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Capítulo 58 (parte 3)


Así que, aún cuando podía arrepentirse de ello, fue hacía allí. Según se iba acercando, sus nervios fueron aumentando. ¿Qué pasaba si no era su madre la que estaba allí? Con suerte sería tan solo una persona queriendo estar sola, pero... ¿y si era algo peor? Todas esas preguntas se vieron resueltas en el momento en el que se encontraron lo suficientemente cerca y la persona que estaba allí no era su madre y tampoco era Steve.

William Arison se encontraba delante de ellos y sonreía, como si aquello hubiera sido exactamente lo que había pretendido.

-La verdad es que sois muy fáciles. -se burló en cuanto los vio. En tan solo un segundo, Cory empujó a Brooke hacía atrás, poniendo su cuerpo detrás del de él.

Brooke lo entendió ahora... había sido una trampa. Habían utilizado a su madre.

-¿Donde está mi madre? -quiso saber ella

-Tu madre está bien. Supongo que se estará divirtiendo con Steve.-los miró, sus ojos tenían un peligroso brillo.

-¿Qué es lo que quieres? Está claro que nos has hecho venir hasta aquí por un motivo. -preguntó Cory, que aún seguía en medio de ambos.

Y entonces, Brooke lo recordó. Recordó la conversación que había tenido con aquel hombre hacía tan solo una hora.

Uno que es mejor eliminar.

No me gusta que me apunten con un arma.

Lo había sabido antes, había sabido que se refería a Cory. Y ahora estaba delante de él.

-Tenemos que irnos. -rogó Brooke, deseando que fuera así de fácil. Pero justo antes de que pudieran dar si quiera un paso, vio como Erison sacaba una pistola de su bolsillo y los apuntó directamente a ambos.

Aquello tan solo hizo que Cory la agarra con más fuerza y la escondiera tras él, como si fuera a ser capaz de protegerla de cualquier bala con su cuerpo. Como si fuera a recibir todas y cada una de ellas tan solo para que no le llegaran a ella.

-Deja que ella se vaya. -pidió el chico, mirando fijamente al hombre. Apenas parecía haber miedo en su mirada, ni si quiera parecía que estuviera siendo apuntado con un arma.

-¿Por qué estás tan seguro de que no voy a mataros a los dos? -volvió a burlarse Arison.

-Sabes que daría mucho que hablar dos muertos en una misma fiesta. En especial si una de ellas es la razón de la fiesta. No vas a arriesgarte tanto.

Arison esbozó una sonrisa,

-En realidad no me disgustas, ¿sabes? No te importa nada, podrías matar a una persona y aún así no pensar en ello ni un momento. -se quedó un momento en silencio y volvió a sonreír. -Tu padre también se puso delante de tu madre, también creyó que podría salvarla de esa forma. Claramente se equivocó.

Hubo tanta maldad en su manera de hablar que Brooke no pudo evitar retorcerse. Sabía el daño que aquellas palabras le harían a Cory, sabía que al chico le dejaría aún más roto de lo que ya estaba.

-Habría sido tan fácil que simplemente hubierais decidido estar quietos...nada de esto tendría que haber sucedido, ¿sabes? Pero no, no parasteis y está claro que ya no vais a parar... así que solo hay una única solución.

Esta vez su arma se giró hacía Cory y ella lo vio, vio la decisión en su rostro. Vio que estaba a punto de disparar, de disparar a Cory... a su Cory. No podía permitirlo, no podría soportarlo. No iba a dejar que ocurriese.

Así que habló.

-No vas a hacerle nada...no vas a hacerlo porque sino todo el mundo sabrá lo que haces tú y todo vuestro grupo. -las palabras salieron de forma torpe por su boca. Estaba improvisando, ni si quiera estaba pensando en lo que decía.

Arison la miró con cierta arrogancia.

-Sabes que eso es algo que no va a suceder.

Brooke sonrió, metiéndose en un papel que ella misma acababa de crear en ese momento. Ni si quiera supo como lo hizo pero trató de verse lo más segura posible.

-Tengo esto. -dijo, sacando de su bolso la carpeta doblada por la mitad que Lee le había dado. -Son documentos, imágenes, anotaciones que mi padre tenía en su ordenador. Las recuperé hace unas semanas y déjame decirte que no te dejan muy bien parado. Si le matas a él, si nos matas ahora mismo, todo esto saldrá a la luz.

El rostro de Arison, que tanta seguridad desprendía antes, titubeó. No quitó la sonrisa pero si que pudo ver como comenzaba a dudar, como no se sentía tan ganador como antes.

-¿Cómo sé yo que tienes algo contra mi en esas hojas?

