14
Las cosas para el detective Jeon, se habían intensificado, y es que el hecho de que su compañero de trabajo esté muerto lo único que le había acarreado es más trabajo.
Detesta no poder tener suficiente tiempo libre para pasar con su novio, odia solo poder verlo por video llamadas antes de dormir, pero debe cumplir con su trabajo.
Lidia con cada investigación que le habían asignado y que el detective Kim tenía abierta. Tiene que estudiar y meditar cada paso, revisar las pistas que su compañero ya muerto había reunido, y continuar con los casos, para darles fin.
Está estresado, y en serio echa de menos a Jimin.
Extraña pasar los fines de semana juntos en su cabaña, y poder consentir al lindo castaño.
Los patrullajes son constantes y en esos va incluido Nam, el cual no deja de mantener informado a Jimin.
El castaño había encontrado la forma de poder distraerse, una fundación llegó por patrocinio de camas para su hogar de niños, el chico no se fío y decidió visitar el lugar.
Al ver a los niños sin padres, una parte de él volvió al pasado, una parte de él se sintió solo nuevamente. Recordó todo lo que sufrió al ser transferido a una casa con padres adoptivos, si hubiese sabido que al vivir con sus tutores lo llevaría a convertirse en lo que ahora es, hubiese buscado ser echado de la casa de adopción para no sufrir.
Al día siguiente decidió comprar todos los derechos de la fundación, y se convirtió en presidente del hogar de niños. Su corazón se sentía feliz, por alguna razón el ser abrazado por muchos niños le había provocado mucha alegría, se sentía completo al hacer lo que hacía.
Un mes después...
Jimin, decidió dejar a Nam en la estación, y se tomaría el atrevimiento de poder visitar a su pareja sorprendiéndolo con un delicioso desayuno que había preparado.
—Estas utilizándome como excusa —se queja el rubio, mientras conduce el auto del castaño.
—Vamos, Joon, eres mi mejor amigo —golpea con su codo el brazo del oficial.
—Estas aprovechándote de mí —continúa Nam, bromeando.
—Eres un idiota —sonríe Jimin.
—Listo —el rubio estaciona el auto.
—Las llaves —el chico extiende su mano izquierda para recibirlas.
—¿Y cómo volveré a casa? —pregunta Joon, indignado, tomando las llaves del auto.
—Existe el taxi, el metro y el autobús —contesta el castaño.
—De ninguna manera.
Nam, se retira el cinturón y abre la puerta.
—Joon —Jimin sale de su auto luego de retirarse el cinturón.
—No te me acerques, es mi lugar de trabajo —le pide Namjoon, riendo, mientras se aleja del castaño.
—Espera idiota.
El chico acelera sus pasos con cuidado a no caerse y echar a perder el desayuno de su novio.
—Te dije que te alejes —repite Joon, soltándose del agarre de su amigo.
—Idiota —dice con voz agitada el castaño—. Las llaves.
—Ve con el detective Jeon, cuando termines pasas por ellas —agita las llaves del auto, y luego las guarda en su chaqueta.
—Eres un idiota.
Jimin,m se gira caminando hacia la oficina de Jungkook.
Se queda de pie frente a la puerta cuando observa que tiene compañía, saca su celular y le envía un mensaje de texto.
Espera a que la compañía de Jeon salga de su oficina para luego poder entrar.
—Hola —saluda, entrando con una sonrisa en su rostro.
Deja la puerta entre abierta y camina hasta el escritorio, los ojos del detective brillan al ver a su lindo chico frente a él.
—¿Por qué me ves de esa manera? —pregunta al castaño a Jeon, mientras saca el desayuno de la bolsa y lo coloca sobre el escritorio.
—No existe otra manera en la que pueda verte —habla Jungkook, viendo cómo un tonto enamorado a Jimin.
—Come —le pide el chico, cuando ha terminado de colocar toda la comida en el escritorio.
—¿Lo preparaste para mí? —cuestiona el detective.
—Vine porque quería verte —cambia de tema el chico.
—Ven acá —le pide Jeon, alejando su silla del escritorio.
El castaño rodea el escritorio y llega hasta Jeon.
—Eres precioso —el detective extiende sus brazos para tomar las manos del chico.
—¿Estas bien? —indaga Jimin, al sentir las manos de Jungkook juntarse con las suyas.
—Un poco estresado y con mucho trabajo, pero estoy bien —le hace saber Jeon. —Te extrañe —susurra sobre el dorso de la mano del chico.
—También te extrañé, por eso traje a Joon a la estación para poder verte —confiesa Jimin.
—Me has hecho el día —besa las manos del castaño—. Puedes mirarme.
El chico asiente, ante la petición de su novio.
—Voy a sentarme —le hace saber Jimin, acercándose más a las piernas de Jeon, para luego sentarse sobre estas. —Huele delicioso, detective —comenta el chico, mientras inhala el aroma del perfume del cuello de Jungkook.
—Tus manos sobre mi piel, se sienten bien —susurra Jeon, sobre la clavícula de Jimin. —Déjame ver tus ojos —le pide el detective.
Con un puchero el castaño deja de abrazar y masajear los hombros del detective, cuando el pelinegro observa los labios abultados de su novio, los besa sin previo aviso, el puchero no existe más en los labios de Jimin y Jeon sonríe.
—Extrañaba ver tus hermosos ojos —el castaño siente como una de las manos de Jungkook se posa sobre su rostro.
—Por favor, bésame —le pide Jimin, con sus ojos cerrados.
Aún se avergüenza en pedirle cosas a Jungkook, pero en la cama, en el sexo es el que más pide gustos y da ideas.
—Te habías tardado demasiado —ríe dulcemente Jungkook, mirando la forma tierna en la que Jimin tiene sus ojos cerrados y sus labios listos para recibir los suyos.
—Jungkook —habla Jimin.
—Está bien —junta sus labios con los del castaño y ambos sueltan un sonoro suspiro.
Se han extrañado tanto, tanto que hasta sus labios se sienten bien al juntarse.
Se dan besos por un tiempo, dejan de hacerlo cuando escuchan pasos cerca, pero luego a ambos parece no importarles, pero paran cuando Jimin recuerda que debe ir a la fundación y que Jeon debe alimentarse.
—Es hora de que comas —dice el castaño sobre los labios de Jungkook.
—Puedo comerte a ti —suelta Jeon de forma coqueta.
—Por supuesto, pero cuando remodele tu oficina. No quiero que me lo hagas sobre el escritorio —habla Jimin, observando la oficina de su novio.
—Cómo digas —el detective deja unos besos en el cuello del castaño.
El castaño se pone de pie, y mientras Jungkook se alimenta, él se encarga de ver cada rincón de la oficina del pelinegro.
—Si me dejas arreglar tu oficina, parecerá más acogedora —dice el chico deteniéndose al centro de la oficina.
Los ojos de Jeon están perdidos en su chico.
—Haz lo que quieras —dice el detective, para luego continuar comiendo.
—Voy hacer de tu oficina un buen lugar de trabajo, para tus investigaciones largas.
La emoción de Jimin puede notarse no sólo en su rostro, sino también en su voz.
—Y claro que siempre vas recordarme —el castaño le guiña su ojo izquierdo a Jungkook. —Aquí, justo aquí —señala un rincón de la oficina. —Pondré un sillón, un cómodo sillón —dice Jimin.
—Nadie lo usara —habla con la boca llena, Jeon.
—Yo lo usaré, vendré a verte y voy a sentarme justo en ese sillón, para ver a mi guapo detective —el castaño se relame los labios.
—Entonces trae ese sillón —dice emocionado, Jeon.
—Pervertido —lo señala Jimin.
Unos toques en la puerta se escuchan, el castaño ve a Jungkook, el cual con su mirada le da seguridad y tranquilidad.
—Pase —dice Jeon.
—Jungkook.
Entra un chico de buen cuerpo, y lindo rostro.
—Jack —lo saluda Jeon, sin ponerse de pie.
—Hola —saluda el detective desconocido a Jimin.
—Hola —saluda el chico de igual forma.
—Los presento —Jungkook, alza su mano. —Él es el detective Wang, uno de mis compañeros —Jimin, asiente.
—Jackson Wang —dice con formalidad el detective.
—Y Jack, él es Park Jimin, mi novio —las mejillas del castaño se tornan color rojo.
—Un gusto —dice nervioso, Jimin.
—El gusto es mío —sonríe Wang.
—¿Qué te trae por aquí? —pregunta Jungkook a su compañero.
—El jefe me llamó, me pidió que te entregue esto —alza un enorme expediente.
Jimin mira de reojo y se mantiene al tanto de lo que sucede, pero finge que no lo hace al actuar de forma incomoda.
—¿Qué es? —cuestiona Jungkook, dejando de comer.
—La investigación del detective Kim —Jackson deja el enorme expediente sobre el escritorio.
—No —suelta Jeon, negando.
