15
Namjoon, sale de la estación a toda prisa, observa que el auto de Jimin empieza a salir del estacionamiento, acelera sus pasos y logra llegar a obstaculizar la partida de su amigo.
—Detente —le pide Nam, golpeando la capota del auto.
—Muévete, Joon —le ordena el castaño, luego que ha bajado la ventanilla.
—No lo haré, retira las manos del volante y déjame entrar.
—¡Quítate de la calle! —alza su voz, Jimin.
Nam se tira sobre el asfalto, justo en el lugar que le impide a su amigo seguir con su camino.
—¿Quieres irte? Bien —se acomoda en la calle—. Pasa sobre mí.
Jimin, deja salir un suspiro frustrado.
Alza sus manos y las coloca fuera de la ventanilla.
—Ya entendí, Joon, ahora entra al puto auto —habla el castaño.
El rubio se pone de pie, rodea el auto sin quitar la mirada de las manos de su mejor amigo, abre la puerta del acompañante y entra de forma rápida.
—Puedo conducir si quieres.
El castaño introduce sus manos al auto, se queda en silencio y asiente de esa manera.
Joon, sale de nuevo del auto, y Jimin se pasa al asiento del copiloto, cuando el rubio entra de nuevo, arranca sin mirar atrás.
—¿Tienes algo que decirme?
El castaño niega.
Nam asiente y decide no hablar más, decide darle su espacio, y que Jimin hable cuando lo crea conveniente.
Los ojos del chico se llenan de lágrimas, y es ahí cuando su maldito alter ego se hace presente.
—Mírate —le susurra su sombra—. Siendo débil una vez más.
Jimin, niega y se gana la atención de su amigo.
—Sigue conduciendo —le indica a Joon.
—Pero...
—No te metas, Joon —le ordena a su amigo como siempre lo hace.
—Debes terminar lo que empezamos —le recalca su alter ego.
—¡Lo haré! —alza su voz, Jimin.
—No parece que así sea, Jiminie —se hace dudar.
—Lo haré, dije que terminaría todo, y eso es lo que haré —se dirige a su alter ego, con sus ojos cerrados.
—Vamos a matar a quien se ponga en nuestro maldito camino.
Asiente.
—No importa quien, verdad, Jiminie.
—No importa quien —repite el castaño, presionando sus ojos.
—Eso implica al detective Jeon.
Lágrimas recorren el rostro de Jimin.
—Voy a matarlo —el castaño abre sus ojos de forma rápida.
—No, no voy a matarlo —continúa escuchando a su sombra el castaño.
—Vamos a matarlo.
Niega una y otra vez.
—Vas a matarlo.
—¡Basta! —se grita así mismo.
Su amigo continúa conduciendo, pero sin perder cuidado del castaño, y de su batalla interna.
—Maldito débil —lo continúa martirizando su alter ego.
—Cállate.
Lleva sus manos a su cabello y tira de este.
—Detente —habla el castaño.
Nam, sigue conduciendo.
—Estaciónate, Joon. Detente el maldito auto —demanda exasperado a su amigo.
El rubio mira un predio baldío, gira de forma brusca y se estaciona en ese lugar.
Cuando el auto se detiene, Jimin sale a toda prisa, Nam hace lo mismo, pero decide no acercarse, se sienta sobre la capota del auto mientras solo se dedica a mirarlo y a escuchar sus sollozos e hipidos.
—No creí que pasaría —habla Jimin.
—¿Estas listo para hablar? —lo cuestiona Joon.
El castaño asiente.
—Jungkook, continuará con mi investigación —dice Jimin.
—Lo sé, luego de pensarlo por unos segundos, decidí seguirte —habla Joon.
El castaño camina hasta su auto, y toma asiento al lado de su mejor amigo.
—Discutí con él —confiesa el castaño. —Le dije las excusas y verdades y no se negó a aceptar la maldita investigación, Joon —empieza a alterarse Jimin.
—Tranquilízate —le pide Nam.
—Es que no puedo tranquilizarme, Joon. No entiendes nada —suelta desesperado y angustiado el castaño.
—Si él toma el caso, será un estorbo, estará en mi camino, y a todo el que me estorba... —el chico guarda silencio.
—Lo matas —concluye el rubio.
—Soy un estúpido, un completo estúpido —dice entre risas el chico. —Jamás debí encariñarme de él —niega, y ahora no ríe, su rostro se llena de tristeza. —Debí haber escuchado a mi sombra —susurra, mientras intenta no llorar.
—No empieces —lo reta Nam, cuando escucha el tema del otro yo. —No hay otro tú —lo señala furioso, Joon.
—Tienes razón, no hay otro yo. No existe otro yo —habla Jimin, mirando a su amigo. —Somos la misma persona —suelta el chico.
—Jimin.