-¿De verdad quieres arriesgarte? -le retó Brooke, sonando peligrosa, segura, sin miedo. -Exitus acta probat, te suena esa frase, ¿verdad? El fin justifica los medios... está escrito en una de las entradas de la mansión abandonada que tenéis. Fui allí, sé todo; sé lo de los pasadizos, lo que hacéis en esas habitaciones... y eso también está aquí, en estas páginas. -aquello el sorprendió; él no sabía que ellos sabían de la existencia de aquel lugar. No sabía que Brooke había ido hasta allí. - Hay fotografías de todo, pruebas reales... si no llegamos en una hora a al fiesta, mis contactos lo difundirán todo; lo subirán a todas partes, hablaran con las cadenas de televisión, periódicos... todo el mundo lo sabrá. Dime, ¿cómo piensas defenderte de todo ello después de que vean tu rostro en las imágenes, después de que vean lo que hiciste a esas personas? ¿Como explicarás nuestras muertes después? Estoy segura de que eso el dinero no lo va a poder tapar.

El rostro de Arison comenzó a ponerse rojo, lleno de furia. Bajó la pistola pero la furia que había en sus ojos, la furia con la que miraba a Brooke, en realidad fue mucho más aterrador que el arma.

-Eres una maldita zorra.

A pesar del comentario, Brooke sonrió, sonrió sobre todo por el efecto que había creado en él, porque lo había asustado. Tenía miedo, miedo de ella ... y le pareció la cosa más satisfactoria del mundo. Por otro lado, notó la mirada de Cory y sabía que lo había impresionado. Le dio la mano y comenzó a empujarlo con ella, tratar así de alejarse de Arison que en un principio no hizo acto ninguno de pararlos.

Dieron unos cuantos pasos, pero no pudieron avanzar mucho más porque entonces sucedió.

El hombre se abalanzó hacía ellos. Fue demasiado rápido. Golpeó a Cory en la cabeza con la empuñadura de su pistola, haciendo que el chico cayera al suelo, inmóvil.

-¡Cory! -gritó Brooke preocupada, al ver como su cabeza sangraba por el golpe, al ver como no se movía. Su corazón latió de manera muy rápida y sintió las lágrimas quemando en sus ojos. Fue a acercarse a él, a tocarle, pero entonces la cogieron por la cadera y la empujaron hacía atrás, tirándola al suelo. Arison comenzó a acercarse a ella y lo único que ella pudo hacer fue levantarse, ponerse de pie, como si aquello le diera cierta ventaja.

-¿Crees que puedes jugar conmigo? ¿Crees que una niña como tú puede asustarme? -le preguntó, alzando la voz, dando un paso más hacia ella.

Brooke tan solo podía caminar hacía atrás, tratando de alejarse de él pero era imposible.

Fue en ese momento cuando recibió una gran bofetada que la hizo girar la cara por completo. Su mejilla comenzó a arder, a doler, y esa vez ni si quiera trató de detener las lágrimas pues estás habían comenzado a caer sin aviso. Se llevó la mano al lado de su cara dolorida y entonces él tiró de su pelo, haciendo que su cabeza se fuera hacía atrás con violencia. La obligó a caminar mientras seguía tirando de su melena, provocando un gran dolor en su cuero cabelludo. Miró un momento a Cory, quien se encontraba a unos metros de distancia y el cual parecía estar moviéndose y eso la hizo tranquilizarse, aunque tan solo fuera durante un fugaz momento. Estaba vivo, por lo menos.

Arison la tiró al suelo, dejándola con un gran dolor en su cabeza y mejilla. Tras eso, le quitó con fuerza el bolso que había colgado en su hombro y el cual había estado sujetando con fuerza. Buscó la carpeta y la abrió.

Ahora si que estaba muerta, pensó. Ahora iba a ver que todo lo que le había dicho antes no había sido más que una mentira. La iba a matar.

Arison comenzó a pasar las páginas y mientras lo hacía, una cruel sonrisa se fue formando en su boca.

-Eres una mentirosa. -escupió, tirando la carpeta lejos, sabiendo ahora que no había nada que lo pudiera culpar. Se dirigió hacía Brooke, quien seguía en el suelo y apenas fue consciente del momento en el que el hombre se puso encima de ella, rodeando su cuello con sus dos grandes manos... y comenzó a apretar. -Te crees muy lista, ¿no es así? ¿Te creías que ibas a poder salir de ésto y vivir feliz con tu querido novio? -él siguió apretando y a ella ya le costaba respirar. Se estaba quedando sin aire. Se estaba ahogando. La estaba matando. -¿Sabes lo que haré? Te mataré a ti y después, mataré al otro. Haré que parezca un asesinato y que tras eso, él al no poder soportar la culpabilidad, acabó pegándose un tiro en la cabeza. No será muy difícil de creer, ¿sabes? A nadie le sorprendería algo así.

Brooke sintió aún más miedo. Ya no solo por el hecho de morir, sino porque la gente pudiera pensar que Cory había sido el culpable. Sabía que la gente lo creería, que creerían que es un monstruo.

Su visión comenzaba a nublarse y el aire ya no llegaba a sus pulmones. Se estaba muriendo... la estaba matando. Pero entonces, algo pasó; el cuerpo de Arison dejó de aplastarla, el aire comenzó a llegar por fin a ella y tras parpadear varías veces, su visión volvió. Y es allí cuando vio a Arison y Cory, peleando en el suelo.

