Capítulo 18
Volvió a intentar abrir la puerta pero está siguió sin abrirse. Lo volvió a intentar una y otra vez, cada vez más desesperada, pero seguía obteniendo lo mismo. Finalmente, acabó mirando a Bryan que no la observaba a ella, sino que mantenía la vista al frente, hacía ningún lugar en concreto.
-Bryan, ¿por qué has cerrado la puerta? -logró preguntar, tratando de que su voz sonase calmada. Se intentó convencer de que todo aquello era un error, de que ni siquiera Bryan sabía que la puerta estaba bloqueada.
-Aún no hemos terminado de hablar. -contestó, con una inquietante tranquilidad. Él no la estaba mirando pero aún así, Brooke se sintió observada, como si él fuera consciente de todos y cada uno de sus movimientos.
Trató de relajarse. No sería bueno que Bryan la viese tan nerviosa.
-De acuerdo, ¿de que más quieres que hablemos? -al hablar, fue consciente de que había empleado el típico tono que usarías con una persona a la que no te convenía enfadar.
¿Tenía miedo de Bryan? Quizás no tenía sentido alguno, pero sí lo tenía. Al menos en ese momento sí.
-Escúchame, Brooke -habló y ahora por fin la miró. La habló con amabilidad, tranquilo, como si estuviese hablando con una niña pequeña. -¿Por qué me miras así? ¿Me tienes miedo?
No hizo falta que contestase pues los ojos verdes de ella reflejaban todo. Ni si quiera sabía de que tenía tanto miedo; conocía a Bryan. Sabía que era un buen chico, siempre había sido amable con ella. Además, estaba destrozado por lo de su hermano. No podía tenerle miedo, no tenía sentido... y aún así, estaba temblando. Le costaba respirar.
-¡Por dios! No voy a hacerte nada. ¿Cómo puedes pensar algo así? -incluso pareció ofendido.
-¿Por qué tienes el seguro puesto? ¿Por qué no me dejas que abra la puerta?
Ya no le importaba nada más. No le importaba lo que Bryan tuviera que decirle, si decidía ayudarla o no, si irían a la policía juntos... lo único que deseaba ahora era salir de aquel coche.
El chico soltó un ligero suspiro pero no abrió la puerta.
-No puedes irte todavía. Tenemos cosas de las que hablar.
-Podemos hablarlas sin que bloquees la puerta.
-¿Para que salgas corriendo como estabas a punto de hacer hace un momento? -él negó con la cabeza y entonces se pasó una mano por el rostro. Se le veía cansado, muy cansado. No parecía peligroso tan solo... agotado. -Esto es importante, Brooke, y necesito que me escuches.
Seguía queriendo salir del coche, correr hacía los chicos, salir de allí... pero también tenía mucha curiosidad por lo que pudiera decirle. No podía desaprovechar la oportunidad.
-De acuerdo, te escucho. Pero abre la puerta y te prometo que no iré a ninguna parte. Simplemente, quita el seguro.
-Estás poniendo las cosas muy difíciles, Brooke.
-Por favor -le suplicó. No le gustaba sentirse encerrada. Nunca le habían gustado los espacios cerrados pero en esas últimas semanas aquello se había intensificado.Quizás Bryan vio la desesperación en su rostro pues pareció dudar.
-No vas a irte, ¿verdad? -y ella negó con la cabeza. Él se lo pensó durante unos instantes y entonces, por fin, quitó el seguro.
Un gran alivio recorrió todo su cuerpo. Estaba más tranquila e incluso podía respirar mejor. De todos modos, seguía teniendo esa presión en el pecho. Seguía sin querer estar en ese coche con él.
-No puedes ir a la policía. -se limitó a decir Bryan de nuevo.
-Ya me has dicho eso antes y sigo sin saber la razón.
-No puedes hacerlo y ya está.
-Vas a necesitar una explicación más elaborada si quieres que te haga caso.
-Es lo único que puedo decirte por el momento.
Sabía que estaba ocultando algo. Bryan parecía conocer muchas más cosas de las que aseguraba. En aquel instante Brooke se preguntó si el chico ya sabía lo que había pasado con su hermano, mucho antes de lo que ella se lo hubiera dicho. En realidad, no pareció tan sorprendido cuando le contó lo de su muerte. Escondía algo, algo muy grande quizás... pero ella no quería saberlo. No quería verse involucrada en nada más. Sabía que cuanto más supiese, peor resultaría todo .
-Lo siento mucho, pero tengo que hacerlo.
Aquella respuesta no pareció sorprender a Bryan, pero fue como si toda la paciencia que estaba tratando de mantener, se agotara. Sus ojos azules se oscurecieron un poco y los orificios de la nariz comenzaron a hacerse más grandes.
