda sentirse vacío, dolido y sucio —la voz de Jimin, empieza a sonar quebrada—. No quiero que ellos pasen por lo que pase, porque es una tortura, y un martirio diario. Tu único amigo está dentro de tu cabeza animándote a hacer lo peor.
Jimin deja de hablar por unos segundos y recuerda a los niños.
—Sé lo que sienten, Joon. Soledad, vacío, desprecio, no sentirse amados, y cuestionarse con tan poca edad por qué otros niños si tienen papás y tú no. Eso es lo peor que puedes pensar, porque duele, pero más duele creer que tendrás una familia y te lleven a combertirte en algo que fabricaste en tu cabeza.
Joon, traga grueso.
—Voy a conseguirles un buen hogar con padres que los amen y les digan todos los días que los aman. Que les enseñen cosas buenas y a ser buenas personas, porque cuando llegué al hogar de mis tutores es justo lo que yo quería —confiesa Jimin, llorando.
—Esta bien —suspira Nam.
Jimin, se gira, ve con su vista nublada a su amigo el cual extiende sus brazos y lo atrae hacia él.
—Sabes que siempre estaré aquí —le recuerda Nam—. Y que no permitiré que nada malo te suceda, y que no dejaré que nadie te lastime de nuevo.
El castaño asiente a las palabras de Joon, mientras lo abraza fuerte.
Cuando Jimin se ha calmado, limpia su rostro y mira Namjoon.
—Lo sé —sonríe el rubio.
—Debo irme —habla bajo el castaño.
Ambos se giran y se percatan de la presencia de Jungkook a sólo unos metros de ellos.
—Esta golpeándome en su mente —susurra Nam.
—Joon —sonríe Jimin.
—Míralo. Está molesto, pero loco por ti —dice Nam.
—Ve a cumplir con tu trabajo —le pide el castaño.
—¿Estas bien? —le pregunta Jungkook, cuando el chico está cerca.
—Sí, me preocupe por los niños, es todo —se excusa el castaño.
—¿Seguro? —indaga Jeon.
—Seguro —asevera Jimin, sosteniendo la mano del detective.
—Estas trabajando —habla entre dientes el chico.
—Solo estoy sosteniendo tu mano.
Ambos caminan hacia el auto del castaño.
—Claro, es parte de tu trabajo —comenta Jimin, recordando a Jeon junto a la linda mujer.
—Así es.
El chico suelta un suspiro y suelta la mano de su pareja.
—Debo irme —menciona Park.
Jungkook le abre la puerta del auto.
Jimin entra al auto, y observa a su pareja acercarse a él, extiende su brazo y le coloca el cinturón.
—¿Qué? ¿esto también es parte de tu trabajo?
Jungkook sonríe.
—Solo contigo. Es parte de mí trabajo contigo —los ojos del detective se fijan en los del castaño. —No existe alguien más a quien quiera tomar de la mano, y colocarle el cinturón —dice Jungkook, perdido en el bello rostro de Jimin.
—Pero hay muchos y muchas que si quisieran tomarte a ti —habla el castaño serio.
—¿Y qué si hay muchas y muchos? —pregunta Jungkook, provocando qué el chico alce sus cejas, sorprendido—. No me interesa cuántos sean, tengo a la persona con la que quiero hacer eso y muchas otras cosas.
El castaño traga grueso al escuchar las palabras del detective.
—Y que importa si son muchas personas, si él único que acelera mi corazón eres tú —Jeon acerca más su rostro al de Jimin.
—Bésame ya —le pide el castaño, impaciente.
Sin rechistar, Jungkook, besa los labios de su lindo chico, sonríen y luego dejan de besarse.
—Vuelve al trabajo.
—Esa sonrisa es debido a mí.
El castaño deja de sonreír.
—Eres precioso —el detective deja un beso en la mejilla de Jimin, y luego cierra la puerta del auto.
El castaño antes de ir a su trabajo se detiene en la estación, ordena la oficina de su pareja y coloca el sofá justo donde se lo había imaginado y mencionado a Jungkook.
Cuando ha terminado viaja a su trabajo, los informes de Joon no paran, y entre la tristeza que siente, tiene un momento para deshacerse de ella de la mejor manera.
Cuando recibe un mensaje confirmando que una de sus víctimas está en su rango, cierra sus ojos y suspira aliviado, mientras piensa en el plan que ejecutará.
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