El hombre estaba debajo de Cory, quien no paraba de darle puñetazos sin parar. Casi parecía que tenía la batalla ganada, pero entonces Arison tomó delantera y logró ponerse encima. Fue en ese momento cuando Brooke aprovechó para dirigirse hacía ellos e ir hacía Arison, a quien comenzó a golpear en la cabeza y tirarle del pelo. Ella nunca había peleado, ni si quiera sabía como se daba un puñetazo en condiciones, pero lo que hizo fue suficiente para alejarlo durante un momento de Cory.

Solo que esa vez el volvió a dirigirse hacía ella. Casi pudo sentir el siguiente golpe, pero entonces una vez más el chico apareció para salvarla y volvió a lanzarse contra Arison, dándole un golpe en la cabeza que lo tiró al suelo.

Se cogieron de la mano, dispuestos a salir de allí.

-¿Estás bien? -preguntó Cory, cogiendo su cara con sus manos, tratando de hallar cualquier herida. Apretó la mandíbula al ver el gran golpe rojo que había en su mejilla.

Pero entonces, escucharon como Arison se levantaba e iba hacia ellos corriendo, hacía Cory, con lo que parecía ser un objeto afilado en su mano. Cory la empujó, haciéndola a un lado y una vez más empezaron a forcejear.

En ese momento, Brooke supo lo que tenía que hacer. Vio la pistola de Arison en el suelo tirada. Vio como él intentaba atacar a Cory, tratando de apuñalarlo. Solo había una cosa que podía hacer, que tenía que hacer.

Así que lo hizo: fue hacia la pistola, la cogió con sus manos temblorosas y apuntó hacía los dos chicos. Tenía que ser cuidadosa, tenía que tener mucho cuidado con no dar a Cory... pero no sabía si iba a ser capaz de hacerlo. ¿Qué pasaba si le daba al chico? Tomó una profunda respiración y recordó todas las lecciones que Cory le había enseñado en sus clases de tiro. No era la primera vez que disparaba una pistola, lo había hecho antes, solo que nunca había apuntado a una persona.

Las palabras del chico vinieron a su mente:

Tan solo tienes que pensar que eres capaz de hacerlo. Miras a tu enemigo, recuerdas todo lo que ha hecho... y entonces disparas.

Y eso hizo ella. Miró a Arison,vio como estaba atacando a Cory, como lo mataría sin ni si quiera lamentarlo y entonces, disparó. Disparó por Cory, por lo mucho que lo quería, porque sabía que no podría vivir sin él.

La bala se estrelló directamente en el pecho de Arison y rápidamente comenzó a sangrar, manchando su camisa blanca de rojo. La sorpresa se vio en los ojos de Arison, quien se giró a verla, con los ojos muy abiertos, como si no hubiera creído que lo hubiesen disparado y mucho menos que hubiera sido Brooke quien lo había hecho.

Tan solo fue cuestión de segundos para que su cuerpo cayera al suelo. La vida se iba escapando del hombre, quien aún tenía los ojos muy abiertos, como si no creyera que pudiera morirse, como si él fuera inmune también a la muerte. Pero no lo era y ahora estaba siendo consciente de ello.

Cory se dirigió con rapidez a Brooke y ella le cogió de la mano mientras veían como Arison dejaba de respirar, poco a poco. Pensó en propinarle un segundo disparo, quitarle así el sufrimiento, pero al final no lo hizo.

Menos de un minuto después, el pecho del hombre se paró. No hacía falta acercarse a él para saber que estaba muerto. Arison estaba muerto. Uno de los hombres más importantes del pueblo estaba muerto... y ella había sido la culpable. Era una asesina.

Había matado a alguien.

-Joder. -murmuró Cory. -ese ha sido un buen tiro.

-He matado a una persona, Cory. -comenzó a decir Brooke, sintiendo como los nervios comenzaban a controlarla. Estaba llorando, no podía parar de hacerlo.

Cory la rodeó con su brazo, llevándola hacía él, abrazándola con fuerza. La apretó contra su pecho mientras sujetaba su cabeza y dejaba que ella llorara.

-Tranquila, tranquila... -susurró. -Todo va a ir bien, ¿de acuerdo?

-¿Qué voy a hacer ahora?

Él tardó unos segundos en responder y entonces la miró a la cara, totalmente serio.

-Lo único que vamos a hacer es deshacernos de ese maldito cuerpo.

Casi una hora después, estaban listos para irse a casa. Ya no les importaba la fiesta, el cumpleaños ni nada. Solo querían irse a casa, dormir e intentar olvidarse de lo que acababa de ocurrir, aún cuando sabían que no podrían hacerlo. Brooke se preguntó que pensarían Aaron, Paul y Ezra cuando supieran lo que había sucedido. ¿Qué pensarían de ella? ¿Seguirían mirándola de la misma forma ahora que era una asesina? ¿Cómo iba ella a mirarse al espejo ahora? Sabía que aquel hombre era un asesino, que era muy probable que se lo mereciera, pero aún así no podía quitarse la sensación de que había hecho algo horrible.

Creo que todos tenemos claro que tu papel aquí no es el de asesina, Brooke le había dicho Arison.

Estaba claro que se equivocó. 

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