—Tengo la mitad de sus casos, Jackson, no he podido visitar a mi madre y a mi sobrina, y mucho menos he pasado tiempo a solas con mi chico —habla molesto, Jungkook.
—Lo sé, Jungkook. Tengo la otra mitad de casos de Kim, y solo llego a mi casa a dormir tres malditas horas —dice Wang, intentado hacer que la molestia de Jeon baje. —El jefe me pidió que te entregara esté —con sus dedos tamborilea el expediente—. Es el caso de Alias Black Swan.
Jimin se queda sin mover un solo dedo de sus manos.
—Voy a matarlos a ambos —escucha decir a su sombra.
—Ese caso requiere de mi total atención —comenta Jungkook—. Es demasiado, Wang.
—Lo sé, pero el jefe cree que es para ti —le hace saber Jackson—. Sus asesinatos han parado después de la muerte del padre de Taehyung, pero estoy seguro que volverá.
—Claro que volveré, volveré para quitarte de mi camino, a ti y a quien me estorbe.
Jimin, niega.
—Verdad, Jiminie —le susurra su sombra.
—Te lo dejaré, hojéalo cuando puedas, y si tienes alguna objeción háblalo con el jefe —Wang, se gira sobre los talones y camina hacia la puerta.
Se detiene frente a Jimin, le extiende su mano y ambos se saludan.
—Bienvenido a mi lista —dice el alter ego, observando como el detective sale de la oficina.
—Cállate —se ordena en voz baja el castaño.
—Voy a matar a tu detective, Jiminie —lo amenaza su sombra.
—Déjame hablar con él —interviene Jimin entre sus pensamientos.
—El tiempo corre —murmura el alter ego.
—No estás pensando en tomar el caso ¿verdad? —el castaño se acerca a Jeon.
Jungkook, no dice nada, se queda en silencio mientras observa el enorme expediente.
—Tu silencio significa que sí —habla asombrado y molesto, Jimin.
—Es enviado por el jefe.
Jungkook, se pone de pie.
—¿Y eso qué, Jungkook? Él dijo que podías negarte —el castaño hace que por su bien, su pareja entre en razón.
—No lo entiendes, cariño —el pelinegro camina para poder acercarse a Jimin.
—Claro que lo entiendo todo —replica el castaño. —Casi no nos vemos, y piensas tomar un caso más, y ese maldito caso —el rostro de Jimin está tenso.
—Taehyung, fue asesinado por él —comenta Jeon.
—¿Y a ti qué? —refuta el castaño —¿Quieres que te mate a ti también? —pregunta, alterado Jimin, y cegado por su enojo.
—Jimin —Jeon, intenta acercarse, pero el chico se aleja.
—No, Jungkook. Mierda —espeta furioso. —Ni siquiera lo has pensado, solo lo estás aceptando —dice más calmado el castaño.
—No se trata de pensarlo, cariño —habla Jungkook.
—No deberías meterte en cosas que no debes Jeon. Te lo advierto —lo señala Jimin.
—Es mi trabajo —recalca, alterado el detective.
—Tu trabajo es proteger a las personas —enfatiza el castaño.
—Y atrapar asesinos —agrega Jeon.
—Exacto. Atraparlos, no lanzarte a sus garras para ser asesinado, Jungkook —el castaño observa al detective por unos segundos. —Si aceptas no hay vuelta atrás, Jungkook. Pero no soy nadie para hacerte cambiar de opinión —el chico se gira sobre sus talones y camina hasta la puerta.
—Espera, Jimin —le pide Jeon.
—Debo irme —dice en voz baja el castaño.
—Podemos hablar de esto —suplica Jungkook.
—No hay de qué hablar, ya tomaste la maldita decisión —le recalca Jimin, molesto desde el marco de la puerta. —Adiós, Jeon —se despide el chico cerrando la puerta de la oficina del detective.
Camina a toda prisa en dirección a la oficina de Nam.
—Las llaves —pide molesto al rubio.
—¿Qué te pasa?
El chico niega.
—Joon, las llaves —repite Jimin.
El rubio se las entrega y el castaño, suelta un enorme suspiro.
—¿Qué te sucede? —pregunta de nuevo Nam, está vez poniéndose de pie.
—Me voy —dice el chico, saliendo de la oficina de su mejor amigo.
Joon, se queda pensado por unos segundos, recuerda los comentarios de algunos oficiales decir que el caso de Black Swan, sería entregado a un detective para que lo prosiga.
—No —lleva sus manos a su cabello, y luego las deja caer.
Toma su chaqueta, se la coloca y a toda prisa sale de la oficina y va en busca de Jimin.
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