-No puedes ir a la puta policía. -había levantado tanto la voz que hizo que ella pegase un ligero brinco. -Tienes que mantener la boca cerrada tú y los delincuentes de tus amigos.
-No los llames así -soltó, volviendo a sentir la necesidad de defenderlos. -¿Se puede saber que te pasa? ¡Es tu hermano al que han asesinado? ¿Cómo puedes pedirme que deje las cosas como están, que no intente hacer algo y encima no me expliques nada? Tú mismo tendrías que estar ya con la policía después de lo que te acabo de contar.
Brooke había levantado la voz también. Y entonces, se movió con rapidez y abrió la puerta del coche,tan solo un poco. Por suerte, Bryan no pareció darse cuenta.
-Las cosas son mucho más complicadas de lo que crees.
-¿Qué es lo que sabes, Bryan? -no pudo evitar preguntar porque, una vez más, la curiosidad seguía siendo demasiado grande.
Bryan bajó la mirada.
-Él había comenzado a ir con gente que no le convenía... gente como ellos, ¿sabes? -escupió esas últimas palabras. El desprecio volví a ser notorio en su voz.
-Es injusto que digas eso.
-Mira, si realmente quieres ayudarme no digas nada, ¿vale?
-No diré nada -respondió al fin. -Pero tienes que contarme que está pasando.
Bryan dio un manotazo al volante haciendo así que sonara al claxon. Brooke se estremeció, asustada. Nunca había visto esa violencia en él. ¿Lo habrían oído los chicos?
-¿Podrías dejar de ser tan toca pelotas y callarte de una vez? -había vuelto a levantar la voz, y entonces, se giró hacía ella y la señaló con el dedo indice. -Te estoy diciendo lo que tienes que hacer así que tan solo, y por una vez, haz lo que se te pide.
Aquella manera de hablarla, como la señalaba con el dedo y la forma tan agresiva en la que le estaba mirando, fue más que suficiente para saber que tenía que alejarse de él, que había perdido por completo la cabeza. No estaba acostumbrada a que la insultaran, tampoco a que la gritaran, por lo que no pudo evitar sentirse algo cohibida en un principio, incluso humillada. Se sentía muy pequeña. Pensó en Cory, en lo imponente que él siempre parecía, en la máscara que parecía poner en su rostro. Trató de imitarle. Logró sacar la poca fuerza que creía que tenía y fingiendo toda la seguridad posible, se dirigió a él.
-Ni se te ocurra volver a hablarme de esa forma. -lo cierto es que se sintió orgullosa de la manera tan firme en la que habló. No parecía para nada la chica débil que en realidad era.
Seguía conmocionada por todo lo sucedido pero aún así, consiguió salir del coche y dio gracias a sus piernas por no fallarle pues cuando comenzó a acercarse al coche de Aaron, se empezó a sentir mucho mejor. No veía la hora de estar con ellos y contarles todo lo sucedido.
Sin embargo, apenas pudo dar unos cuantos pasos, pues sintió como una firme y fuerte mano la rodeaba con fuerza la muñeca y la obligó a girarse de manera brusca. Bryan se encontraba de nuevo en frente de ella, mirándola de una manera que la asustó.
-¿Qué estás haciendo? -preguntó ella, tratando de zafarse, pero su agarre era mucho más fuerte. Comenzó a hacerle daño.
-Dime que no vas a ir a la policía. -pidió el chico. Parecía desesperado.
-Suéltame.
-Dime que no vas a ir. -siguió pidiendo él. Brooke estaba a punto de decirle que no lo haría, le diría cualquier cosa con tal de que la soltara.
-¡De acuerdo! No diré nada. Te lo prometo. Ahora suéltame, por favor. Me estás haciendo daño.
Bryan siguió con su agarre, siguió mirándole y Brooke comprendió que no la creía.
No supo durante cuanto tiempo estuvieron forcejeando, probablemente tan solo fueron unos pocos segundos, pero resultaron eternos para ella pues cada vez se encontraba más asustada. Hasta que, entonces, sintió como alguien se acercaba; dos figuras se colocaron a cada lado de su cuerpo y vio como Coy dio un paso hacía delante, dando un fuerte golpe a Bryan en el pecho, con la suficiente fuerza que le hizo retroceder, soltando así su muñeca.
-Te ha dicho que la sueltes. -fue Cory quien habló. Hubiese reconocido aquella voz en cualquier lugar y ésta sonó fría, cortante, carente de cualquier cosa buena. Incluso a ella le asustó.
Miraba fijamente a Bryan, que al verse en clara desventaja, optó por guardar silencio, lanzar a todos ellos una última expresión llena de desprecio y después correr hacía su coche, desapareciendo así de sus vistas.
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