Los minutos se volvieron horas.. y las horas en días.. los guerreros de Athena y el Dios del Inframundo caminaron por día y medio, los Santos de bronce no estaban cansados, pero algunos ya estaban desesperados.

- seguro que este era el túnel, Kanon.- pregunto Seiya exasperado.

- ten paciencia Pegaso.. ya falta poco..- contesto el gemelo del Santo de Géminis.

Es por aquí..

- Detenganse.- hablo el Dios del Inframundo.- Andrómeda acaba de decirme que está por aquí la abertura.

Todos se voltearon y Hades comenzó a palpar la pared.

Ahí..

El Dios del inframundo dio la orden y el santo de Pegaso y el de Aries se acercaron al lugar indicado, ambos juntaron sus fuerzas y golpearon la pared, pronto está comenzó a agrietarse y finalmente se derrumbó.

Efectivamente, habían llegado, todos entraron a la cueva cristalina donde se hallaba una armadura y espada y un tridente, estaba solo, no había nadie.
Caminaron, el suelo se veía tan frágil que por un momento pensaron que con solo tocarlo se rompería, pero no, era tan firme que su dureza parecía ser de un suelo hecho de concreto.

— Bien .. ahora a lo que hemos venido.

El par de dioses del Olimpo se acercaron a la armadura de Odín y justamente en el preciso momento en que tomarían la espada.. una voz los detiene.

— vaya vaya.. así que esto es lo que hacen en sus tiempos libres..- dijo divertida la rubia

— y al parecer esto es lo que tú haces cada vez que pierdes una guerra santa.. Artemisa..- respondió el de cabello azabache.