El castaño toma la mano de su mejor amigo.
—Sufres de bipolaridad.
El chico niega, mientras ríe levemente.
—No, no sufro de bipolaridad —le hace saber Jimin a su amigo. —Solo es un alter ego, Joon —confiesa el castaño—. No soy bipolar, hago las cosas porque quiero hacerlas, porque me nacen, porque me presto a hacerlas y porque tengo el valor para realizarlas.
Nam, se queda estupefacto al escuchar lo que Jimin dice.
—Soy consciente de lo que hago, Namjoon. Lo soy desde el primer día que me convertí en asesino —expone el castaño—. No olvido lo que hago, lo recuerdo todo. No soy demente y no, no necesito ayuda psicológica.
Jimin, ve como su amigo traga grueso.
—Cuando envenené a mis padres adoptivos tenía mucho miedo, las manos me temblaban, estaba helado, y lloraba, pero quería matarlos. Quería desaparecerlos por haberme hecho sufrir demasiado, quería que pagarán y sintieran todo lo que yo sentí durante mucho tiempo —un suspiro abandona las fosas nasales del chico—. Quería hacerlo, pero no sentía el valor suficiente, pero en mis sueños y pensamientos existía el Jimin que no le tenía miedo a nada y a nadie. El Jimin que estaba dispuesto a matar a todo aquel que me había hecho infeliz.
El castaño presiona la mano de su amigo, se siente vulnerable, son mejores amigos, pero nunca se habia tomado el atrevimiento de desahorse de manera tan abierta.
—Recuerdo que esa noche cerré mis ojos, y cuando los abrí de nuevo, mis manos dejaron y no estaba más helado. Los miré a los dos y no lloré más, en vez de eso reí, y luego les quité la vida —confiesa sin un apice de remordimiento—. El Jimin valiente, atrevido, despiadado, descarado, y asesino lleno de odio, y de soledad había aparecido. Mi alter ego, mi otro yo. Mi personalidad oculta salió de mi mente y se quedó junto a mi hasta ahora.
—Jimin...
—Déjame terminar —lo interrumpe el castaño. —Yo creé a Black Swan, fui y soy consciente de eso —Jimin, suelta la mano del rubio. —Yo fabrique a Black Swan, para ocultar mi verdadera personalidad —da dos pasos y luego se detiene—. Al menos mis tutores me enseñaron a que debía sacarle provecho a mi lindo rostro, y a mi sexi cuerpo.
Ríe sarcásticamente el castaño.
—Esté Jimin —se gira, y cuando está frente a su amigo se señala. —Es sólo mi personalidad cálida y amigable, pero cuando soy Black Swan —hace una pausa.
—Es tu otra personalidad —habla Nam.
Jimin, asiente.
—Mi verdadera personalidad —agrega el castaño—. Fabrique a Black Swan, para atreverme a hacer lo que alguien normal con este rostro, no sería capaz de hacer. Black Swan, es aquel chico que fue vendido por sus tutores a desconocidos para que lo violaran. Es aquel chico que debía matar para poder alimentarse, fue aquel chico que se lamentaba todas las noches por no tener a sus padres vivos. Fue aquel chico que recogía viseras y cualquier parte de cuerpos para tener donde vivir.
Los ojos de Jimin se llenan de lágrimas, los cierra y al instante empiezan a recorrer su rostro.
—Black Swan oculta al niño que sufrió, oculta al verdadero Jimin. Al Jimin roto, sucio, sin hogar, al que nadie ama, al que todos buscan por su cuerpo y su lindo rostro. Al que no merece ser amado, y al que nunca nadie valorará —habla entre sollozos el castaño.
—Detente —le pide Nam, acercándose a él.
—No estoy loco, Joon.
El rubio toma los brazos de Jimin.
—Es solo que debía sobrevivir, y para eso debía ocultar quién en realidad soy.
Los brazos de Nam envuelven en un fuerte abrazo al castaño.
—Perdón por no haberte dicho esto antes —se disculpa el chico, entre sollozos sobre el pecho del rubio.
—Esta bien, ahora lo sé —muista mientras acaricia la espalda de Jimin, y deja pequeños besos en su sien.
—Yo...
—Basta, solo llora. Sé tú, sé el niño que sufrió y desahógate, estaré justo aquí.
El castaño niega, y sin poder controlarse, explota en llanto.
—Eso es —Nam lo abraza fuerte, para evitar que caiga al suelo—. Llora.
Traga grueso al escuchar el llanto desconsolado de su mejor amigo.
Su corazón duele, odia ver en esa situación a Jimin, está devastado al saber cosas que él castaño le había ocultado, y que él consideraba importantes. Pero lo que ahora sabe sólo hace que su lazo de amistad y familia crezca más, y jurar que jamás, por nada del mundo dejará sólo al chico en sus decisiones.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro